La Celac y el turismo político
por Andrés Oppenheimer.
La cumbre de Jefes de Estado latinoamericanos y
caribeños celebrada la semana pasada en Cuba fue un clásico ejemplo de turismo
político y promesas vacías, pero es posible que haya tenido algo bueno: la
salvación del bloque comercial de los cuatro países de la Alianza del Pacífico.
Los líderes de la Alianza del Pacífico
-constituida por México, Colombia, Perú y Chile- sostuvieron reuniones
bilaterales paralelamente a la cumbre de la Comunidad de Países
Latinoamericanos y del Caribe (Celac) y conversaron largamente sobre el futuro
de su bloque comercial.
Esas reuniones fueron especialmente
importantes, porque asistió a ellas Michelle Bachelet, la Presidente electa de
Chile, cuyo apoyo a la Alianza del Pacífico estaba en dudas. Bachelet, que
asume el 11 de marzo, voló a Cuba por invitación del Presidente saliente de
Chile, Sebastián Piñera.
Antes del viaje, se especulaba que Chile podría
dejar de ser uno de los pilares de la Alianza del Pacífico. En primer lugar,
había dudas de que Bachelet apoyara con entusiasmo a un grupo regional fundado
por Piñera, su predecesor y rival político. En segundo lugar, la plataforma de
campaña de Bachelet sugería que su Gobierno disminuiría su activismo en la
Alianza del Pacífico, y fortalecería sus lazos con Brasil y otros países de la
costa del Atlántico.
Pero las reuniones bilaterales realizadas al
margen de la cumbre de la Celac permitieron que los Presidentes de México,
Colombia y Perú pudieran darle seguridades a Bachelet de que muchos de sus
temores acerca de la Alianza del Pacífico eran infundados, según me dijeron
funcionarios que participaron en las reuniones.
Los Presidentes le dijeron a Bachelet que,
contrariamente a lo que dicen algunos países de la Celac, la Alianza del
Pacífico no es un bloque pro-estadounidense que quiera dividir a Latinoamérica
en dos, sino un mecanismo de integración económica que no excluye a nadie.
A diferencia de otros grupos regionales, la Alianza
del Pacífico se concentra en medidas comerciales concretas. Entre otras cosas,
está creando un área de libre comercio entre los países miembros, estableciendo
oficinas comerciales conjuntas en Asia y África, y creando un mercado común de
valores para los cuatro países.
En cuanto
a la cumbre de la Celac, fue un conjunto de declaraciones vagas y
contradictorias, por no decir hipócritas. La declaración final pide que
"fortalezcamos nuestras democracias y todos los derechos humanos para
todos".
No es una broma : los Presidentes, incluyendo el General Raúl Castro, juraron
fortalecer la democracia y los derechos humanos en una cumbre Presidida por
Castro, un Gobernante militar cuya dictadura familiar no ha permitido una
elección libre, partidos políticos ni medios independientes durante 55 años, y
que hace poco fue acusada de haber asesinado al principal líder opositor de la
isla, Oswaldo Payá, en un misterioso accidente automovilístico.
Y lo que es peor , los Presidentes firmaron esa
declaración en momentos en que, según Amnistía Internacional, el régimen cubano
estaba arrestando a líderes disidentes para impedir que organizaran una cumbre
paralela.
Para su crédito, el Presidente chileno Piñera
se reunió en La Habana con una de las líderes del grupo opositor las Damas de
Blanco, Berta Soler, y la Presidente de Costa Rica, Laura Chinchilla, envió una
delegación Gubernamental a reunirse con líderes de la Comisión Cubana de
Derechos Humanos.
Por lo demás , la declaración de 70 puntos de la Celac es una colección de promesas
vacías de "seguir avanzando" hacia la integración económica
latinoamericana, pero sin ofrecer ningún proyecto concreto para lograrlo.
Lamentablemente, existen ya casi tantas siglas
de organizaciones de integración latinoamericana como países en el continente.
Y al mismo tiempo, Latinoamérica sigue siendo una de las regiones menos
integradas del mundo: solo el 18 % del comercio total de América Latina se
realiza dentro de la región, comparado con el 52 % del comercio total de Asia,
y el 65 % de la Unión Europea.
¿Por qué
los presidentes latinoamericanos participaron de semejante farsa? Los países
grandes, México y Brasil, quieren posicionarse y colocar a sus grandes empresas
en la isla a tiempo para beneficiarse de la inevitable transición de Cuba. Y los demás países
creen que, a la luz de medidas recientes del régimen cubano -como la de
autorizar a los ciudadanos a viajar al exterior-, será más eficaz
"acompañarlo" hacia cambios mayores, que hostilizarlo.
Mi opinión: Fue
patético ver a Presidentes democráticamente elegidos hacer fila para
fotografiarse sonrientes con Raúl y Fidel Castro. Muchos de ellos van a querer
comerse esas fotos cuando mueran los hermanos Castro, y salgan a la luz todos
los detalles de sus abusos en contra de los derechos humanos.
Al margen del turismo político, probablemente
una de las pocas cosas buenas que ocurrieron en la cumbre de la Celac se dieron
en las reuniones paralelas, como las que quizás lograron convencer a Bachelet
de que no le dé la espalda a la Alianza del Pacífico.
¿El síndrome de primer año?,
por Eugenio Guzmán.
El debate en torno a la nominación del Gabinete,
en particular la designación de Claudia Peirano en la Subsecretaría de
Educación, plantea una serie de desafíos del próximo Gobierno. Por lo pronto,
las críticas surgidas al interior de la Democracia Cristiana, especialmente de
la ex Ministro de esa cartera, Yasna Provoste, responderían a un problema más
profundo; en concreto, cierta tensión, por decir lo menos, al interior del
propio partido. Después de todo, al parecer quienes alertan sobre esta
situación no son sólo los estudiantes, sino que más bien voces desde dentro de
la DC.
Pero más allá de eso, el problema radica en que
se trata de una reacción que se hace pública, generando una tensión innecesaria
en un proceso que hasta el momento parecía prístino.
En este sentido, el diseño de Gabinete empleado
por Michelle Bachelet hasta el momento parece desafiado desde el interior de
los partidos de su coalición, o, para ser más precisos, desde una corriente
interna. En buenas cuentas, se trata de un diseño que se caracteriza porque el
énfasis está puesto en un eje de lealtad y compromiso con el Ejecutivo, más que
en una lógica de redes políticas. Así lo expresaron las palabras del próximo
titular de Interior, Rodrigo Peñailillo, quien dijo que para ser Ministro “hoy
no basta sólo la experiencia política”.
A lo anterior se agrega una designación de Subsecretarios
en la que no queda claro si los nombrados responden a esta última lógica
(actores políticos con experiencia), o si se trata de personas que de algún modo
están vinculadas también, de forma indirecta, con actores cercanos a la
Mandatario electa. Ejemplos serían la dupla Peñailillo-Mahmoud Aleuy en
Interior, o Javiera Blanco-Francisco Díaz en Trabajo, personas vinculadas a
actores cercanos a Bachelet y que cuentan con la suficiente experiencia. De ser
así, se trata de un intento de síntesis para abordar los desafíos de un año de
reformas en que la experiencia política y las redes son cruciales, dado que
ellas serán discutidas en el Congreso. A menos, claro, que éste se transforme
en un buzón de los proyectos que envíe el Ejecutivo para que sean aprobados y
punto.
De cualquier modo, un tema que podría ser
crítico es que el nombramiento de Ministros y Subsecretarios, más que responder
a las funciones y jerarquía de cada uno, termine respondiendo a una estructura
de paridad entre ambos; así, los Subsecretarios (al menos en algunos casos), en
vez de dedicar su tiempo y sus esfuerzos a tareas administrativas, terminarían
articulando decisiones políticas a igual nivel que los Ministros. O lo que
sería más grave, que su comunicación con el Ejecutivo se hiciera directamente
sin la intervención del superior directo, en este caso el Ministro.
Así, surge la duda de si la mecánica entre
estos dos niveles es capaz de funcionar adecuadamente. Si bien en los Gobiernos
de Lagos, Frei y Aylwin operó, ello fue posible debido a que la preeminencia de
la lógica de lealtades personales estuvo bastante acotada y no se transmitió al
Gabinete en su totalidad. Desde 2005 con Bachelet, 2010 con Piñera y hoy,
nuevamente con Bachelet, las cosas parecen distintas.
En este contexto, resulta complejo que ya antes
del estreno en funciones del próximo Gabinete, se ponga en duda el diseño
implementado por la Presidente electa. Si se concede la petición de renuncia de
Peirano por parte de los críticos de la DC y otros, el efecto, aunque no sería
devastador, sí sería crítico. Después de todo, lo que se encuentra detrás de la
agenda de Bachelet es que, al igual que en 2005, no parece estar dispuesta a
que los partidos le doblen la mano, menos aún sabiendo su popularidad y para
qué decir a través de la prensa.
Fantasías marineras en La Haya,
por Joaquín García Huidobro.
"La sentencia de la Corte de La Haya tiene
bastante menos lógica que las respectivas posturas de Perú y Chile", decía
un jurista peruano esta semana; "el engendro de una línea divisoria
equidistante a partir de las 80 millas nadie sabe de dónde sale y desafía toda
lógica", concluía.
Como se ve, no solo a nosotros nos ha dejado
desconcertados la sentencia del pasado lunes. En ella, tal como en el reciente caso
de Colombia vs. Nicaragua, esos Jueces han mostrado que tienen una fértil
fantasía.
Al proceder así, los miembros de la postura
mayoritaria en este fallo no hacen nada novedoso. Simplemente nos muestran que
forman parte de una tendencia generalizada, cuyos frutos se han visto en los
últimos años en nuestro país: los Jueces han dejado de limitar su tarea a la
aplicación de las normas Jurídicas o a recurrir a una genuina equidad (que
lleva a aplicar el espíritu de la Ley más allá de su fría letra). Ellos se han
convertido en Jueces creativos, cuya misión va mucho más allá de hacer Justicia
y entra de lleno en la tarea de transformar el mundo.
Nada de esto resulta muy extraño. Como todos
los hombres, también los Jueces están afectados por las modas culturales. Hoy
las mareas intelectuales los llevan a saltarse las Leyes, acuerdos y tratados,
como en otras épocas los empujaban al extremo contrario de un rígido legalismo.
Podrá gustarnos o no, pero son los tiempos que nos tocaron vivir, y hay que
aprender a navegar en esas mareas borrascosas.
Para un
país juridicista como el nuestro, la constatación de que los Jueces
internacionales han llegado a ser personas bastante impredecibles puede
resultar un tanto traumática. Ya se escuchan voces que claman por el
abandono de los pactos regionales, y piden que nos quedemos aislados y felices.
Pero no parece que sea una solución buena ni viable. Se trata, más bien, de que
saquemos algunas lecciones importantes.
La primera enseñanza es que, si las mareas de
las modas Jurídicas van y vienen, de modo que la Justicia resulta esquiva, lo
mejor es arreglar los problemas antes de que lleguen a las Cortes
internacionales. De ahí la importancia de las vías Diplomáticas. Pero la Diplomacia
es una actividad muy seria, que requiere experiencia y una larga preparación.
A nadie se le ocurriría poner de Comandante en
Jefe del Ejército a un correligionario político que requiere un premio de
consuelo. Todo el mundo sabe que las Fuerzas Armadas cumplen un papel muy
delicado y nadie juega con ellas. ¿Por qué, entonces, en materia de Embajadas
se procede con un criterio distinto? ¿Por qué no se pone en ellas a quienes se
han preparado para ejercer esas labores? Deberíamos aprender que, al menos en
el caso de los países vecinos, es imprescindible entregar la Diplomacia a los Diplomáticos.
También cabe sacar lecciones sobre las tareas
de inteligencia. Nadie discute la importancia de conocer los tanques o aviones
que poseen unos eventuales adversarios. Pero hoy resulta tanto o más decisivo
obtener información sobre los planes de sus Cancillerías. Da la impresión de
que las ingeniosas maniobras que, por largos años, desplegó Perú para obtener
el triunfo parcial del pasado lunes nos tomaron por sorpresa.
En efecto, la demanda ante La Haya no fue un
acto improvisado, sino una etapa más dentro de un plan de largo plazo,
ejecutado por nuestros hermanos peruanos con paciencia y habilidad. Pero
probablemente nuestra Diplomacia habría podido tomar algunas medidas de
resguardo si se hubiesen planteado las labores de inteligencia con una
perspectiva más amplia que la puramente castrense.
La tercera y última lección tiene que ver con
el hecho de que no vivimos en un mundo perfecto. Nuestras disputas
internacionales deben resolverse de manera civilizada, como sucedió en este
caso (aunque no nos guste el resultado ni el estilo de los Jueces). Pero hay
que ayudar a que ninguno de nuestros vecinos sufra nunca la tentación de buscar
otros caminos distintos del Derecho para conseguir sus objetivos. Para
asegurarlo, el único medio que se conoce es contar con unas Fuerzas Armadas muy
bien preparadas y equipadas.
La Diplomacia y la inteligencia son
fundamentales, pero no bastan para defender una causa justa. Para que impere la
razón en las relaciones internacionales es muy importante que los demás sepan
que, en sus relaciones con Chile, no les conviene seguir el camino de la
fuerza.
Los desafíos de esta generación,
por Sergio Melnick.
Me hubiera gustado comentar el Gabinete o el
veredicto de La Haya, pero estoy fuera del país y no tengo la información
apropiada para escribir sobre esos temas. La próxima columna retomará la
contingencia, como corresponde.
Cada generación tiene su misión, su tarea
histórica. Yo pertenezco a la generación de los 70, que debió terminar la
Guerra Fría, botar el Muro, abrir la sociedad digital, construir
definitivamente la sociedad más liberal y abrir también las puertas de la
globalización acelerada. En Chile, esa generación sufrió un severo trauma a
escala nacional y todos fuimos dañados de alguna manera. Una herida que está
lejos de estar cerrada y que hemos pasado cobardemente a los jóvenes, porque no
fuimos capaces de sanarla.
Me pregunté, entonces, cuál serían las tareas
de la generación actual, entendiendo por eso a los jóvenes que ahora tienen
entre 25 y 35 años y que mandarán en la sociedad en la próxima década. En mi
opinión, las grandes tareas de esta generación son básicamente cinco.
La primera será tratar de entender cuál es
realmente el desafío que tiene que resolver el sistema educativo y definir qué
es una educación de calidad en el siglo XXI, saliéndose de las consignas
ideológicas elementales. Esto tiene que ver con el metalenguaje postsimbólico,
con la nueva mente tecnológica colectiva, con entender que la educación ocurre
más allá de los colegios y las universidades; también tiene que ver con la
reciprocidad dinámica, las redes, las nuevas carreras que se hacen necesarias y
los sistemas de titulación, entre otras cosas. En ese siglo no sirven los
economistas en el Ministerio de Educación, porque no entienden el problema
central.
La segunda tarea es liberarse definitivamente
de las dos ideologías que dominaron el siglo pasado, inútiles para enfrentar
los desafíos del actual. De allí debe surgir un nuevo mapa político que supere
la obtusa dicotomía entre derecha e izquierda, entendida como socialismo versus
capitalismo. Los jóvenes deben empezar a pensar por sí mismos, con nuevas
categorías y enfoques de una realidad acelerada, tecnológica y global. La
pobreza material extrema abre paso a nuevas formas de miseria relacionadas con
el acceso a la información y el conocimiento.
La tercera tarea tiene que ver con la
tolerancia a la diversidad, partiendo por los géneros, las nuevas modalidades
de familia y la inminente reproducción con asistencia tecnológica. Deben
preocuparse de temas que pronto serán fundamentales, como la medicina genética,
la clonación, la vida sintética, la convivencia con la inteligencia artificial
y el auge de la mujer en la sociedad.
La cuarta tarea es enfrentar el cambio
climático, un fenómeno francamente complejo que producirá impactos a la
civilización que serán evidentes e irreversibles en las próximas dos décadas.
La salida obvia, que sería detener el desarrollo económico, es literalmente
inviable con una población mundial que ya supera los 6 mil millones de
habitantes y que llegará a los 9.000 millones en treinta años más. Somos
esclavos de la tecnología para subsistir y eso impone ciertas condiciones
básicas al desarrollo.
La quinta y última tarea es digerir un nuevo
cambio de cosmogonía que ya está en curso y que proviene, obviamente, de la
ciencia. Por un lado, está el avance sorprendente en la teoría de la materia.
Por el otro, avanza la idea de los multiversos, en vez de un solo universo, lo
que entre otras cosas implica alterar nuestra concepción del tiempo. La manera
en que estas nuevas cosmogonías van a cambiar a la sociedad todavía son
insospechadas.
La suma de estas cinco grandes tareas tiene
muchas y complejas ramificaciones. Lo único cierto, para esta nueva generación,
es que estos desafíos no tienen solución en las ideologías obsoletas del siglo
XX. Ojalá se atrevan a pensar en forma autónoma, creativa y generosa. Y ojalá
que mi generación se los permita.
DC y PC: ahora juntos,
por Gonzalo Rojas Sánchez.
¿Todos los partidos perdieron por igual en la
conformación del Gabinete?
De ninguna manera.
La evaluación de daños que hagan el PS, el PPD
y el PR dependerá de cómo sus diversas facciones experimenten la representación
que se les otorgó. Solo un partido puede considerarse desde ya derrotado y,
quizás, para siempre. No serán ciertamente sus dirigentes quienes hagan ese
balance, pero sí sus bases históricas, sus militantes genuinamente
socialcristianos. Es la DC, que ha aceptado coincidir en un mismo Gabinete con
el PC.
Antes, pudieron haberse encontrado cuando
Eduardo Frei fue Ministro de Ríos, allá por 1945, pero los comunistas no
integraban esa instancia; también pudieron coincidir durante el periodo en que
los comunistas fueron Ministros de González Videla, durante 1946-7, pero los
falangistas no tenían cargos en el Gabinete.
Ahora, en 2014, ahora sí. Ahora Rincón, Burgos
y Undurraga tendrán que cargar con esa mochila específica en sus conciencias y
en sus actos. Y, por cierto, Ignacio Walker y la dirigencia superior
democratacristiana -que han venido haciendo malabares semánticos entre
programa, coalición, Gobierno, alianza y pacto- tendrán que seguir estrujando
el diccionario para encontrar una fórmula que los deje dormir. Decía el mismo
Walker, a comienzos de este mes: "Con el PC es imposible hacer una
coalición política, estratégica de mediano y largo plazo".
¿Y por qué eso no corre para el corto plazo?
¿Por qué se descarta al PC del futuro y no se evalúa igual a la colectividad
del presente?
A su vez, los comunistas -genios ellos de la
gradualidad y de la paciencia- lograron, con lo menos, lo más: solo un cargo Ministerial,
de aparente marginalidad. ¿Preferían Justicia o Trabajo, Relaciones o Minería,
Educación o Economía?
Ni tontos. Cualquiera de esas opciones podía
susurrar en la conciencia de la DC un "despierta, despierta" que para
nada les convenía.
La Mujer, el Sernam, aparentemente tiene rango
de último quintil en el Gabinete. Pero, en realidad, es un área decisiva en la
política, porque es el único cargo Ministerial que tiene tuición exclusiva
sobre la mitad de los chilenos.
Quizás le interese saber a la Democracia
Cristiana qué piensa el PC sobre la mujer. En su programa, vigente desde el 5
de noviembre de 2012, los comunistas afirman que "la carencia de una Legislación
sobre el aborto obliga a miles de mujeres a hacerlo en condiciones clandestinas
y sin ninguna seguridad sanitaria", por lo que "las Legislaciones
sobre el aborto y el divorcio deben estar orientadas a preservar la salud
física y mental de los miembros de la familia, y su bienestar económico y
social".
Existen, y son muchos miles, esos DC sanotes y
noblotes que, al leer esto, quizás ahora actúen. Son las personas que intuyen
que entre Pascual y Vallejo, entre Cariola y Figueroa, se encargarán de mostrar
cómo la mujer chilena supuestamente clama por esas "soluciones".
"Luchar por los derechos de las mujeres nos enaltece", ha afirmado
Teillier al conocer el nombramiento de Pascual. Ya se sabe cuáles son esos
derechos para el PC.
Toda tibieza llega a la saturación. La de la DC
estallará de manera muy suya, silenciosamente, si se les ofrece una alternativa
socialcristiana genuina a todos los que saben, con Maritain, que no pueden
coexistir con los comunistas porque, decía el francés, "abandonarse a
ellos y constituir con ellos un frente político único que ellos podrían
controlar desde dentro y desde fuera o romper un día en provecho suyo,
equivale, si no se es víctima de ilusiones incurables, a entregar a los pueblos
a su hegemonía o a la discordia civil".
A preocuparse. Y no solo por esas esquivas
platas europeas que podrían perder.
El zapato chino.
Michelle Bachelet ha nombrado su Gabinete, lo
que permite, para ponerlo en un tono coloquial, pispar por dónde van las cosas.
Bajo un sistema de inscripción automática y voto voluntario, los programas del
candidato ganador se orientan a satisfacer las preferencias del votante
mediano, sin descuidar aquellas del votante partidario. Pero una vez en el
poder, el mandatario se convierte en el Presidente de todos los chilenos. Así prometió Bachelet que sería. Pero, ¿podrá
ella zafarse del zapato chino en que se ha convertido el programa de campaña?
La integración del Gabinete tiene una lógica
clara y significa una gran apuesta. Se estructuró en razón de la cercanía de
los Ministros y Subsecretarios, ya sea con la Presidente electa o con los Ministros
del Interior y de Hacienda. Es esta estructura -basada en un triunvirato Gobernante
del total agrado de su carismática líder y en clones por áreas (política,
económica, etc.)- la que permitió la formación de equipos de trabajo
relativamente jóvenes y afiatados. Excelente apuesta, pero ella coloca la
responsabilidad del manejo del Gobierno directamente en manos del triunvirato Gobernante.
Representa un interesante vuelco con respecto a la exitosa práctica del período
final del Gobierno anterior de la hoy Presidente electa, en que el Ministro del
Interior Gobernaba y Bachelet reinaba.
No obstante lo anterior y la popularidad de
Bachelet, el triunvirato Gobernante necesita para Gobernar los votos de la
Nueva Mayoría en el Congreso. Lo que une en el Gobierno a los diversos partidos
que lo apoyan, es el programa preparado para la campaña electoral. Desviarse
del mismo abriría de inmediato la caja de Pandora existente. Pero, ¿cómo
reconciliar un programa preparado para atraer sólo a una parte del electorado
(la centroizquierda) con un Gobierno para todos? Imposible.
El equipo económico nombrado da amplias
garantías de prudencia y de capacidad técnica y administrativa en la
implementación del verdadero zapato chino que es el programa. El Gobierno
mantendrá tanto los equilibrios macroeconómicos, como nuestra economía de
mercado. No obstante, intentará aumentar significativamente la presencia del
Estado, sin llegar a amagar lo aceptable en una economía social de
mercado.
El objetivo fundamental del nuevo Gobierno en
lo económico será generar menor desigualdad y elevadas tasas de crecimiento.
Para lograrlo no habrá cambios drásticos en la institucionalidad económica,
pero éstos sí serán importantes. A pesar de que todos deseamos una sociedad más
próspera y más justa y hacemos votos para que el nuevo Gobierno tenga éxito,
las medidas propuestas en el programa no dejan satisfechos a todos ni mucho
menos. Esto es así, principalmente, porque se pretende iniciar un ciclo que
revierta los importantes espacios de libertad económica logrados en las últimas
décadas -somos la séptima economía más libre del mundo- y nos hemos
acostumbrado a esa libertad. Es más, asociada a la última, hemos experimentado
un espectacular progreso económico, relativamente mayor en el caso de aquellos
de menores ingresos, lo que, a pesar de las buenas intenciones, también podría
revertirse.
Investigación en caso Guzmán.
La detención en Alemania de una ciudadana
francesa requerida por la Justicia chilena por su posible implicancia en el
asesinato del Senador Jaime Guzmán, ocurrido en abril de 1991, abre la
posibilidad de avanzar en la investigación de un crimen que hasta la fecha ha
estado rodeado de un sinnúmero de hechos desafortunados que han entrabado la
posibilidad de esclarecer los hechos y sancionar a los responsables.
Es positivo que el Juez a cargo de la
investigación haya anunciado la intención de solicitar a Alemania la
extradición de esta ciudadana, como también el que en paralelo tramite con la Justicia
francesa la posibilidad de que la mujer declare por la vía del exhorto, ya que,
al no existir convenio de extradición con Alemania, es improbable que se dé
curso a una petición en ese sentido.
La eventual participación en el crimen de Marie
Emmanuelle Verhoeven -quien huyó de Chile de manera clandestina en la década de
los 90- debe ser aún determinada por los Tribunales, pero existen antecedentes
fundados que justifican que preste declaración ante los Tribunales, en especial
por los estrechos vínculos que mantuvo con la cúpula del Frente Patriótico
Manuel Rodríguez (FPMR), el grupo responsable del asesinato.
Sería una lástima que las posibilidades de
extraditarla o interrogarla se vieran frustradas, ya que ello constituiría una
nueva dificultad en esta pesquisa. No puede olvidarse el caso de Galvarino
Apablaza, quien fuera líder del FPMR, y a quien la Justicia chilena requiere
para enfrentar la investigación por el caso Guzmán. Pese a que la Corte Suprema
argentina autorizó la extradición, el Gobierno de ese país le otorgó asilo como
refugiado, lo que ha dificultado el esclarecimiento del caso.
Peligrosas prácticas portuarias.
En distintos lugares del mundo los sindicatos
han perdido atractivo para los trabajadores. Las tasas de sindicalización han
caído en los países de la OCDE en un promedio de 12 puntos porcentuales en las
últimas cuatro décadas. Estas caídas han sido especialmente pronunciadas en
Australia, Estados Unidos, Alemania, Francia, Japón y Austria, entre otros. Los
únicos países que han resistido esta tendencia son los escandinavos, a los que
habría que sumar Bélgica. Han influido en el fenómeno los avances tecnológicos,
el aumento en la escolaridad, la mayor especialización productiva, los cambios
en la organización del trabajo y de las empresas, y también pérdidas de
confianza. Respecto de este último factor, es interesante que los países
escandinavos sigan exhibiendo elevados niveles de confianza interpersonal, muy
superiores a los habituales en las más diversas naciones.
Todas estas transformaciones obligan a una
nueva manera de desarrollar las relaciones laborales. No hay recetas únicas,
pero la experiencia sugiere experimentar con un aumento de los asuntos que
pueden ser objeto de la negociación colectiva, al tiempo que se avanza en
reconocer la libertad sindical y de trabajo, y se flexibilizan las
restricciones a la contratación y el despido.
En estos escenarios más fluidos, las directivas
sindicales se han visto enfrentadas a un cambio. Este fenómeno no es homogéneo
y se siente con más fuerza en algunas áreas. Las modificaciones en la forma de
operación de los puertos, la importancia que estos tienen para la
competitividad de los países y los avances tecnológicos hacen que este sea un
sector en que el poder relativo de las directivas sindicales se ha reducido.
Algo de esto se aprecia en los puertos
chilenos. Naturalmente, ello tiende a ser resistido. Las movilizaciones del
último tiempo han perseguido aspectos específicos, como el pago retroactivo de
la media hora de colación (beneficio concedido, aunque de justificación dudosa,
y particularmente cuestionable en su financiamiento), pero también
reivindicaciones que aspiran a fortalecer el poder de los sindicatos y, sobre
todo, de sus directivas.
Entre estas últimas se encuentra la así llamada
"nombrada". Este mecanismo consiste básicamente en que los operadores
portuarios, de requerir el concurso de trabajadores eventuales, deben
contactarse con el "nombrador", que está controlado por la directiva sindical.
El poder que esta última adquiere sobre las posibilidades laborales de los
trabajadores es muy elevado. De este modo se restringe indirectamente la
libertad de trabajo. Además, es un mecanismo muy útil para sumar adherentes a
las convocatorias a paro, toda vez que pueden castigar al trabajador
"incumplidor" y dejarlo sin turnos. Las empresas pueden resolver
parcialmente esta situación invitando a trabajadores a sumarse a su planta,
pero en los casos en que esta práctica es habitual, como por ejemplo en Puerto
Central, los sindicatos han intentado bloquear las contrataciones.
Este operador portuario de San Antonio anunció
-como parte de un acuerdo para frenar una paralización provocada por
discrepancias respecto de la interpretación del compromiso alcanzado en días
pasados entre el Gobierno, los sindicatos y las empresas- una mesa con los
trabajadores para discutir este asunto y otros, como el tamaño de las listas de
los eventuales (otra forma de potencial control de las directivas sindicales
sobre la libertad de trabajo), la capacitación y la seguridad.
Una serie de marchas y contramarchas del
Gobierno y de los propios operadores portuarios ha dado lugar a un panorama
desalentador para la competitividad de nuestros puertos, particularmente si se
acepta que se generalicen prácticas ineficientes y monopolios sindicales.
Desafíos para el nuevo equipo.
Son arduos los retos que deberán enfrentar los
futuros ministros del nuevo Gobierno. Con razón, la Presidente electa los ha
instado a "trabajar, trabajar y trabajar" para intentar cumplir lo
prometido a la ciudadanía durante la campaña.
El futuro titular de Hacienda, el economista
Alberto Arenas (PS), comandará un equipo económico que habrá de hacerse cargo
del cambio de escenario que están experimentando la economía mundial y la
nacional. Tras cuatro años de ininterrumpido optimismo, los inversionistas se
han desencantado de las más importantes economías emergentes, están retirando
capitales y provocando la caída de los valores de sus monedas y acciones. El
cambio de ánimo se explica tanto por la probable mejoría de EE.UU. -que ahora
ofrece rendimientos más atractivos- como por las debilidades que empieza a
mostrar China, todo lo cual hace a Brasil, India, Turquía y otras economías
emergentes perder el encanto que habían ejercido. Chile, pese a sus virtudes,
está sufriendo algo de contagio: se ha depreciado su moneda y caído la bolsa, y
la actividad económica parece estar experimentando una significativa desaceleración,
pese a los esfuerzos del Banco Central por impedirla.
El programa del Gobierno electo fue diseñado en
un contexto diferente. La economía crecía y creaba empleos a buen ritmo. El
alto precio del cobre y la amplia recaudación tributaria permitían visualizar
un presupuesto Fiscal holgado. Ya asegurado el crecimiento, parecía que lo
prioritario pasaba a ser la redistribución de la renta, con impuestos más
progresivos y beneficios sociales garantizados. En el nuevo escenario, es
probable que se deba extremar la prudencia en el manejo Fiscal, algo en lo que
el futuro Ministro -que fuera director de Presupuestos en el anterior Gobierno
de Bachelet- es reconocido experto.
Es posible que en medio de las presiones
políticas por mayor gasto público, el nuevo equipo piense que la solución es
subir aún más los impuestos. Puede ser engañoso. Sin una buena perspectiva de
crecimiento, la recaudación será inevitablemente débil. Por eso, es de la mayor
importancia que el nuevo Gobierno revise su programa y busque cómo promover el
crecimiento económico.
Urge reanimar las expectativas empresariales.
El nuevo Gobierno puede hacer mucho por eso desde los Ministerios sectoriales.
Será responsabilidad de las carteras de Energía, Minería, Obras Públicas y
Economía destrabar los proyectos demorados y formular iniciativas que nos
permitan mantener el vigoroso ritmo de la inversión en los últimos años, y
continuar impulsando reformas que incrementen la productividad y la
competitividad. Pero esto requerirá el despliegue de gran liderazgo político,
pues poco se conseguirá avanzar si las iniciativas empresariales son recargadas
de impuestos u obstaculizadas con excesivas regulaciones, por ejemplo, de
carácter ambiental o laboral.
El desafío es, en última instancia, político.
El nuevo Gobierno deberá graduar y tal vez reformular algunos aspectos de su
programa. Un rol importante en esto habrá de jugar el futuro Ministro de
Educación, Nicolás Eyzaguirre, cuyo talento y trayectoria hacen esperar que
logre promover los objetivos de calidad e inclusión, sin excesivo gasto público
y sin desalentar el valioso aporte de la iniciativa particular en el campo
educacional. Pero es la conducción política del Gobierno la que habrá de
encontrar un camino realista para atender y graduar las aspiraciones y demandas
que se han levantado, con participación de los partidos de Gobierno y
oposición, así como de los actores sociales. Solo el tiempo mostrará cuán
eficaz resulte en esa labor el equipo recién designado.
Pueblos bien
informados
difícilmente
son engañados.