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martes, 1 de septiembre de 2015

Temas para la meditación....

Las encuestas siguen siendo un dolor de cabeza para el Gobierno de Bachelet,
la de Cadem Plaza Publica no fue la excepción, los números del Gobierno
y la Presidente siguen siendo malos y señalan a una administración
impopular.
Sin duda alguna la imagen de la reciente semana fue la pasada de parte de la
caravana de los camioneros de Temuco frente al Palacio de La Moneda. La noticia
un Gobierno inepto e improvisador que permitió que fueran agredidos por
matones oficialistas.



Camiones: un mal día para el Gobierno.

por Sergio Melnick.




Todos los errores del Gobierno en el tema de los camioneros superan la ficción. Se hicieron puros autogoles no forzados producto de una improvisación sin parangón.




La trama: una marcha de apenas 13 camiones que sólo quieren hacer visible un problema muy serio que el Gobierno no quiere enfrentar: la delincuencia y el terrorismo que los afecta en su trabajo. No están pidiendo subsidios, concesiones, bonos, rebajas de bencina, ni regalos, etc.: simplemente que se visibilice un problema que no da para más. ¿Qué deseaban? Sólo llegar a La Moneda, mostrar los camiones quemados y entregar una carta en forma pacífica. ¿Era mucho acaso?




¿Y qué hacen las luminarias del Gobierno? Primero anunciar a voz en cuello que no pueden entrar a Santiago; los torean y alardean desde el poder. Luego los empiezan a hostigar en la ruta: no los dejan entrar a las ciudades, les bloquean el acceso a las bombas de bencina, simplemente bajezas de no creer. Matonaje de barrio. ¿Y qué logran? Que el país entero se empiece a preocupar de la marcha de los camiones. Las redes sociales se incendian y el apoyo a los camioneros es masivo. Todo el país está hoy acosado por la delincuencia, por eso la simpatía con los camioneros sólo podía crecer, y así fue. Cientos de Carabineros dedicados -por orden del Gobierno- a hostigar a las víctimas como si fueran los victimarios. Y entre medio de todo esto se suma un escándalo político con la remoción del Intendente que sale tirando el mantel, mostrando pugnas internas del Gobierno y la Nueva Mayoría. Todo mal.




Finalmente los camioneros siguen su avance a Santiago. Entonces los genios del Gobierno aumentan el tono diciendo que bajo ninguna circunstancia llegarán a Santiago para no afectar la vida cotidiana de la capital. Que marchan las personas no los camiones, un argumento de muy pequeña monta. Pero al mismo tiempo, la Alameda está totalmente cerrada por una manifestación estudiantil, cuidada por otros cientos de Carabineros y con un tremendo perímetro que hace invivible el centro una vez más. Hay que recordar que el mismo Intendente cuidó una marcha no autorizada, por ende ilegal, y otra nocturna que culmina con una violencia inusitada. Todo ello ciertamente mucho peor que una marcha de 13 camiones pacíficos, que duraría quizás una hora y chao.




El drama sigue. De manera casi delirante, un Seremi de Transporte dicta un decreto para que ningún camión pueda entrar a Santiago por 20 horas. Un experto en transporte debió representar el problema que causaría, y si fue obligado a hacerlo, nunca firmarlo y renunciar, ¿o no? Bueno, lo firmó y así logran bloquear los 13 camiones en Angostura, pero también a otros muchos cientos de camiones impedidos de pasar que quedan parados y se bloquean así las carreteras, o se hacen tacos monumentales, afectando la vida de miles de personas, mucho más que lo que ocurriría en Santiago. Esto dura todo el día y es cada vez peor, ya que frente a este absurdo, el gremio nacional entero empieza a solidarizar, primero en las rutas a Valparaíso y San Antonio, y luego en distintas partes del país. Un problema chico, realmente menor, es transformado en un tema nacional de grandes alcances, sin necesidad alguna. Sólo mal manejo. Durante el día las autoridades endurecen aún más el discurso y señalan que jamás entrarán a Santiago. Incluso llegan a insinuar el uso de la Ley de Seguridad del Estado, justo lo que debiera ocurrir en La Araucanía con los delincuentes, no con las víctimas. Los cientos de camiones parados por el decreto, más los otros cientos que solidarizan de manera creciente encienden un tema nacional.




Finalmente en el Gobierno se dan cuenta del tremendo error de manejo de este problema. Tienen entonces y obligadamente que negociar, y ceder. Se tienen que retractar de todo lo esencial, y los camiones siguen a Santiago y llegan a La Moneda. Las explicaciones públicas que intenta Orrego son para llorar a gritos. Aleuy desaparece luego de todas las amenazas y advertencias que hizo durante el día. ¿Se acuerdan de “cajero robado, banco multado”? Aquí hay un patrón.




El resultado fue un despelote descomunal en las carreteras, la evidencia de una total improvisación del Gobierno, la falta de mando Presidencial, el logro de una visibilidad que los camioneros no se imaginaron en sus mejores sueños, y la llegada simbólica a La Moneda. Una derrota de proporciones más allá de los eufemismos, todo innecesario. Y para remate, a una cuadra de La Moneda, los camioneros son cobardemente agredidos a vista y paciencia de los Carabineros e incompetencia total del Gobierno en seguridad.




Preguntas: (1) ¿Habrán responsables de este increíble chascarro? (2) ¿Qué sigue en políticas públicas para que no se repita? (3) ¿Qué piensa la Presidente de todo esto? (4) ¿Cómo se reflejará esto en las encuestas de mañana? Otro muy mal día para el Gobierno. Burgos igual dio la cara y se anotó un punto a favor.






¿Se puede construir confianza?,

por Eugenio Guzmán.




La confianza es uno de los temas más recurrentes hoy día. Existe una extensa literatura que ha ido desentrañando los factores más relevantes a la hora de explicar qué factores se encuentran asociados a su emergencia y sus efectos. No obstante, a la hora de responder la pregunta de cómo se puede generar confianza, las recetas no son fáciles. Una de las razones es que la generación de confianza supone el diseño de instituciones o, al menos, políticas, que a su vez inciden sobre las conductas de los individuos. Y son precisamente ellos los que finalmente juzgan cuán confiables son tales diseños o a quienes los diseñan. Si la confianza interpersonal no sobrepasa el espacio familiar, y tanto los extraños como las instituciones (privadas y públicas) son vistos con recelo, cualquier mecanismo proveniente de aquellos estará sujeto al fracaso.




La confianza es el resultado de una práctica. Sólo en la medida que se experimenta se aprende a confiar, y ello depende de nosotros y de los otros. No basta con ser crédulo o que por razones estructurales de nuestra personalidad confiemos en los otros. Es necesario que el ambiente donde nos desenvolvemos también lo sea. En el extremo, personas recelosas (de otras) podrían comportarse como si fueran confiadas –digamos no poner rejas a sus casas–, si saben que quienes intenten entrar sin permiso serán descubiertos y sancionados.




Luego, cuando hablamos de confianza no sólo estamos hablando de una actitud o disposición psicológica, sino también del ambiente en que se actúa. Suponer que podemos crear confianza a través de tales o cuales políticas no pasa de ser voluntarismo. Pero existen algunas pistas para construir confianza. Aplicar sanciones cuando la Ley no se cumple es lo más obvio. Un funcionamiento institucional eficiente y efectivo en respuesta a la demandas por servicios excluye el favoritismo y aumenta la confianza. También la creación de redes en torno a la escuela, incorporando a los padres, ha resultado ser un activo importante para la generación de confianza, lo mismo que mecanismos de microcrédito, en materia de creación de redes.




Estos ejemplos ilustran que, más que una política, la clave es la aplicación de las normas y fomento de prácticas. Tenemos las herramientas para ello.




Fantasmas del pasado: pésimos consejeros,
por Roberto Ampuero.




¿Cabe imaginar un peor autogol que el que se marcó este jueves el Gobierno al prohibir el paso de 13 camiones frente a La Moneda? ¿Cómo entender que políticos experimentados conviertan una manifestación de víctimas del terrorismo en un reality que tuvo al país en vilo por 24 horas? ¿Cómo justificar que en el día más decisivo de la administración brillara por su ausencia la Presidente? Y todo era al parecer manejable: autorizar la caravana, escoltarla con Carabineros, recibir a la misiva en Palacio, ofrecer un tecito, y por la noche mostrar en los noticiarios a un Gobierno que sabe escuchar a todos.


Que tenemos un liderazgo errático lo ratificó la prohibición/autorización a los camiones, que de no haber sido levantada pudo acarrear consecuencias desastrosas. Pero la causa del yerro no radica solo en la impericia Gubernamental sino también en otra cosa: Los fantasmas del pasado. El ala más radical de la Nueva Mayoría nutre su Weltanschauung de una interpretación maniquea de la Unidad Popular y, por ello, reacciona hoy de forma visceral y con pánico frente a los transportistas, que en 1973 jugaron un rol crucial en el fin de Salvador Allende. Más que a 13 camiones cargando carcasas de vehículos incendiados, Palacio vio venir a miles de camiones encabezados por León Vilarín, los que con su paro nacional indefinido sellaron la suerte de la UP. Así cuesta adoptar medidas sensatas.


Con los camioneros, a la Nueva Mayoría le ocurrió lo que a Bachelet con el Estado de Excepción tras el terremoto del 2010. Pese al vandalismo, le costó decretar el Estado de Excepción para restablecer el orden, porque implicaba sacar a los militares a la calle (que fueron recibidos con vítores por la población). ¿La razón? Los fantasmas del pasado. Estos le impedían entender que sus fuerzas armadas habían cambiado. Tanto frente a los militares el año 2010 como frente a los camioneros esta semana, sospecho que a Bachelet la traicionó su, a ratos, anacrónica visión de mundo, que incide desde luego en su visión de la UP, las fuerzas armadas, los camioneros, el país y las vías para transformarlo.


Más que por ideologías, el Estadista debe orientarse por las realidades. La ideologización de la Nueva Mayoría está no obstante a la vista: en su reciente viaje al extranjero, Bachelet celebró a Allende y destacó aspectos de la extinta RDA. Recordemos que el Partido Comunista chileno felicitó al dictador norcoreano Kim Il Jong al ser entronizado, tal como lo fueron su padre y su abuelo; no olvidemos que el MAS y la IC respaldan al régimen de Maduro, y que Diputados del sector ven en Fidel Castro un "faro y guía" latinoamericano. No digo con esto que la Nueva Mayoría planea construir una Corea del Norte, pero sí que resulta inquietante que modelos de dudoso carácter democrático inspiren a tanta gente que ejerce influencia gravitante en el Gobierno. Más que ideologismo, en el Gobierno se precisa pragmatismo, como el de Jorge Burgos, que reconoce errores, los rectifica y estima que negociar y llegar a acuerdos en democracia no humilla a nadie.


Las decisiones de este jueves no solo volvieron a mostrar el zigzagueo de La Moneda sino que contribuyeron también a convertir a los camioneros -y a través de ellos a todas las víctimas de la delincuencia y el terrorismo- en el gran Juez de la gestión oficialista en este ámbito. El gremio advirtió que puede volver a Santiago si los problemas no son resueltos. Y el panorama pinta mal. Este jueves, el Gobierno no logró garantizar ni ante La Moneda la seguridad de las personas. Jorge Luchsinger, hijo del matrimonio quemado vivo en su casa de La Araucanía, y sus acompañantes fueron impunemente agredidos por turbas con banderas de izquierda, que también apedrearon a los camiones. La escena mostró la creciente polarización de Chile y nos recordó a países donde el oficialismo, bajo la consigna "no dejar que la reacción salga a la calle", ataca a opositores en cuanto estos salen a manifestar. Tomás Borge hablaba de "mis turbas divinas", Fidel Castro de "reacción espontánea", y Hugo Chávez de "ira popular".


En medio de este panorama desolador, parece particularmente inapropiado que ciertos políticos se proclamen ya candidatos Presidenciales para el 2017. Más que soñar con entrar a La Moneda el 2018, hoy los líderes deben ocuparse de cómo aportan para que el país llegue a esa fecha sin más sobresaltos. Para eso deben ocuparse, primero, del agobiante ahora y de promover el reencuentro nacional y acuerdos políticos que devuelvan a Chile a la convivencia cívica, la senda del crecimiento, la seguridad y el liderazgo efectivo. Hay que mirar hacia adelante unidos. El gran enemigo de este esfuerzo son los fantasmas del pasado.



El miedo es cosa viva…
por Fernando Villegas.





Los camioneros y sus protestas o siquiera la amenaza de que protestaran les causan pánico a La Moneda y su coalición. Ya vimos a qué extremos llegaron el jueves, inspirados por Su Majestad el Miedo, por detener y abortar una caravana de sólo 13 camiones. Para esos efectos desenvainaron una suerte de “ukase” -prohibición de entrar a Santiago- quebrantando toda norma jurídica y Constitucional, amén de desplegar a las Fuerzas Especiales de Carabineros y  tomar medidas que nunca toman cuando la marcha o manifestación es protagonizada por los compañeros combatientes. Con los camioneros actuaron de otro modo porque inevitablemente recordaron el paro que terminó por desarticular el Gobierno de Allende y preludió el Golpe Militar; revivieron esa pesadilla, comenzaron a ver sediciosos por todas partes, los camiones se convirtieron en una columna pánzer y sus conductores en miembros de la SS. Quizás hubo incluso algunos caballeros, víctimas de traumas incurables por la ciencia médica, que se imaginaron saltando por segunda vez los muros de las Embajadas, lo cual ahora, a los 60 o 70 años, sería tarea más dificultosa. Ya no hay salud para esos trotes.




La izquierda vive todo el tiempo con sobresaltos de ese tipo. Se obstinan con tan tristes recuerdos y se frotan las heridas para una perpetua supuración que es parte de su cultura grupal y temperamental, de su legitimación como víctimas, fundamento visceral de sus quejas y de sus pretensiones siempre fallidas de transformar el mundo. No por nada el recién nominado Intendente de La Araucanía, hombre de dicha “sensibilidad”, no se demoró un segundo en soltar una muy desafortunada frase asociando a la derecha exclusivamente con el uso de la fuerza. Es un reflejo condicionado nacido del temor, a lo cual se une esa rutinaria y conocida paranoia en virtud de la cual sus cultores suelen ven “fachos” y “golpistas” por todas partes. Recuérdese cómo, apenas iniciado el régimen de la Concertación, un “ejercicio de enlace” en el que participaron quizás una docena de militares con la cara camuflada con betún Virginia puso los pelos de punta a las autoridades de entonces. De hecho gran parte del motivo y premura que promovió los acuerdos y las cautelas de esos años fue ese temor, el fantasma del Golpe, el de ser expulsados una vez más.




Son pánicos completamente infundados. El país vive en otra época y no hay ni una gota, ni una molécula de agua en la piscina de las intervenciones castrenses. Las FF.AA. son hoy por hoy un cuerpo domesticado, aun apabullado por su historia, acoquinado, arrinconado y dócil. Si alguien tuviera la peregrina idea de ir a tocarles el timbre, le gritarían desde adentro “no hay nadie”. O, como en ese chiste, “ya dimos”. Tampoco hay motivo; al país no le va bien, la inflación ya asomó su feo rostro y también lo hicieron la cesantía, la incompetencia y/o confusión de las autoridades en casi todas sus gestiones es colosal, el debilitamiento del orden social muy grande, los delincuentes disfrutan de impunidad, los grupos extremistas se han adueñado de parte del territorio nacional y de los espacios públicos de todas las ciudades, los estudiantes no estudian, los profesores apenas profesan y la mala leche circula a borbotones, PERO fuera de eso, haciendo abstracción de todo eso, estamos bastante bien, gracias.




¿Estado fallido?



En medio del batifondo del jueves el Ministro Burgos hizo acto de presencia y soltó algunas frases muy significativas. Reconoció que el Estado ha fallado en lo que toca a impedir o al menos detener y procesar a los autores de incontables atentados de todo tipo en La Araucanía, con lo cual no sólo reconoció un hecho evidente, sino, de soslayo, puso entre paréntesis la completa visión oficial de la NM relativa a los fenómenos que se producen en esa zona. Para la NM la falla del Estado NO CONSISTE en no haber detenido, procesado y sancionado a los culpables de las trapacerías, sino en no haber hecho siquiera aproximadamente lo que quiso proponer el defenestrado Intendente Huenchumilla, a saber, posibilitar un territorio autónomo para el pueblo mapuche, declarar a Chile como Estado multinacional y expropiar las forestales. Para la izquierda que el Estado NO HAYA HECHO ESO o siquiera parte de eso sería el déficit, NO la casi inexistente persecución policial y Judicial de los hechores de atentados.




El evento, entonces, como ha sucedido con casi todos los que nos ha ofrecido la actual administración, manifestó por enésima vez el insalvable abismo que media entre los revolucionarios de la NM que quieren chicotear las reformas a todo caballo y los miembros de la antigua Concertación, quienes desean detenerlas, aunque por razones tácticas no hablan de pararlas, sino de “graduarlas”. Sus adversarios lo ven claramente y no lo quieren permitir, pero tampoco pueden evitar que Burgos y otros lo intenten y suelten frases como la del jueves.




Hay, entonces, un caso de Estado fallido, pero es preciso dilucidar en qué sentido. Si entendemos el término en su acepción normal, en ese caso tenemos efectivamente un Estado al menos parcialmente fallido porque ha sido y es incapaz de cumplir a cabalidad con la primera tarea de todo Estado, la preservación de la Ley y el orden. Y lo ha sido no por simple incompetencia -aunque ha habido una generosa porción de aquella- sino porque los miembros de este Gobierno, desde la Mandatario hasta los ascensoristas, están en importantes grados de acuerdo con la visión de Huenchumilla y con todas las visiones que catalogan, hoy, cada despelote público como una “lucha social”, cada acto de vandalismo como una “expresión de cultura popular”, cada desorden como un acto democrático, cada asamblea celebrada a empellones como un “debate”.




Cantinflas vs. Robespierre.



¿Quién, qué sector ganará la contienda? ¿Los moderados encabezados por Burgos o los revolucionarios encabezados -o más bien sólo vociferados- por la troika Navarro-Quintana-Teillier? Y el ganador, sea quien sea, ¿ganará sobre la sola base de la superioridad política e ideológica o recurrirá a la fuerza, ya sea pública y legal o privada e ilegal?




Los precedentes históricos de este tipo de situaciones informan que el ganador suele ser el grupo más radical, nunca los moderados, quienes, por serlo, carecen de cojones, razones y sobre todo de voluntad para imponer sus vacilantes puntos de vista.


Pero, por otra parte, aunque la historia se repite, se repite en la rima, no en el verso. O tal vez, como dijo Marx, los sucesos históricos importantes se manifiestan primero como tragedia y luego como comedia. Como la tragedia ya la vivimos en 1973 y años siguientes, se deduce que esta vez será como comedia, elemento ya notorio en las frases y posturas de Sus Excelencias.




Tal vez, Dios mediante, un país con ingreso promedio de 15-20 mil dólares ya no se presta para pampiroladas más allá de las protagonizadas por una sarta de niñitos y una cohorte demográfica de veteranos en busca de la Fuente de Juvencia. Tal vez en esta oportunidad no será Robespierre sino Cantinflas quien gane la mano. Mientras tanto, vivimos en crisis…




Sin un cobre,
por Guillermo Larraín.





La semana pasada el cobre cerró en 2,35 dólares la libra. Desde que alcanzó su máximo histórico de 4,48 dólares la libra, en febrero de 2011, no ha dejado de caer.




Entre 2004 y 2014 Chile vivió un período de “vacas gordas” gracias a la exuberante demanda china por materias primas. El Estado recibió recursos que, superávit estructural mediante, en parte se ahorraron en fondos soberanos. Estos se usaron durante las “vacas flacas”: en la crisis de 2008, Chile financió una buena política Fiscal contracíclica. El supuesto era que se trataba de una situación de corto plazo y no era necesario un ajuste fiscal mayor.




La situación hoy es distinta. China no vive una crisis todavía, pero todo indica que sufrirá una importante desaceleración estructural. Las autoridades han intentado evitarlo y no han sido capaces. Esto significa precios de materias primas más bajos por más tiempo y, como Chile vive de materias primas, el ingreso nacional sufre las consecuencias.




¿Qué hace una familia que enfrenta una caída en sus ingresos? Se endeuda, reduce gastos o aumenta ingresos. En el caso de un país, la situación es similar. Veamos.




Algo de endeudamiento. Esta solución no puede ser un componente principal si la caída de ingresos es permanente. La razón es simple: ¿cómo alguien podría pagar una deuda si sus gastos exceden a sus ingresos? Para un país la cosa es más compleja y la deuda puede ayudar a suavizar el ajuste del gasto.




Reducir gastos es controversial y conflictivo, pero cuando el ingreso nacional cae de forma duradera, es necesario que el gasto, en particular el Fiscal, se ajuste. Esto será complejo: en los últimos diez años el país se involucró en incrementos de gasto público alimentados por una percepción del crecimiento de largo plazo que, a la luz de la situación actual, era optimista.




Mayores ingresos para el Estado pueden provenir de tasas de impuestos más altas, ampliación de la base de tributación —en parte por crecimiento económico— y utilidades de empresas públicas. La reforma tributaria ya fue lo que fue y Codelco, principal fuente de ingresos para el Estado, enfrenta una coyuntura compleja. Así, la salida menos dolorosa y más necesaria, pero más lenta, es reimpulsar el crecimiento.




¿Cómo hacerlo? Mediante crecimiento exportador, con otros productos y otros mercados. Por un tiempo se necesita un tipo de cambio alto, tasas de interés bajas e inflación controlada. En América Latina, Chile tiene las mejores condiciones para hacer esta ingeniería y lo está haciendo, pero se puede dar una orientación más clara para reasignar esfuerzos de inversión a estos sectores (incluyendo infraestructura y capital humano).




Esto toma tiempo. En el corto plazo no hay muchas alternativas a la frugalidad en los gastos y prudencia en el endeudamiento.






Empecinamiento absurdo,
por Axel Buchheister.




La protesta de los camioneros terminó en un éxito rotundo, que ni ellos mismos hubieran imaginado, como consecuencia del nulo manejo político del Gobierno y el empecinamiento absurdo de impedirla como fuera, aunque hubiera que violar derechos Constitucionales y normas legales.




Lo que pudo ser apenas una “pasada” corta de trece camiones por la Alameda frente a La Moneda, dando origen a unas notas marginales en la prensa, tuvo en vilo al país, mientras los medios de comunicación reporteaban en vivo durante todo el día. ¡Qué miopía política!




Todo comenzó cuando el Intendente Orrego decidió arbitrariamente negar a los camioneros el derecho de reunión y a manifestarse en las calles, para la cual la normativa sólo le autoriza a poner ciertas condiciones que resguarden el orden público y protejan los derechos de terceros, con el argumento que el derecho de reunión sólo está para las personas y no los camiones. Y lo dijo poniendo cara muy docta. Después, cuando los afectados no cedieron e insistieron, se buscó cómo impedir la manifestación, para lo cual hicieron que el “Seremi” de Transportes dictara una resolución prohibiendo el ingreso de camiones de más de dos ejes a la ciudad, excediéndose de sus facultades y usándolas para lo que no están previstas: establecer restricciones a la circulación por razones técnicas y no para mantener el orden público. Sabiendo que no podían discriminar entre camiones, prohibieron el ingreso de todos, lo cual llevó a un atochamiento en la mayoría de las rutas de acceso a Santiago, con la consiguiente molestia de los conductores de automóviles particulares y el apoyo de los transportistas de carga a nivel nacional. Tanto, que al final del día tuvieron que permitir que igual pasaran frente al palacio Presidencial, sin que ocurriera ninguna de las cosas graves que supuestamente justificaban la prohibición, salvo agresiones de quienes apoyan a los mapuches violentos, que creen -cabe suponer- que es legítimo quemar los vehículos y maquinaria de los que trabajan.




La UDI ha anunciado una acusación Constitucional contra el Intendente, que bien haría en presentar y sostener hasta el final, aunque todos sabemos que no tiene ninguna posibilidad de ser aprobada, sólo para que los chilenos tengamos la oportunidad de ver a los Diputados de la Nueva Mayoría defendiendo el doble estándar: apoyan la protesta social siempre que les favorezca; menos cuando se trata de víctimas de la delincuencia.




¿Quién es responsable de todo este despropósito? El Ministro del Interior, no hay otra respuesta, pues era su área de competencia y estuvo dirigiendo las acciones en La Moneda. Demostró poco apego al derecho y ninguna capacidad de manejo político, características en las que muchos confiaban que poseía y que nos iban a salvar de la retroexcavadora. Su falta de anticipación infligió un severo autogol al Gobierno, pero además prestó la oportunidad al gremio del transporte de carga para que se uniera y demostrara su poder. Y eso puede que no nos salga gratis a los chilenos, cuando se trate de demandas más cotidianas y de interés del sector.





Percepciones y confianza.





El Instituto Nacional de Estadísticas entregó hoy su informe de empleo del trimestre móvil mayo-julio, donde la tasa de desocupación alcanzó al 6,6% de la población económicamente activa. Esto representa un incremento de 0,1 punto porcentual respecto del trimestre móvil anterior y de los últimos doce meses.




El informe detalla también los sectores que lideran el aumento de la ocupación durante el último año (Construcción, Transporte y Comunicaciones y Administración Pública), y las mayores caídas (Servicio Doméstico y Electricidad, Gas y Agua).




Casi al mismo tiempo, la consultora Plaza Pública-Cadem publicó su informe semanal de opinión pública. Allí, un 59% de los encuestados califica la situación actual del empleo como mala o muy mala, y sólo un 28% tiene una percepción positiva. Respecto de la gestión del Gobierno en la creación de puestos de trabajo, un 64% la desaprueba. Además, el desempleo destaca como la principal preocupación económica, al igual como ocurrió en abril y junio.




Es fácil observar que la realidad del desempleo en Chile, a partir de lo que indican los números oficiales, no es tan negativa como indica la percepción ciudadana. Las cifras parecen controladas, por las razones que sea, y se comparan bien con la situación de otros países similares al nuestro.



Por un lado, esta brecha resulta lógica. Es un indicador que afecta directamente el bienestar de las personas y sus familias, por sobre problemas como la baja en el precio del cobre, el bajo crecimiento o la falta de inversión, cuyas cifras son peores pero cuyo impacto es más indirecto.




Por otro lado, sin embargo, los datos de la encuesta podrían confirmar un problema mayor: las personas no están confiando en la capacidad de las autoridades para revertir la desaceleración económica y el pesimismo respecto de la marcha del país. La crisis de ansiedad que viene manifestándose en la élite parece haberse extendido al resto de la ciudadanía.




Quizás el desafío más complejo del Gobierno no está en cambiar la orientación o mejorar la implementación de sus reformas. Son asuntos que se podrían resolver por medio de acuerdos políticos y una adecuada gestión técnica, respectivamente. Aunque en los últimos meses se hayan empeñado en demostrar lo contrario, nuestra clase política, incluso buena parte del actual oficialismo, han demostrado credenciales para ello. Más difícil podría ser revertir el desánimo que parece haberse posado sobre las personas.


Ramificaciones del "caso Caval".





Las aristas en torno al llamado “caso Caval” continúan multiplicándose, con el evidente daño político que ello ocasiona a La Moneda. Recientemente se conoció el antecedente de que las pericias que la Fiscalía ordenó realizar al computador del hijo de la Presidente Bachelet -empleado mientras ocupó el cargo de Director Sociocultural de la Presidencia- no arrojaron resultados. “Es un disco aparentemente vacío al cual se le borró la información”, dice el informe pericial de Carabineros.


El vocero de Palacio dijo que se trata de “una práctica regular”, aunque los expertos advierten que borrar la información no es fácil si se pretende hacer un trabajo de carácter profundo. Simultáneamente, la Fiscalía ha profundizado en otras aristas del caso, como la investigación de los contratos entre esta sociedad y un empresario de la Región de O’Higgins, que en apenas un año involucraron una facturación por parte de Caval de más de $ 1.380 millones por asesorías que van desde proyectos mineros hasta estudios sobre “profundidades marinas”.


Conforme se han ido conociendo estos antecedentes, parece obvio que el “caso Caval” excede solamente la controversia suscitada a raíz de la polémica compra de unos terrenos en la localidad de Machalí. Sus diversas ramificaciones hacen que este caso sea crecientemente delicado, porque involucra impropiamente a La Moneda y a las versiones que desestimaron sus alcances en un principio. De allí que resulte indispensable que el Gobierno continúe prestando toda su colaboración y asegure la disponibilidad de la información que permita aclarar los hechos investigados.




Transporte y aeropuerto.





Las molestias por la prohibición de que automóviles particulares puedan recoger pasajeros en el primer nivel del aeropuerto internacional de Santiago son solo una dimensión de la crisis de crecimiento que vive ese recinto y sufren sus usuarios. Las instalaciones de retiro de maletas, de control fitosanitario y de aduanas, sumadas a la oferta de transporte informal que acosa a los viajeros, no cumplen los estándares de calidad que esperan los turistas que visitan uno de los países más modernos de América Latina.


El crecimiento del flujo de pasajeros y vuelos superó largamente las proyecciones del diseño original de ese terminal, y la gestión del concesionario y de las autoridades no tuvo la agilidad necesaria para responder a los múltiples requerimientos que emergieron.


El mes pasado, con el fin de regularizar la disputa entre taxistas autorizados y los llamados "taxis piratas", y facilitar el transporte público de pasajeros que llegan al país o al terminal nacional, la concesionaria del aeropuerto, con el respaldo del Ministerio de Obras Públicas, de la Dirección de Aeropuertos y del Coordinador de Concesiones, instaló una barrera para impedir el tránsito por el primer nivel de la construcción, obligando a quienes vayan a buscar un pasajero a utilizar el estacionamiento pagado. El segundo nivel está reservado para dejar pasajeros, y su utilización para recoger a un viajero, sea por un particular o un transporte pagado, es multada por Carabineros.


Dicha medida agiliza la circulación y favorece el transporte público de los viajeros, pero obliga al uso de un estacionamiento pagado. Se ha planteado que esta política es similar a la aplicada en muchos países desarrollados -aunque dista de ser una realidad general en todos estos-, pero la calidad del estacionamiento santiaguino parece distante del servicio que se ofrece en aquellos. Más allá del precio, el aeropuerto local tiene vías estrechas e incómodas para la circulación de autos y personas, y escasísima protección frente a la lluvia o la radiación solar. No basta cobrar tarifas y aplicar prácticas de países desarrollados si no se ofrecen servicios de calidad similar. Asimismo, como lo hacen ver expertos en transporte, no se ven razones para descartar una alternativa por la que automóviles particulares puedan dejar y recibir pasajeros en otras zonas, distintas de las del transporte público, dispuestas para esos efectos, como ocurre en otros países. Tampoco parece prestarse suficiente atención a los riesgos de seguridad, ya que no se observan impedimentos efectivos para el acoso a los pasajeros por los oferentes de transporte informal, que ahora usan el estacionamiento al no poder acceder a la vía de servicio.


Los chilenos deben asumir los efectos que conlleva la masificación de ciertos servicios -como el transporte aéreo-, que ya no permiten las rutinas casi domésticas que aún se practicaban hace no muchos años en ese terminal, pero tienen derecho a esperar un servicio a la altura del esfuerzo económico que supone la experiencia de viajar, sea por razones laborales o familiares.


Impacto de situación externa en economía chilena.



La semana pasada se observaron fuertes caídas en la bolsa de China, replicadas por las bolsas mundiales incluida la chilena, todo ello con fuertes movimientos en las tasas de cambio y ajustes a la baja en los precios de materias primas. No hay claridad absoluta sobre lo que desencadenó este episodio específico, si bien desde hace algunos años hay dudas de fondo sobre la economía china. Una explicación próxima podría estar en las recientes depreciaciones del valor del yuan respecto del dólar efectuadas por las autoridades. Fueron intervenciones limitadas y presentadas como ajustes por una vez, pero crearon incertidumbre y validaron un diagnóstico de serias dificultades financieras.


China representa una fracción importante de la demanda mundial por cobre, y por ello sus perspectivas económicas son, por sí mismas, importantes para nuestro país. Pero más allá de eso, lo que ocurre en China es una manifestación más de un fenómeno global, que afecta por múltiples vías y a muchos países, como es la deflación global de precios en dólares que está generando la apreciación del dólar americano frente a otras monedas principales. En los últimos 20 años ha habido cuatro episodios de deflación en dólares, esto es, de caída de los precios en dólares que afecta -más allá de las materias primas- al comercio internacional en general: en 1998, cuando se desató la Crisis Asiática y Chile experimentó tasas negativas de crecimiento; en 2002, cuando Chile tuvo su peor desempeño en los 20 años, con la excepción de los años de la Crisis Asiática (1998) y la Crisis Subprime de 2008, cuando esta última significó caídas en nuestra producción. El cuarto episodio transcurre actualmente. Los precios en dólares de las importaciones chilenas han caído más de 9% en doce meses, según las mediciones oficiales (IVUM) hasta el segundo trimestre de este año. La mayor homogeneidad de nuestros productos de exportación hace que estos reflejen el impacto deflacionario de la apreciación del dólar antes que los productos de importación. Pero ya percibimos que la caída en términos de intercambio va decantando en deflación.



El reciente episodio en China creó una expectativa de postergación del ajuste de tasas de interés pendiente en Estados Unidos, lo que, transitoriamente, interrumpe el fortalecimiento de esa moneda que es la causa de la deflación. Pero, eventualmente, el dólar retomará  su tendencia de fortalecimiento y con ello persistirá la tendencia deflacionaria en dólares.



¿Cómo enfrentar este escenario, que históricamente ha probado ser complejo? Desde luego con máxima flexibilidad cambiaria, porque los episodios más costosos para el país han ocurrido cuando se ha querido enfrentar períodos de deflación en dólares con rigidez cambiaria. Pero junto a ello, y con consciencia de que se trata de circunstancias muy exigentes, deben procurarse condiciones que estimulen la inversión y la generación de empleo. Una drástica reforma tributaria comenzando a aplicarse, una reforma laboral expropiatoria en discusión y un clima anti empresarial generalizado, parecen llevar al país a una mala experiencia, más allá de la existencia de deflación externa o de las políticas macroeconómicas para enfrentarla.




Venezuela en tensión.





Se estima que la maltrecha economía venezolana tendrá una caída del 7% este año. Se deprecian sus hidrocarburos, que representan el 96% de las exportaciones. Graves son la inflación, el desabastecimiento, la violencia y la disminución de 50% de los recursos Fiscales, lo que restringe la política de subsidios y bonos que sostiene al Gobierno del Presidente Nicolás Maduro.


La posibilidad de un fraude crece por la negativa del Consejo Electoral y del Gobierno venezolano a autorizar observadores de los comicios, como lo reclaman la oposición, la Unión Europea y el nuevo Secretario General de la OEA, el ex Canciller uruguayo Luis Almagro, que ha dado indicaciones de un giro a las relaciones de esa institución con Venezuela, tras la salida de su predecesor, José Miguel Insulza. A esta última solicitud, Maduro respondió que "la OEA debe morir ya. Y ojalá Almagro sea el sepulturero".


Paralelamente, el Presidente venezolano ha recurrido nuevamente al fantasma del peligro de agresión externa. Para ello cerró la frontera con Colombia en el Estado de Táchira y expulsó a centenares de colombianos de esa zona. Denunció que "paramilitares" del país vecino habían atentado contra oficiales de la Guardia Nacional venezolana, versión avalada por el discutido Secretario General de Unasur, Ernesto Samper, lo que provocó que en Colombia se planteara el abandono de esa organización.


El incidente parece uno más de los sucesivos enfrentamientos entre bandas dedicadas al contrabando y narcotráfico, favorecidos por las enormes diferencias de precios de los productos básicos en ambos lados de la frontera, y por el involucramiento de personal militar y policial venezolano en el tráfico de drogas, denunciado hace unos meses por quien fuera ayudante militar de Chávez y luego de Maduro.


Diosdado Cabello, Presidente de la Asamblea Nacional y segundo hombre del régimen, sindicado como protector del llamado "Cartel de los Cuatro Soles" (alusión a los soles de las charreteras de los Generales), propuso que el cierre de frontera sea ampliado.


Con un elevado costo para su imagen, el Presidente Santos ha reaccionado con prudencia, recurriendo a la Diplomacia para no agravar la situación, pero el curso del conflicto es incierto, dado el angustioso cuadro político del régimen venezolano.


Crisis migratoria en Europa.

El explosivo aumento de refugiados en Europa obliga a revisar la política migratoria de la Unión Europea (UE) y del resto del continente. Divididos ante el valioso aporte de las migraciones al crecimiento económico, de la capacidad de la UE para abordarlas y de su compromiso con el respeto a las obligaciones humanitarias, crece la inquietud por la posible pérdida de empleos, las consecuencias del multiculturalismo, las dificultades de la integración y los riesgos para la seguridad.


Por primera vez la crisis migratoria surge como la principal preocupación en Europa. Cerca de 300.000 refugiados han desembarcado en sus costas este año, superando el total de 2014. Esta cifra es solo aparentemente impactante si se la compara con los más de 500 millones de habitantes de la UE, que sin la inmigración podrían reducirse en las próximas décadas.


El masivo y creciente desplazamiento proviene principalmente de la "Primavera árabe", que desestabilizó al Norte de África y al Medio Oriente. A ello se suman quienes huyen de Afganistán, Siria, Irak, los Balcanes y África subsahariana, por la inseguridad y los sistemas políticos oprobiosos.


Los acuerdos de Schengen y Dublín permiten la libre circulación en la UE de cualquiera que haya ingresado a casi todos los Estados de la Unión. Aunque sus normativas son consideradas esenciales para la vigencia de esta, ha quedado en claro que hay aquí un problema que debe ser compartido en sus soluciones, en el financiamiento a la asistencia y en la relocalización de los refugiados. Igualmente evidentes son las presiones para contemplar excepciones a los acuerdos migratorios respecto de los refugiados, aunque no así sobre las normativas respecto de los inmigrantes denominados económicos, sujetos a la selectividad y discrecionalidad de los países de acogida.


Francia y Austria reimplantaron los controles fronterizos con Italia, y Gran Bretaña logró que Francia los reforzara en Calais. Hungría, Polonia, Eslovaquia y Macedonia aplican medidas infructuosas para impedir el ingreso de refugiados. Grecia, Italia y varios otros países de la UE sostienen que no están en condiciones de cumplir con la normativa que obliga al Estado de ingreso a encargarse de mantenerlos mientras tramitan las peticiones de refugio, y no hay acuerdo en las cuotas de relocalización ni en los financiamientos. En cambio, han prosperado los rescates marítimos evitando más naufragios.


Los Gobiernos de Alemania y Suecia, los mejor dispuestos a recibir refugiados, experimentan considerable oposición interna. Más intenso es el rechazo ciudadano en la República Checa, Eslovaquia y Hungría y entre adherentes a partidos nacionalistas de otras regiones, como el Frente Nacional francés.


El hallazgo en Austria de un camión con más de 50 cadáveres de refugiados y la detención de un migrante de origen marroquí que intentó perpetrar un atentado en un tren desde Ámsterdam a París, han agregado urgencia y dramatismo al creciente problema humanitario, económico y de seguridad que plantea el intento de millares de personas de variado origen por ingresar a la Unión Europea.


Encuesta Cadem. Plaza Pública, malas cifras para el Gobierno.



La encuesta Cadem Plaza Pública, develada ayer, nos muestra otra semana en la que el apoyo a la Presidente Michelle Bachelet se encuentra reducido a un modesto 24%, registrando una baja de 1 punto porcentual, mientras la desaprobación se empina a un contundente 68%, mostrando un aumento de 2 unidades.


La situación por la que atraviesa la economía se refleja claramente en las respuestas de los consultados en las que un elocuente 72% se inclina por la desaprobación a la forma en que la Presidente y su equipo están manejando la economía, con un aumento de la crítica de 7 puntos, y una aprobación de solo 24%. -1 punto.


Los atributos de la Presidente Bachelet también tienen grandes bajas, siendo positivas solamente que tiene carisma, con 63% favorable y 36% negativo, y que conoce los problemas de las personas, 50% contra 48%, quienes opinan que no tiene capacidad para solucionar los problemas del país llegan a un escaso 32%.


No deja de ser preocupante que quienes opinan que la Presidente de la República no tiene autoridad ni liderazgo alcanzan a un 67%, igual guarismo negativo a que llegan las respuestas a la pregunta de si la Gobernante genera confianza, y un 68% cree que la Mandatario simplemente no cumple con lo que promete.


La evaluación popular sobre el desempeño del Gabinete de Ministros y Ministras tampoco alcanza números positivos, los que desaprueban el trabajo de los Secretarios de Estado alcanzan un elocuente 75%, mientras que quienes creen que lo hacen bien llegan a un misérrimo 16%, mala evaluación que ha escalado 21 puntos desde el cambio de Gabinete.


Las áreas de gestión del Gobierno, fuera de RREE, que tiene una aprobación de 56%, son muy mal evaluadas, la desaprobación a la forma en que se lucha contra la delincuencia llega a 88%, el manejo de la corrupción 87%, el modo en que se enfrenta el conflicto mapuche es rechazado por 79%, salud 77%, educación 76%, transporte público 73%, creación de empleo 64%.


Las reformas estrella de la administración Bachelet, tampoco son bien evaluadas por la ciudadanía, la de la tributaria tiene un 57% de desacuerdo y un escaso 23% de acuerdo, la educacional es vista negativamente por el 65% y bien evaluada por 25%, la laboral concita el rechazo de 52% y el apoyo de solo 29%.


A la pregunta de si el país va por buen camino, un 67% cree que vamos por mal camino, mientras solo un 23% piensa que vamos por buena senda. La percepción de la gente es de que la economía se encuentra estancada, opinión de del 58%, que está retrocediendo es el parecer del 23%, mientras que los que ven que estamos progresando solo llegan al 17%.


Consultados sobre ¿Cuál cree usted que es la principal razón por la cual la economía chilena no está creciendo según lo esperado ? un gigantesco 64% cree que es por razones políticas y
económicas propias de Chile, mientras que solamente un 31% se traga la explicación oficial de que es por las condiciones de la economía internacional.


Ante la pregunta de como ven la ciudadanía el próximo año para el país, un contundente 61% opina que será un año de crisis económica y desempleo, contra un 31% considera que será bueno para nuestra economía. A la economía internacional un 53% la visualiza en crisis, un 38% cree que estará estable y un 6% cree que será de crecimiento.


Ante la situación de que nuestro país va a crecer económicamente solo en torno al 2% este año. Si la situación de China y de los mercados internacionales empeora, ¿Ud. cree que Chile puede sufrir una recesión económica en 2016?, un piensa que es posible que debamos enfrentar una recesión, mientras un 26% piensa lo contrario.


Asumir costos políticos sin que haya consecuencias
es una de la causas del desprestigio de la política.

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Letra Marcha: Soldados del 73

Letra Marcha Soldados del 73

Autor: Rosabella Liniers
Compositor Gianfranco



Son hermanos los Infantes,
todas las armas y soldados del ayer
Carabineros, Marinos y Aviadores
Combatientes del 73.

Un sólo cuerpo, un sólo corazón,
noble misión, proteger a la Nación,
la frente en alto saliendo del cuartel,
los soldados del 73.

Ya dió la orden mi General,
para vencer tenemos que luchar,
no ha sido arriada jamás nuestra bandera,
orgullo eterno de nuestra libertad.

En el recuento se hace el silencio,
por los heridos, los caídos que no están,
lo lamento mi Capitán,
mi Sargento no le puede contestar.

La Patria es libre, llegó la paz,
en el desierto, el cielo, azul el mar,
ya nuestros hombres cantan victoria
Combatientes del 73

Ya dió la orden mi General,
para vencer tenemos que luchar,
no ha sido arriada jamás nuestra bandera,
orgullo eterno de nuestra libertad.

Piñera anuncia propuesta de reformas educacional y tributaria, gentileza EMOL

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