Quizás
la imagen más importante del fin de semana fue la multitudinaria
marcha por la vida convocada
por las Iglesias Cristianas y a la que
respondieron mas de 100 mil
personas en defensa de sus valores.
Un,
dos, tres. ¡Momia es!,
por
Joaquín García Huidobro.
Ricardo
Lagos ha mostrado una vez más su inteligencia. La encuesta CEP lo
había dejado mal parado y muchos pedían que desistiera de sus
aspiraciones Presidenciales. Con todo, no era muy presentable ni
calzaba con su autoestima la idea de que Lagos tuviera que bajar del
pedestal por una simple encuesta. ¿Qué hizo? Lanzarse a la carrera
Presidencial en un momento inesperado: "Yo no me restaré a
ese desafío", escribió con tono de Winston Churchill o Willy
Brandt. De paso, sin embargo, puso algunas condiciones que le
permitirán bajarse como y cuando él quiera en caso de que las
circunstancias resulten adversas. Él no está para que lo pauteen.
Además, le saca ventaja a su posible contendor, que aún no anuncia
nada. Algo parecido al primer y sorpresivo gol de Paraguay
contra Chile. ¡Y después dicen que está viejo!
El hecho de que Lagos tenga de nuevo la sartén por el mango deja al resto de la centroizquierda en una situación muy incómoda, partiendo por la Democracia Cristiana, que por los caprichos del destino es siempre la que termina perdiendo en todos los partidos y pichangas de la política chilena en lo que va del siglo XXI. ¿Qué va a hacer la DC? ¿Levantar un candidato que ni siquiera concitará la adhesión de sus propias filas? ¿Sumarse ahora a la candidatura de Lagos? ¿Esperar la posibilidad de que Lagos, en definitiva, considere que no se han reunido "con decisión muchas voluntades" a favor suyo (frase enigmática que podrá interpretar como le plazca) y alzar una candidatura propia cuando ya sea demasiado tarde?
En todos los escenarios, la DC estará mal, muy mal.
La situación no es mucho mejor para Isabel Allende, Alejandro Guillier o José Miguel Insulza, porque todos, a su manera, han dado a entender que sus candidaturas están supeditadas a la decisión de Lagos, una decisión con cláusula de retracto que los deja paralizados. No falta mucho para las elecciones Presidenciales de noviembre de 2017, pero la declaración de Lagos los deja inmovilizados. El ex Presidente dijo: "un, dos, tres. ¡Momia es!", y en la centroizquierda no se moverá una hoja mientras él no lo mande.
Las palabras de Ricardo Lagos también son terribles para Bachelet. Cada día tomará más cara de "ex", y su única esperanza será que, como ya no ocupará el centro de la política nacional, quizá logre inspirar la compasión ciudadana y consiga un repunte importante en las encuestas.
Dicho con otras palabras: hasta el viernes Lagos era un perdedor; ahora podemos estar seguros de que hoy serán muchos los candidatos a Alcalde o Concejal que querrán tener una fotografía con él para sus campañas. Todo por una declaración de 400 palabras entregada a dos días del 4 de septiembre, una fecha que para la izquierda tiene connotaciones mágicas.
¿Y Sebastián Piñera? Es obvio que le ganaron el quién vive. En el mundo empresarial puede ser una magnífica estrategia la de tirar el elástico al máximo y esperar hasta el último segundo para hacer la oferta definitiva. Pero esta no es la economía, sino la política; no es el mundo del "chronos" (del tiempo lineal, aquel que marcan los relojes), sino del "kairós"; es decir, del tiempo entendido como oportunidad, donde lo relevante es la capacidad de realizar la jugada adecuada en el instante preciso.
Ahora Piñera tendrá que conformarse con un comportamiento reactivo: una posibilidad sería hacer como si la candidatura de Lagos no le importara, y esperar hasta marzo, lo que resulta muy riesgoso y puede parecer poco creíble. La otra alternativa sería aceptar esta pequeña derrota y lanzarse de inmediato a emparejar el marcador, aprovechando la ventaja que le dan las encuestas.
Dirán lo que quieran, y en el futuro podrán pasar muchas cosas (incluida, por supuesto, la altísima probabilidad de que Lagos nunca vuelva a La Moneda, como no sea de visita), pero el viernes pasado quedó clara una cosa: nos guste o no, por ahora Ricardo sigue siendo el Rey.
Razones
y sin razones,
por
Leonidas Montes.
Diversas causas y variables explican la lenta y gradual agonía de la Nueva
Mayoría y el rechazo histórico que generan este Gobierno, su
Gabinete y la Presidente Bachelet. Pero hay una razón exógena que
es fundamental y merece mirarse en perspectiva. A partir del
movimiento estudiantil de 2011 se generó una dinámica social y
política compleja que, alimentada por un grupo de intelectuales, se
fue condimentando por una serie de escándalos. El desafortunado y
simplista eslogan del fin del lucro permitió a ciertos movimientos
radicales de izquierda y al PC subirse a una ola que causaba furor en
nuestro barrio. Bachelet también se subió a esa ola.
Con
una popularidad envidiable arrastró a un amplio grupo bautizado como
la Nueva Mayoría. Su espectro político cubría desde anarquistas y
radicales de izquierda, pasando por el PC y el PS, hasta llegar a los
DC más moderados. Era un “tubazo” que
avanzaba con los vientos y mareas hacia la izquierda. Y en la playa
del barrio, figuras como Chávez, la señora K, Evo Morales y Rafael
Correa hacían alarde de sus piruetas sobre la ola. Junto a ellos, y
ciertamente con mayor prudencia, estaban Dilma Rousseff y Michelle
Bachelet. En este contexto y ambiente, donde el ímpetu que generaban
los discursos anticapitalistas y las excentricidades de los líderes
más folclóricos, Bachelet aterrizaba como Presidente. Pero también
traía, como salvavidas, su programa bajo el brazo.
Las
cosas fueron gradualmente cambiando. El barrio vivió la caída de la
señora K, el desastre económico y humanitario que legó Chávez al
pueblo venezolano y la reciente destitución de la “amiga”
Rousseff (recordemos que, después del impeachment, nuestra
Cancillería emitió una declaración pública indicando que Chile
seguiría con atención la situación de “la administración de la
amiga Presidente”). Aunque
el contexto importa, el Gobierno, pese a que esos vientos ya no
soplan con tanta fuerza, sigue aferrado al programa. Y en este
marasmo de señales confusas, con un Gobierno de Embajadores del
programa y una Bachelet que a ratos parece una reina sin vestidos, ni
siquiera han querido escuchar a la ciudadanía.
Sabemos
que las grandes reformas del programa -laboral, educacional y
tributaria- fueron mal diseñadas. Y también que han sido mal
implementadas. La reforma tributaria es un engendro que en vez de
simplificar para recaudar más, complicó el sistema y ni siquiera
recaudará lo prometido. La reforma laboral, pese a que Bachelet
reconoció que quería más (“no es todo lo que el Ejecutivo
impulsó”, reconoció) y a la payasada de la Ministro Rincón
invalidando las cifras del INE (se refirió a otras cifras de empleo
“reales y administrativas”), es evidente que ésta tendrá un
impacto en el empleo formal, afectando, sobre todo, a los más
jóvenes y a las mujeres. Además, sus costos de transacción en
términos de judicialización serán significativos. Y vaya novedad,
la reforma educacional sigue siendo un caos.
Nicolás
Eyzaguirre, quien fuera padre de la regla Fiscal, regresó al
Gobierno de Bachelet con la nostalgia de los sueños sesenteros. Y es
uno de los grandes responsables del descarrilamiento del tren
educacional. Como Ministro celebraba a “los estudiantes libres por
las anchas Alamedas” y sintiéndose parte “del grito libertario
por una educación desmercantilizada” llevó al Ministerio de
Educación a varios asesores estudiantiles. Así como Eyzaguirre dejó
el Ministerio, ellos también ya dejaron el tren educacional. Y
otro ejemplo del desorden y la insensatez que rondan en el Gobierno
es la incomprensible y polémica idea de sacar la filosofía del
currículum escolar. No sabemos bien lo que realmente pasó ni cómo
pasó. Sin embargo, independiente de cómo y por qué haya sucedido,
es inexplicable y preocupante que esta idea simplemente haya surgido.
Adam
Smith, en la Teoría
de los Sentimientos Morales
-un libro que deberían leer muchos de los ideólogos de la Nueva
Mayoría- se refiere al “hombre de sistema” que imagina que puede
arreglar la sociedad con la misma facilidad con que se mueven las
piezas en un tablero de ajedrez. Y ya que el programa finalmente
obedece a un sistema, hablaremos de los “hombres y mujeres del
sistema”. Según Smith, ellos suelen olvidar que en el gran tablero
de la sociedad cada pieza tiene un movimiento propio que puede ser
distinto al que le quieren imprimir. El padre de la economía
concluye que si esos dos movimientos coinciden, el juego será
armonioso y feliz.
En cambio, si no coinciden y son opuestos, el juego será desordenado
y triste. Hay algo de todo esto en nuestro Chile actual, donde el
dogma, la sordera y la ceguera de la Presidente Bachelet y su equipo
han alcanzado niveles sorprendentes. Este
Gobierno, que partió surfeando sobre una ola que se movía
rápidamente hacia la izquierda, todavía no quiere ver la realidad.
Bachelet,
alentada por un férreo círculo de aduladores intelectuales y
políticos, quiso mover a Chile hacia la izquierda, demasiado a la
izquierda. Al final se ha generado un rechazo generalizado. Y la
consecuencia está a la vista: la candidatura de Lagos y la figura de
Piñera emergen como los contrincantes para un “clásico” después
de esta pichanga.
Pese a que ya pasó la ola que sacudió al barrio, Bachelet sigue
impertérrita, aferrada al programa como si tampoco nada hubiera
ocurrido en Chile. Sólo cabe esperar que su programa no se convierta
en un Transantiago 2.0. Si así fuera, al menos esta vez no se podrán
deslindar responsabilidades entre el diseño y la implementación.
El
costo de garabatear a la autoridad,
por
Sergio Urzua.
Manuel
cometió un grave error. Corría 1991 y en una sala del otrora
glorioso Instituto Nacional, un grupo de quinceañeros "leía"
con entusiasmo una revista para adultos. Y debe haber sido el
tumulto lo que alertó a "Terminator", como era conocido
el inspector, de la situación. Sigilosamente, con la habilidad
propia de años de experiencia, el temido paradocente llegó a pasos
de los estudiantes, todo para confirmar sus sospechas. "Páseme
la revista, don Manuel", se escuchó de la versión institutana
de Schwarzenegger. "Inspector, no me la quite... por favor",
replicó el acongojado alumno. "Pásamela, Manuel. Usted sabe
las reglas", insistió "Terminator". "Es que no
es mía, por favor no me la quites... poh hue...". Silencio
sepulcral. Cara desfigurada. No había terminado la frase cuando
reparó del garrafal error. Manolo no solo perdió la revista
($1.500 de la época... por lo que me han contado). Llamado al
apoderado, una semana suspendido y una vigilancia permanente del
inspector aseguraron que nunca más nadie se atreviese a garabatear
a una autoridad.
Salvando las diferencias, el caso de Manuel me ha dado vueltas esta semana. Todo a propósito del brutal trato que recibió el Rector de la Universidad Alberto Hurtado, el Sacerdote Jesuita Eduardo Silva, por parte de un grupo de desenfrenados estudiantes que reclamaban por la decisión de expulsar a tres alumnos y suspender por un año a otros 22, tras los daños que sufrió el recinto durante las tomas. El video es simplemente increíble: el Rector es increpado duramente por jóvenes que más que estudiantes frente a una autoridad universitaria parecían miembros de una barra brava insultando al rival. Una absoluta vergüenza. Apoyo cerrado al señor Rector, a quien no tengo el gusto de conocer.
Lo ocurrido urge reflexión. El hecho deja en evidencia no solo lo equivocada que está nuestra discusión de educación superior, sino el tiempo que hemos perdido en todos los otros niveles. Porque no nos confundamos. El atrevimiento de un veinteañero de sacarle la madre abiertamente a "su" Rector no solo es reflejo del fracaso de la institución que hoy trata de educarlo, sino del sistema completo. No solo informa de los errores en formarlo académicamente, sino de habilitarlo socialmente. No solo devela la mala calidad de los docentes, sino también el desentendimiento de sus padres. Y déjenme ir más allá: Cuando se discute brindar gratuidad universal en la educación superior, ¿estamos realmente dispuestos a subsidiar a individuos que actúan con tal barbarie, algunos incluso con el rostro cubierto?
Lo vivido por el Rector Silva no es una alerta de hacia donde nos dirigimos, sino un reconocimiento de donde estamos. No se puede pretender acallar la insolencia con más recursos. Eso es despilfarro. Una y otra vez se ha planteado que el retorno social de cada peso gastado en educación es mayor mientras más temprano sea la inversión. ¿Cuántas funas a Rectores tendremos que esperar para reaccionar?
El
“tapadito”,
por
Fernando Villegas.
Las últimas cifras entregadas por Plaza Pública Cadem relativas a la
percepción
ciudadana del Gobierno, malas como nunca pero de seguro mejores que
las próximas, han traído a la memoria de algunos observadores el
recuerdo de esas tragedias de Shakespeare en cuyo acto final el rey,
abandonado por todos, deambula declamando su desesperación por los
pasillos y recintos vacíos de palacio donde otrora resonaron, además
de su voz, aclamaciones y adulaciones. Finalmente, retrepado en su
trono, espera la llegada de sus enemigos a cobrar venganza.
Por
fortuna es una remembranza equivocada. Con la señora Presidente no
habrá un desenlace tan sombrío. Es
posible, incluso, considerando la anemia aguda de la oposición, un
radiante happy
end. Se
adelanta en demasía quien, por obra y gracia de dichas cifras,
considere políticamente muerta a la coalición o al menos a la
Mandatario. No
es así. Ni la han dejado sola ni deberá aguardar un trágico acto
final arrepatingada en trono majestuoso. La escenografía no la
acompaña; sólo hay disponible el de loza del primer WC de la
nación. Tampoco nadie entrará por la puerta a cobrarse venganza,
sino más bien podría hacerlo un salvador providencial de último
momento, ese “tapadito” cuya sonrisa y desplante canchero y
acogedor ya se aparece por todas partes. Es quien podría ser capaz
de ofrecer el “nuevo estilo” que está predicando Nicolás
Eyzaguirre. Así es. De inmediato veremos cómo, en el hablar de este
Ministro, hay no pocos indicios de lo que se prepara en el
inconsciente colectivo de la NM.
Porque,
damas y caballeros, tengan la amabilidad de prestar atención a
esta otra frase también salida de labios del Ministro: “Es
legítimo que la DC sienta que esta vez pueda tener una mayor
incidencia en el programa”. No se necesita un C.I. de 140 o
más para entender qué está diciendo con esas amorosas palabras; lo
que está insinuándole a la distinguida feligresía de la DC es que
la próxima vez, esto es, en la redacción del programa para la
próxima elección Presidencial, ellos serán tomados mucho más en
cuenta. Y se les dice que eso es legítimo y no serán vistos, esa
próxima vez, como las oscuras fuerzas del mal intentando boicotear
la revolución.
Ahí
está, entonces, el primer esbozo del proyecto de supervivencia de la
NM redactado por los sectores menos obtusos y obstinados de dicha
coalición. Lo que nos dicen Eyzaguirre y Cía. es que la próxima
vez se le dirá al país que “esta vez” hemos oído a la gente,
que esta vez hemos aprendido la lección, que esta vez seremos más
moderados, que esta vez presidirá un caballero razonable, que esta
vez la DC tendrá “incidencia” y que esta vez no vamos a dejar la
cagada.
Ya
lo ven: las tragedias no se representan en Chile, sólo las farsas.
Aquí nadie paga la cuenta en un desastroso acto final. En Chile, la
diosa de la retribución, Némesis, no tiene pega. Los estropicios
salen gratis. Lo mismo con las cantinfladas, los diagnósticos
errados, las recetas tóxicas y en resumen con el FRACASO en lo
grande y en lo pequeño, al por mayor y al por menor. Ninguna
demostración de incompetencia, por exitosa que sea, cancela en caja
un solo peso.
Porfía
e historia
En
cuanto a la porfía Presidencial y su sordera para oír el clamor
popular, hoy mucho más vasto, mucho más auténtico y mucho más
importante que los vítores de las romerías haciendo de “la calle”
el escenario de una perpetua majadería cada vez más irritable y
cada vez más irritante, eso tampoco tendrá consecuencias. La
sordera Presidencial, hoy, es irrelevante o es hasta un beneficio;
podría convertirse, como ha hecho la corrupta clase política
brasileña con la señora Rousseff, en el chivo expiatorio que borra
los pecados del mundo.
A
título de satisfacer el posible interés académico y biográfico de
los lectores, tal vez podría argüirse que la porfía ideológica y
acústica de la señora tiene dos posible fuentes: una la
mantendremos en reserva, la otra es su absoluta convicción.
Sostenemos sin saber si con optimismo o pesimismo que el caso que
tratamos pertenece sólo a la última variedad.
A la Presidente la acompaña en dicho sentir su entero círculo
íntimo, feligreses de antigua data o conversos recientes, como lo
son la señora o señorita Rincón y el Ministro Fernández, quien
aportó al Gabinete cierto espeso aroma a sacristía; todos por igual
están convencidos de ser propietarios de una VERDAD a la que
los ciudadanos no se pliegan debido a que son golpistas, imbéciles o
se les comunicó mal la Buena Nueva.
En todo caso una gloriosa y lejana posteridad dejará las cosas en su
lugar. Como dijo Fidel, “la historia nos absolverá”.
La
señora Presidente ha dicho algo parecido quizás sin recordar que la
historia, más que absolver, tiene la fastidiosa manía de repetir
una y otra vez la misma obra. Como dijo Karl Marx, “primero como
tragedia, luego como comedia”.
Pero,
repetimos, todo eso ya importa poco. Está llegando la hora del
“tapadito”
“Profundizar
las reformas”
El
“tapadito” -que ya ha asomado su rostro- no convence a todos.
Desde luego no lo logra con quienes ya abandonaron el buque nadando
hacia adelante. La bancada juvenil de los Jackson y de los
innumerables clones de Boric con sus flamantes barbas de guerrilleros
sesenteros, la Camila Vallejo y los Quintana y Navarro y también
ahora la señora Provoste nos notificaron que es preciso “profundizar
las reformas”. Lo que se ha hecho les parece poco.
La demolición ha sido incompleta. La retroexcavadora debe ponerse a
trabajar full
time. Sólo una
vez arrasado todo se construirá la Casa del Señor y se pondrá esa
mesa que nos promete el Salmo 23: “Aderezas mesa delante de mí en
presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi copa
está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán
todos los días de mi vida y en la casa de Jehová moraré por largos
días…”.
El
número de la “profundización” nos lo ofrece la historia en
funciones rotativas. Lo
vimos en Chile cuando la IC, el Mapu, el MIR y otros grupos y sectas
exigían a Allende terminar de voltear lo que aún estaba en pie.
Algunos lo exigían coreando el dilema “Patria o muerte”. Hay,
en efecto, en el lenguaje de la izquierda, un tono apocalíptico y
quiliástico haciendo siempre una referencia a un “más allá”
que, paradójicamente, está al mismo tiempo sólo a la vuelta de la
esquina.
Hoy para dar esa vuelta es preciso terminar con las AFP, terminar con
las isapres, terminar con la educación privada, terminar con la
Constitución, terminar con los empresarios golpistas, entregarle
todo a la CAM, no oponerse a las ambiciones territoriales del
camarada Evo Morales, terminar con las selecciones, terminar con las
pruebas, terminar con las excelencias, terminar con el modelo.
Hecho eso se erigirá una sociedad democrática, popular, acogedora,
igualitaria, equitativa, amorosa y fraternal. Sigan concursando.
¿Será
el “tapadito”, cuando al fin sea tentado por ese magneto
irresistible que es el PODER y acepte las rápidas promesas de la
coalición de que ahora va a portarse bien, será él quien, cuando
el pueblo lo elija -¿a quién otro?- finalmente erigirá dicha
Mansión del Señor?
Es el sueño y referente de nuestros chicos verde-oliva y de los
camaradas de 60 años para arriba que hoy, en su segunda infancia
política, avivan a Chávez y a Maduro. Su arquitectura nunca ha sido
definida, pero es justamente lo que le da su fuerza tal como sucede
con el Paraíso cristiano; un catálogo de delicias sería menos
interesante que la brumosa promesa de una consumación infinita.
Dicha promesa tenía en tiempos pasados un nombre, socialismo, pero
hoy se prefiere no pronunciar dicha palabra plagada del estigma del
fracaso más monumental que ha conocido la historia. ¿Entonces en
qué consiste?
Desde
luego no lo sabe la señora Presidente, pero eso ya no importa. Como
dijo Eyzaguirre, ya viene el nuevo estilo. Es el Salvador quien
deberá darle otra vuelta de tuerca y otro nombre al Advenimiento.
Innovación
para los chicos,
por
Alejandro Moreno.
Cada
vez que el precio del cobre se precipita, queda al desnudo nuestra
superdependencia de los recursos que aporta este metal. Este
contexto deja entrever lo imprescindible que es generar políticas de
diversificación productiva, y la relevancia de la innovación, para
dotar al país de nutrientes claves que alimenten una cultura volcada
al fortalecimiento o desarrollo de nuevos nichos productivos.
En
esta línea, existen diversos esfuerzos y fondos concursables en el
sector público para generar los entornos competitivos e innovadores
en empresas, emprendedores y que en algunas ocasiones abordan
estudiantes de etapa escolar, preferentemente de educación media. En
la cotidianidad existen concursos, talleres y charlas que aportan a
sensibilizar y crear conciencia acerca de lo fundamental que es
innovar. Pero estos esfuerzos terminan siendo aislados, y no obedecen
a políticas sostenibles en el tiempo.
El
reto es tomar la senda de países desarrollados, donde la innovación
se enfoca en incrustar en el ADN social, y en etapas tempranas de
aprendizaje, una cultura innovadora y una economía basada en las
nuevas ideas y negocios.
Las
cifras en Latinoamérica son elocuentes: en casi todos los países de
la región, la inversión en I+D está por debajo del umbral del 1%
del PIB que la Unesco consideraba como un mínimo imprescindible hace
exactamente tres décadas.
Es
en etapas tempranas donde el desarrollo de la creatividad en pos de
la innovación juega un rol fundamental, y donde se precisa ejercitar
la materia gris con disciplina y constantemente. Se necesita de forma
urgente la instauración de macropolíticas educacionales para
implementar cambios, tanto en la formación de los docentes, como en
las estructuras curriculares y los entornos de los establecimientos,
para fomentar y fortalecer la energía creativa e innovadora.
Así
como es de suma importancia estudiar y dominar el inglés para ser
competitivos, la formación para propiciar el emprendimiento, la
creatividad y la innovación se ha ido transformando, en la
actualidad, en un factor clave para crear valor en bienes y
servicios. No es descabellado que, en el horizonte inmediato, en la
formación en edades tempranas se puedan incorporar paulatinamente
estas temáticas, para estimular y cultivar una nación con múltiples
y prósperos sectores productivos.
Lentamente
la NM instala cultura anti-USA,
por
Sergio Melnick.
La nueva realidad digital interconectada, ya en el tiempo de emergencia
de la Web 3.0 permite percibir algo así como olas sociales que se
van generando. En el futuro, con la nueva ciencia dato-céntrica
(e-sciences)
y las máquinas de redes neuronales que aprenden, estas ondas podrán
ser medidas. Mientras tanto seguimos usando las encuestas, la
síntesis, y la intuición.
Yo
veo moverse a varias olas políticas que pueden ser muy relevantes.
Me gustaría ir registrando la presencia de algunas. Hoy analizaré
lo que percibo como un sistemático movimiento antiamericano del
Gobierno y la Nueva Mayoría, bajo la idea de que USA debe pedir
perdón.
Cuando los
Gobiernos de izquierda andan muy mal, como es nuestro caso actual, lo
característico es buscar un culpable externo y victimizarse.
Florecen así las teorías conspirativas y se busca de alguna manera
personificar al enemigo.
La UP fracasó
por la CIA, es el relato caricaturesco de la izquierda. Pero no es
así, con y sin CIA era un fracaso, un mal modelo, un mal líder.
Inmadurez revolucionaria.
El fracaso rotundo de Cuba es atribuido por sus dirigentes al embargo
de USA, y tampoco es así, es sólo el mismo mal modelo, ciertamente
aún peor frente al embargo. Venezuela es ya patético con la
monserga del imperio, y es exactamente el mismo modelo de Cuba y
Chile 70’s…
Las
señales que se perciben que alimentan esa tendencia son varias. El
camino actual no es la revolución armada, sino la colonización de
la cultura, en especial de sus dogmas.
El tema partió con la satanización del lucro. Qué duda cabe que
USA es el modelo que más alaba el lucro y la riqueza y que más
éxito ha tenido. Lo condenable efectivamente nunca ha sido el lucro,
sino que la codicia, la que magistralmente fue asociada a lucro en
nuestra cultura. Lucro = pecado y la izquierda los inquisidores
autonombrados de este tiempo.
El
mejor sistema educacional universitario del mundo está en USA, donde
la gran mayoría de las 5.000 universidades del país son privadas.
Todo esto bajo el slogan que asevera como un credo el fracaso del
modelo neoliberal, lo que no se sustenta ni con datos ni con la
historia. Es justo al revés, es el socialismo el que no ha logrado
éxito en ninguna parte. Lo mismo ocurre con el ataque sistemático a
los empresarios. Los poderosos de siempre, según este Gobierno. “Los
chupasangres” de siempre como nos llamó Escalona, un discurso que
le empieza a nacer suavemente si lo escuchan con atención. Su era
republicana se empieza a terminar. Nuevamente, USA es el gran símbolo
moderno del empresariado.
Otra
señal no menor fue la visita de Bachelet a Angola, validando el
régimen de ese país del que tanto debíamos aprender. En esa línea
el haber recibido al Canciller de Irán, enemigo tradicional de USA
en las últimas décadas, no es un gesto menor.
Si vemos los países que visitó el Canciller, la línea es clara:
Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, y Chile. El chavismo en
gloria y majestad, los enemigos radicales de USA en la región.
Bachelet en junio pasado recibió al discípulo del supuesto cerebro
del atentado a AMIA. El punto es el gesto, la señal. Ya es raro que
el Canciller chileno tenga que estar dando explicaciones públicas.
No
menor es el ataque frontal a Laureate, y la clara intención de
cerrar sus centros educacionales. La Ministro, que no ha sido muy
atinada en sus declaraciones, señaló que como eran gringos, la
plata salía de alguna parte. Hay una investigación del Ministerio,
pero la Ministro ya tiene su opinión formada. Lo cierto es que la
Ministro no entiende la diferencia de maximizar flujos y valor. Y el
valor lo capitaliza Laureate, que no es la universidad, la que
efectivamente cumple todas las Leyes nacionales y las de inversión
extranjera. Es como evidente el ataque directo a USA, que ya sabemos
defiende sus intereses en el mundo, como corresponde.
Finalmente,
resulta muy interesante ver con detención la entrevista en CNN Chile
de despedida al Embajador saliente de USA. La periodista cuya
tendencia política es clara para todos los que ven ese canal, dio
muchas señales y abrió muchos espacios que parecían programados
para el Embajador. Especialmente llamó la atención que le
preguntara si él estimaba que USA debería pedir perdón a Chile. El
Embajador fue Embajador, pero sí dijo, muy erróneamente a mi
juicio, que consideraba que se habían equivocado, pero que era
tiempo de mirar al futuro. A
mí me quedó claro, de esa entrevista, que USA fue gran aliado de
la Concertación y no se siente muy acogido por la Nueva
Mayoría. En mi opinión ya han detectado esta tendencia y se
empiezan a preparar para recibir el envión político que se les
viene.
Yo
creo que debemos seguir esta ola con atención, ya que porta mucho de
nuestro futuro.
Doblar
la apuesta,
por Axel Buchheister
El anuncio del ex Presidente Ricardo Lagos de competir por una
candidatura Presidencial resultó inesperado y sorprendió. Desde
luego, porque él mismo había dicho que lo evaluaría y se
pronunciaría en marzo próximo.
¿Por
qué cambió? Sin dudas por el resultado que arrojó la encuesta CEP,
que fue confirmado por la Adimark que se conoció tras cartón de su
declaración: en ambas sólo un 5% manifiesta que le gustaría que
sea el próximo Presidente, con importantes segmentos del electorado
que no se definen.
Un mal resultado para un ex Presidente que tiene un 95% de
conocimiento, que abandonó el poder con sólida popularidad y cuya
candidatura para algunos es lo que se requiere ante crisis actual. Y
además, considerando que sus posibilidades de crecer no son
promisorias, ya que un porcentaje no despreciable de los que no se
pronuncian y buscan -implícitamente- otro nombre, ya votaron una vez
por él, lo que significa que de alguna forma lo están desestimando.
Entonces,
tenía dos opciones: bajar su pretensión o doblar la apuesta. El
hizo esto último, anticipando su determinación y lanzándose sin
esperar el resultado de las Municipales ni que se decantaran los
hechos. ¿Por qué lo hizo? Quizás porque evaluó que la
indefinición puede ser la causa que desdibuja su candidatura y que
la gente no la considere; que al pronunciarse, su nombre será más
nítido como una opción, y catalice adhesiones y apoyos. Pero sobre
todo, porque su temperamento lo impulsó, como lo evidenció (¿se le
salió?) en una entrevista radial: “no
acepto que se ponga en duda, que el día de mañana se diga que por
temor no seré candidato”. Al cabo, queda
claro que su ego es más fuerte que su cálculo político.
¿Le
resultará? Puede ser, ya que no pocas veces la vida premia la
audacia y la decisión. Al menos, ya descolocó a todo mundo. Pero se
ve difícil, pues para la izquierda dura e intransigente, cada vez
más gravitante, su pretensión es intragable.
De hecho,
mientras daba la entrevista radial, afuera lo “funaban” sectores
radicalizados, que se organizaron de un momento a otro.
Es que ya no son los tiempos de antaño, cuando era un líder
indiscutido; y a él no le gusta que le discutan. De hecho, si es el
candidato, muy probablemente sólo sucederá con ocasión del quiebre
de la Nueva Mayoría y de una realineación de fuerzas hacia el
centro. Y está por verse si eso acontecerá.
En
mi opinión, finalmente no será candidato y terminará bajándose.
Por una cuestión de ego. Algunos dicen que él no perseverará si
advierte el riesgo de perder en la primaria o en la elección. No es
eso, ese riesgo ya lo aceptó con su anuncio, sino por el peligro que
envuelve ganar y que su segundo período sea un desorden, como ha
sido el de Michelle Bachelet, debido a que la izquierda no le
obedezca y no lo deje Gobernar como quiere.
Que
la historia consigne que tal Gobierno no fue bueno, como recordará a
la actual Presidente, eso para Ricardo Lagos, que incluso ha invocado
los desafíos del planeta para lanzar su nueva candidatura, es
sencillamente inaceptable. Preferirá que quede en la memoria su
único mandato.
Los
límites de la política monetaria y el débil crecimiento mundial,
por Vittorio Corbo.
El
fin de semana pasado tuvo lugar en Jackson Hole, Estados Unidos, la
Conferencia Anual del Banco de la Reserva Federal de Kansas City,
reunión que se ha transformado en un importante foro de banqueros
centrales y académicos para discutir el rol y las opciones de
política monetaria en los Estados Unidos y el mundo. Esta vez el
tema central fue "Diseñando Marcos Resilientes de Política
Monetaria para el Futuro".
Aunque hubo muchas propuestas de nuevos marcos de política monetaria, la discusión fue dominada por la preocupación de que, a nueve años del inicio de la crisis financiera desatada por el problema de las hipotecas subprime, las principales economías avanzadas todavía están atrapadas en una espiral de baja inflación y modesto crecimiento, a pesar del uso agresivo de estímulos monetarios y financieros no convencionales, impensados antes de la crisis, los que han llevado las tasas de interés de política a niveles cercanos a cero o, derechamente, bajo cero en términos nominales.
El bajo crecimiento se atribuye a las crisis y su legado en los países avanzados: alto endeudamiento de empresas, hogares y Gobiernos, problemas de balance y más cautela de los bancos, excesos de capacidad productiva, e incertidumbre sobre el crecimiento futuro. Pero también hay factores estructurales, como son la caída de la tasa de crecimiento de la productividad iniciada antes de la crisis, factores demográficos y el exceso de ahorro global.
Con respecto a lo que puede hacer la política monetaria en estas circunstancias, una de las frases más repetidas en la discusión fue que se le está pidiendo demasiado a la política monetaria y que, ahora más que nunca, se requiere de la colaboración de políticas públicas en el área Fiscal y regulatoria, para expandir la demanda agregada y darle un impulso al crecimiento potencial.
El tenor de la discusión para la política monetaria lo resumió muy bien Agustín Carstens, Presidente del Banco Central de México: "Lo que sale de estas discusiones es que (los bancos centrales) están alcanzando los límites. En muchos países el activismo de la política monetaria ha completado su trabajo".
Otro tema central, relacionado con el punto anterior, fue la preocupación de cómo hacer frente a una eventual recesión mundial causada por algún shock (donde shocks posibles son la situación política de Italia, la evolución de China, recrudecimiento del terrorismo, y en Estados Unidos, los ajustes de su política monetaria y el posible triunfo de Trump en las elecciones Presidenciales), en circunstancias en que las tasas de interés de política monetaria son cercanas a cero o negativas, las políticas monetarias y financieras no convencionales ya habrían alcanzado su límite en cuanto a efectividad, y la política Fiscal no está disponible por restricciones de economía política.
Pero también en la conferencia hubo mucho interés en dilucidar el curso más probable de la política monetaria en Estados Unidos, en un contexto de modesto crecimiento, pero con un mercado laboral dinámico (se han creado en promedio 190.000 empleos mensuales durante los últimos 3 meses con salarios nominales creciendo 2,6% anual y la tasa de desempleo se encuentra bajo el 5%), y con la medida de inflación subyacente preferida de la Reserva Federal (Fed) -la variación del Índice de Precios del Gasto en Consumo Personal (PCE)-, acercándose a la meta del 2%. Está en un 1,6% anual.
En la reunión de Jackson Hole, la Presidente del Consejo de la Fed, Janet Yellen, manifestó que la opción de una nueva alza en la tasa de política monetaria se ha fortalecido en los últimos meses. Con todo, un alza prematura en la tasa de política puede terminar abortando la aún modesta recuperación y dejar a la Fed con pocos instrumentos para luchar contra una eventual recesión. Además, con una inflación del PCE que ha estado por mucho tiempo bajo el 2% (su promedio de los últimos 8 años es de solo 1,12%), se van a requerir episodios de inflación sobre el 2% anual, por algún tiempo, para que la tendencia inflacionaria regrese a la meta.
Todo esto me lleva a concluir que la Fed va a ser muy prudente y muy gradual en su alza de tasa. Esto es especialmente el caso ahora que nuevas estimaciones apuntan a que actualmente la tasa de interés real neutral en Estados Unidos, esto es, la tasa compatible con un nivel de producto igual al potencial y una inflación igual a la meta, es cercana a cero, bastante por debajo del 2,3% estimado para el año 2007 (Holston, Laubach y Williams, 2016).
La reducción en la tasa de interés real neutral es una consecuencia de factores demográficos, de la menor tasa de crecimiento del producto potencial, y del exceso de ahorro en el mundo. La caída en la tasa de interés real neutral entre los años 2007 y 2015 es muy similar para la zona euro.
¿Qué esperar del crecimiento mundial en estas circunstancias?
En esto hay una buena y una mala noticia. La buena noticia es que cifras recientes apuntan a que la desaceleración del crecimiento mundial habría tocado fondo. La mala noticia es que lo más probable es que el crecimiento mundial siga siendo modesto, dado que la demanda agregada todavía se mantiene débil, especialmente la inversión, en un contexto de rendimientos decrecientes de la política monetaria, y de incapacidad política en Estados Unidos y la zona euro para introducir programas de infraestructura pública que contribuyan a estimular esa demanda y reformas estructurales que permitan aumentar la tasa de crecimiento de la productividad.
¿Qué debe hacer Chile en estas circunstancias?
Chile tiene que considerar tres factores. Primero, las consecuencias de un período prolongado de crecimiento mundial modesto y con importantes riesgos. Segundo, bajos precios del cobre (y de otros productos primarios) por algunos años, producto de un mediocre crecimiento mundial, el cambio en la composición del crecimiento de China desde inversión y manufacturas hacia consumo y servicios -que está resultando en tasas de crecimiento más bajas y una menor intensidad de productos primarios por unidad de producto-, y una mayor oferta mundial de cobre y de otros productos primarios asociada a la maduración de proyectos que se iniciaron hace unos años.
Tercero, ajustarse a la realidad de navegar en un escenario poco favorable y lleno de riesgos. Esto hace necesario reforzar las defensas y reducir la incertidumbre de las políticas internas. Aquí podemos mencionar tres componentes esenciales:
Uno, es más necesario que nunca respetar la regla Fiscal. Ello se debe complementar con la institucionalización del Consejo Fiscal para aumentar la credibilidad de la regla y auditar los compromisos Fiscales de las Leyes vigentes.
Dos, fortalecer la regulación y la institucionalidad financiera.
Tres, reducir la incertidumbre sobre el curso de las políticas y acelerar la agenda procrecimiento para contribuir a crear un ambiente más favorable a la inversión, facilitar los ajustes de las empresas y los aumentos de productividad, y darle un impulso al crecimiento potencial.
La
última oportunidad,
por
Héctor Soto
Se olía, se presentía, era una posibilidad, pero aún estaba verde. El
Presidente Lagos madrugó esta semana a la cátedra y a medio mundo
anunciando su disposición de competir en la próxima elección
Presidencial.
Les puso así un tapabocas a todos los que estaban diciendo que él
nunca se atrevía, que sólo le gustaban las sandías caladas, que
prefería no competir y que era de los que exigían procesiones a
Caleu -su lugar de descanso- para dignarse a dar el sí.
No
hubo procesión ni tampoco ruegos y, sin embargo, se abrió a
competir. Lo hace incluso antes de lo que había dicho, puesto que
según él iba a tomar la decisión en marzo, bastante después de la
elección Municipal. La verdad es que esa espera era inconducente. Es
poco lo que la Municipal agregará al tablero político. Y son varios
los contendores que podrían adelantársele si seguía prolongando su
definición para siete meses más. El ex
Presidente siente que su oportunidad es hoy, cuando este Gobierno
está en la hora del lobo, en la cuerera del descrédito, en la
burbuja ingrávida del vacío de poder, y
entiende que no hay mejor nombre que el suyo para llegar a comandar
este buque a la deriva que es el oficialismo en la actualidad.
En
eso -qué duda cabe- tiene toda la razón. A
diferencia de Bachelet, que se sustrae, que no se compromete, que
elude, que se cuida y deja los temas colgando en la indefinición, el
ex Presidente Lagos sabe mandar. Sabe dirimir. Incluso por carácter
es un poco autoritario. Y no quiere que le vuelva a ocurrir lo que le
pasó el 2009, cuando quiso y no se decidió a tiempo. Esta vez no.
Quiere y está a tiempo, lo cual no necesariamente significa que
tenga la nominación asegurada y -menos- que tenga el triunfo en el
bolsillo. Era ahora o nunca. Por edad, Lagos está al filo de esa
etapa gloriosa de la vida, donde los Estadistas tienen derecho a
mirar, a opinar, a ser consultados, a ponerse al medio en la foto,
pero ya no a colocarse en las líneas de trinchera.
La
candidatura de Lagos va a enfrentar dos grandes, gigantescos
desafíos. El primero será convencer a los partidos de la Nueva
Mayoría de ser la mejor carta para todos ellos. El ex Presidente
está mejor posicionado en las encuestas que el resto de los
precandidatos del sector y en esto el pragmatismo de los partidos
efectivamente podría jugar a su favor. Pero la decisión por
supuesto que no será fácil. Lagos la tiene difícil hasta en sus
propias tribus. Hay una parte del PPD, la más embriagada en las
dinámicas de la retroexcavadora, que lo resiste a dientes y uñas y
otro tanto ocurre en el PS, quizás porque en ningún otro partido
llegó más lejos que allí el sentimiento de culpa de haber
respetado tanto los consensos y de haber sido tan socialdemócrata en
los años de la Concertación. Lagos ciertamente que no es un buen
nombre para continuar la fuga de la Nueva Mayoría hacia la
izquierda. Al contrario, es el capitán que esa flota necesita para
volver más al centro.
No
hay duda que Lagos tiene rating en la DC. Pero como este partido no
quiere seguir desperfilándose -hoy se parece más a una jalea que a
la flecha roja que siempre lo identificó- es comprensible su
decisión de levantar precandidatos. Lagos va a tener que pedir
explícitamente el apoyo de este partido, porque no le volverá a
caer del cielo.
Si lo hace, los DC serán quizás sus mejores adalides. Pero antes
tendrá que ponerse de acuerdo en un programa mínimo y máximo,
porque la DC no resiste un minuto más en la olla a presión
doctrinaria donde este Gobierno la puso .
Queda
el PC, que obviamente el ex Presidente querrá convocar. Lagos no se
compra la idea de que esta colectividad sea la bestia negra de la
actual coalición. Si lo ha sido es porque invariablemente Bachelet
ha estado de su lado, abdicando a ejercer el rol de árbitro que le
correspondía dentro de la coalición. Pero los comunistas son
pragmáticos antes que nada, y si el ex Presidente llega a demostrar
que es él quien mejor puede darle proyección al conglomerado, no
cabe duda que los tendrá a su lado.
El
segundo desafío del ex Presidente será más complejo, porque en los
próximos meses se verá hasta dónde puede conectar con el Chile de
hoy. Lagos, después de haber quedado en la percepción de cierta
izquierda como el símbolo de la Concertación entreguista y como el
hombre de confianza de la elite, tiene muchas resistencias por
desmontar y prejuicios por remover.
Y puesto que no está marcando mucho en las encuestas, está, además,
en duda si un liderazgo como el suyo es congruente con los tiempos
que corren y con el Chile de la calle, que hasta aquí representa
poco, pero que en este Gobierno ha influido mucho. Lo favorece, sin
embargo, el hecho de llegar con una agenda de horizontes más
amplios, de tener estatura republicana para afrontar los problemas de
legitimidad que actualmente tiene el sistema político y de ser un
líder que asegura al oficialismo lo que este Gobierno no le ha dado:
dirección, esto es, mando y peso específico, jerarquía y carácter.
Si
Lagos decidió bajar a la arena Presidencial es -como dijo Carlos
Peña- porque cree tener buenas posibilidades de ganar o buenas
razones para perder. Esto último hace un poco de ruido en su caso.
Lagos
no está para campañas testimoniales ni tampoco para salir a sembrar
ahora con miras a cosechar en el futuro. Entre otras cosas, por
restricciones de tiempo. De suerte que para un político de su
contextura no hay derrota que valga. Como a Sebastián Piñera, a
Lagos sólo le sirve el triunfo.
Para demostrar dos cosas: que se la pueden y que el nuevo ciclo
político anunciado por Bachelet en realidad fue un fiasco.
Ley
Reservada del Cobre y Codelco.
La
difícil situación financiera que enfrenta Codelco y los inmensos
requerimientos de inversión que requiere para mantener su posición
competitiva en la industria han vuelto a poner en el tapete de
discusión la Ley Reservada del Cobre.
Desde el retorno a la democracia, todos los Gobiernos siguieron la política de retirar el 100% de sus utilidades y destinarlas a sus propias prioridades. Así, si no hubiese habido dicha Ley, el 10% que recauda hubiese engrosado las utilidades de la compañía, y, por lo tanto, también hubiese sido retirado por el Fisco. Es decir, no es la Ley Reservada del Cobre la que ha impedido a Codelco invertir más recursos propios en sus proyectos, sino que la política de retiro de utilidades que han seguido los Gobiernos. Solo ahora, cuando Codelco tiene pérdidas, esta Ley acumula fondos que sin ella no hubiesen sido retirados.
Por otra parte, la Ley Reservada del Cobre les da a las Fuerzas Armadas un piso de recursos para comprar equipos militares, y no deja su adquisición sometida a los avatares de la discusión anual de la Ley de Presupuestos. Por eso, en rigor, la discusión que está detrás de su eventual derogación es cómo se mantendrá el nivel de preparación y capacidad de disuasión que las Fuerzas Armadas deben poseer para resguardar la seguridad del país. Ello requerirá, seguramente, de pisos mínimos y presupuestos plurianuales. Los primeros son resistidos por Parlamentarios, para quienes los gastos militares son prescindibles, y los segundos, por los Ministros de Hacienda, a quienes no gusta la rigidez de partidas presupuestarias previamente definidas. De ahí que a los Gobiernos les ha resultado más cómodo no Legislar que enfrentar ese debate, pues es difícil defender en el Parlamento la asignación de presupuestos a las Fuerzas Armadas, y, en cambio, les es más fácil que ellos estén previamente asignados por la Ley Reservada del Cobre. Con todo, corresponde, en una democracia moderna, que ese debate se dé, y que los Parlamentarios definan con responsabilidad de futuro cómo abordar los necesarios gastos militares que el país requiere.
En relación con Codelco, si los Gobiernos han preferido utilizar sus excedentes para otros fines que reinvertirlos en la empresa, ello solo ilustra las dificultades que estos tienen para asignar recursos en el largo plazo. Y si eso es así, ¿no será el minuto de someter los proyectos de Codelco a la prueba ácida de atraer capitales privados a su patrimonio, como está haciendo México con su petróleo? Ello no solo evitaría seguir presionando al Fisco por recursos con que no cuenta, sino que, además, permitiría averiguar el verdadero valor de la empresa y cuán atractivos son en realidad sus proyectos.
Pueblos
bien informados
dificilmente
son engañados.