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viernes, 20 de diciembre de 2013

Temas de hoy, con proyección de futuro...

















Bachelet y el futuro,
por Sergio Melnick


Nadie puede dudar que Bachelet ganó y en buena ley. Por cierto, contra todos mis análisis basados en la expectativa de una mínima racionalidad nacional. El desenlace ya lo veremos en cuatro años. Por ahora es evidente que no soy capaz de leer adecuadamente a nuestra sociedad, como en realidad nadie lo fue en sus pronósticos. Chile parte ahora en una aventura un poco juvenil para mí (lo que puede ser bueno o malo), pero ha sido la opción elegida democráticamente y eso nunca lo debemos perder de vista, ganadores y perdedores.


Como país, ciertamente nos conviene que le vaya bien y para ello requiere una oposición constructiva, a diferencia de la que tuvo Piñera. Yo, al menos, espero contribuir a ese tono, en la medida en que el Gobierno sea razonable, que es lo que deseo. Tenemos la obligación moral de darle el beneficio de la duda y ser republicanos. La pregunta de fondo es qué significa realmente que le vaya bien. Ahí empiezan las grandes discrepancias.


Para mí significa, entre otras cosas, llegar al pleno empleo, que haya mucha inversión, disminuir la pobreza, terminar con los campamentos, tener la inflación controlada, luchar contra la corrupción, aumentar el capital social y la tolerancia, terminar con los encapuchados, tener buenas regulaciones y controles de lo privado y público, bajar los costos de Codelco, avanzar decididamente en ciencia y tecnología, descentralizar el país de verdad, combatir decididamente la delincuencia, tener energía barata, mejorar la salud primaria, manejar bien las cuentas públicas, cuidar el medio ambiente, eliminar las congestiones urbanas, y llegar a unos dos millones de estudiantes en educación terciaria, abriendo el debate real de qué es la calidad de la educación en el siglo 21.


Nada de ello está muy claro en el programa de Bachelet y esperamos que lo vaya aclarando en el camino. Finalmente, si quiere cambiar la Constitución, espero que entienda que para que sea realmente legítimo, como desean, ese contrato social debe ser aprobado por un mínimo del 75% de la población, de modo que las minorías sean adecuadamente consideradas. De otra manera sólo sería seguir las peores prácticas chavistas de América Latina. En suma, espero un poco de sabiduría y humildad, considerando que el 60% de la población se abstuvo, lo que yo leo como un acuerdo básico con lo que hay, y que exigen la buena gestión de Gobierno más que cambios radicales. Para esos cambios hubo nueve candidatos en primera vuelta que igualmente no motivaron nada.


La primera duda es quiénes van a mandar realmente en este nuevo Gobierno. De verdad, yo espero que no se repitan el plato los viejos tercios que perdieron en 2010 por sus malas prácticas, y que los Girardi, Navarro, Andrade, Pizarro, Teillier y otros similares tengan poca influencia en la Presidente. La nueva coalición de partidos es realmente muy brava y eso pondrá a prueba el liderazgo de Bachelet. Su principal fortaleza parece ser más bien emocional que técnica o decisional. La enorme diversidad ideológica no es trivial para los acuerdos, pero se puede. Para ello basta ver el programa de Gobierno que apareció a última hora y nunca bajó de los titulares. La clave de un buen Gobierno no está en las intenciones, sino en cómo se realizan los proyectos. Bachelet tiene ya muy malos ejemplos de su gestión anterior, que esperamos no se repitan.


Por parte de la derecha, la derrota fue simplemente aplastante y ha quedado literalmente pulverizada y desorientada. Los partidos y sus líderes dieron jugo todo el rato, como dirían los más jóvenes, y siguen haciéndolo. Quizá, entonces, sólo están cosechando lo que plantaron. En materia política hubo una tremenda falencia del Gobierno, cuya primera tarea histórica era obviamente proyectar su tremenda obra y lograr el reconocimiento a través de un nuevo período de su coalición. El Gobierno ha sido francamente excepcional en su gestión, con logros contundentes y observables, pero en política y comunicaciones simplemente no atinó jamás y ahí están los resultados.


La principal oposición de Piñera, al final del día, fue él mismo y la propia derecha que él no logró manejar, seducir, ni liderar. Básicamente descuidó a sus aliados, a sus amigos, a sus colaboradores, y maltrató severamente a la coalición durante septiembre pasado en medio de las elecciones. Los datos son ahora elocuentes: la coalición de Gobierno no logró siquiera el 40% de los votos, el peor resultado en décadas, y la Ley de voto voluntario produjo el efecto contrario al que ofrecieron nuestros políticos. Se equivocaron de cabo a rabo, como también en el período de Gobierno, que es claramente inadecuado y que ojalá se cambie ahora.


Finalmente, Evelyn merece un gran reconocimiento público. Peleó solita, sin recursos, y no sólo contra sus adversarios políticos, sino además contra su propio sector. Aun así obtuvo casi un 40% de apoyo, lo que no es menor en esas condiciones.


Problemas del voto voluntario,
por Mauricio Morales.


Los impulsores del voto voluntario prometieron un aumento de la participación y un cambio en las estrategias de los partidos para abordar a los nuevos electores. Nada de eso ha ocurrido.


Entre estos impulsores destacan Carolina Tohá, quien  en 2009 publicó una columna titulada “Por un voto voluntario este año”. El Gobierno, a través de la Segpres, publicó el documento “Diez mitos sobre el voto voluntario y el voto desde el extranjero”. Entre esos 10 mitos estaba la caída de la participación (¡suponían una participación del 69%!). Hasta ahora, no hemos escuchado explicación alguna de los impulsores de la reforma respecto de los efectos del voto voluntario. Si un médico comete una negligencia o si a un arquitecto se le cae un edificio, serán juzgados. Los diseñadores de instituciones, en cambio, “están pasando piola”.


La participación apenas bordeó el 42% en la segunda vuelta de 2013. Los defensores del voto voluntario argumentan, erróneamente, que es un volumen “normal” para una democracia consolidada. Si en Suiza votó el 40% en su última elección Parlamentaria, entonces Chile estaría en la órbita del desarrollo. El problema es que la participación en Suiza es más la excepción que la regla. En España, Francia, Suecia, Alemania y Holanda, la participación en los últimos comicios no ha bajado del 60%.


Respecto al sesgo de clase del voto, esta segunda vuelta replicó el patrón de la primera. Las Comunas ricas tuvieron más participación que las pobres. En Vitacura votó el 63% y en Puente Alto el 33%. Los porfiados de siempre han llegado a sugerir que excluyendo las Comunas del distrito 23 (Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea) no habría sesgo de clase. Obvio: ahí habita gran parte del segmento ABC1 del país. Es lo mismo que si alguien sugiriera que eliminando a Colo Colo, Universidad de Chile y Universidad Católica, el volumen de títulos por el torneo de fútbol no estaría tan concentrado. O que si alguien dijera que eliminando al 10% más rico, Chile sería un país más igualitario. Además, el análisis suele realizarse incluyendo todas las Comunas del país y sin considerar los tamaños poblacionales de cada una de ellas. Se ponderan de igual forma Comunas como Puente Alto y Lago Verde. Sin embargo, Chile no es el promedio de sus 346 Comunas. Hay diferencias de volumen y de ingresos. Es evidente que el sesgo de clase se da con mayor fuerza en la Región Metropolitana, en Valparaíso y en Los Ríos. Es decir, en más de la mitad de Chile. ¿No es eso un problema?


Una vez que se reconozcan las falencias de nuestra participación electoral, recién podremos abordar una agenda de reformas. Se sugiere el transporte público gratuito el día de la elección, o que el Servel asigne a cada elector el local de votación más cercano a su domicilio. Si bien son reformas que van en la dirección correcta, están lejos de resolver el problema. Lo que se necesita es un cambio en los planes de estudio. No basta con un curso de educación cívica en enseñanza media. Se requiere de didácticas y prácticas democráticas que sean aprendidas desde la enseñanza básica. De lo contrario, tendremos generaciones políticas que jamás ejercerán su derecho a votar.


Elecciones y convicciones,
por Julio Isamit.


El domingo la centroderecha obtuvo uno de los peores resultados electorales de los últimos 20 años. Hoy vemos una cierta desazón entre los partidarios de las libertades económicas y sociales. Esto se debe en parte, por supuesto, al resultado electoral, pero por sobre todo se debe a un extendido sentimiento de orfandad política, generado por complejos a la hora de defender nuestras ideas, lo que ha engendrado una crisis de identidad y la tan conocida falta de “relato”.


Mientras algunos están preparando cuchillos largos, hay otros distribuyendo Ministerios, cargos y preparándose para volver al poder. Otros, en cambio, estaremos promoviendo las ideas con las que Chile ha avanzado, para corregir lo que no está bien y mantener a nuestro país como el de más progreso de América Latina. En esa labor tenemos tres grandes desafíos.


El primero es generar un diagnóstico propio, empalmado con los ideales de justicia que tradicionalmente han inspirado nuestro actuar: instituciones sociales y políticas sólidas, y una economía social de mercado. De otro modo, estaremos utilizando el discurso Estatista que pone el acento en la desigualdad por sobre la justicia y la derrota de la pobreza, en la gratuidad universal por sobre la calidad educacional, o en la intervención Estatal por sobre la iniciativa privada. Por el contrario, lo urgente es atacar el centralismo, la falta de competencia en los mercados o el ineficiente acceso a la salud y educación.


Segundo, empaparnos del Chile real, poner el foco en los problemas comunes de los chilenos, lejano de demandas de élite que muchas veces bordean la frivolidad. Al fin y al cabo, son las ideas del emprendimiento libre y plural las que han generado como nunca oportunidades para los más pobres.


Tercero, entrar en la arena política. En los últimos años hemos visto florecer iniciativas de gente joven y capaz. Nuestro desafío es articular en el campo político las convicciones que hoy se muestran acotadas al plano social o de las ONG. Habrá en el Parlamento un grupo importante de jóvenes que levantarán ideas de signo contrario; se necesita, por tanto, un grupo de jóvenes sub-30 partidarios de la dignidad de la persona humana, la libertad económica o una educación justa, libre y de calidad, orgullosos de sus ideas, con vocación de mayoría y un sentido de amistad cívica republicana.


Esas son convicciones profundas que no desaparecen por una derrota electoral ni se atenúan por un descenso ocasional en las encuestas o en las urnas. En la vida se pueden perder elecciones, pero no las convicciones.


Las mortíferas señales norcoreanas,
por Raúl Sohr.


La ejecución de Jang Song-thaek, en Corea del Norte, ahonda el misterio sobre la lucha de poder que se libra en Pyongyang. Abundan las versiones sobre la defenestración del tío del  Brillante Camarada Kim Jong-un, el aparente líder indisputado del régimen estalinista. Así como ayer se rendía pleitesía  al igualmente despótico Jang, el número dos de la nomenklatura norcoreana hoy se proclama que: “Debemos ser guerreros para salvaguardar el centro del partido con nuestras vidas (…) con la convicción de que no conocemos a otro más que al gran camarada Kim Jong-un”, palabras de Kim Yong-nam, Presidente del Presídium, en el discurso de apertura de los actos recordatorios de la muerte hace dos años de Kim Jong-il que Gobernó hasta 2011.


Hay varias hipótesis sobre la estrepitosa caída de Jang, que fue forzado a participar en una reunión partidaria para ser arrestado  allí y, luego de ser humillado ante las cámaras de televisión,  fue sometido a un juicio sumario en el que habría confesado que orquestaba un golpe de Estado para deponer a su sobrino. Hasta ese momento se pensaba que el clan de los Kim, que Gobierna el país desde 1948, estaba a salvo de los embates de sus propios miembros.


Algunas versiones señalan que Jang , que mantenía buenas relaciones con China, buscaba una apertura económica. Tras esta meta habría intentado limitar la influencia de las fuerzas armadas sobre el aparato productivo del país. Esto habría generado la ira de algunos Generales que terminaron exigiendo su cabeza. Otros observadores sudcoreanos van más lejos y apuntan a que Jang  era partidario de abandonar la política nuclear del país. Ello permitiría levantar las sanciones internacionales y mejorar las relaciones tanto con Corea del Sur como China y con Occidente. Ello es aún prerrequisito para desmantelar el cerco Diplomático y abrir las compuertas a inversiones extranjeras.  Esta postura, si efectivamente era tal, implicaba un viraje radical en la trayectoria de un régimen autárquico. Es probable que semejantes políticas condujeran a un conflicto frontal con Kim Jong-un y sus seguidores. En definitiva el sobrino reinante optó por acabar con la vida de su tío y sus más estrechos colaboradores.


Pasará tiempo hasta que se  establezca con certeza qué ocurrió. Pero es claro que Corea del Norte es un régimen de temer.  Si desea un anticipo sobre el modus operandi de un Gobierno  preste atención a cómo resuelve sus problemas domésticos. Fíjese en los métodos empleados para superar las diferencias al interior de su sociedad e instituciones. El grado de violencia o de respeto entre sí es un claro indicador de cómo actuarán frente al enemigo. En la historia reciente hay ejemplos como la, tan mentada en estos días,  “noche de los cuchillos largos”.  Ella alude a la matanza a sangre fría, a mediados de 1934, de unos 400  de los más estrechos aliados y también  algunos  enemigos del dictador Adolfo Hitler.  El nazismo superó todas las cotas conocidas en cuanto a barbarie y crueldad. ¿Era posible prever semejante ruptura de toda inhibición ética y el desborde desenfrenado de instintos destructivos? Desde muy temprano, el régimen nazi envió señales de lo que era capaz. Para resolver pugnas e intrigas internas, Hitler recurrió al simple expediente de asesinar a quienes consideró una amenaza. Pyongyang, por su parte,  ha dado una señal escalofriante.


Franqueza con sentido de país.


Advirtiendo en forma previa que sería incluso “políticamente incorrecto”, la cruda franqueza con que se expresó el Ministro Carlos Aránguiz en su exposición ante la comisión de Constitución del Senado, propuesto por el Ejecutivo para integrar la Corte Suprema, es inusual —el eufemismo es de rutina en algunas de las materias que abordó—. Precisamente por eso resulta refrescante y, más importante aún, saludable para el mejoramiento de nuestra institucionalidad.


Así, planteó un análisis crítico sobre el actual diseño institucional de la Corte Suprema. “Está mal diseñada actualmente —sostuvo—. Creo excesiva su cantidad de Ministros, que está preocupada de mucha cosa chica (…) mucha minucia”, que ejemplificó mediante el problema indisciplinario del Oficial de sala del Juzgado de Nueva Imperial. Abogó por “desmilitarizar este verticalismo (…), en el sentido de que solo lo venido desde arriba es lo correcto (…). De abajo también surgen buenas iniciativas”.


Calificó como buena la reforma procesal penal, pero estima que su “gran problema” es la “descoordinación entre las instituciones que participan”. Y ejemplificó eso a propósito de la VI Región, donde advierte falta de coordinación entre el Ministerio Público y las policías. E, invocando que “alguna vez tenemos que decir las cosas como son”, juzgó que estas últimas “no han estado a la altura de la reforma”. “Uno mira los partes”, afirmó, y son “los mismos que existían antes de la reforma y los mismos procedimientos policiales de antes de la reforma. (…) Si se ha invertido una cantidad de recursos humanos y patrimoniales para que estas instituciones se aggiornen a estos nuevos tiempos, pero siguen haciendo las cosas exactamente igual, lógicamente que eso contribuye a que sus actuaciones policiales sean mal valoradas por los Jueces. Es absolutamente necesario renovar la policía en sus procedimientos. (…) La policía sigue pensando en el sistema antiguo, (en) que bastaba con sus afirmaciones para acreditar un caso de droga”.


No menos crítico fue respecto de aquellos Jueces que configuran lo que llamó “guetos garantistas”, pequeños pero con apoyos de opinión, que creen que “esa actitud corresponde a los términos de la reforma”, pero cuando sus fallos pasan a la Corte de Apelaciones, son revocados. Estima inadmisible que, a pretexto de la independencia del Poder Judicial, “se instale definitivamente una conducta de intocabilidad para Jueces que no están discerniendo bien su rol”.


Son palabras fuertes, pero fundamentadas, que evocan las del entonces Ministro y luego Presidente de la Corte Suprema Mario Garrido Montt, en 1993, cuando declaró que el sistema Judicial penal se encontraba “obsoleto y totalmente colapsado” —palabras que pesaron determinantemente en que el país se abriera a la modernización de aquel—. Y se requiere coraje para emitirlas ante el Senado y el país cuando se aspira a la culminación de una sobresaliente carrera Judicial. Cabe desear que los poderes públicos y las instituciones aludidas aprecien el sentido de mejoramiento institucional que ellas tienen, y, en vez de considerarlas una expresión de hostilidad, reflexionen sobre cómo avanzar en la corrección de lo que se objeta. Al menos en un aspecto, la descoordinación, existe ya la instancia Legal específicamente competente, la Comisión Coordinadora de la Reforma Procesal Penal, injustificablemente subutilizada hasta ahora. A los demás respectos, la experiencia internacional es rica en ejemplos exitosos que podrían adaptarse a la realidad chilena. No es fácil, pero sí posible, si median voluntad política e institucional.


Informe sobre derechos humanos y rol del INDH.


El Instututo Nacional de Derechos Humanos (INDH) emitió el informe anual con su opinión sobre la situación de este ámbito en Chile. El documento incursiona -como ha hecho en años anteriores- en aspectos y consideraciones inspirados en una concepción ideológica propia de un sector que ha ido ganando espacio en países europeos continentales, haciendo exclusión de otras que también participan en el debate sobre el tema y estableciendo como definitivo aquello que es opinable.


El informe trata diversos temas. Por ejemplo, manifiesta preocupación por el excesivo número de denuncias que se han realizado este año por supuestos casos de violencia innecesaria, apremios ilegítimos o tratos degradantes por parte de efectivos de Carabineros, Investigaciones o Gendarmería, y el escaso número de ellas que termina en sanciones. Es esta una materia que no debe ser indiferente a la ciudadanía, y respecto de la cual debiera acentuarse el control por parte de las autoridades competentes, entre otras medidas, a través de investigaciones acuciosas y efectivas.


Sin embargo, hay otros temas abordados en que se cuestionan materias o se demandan soluciones que están dentro del ámbito de las legítimas opciones dentro del juego democrático o que exceden lo que es posible dentro del estado de desarrollo del país. Entre esos casos está el tratamiento que se propone dar al derecho a la educación de calidad o la vivienda adecuada, deslizando críticas a las políticas vigentes y a la regulación Constitucional de estos temas. Esto implica transformar en exigibles contra el Estado derechos o beneficios  cuya obtención depende de la destinación de recursos y la adopción de políticas que permiten legítimas diferencias sobre su conveniencia. Al mismo tiempo, demanda unos tiempos de concreción que son incompatibles con la noción de un derecho exigible. Otros aspectos cuestionables son las críticas a la Legislación vigente en materias de aguas, acusando una concentración de los derechos de aprovechamiento o criticando los costos que tiene el agua potable para quienes no se benefician de subsidios; o bien la necesidad de establecer el voto para quienes residen en el extranjero -cuando hay posiciones diversas al respecto que se debaten el en Congreso- y la crítica que el país no cuenta con una política pública integral respecto de la juventud.


El problema de dichos planteamientos es que se pretenda identificar una determinada visión o agenda con una definición única de los derechos humanos, como consecuencia de lo cual deja de haber a su respecto legítimas diferencias y deberían ser asumidas sin más. Estas diferencias deben ser resueltas por aquellas instituciones llamadas a Legislar. La adopción de posturas maximalistas por parte del INDH en la materia que le compete no contribuye al enriquecimiento del debate; el organismo debiera ser muy cauteloso, velando por la redacción de un informe plenamente transparente en cuanto a los debates que animan la discusión sobre los derechos humanos, evitando la identificación excluyente con determinadas banderas extremas y siendo capaz de mostrar y catalizar las distintas visiones sobre el tema. En este ámbito le cabe un rol muy especial a los miembros del Consejo del INDH, llamados a buscar que los informes sirvan para enfocar la atención en la protección de los derechos humanos y no en la promoción de agendas controversiales.


Contratos de adhesión.


El Diario Oficial publica en su edición de ayer el reglamento que fija los mecanismos para que las personas puedan aceptar o rechazar cambios a los contratos financieros de adhesión. Se zanja así el problema suscitado a raíz de la circular N° 3549, del 30 de abril pasado, por la que la Superintendencia de Bancos puso fin al consentimiento tácito para el reajuste de comisiones y dio lugar al nuevo requisito de tener la autorización expresa de los clientes.


Así, el nuevo “Reglamento sobre manifestación expresa de la aceptación del consumidor en contratos de adhesión de productos y servicios financieros” se encuentra ya vigente, y se aplicará a proveedores de créditos de consumo, cuentas corrientes, cuentas vista, cuentas de ahorro, líneas de crédito, tarjetas de crédito y, en general, productos y servicios financieros, cuyas condiciones estén expresadas en contratos de adhesión.


Cabe recordar que la propia Corte Suprema anuló una cláusula —antes de uso habitual en los contratos de crédito masivo— que permitía a una empresa crear títulos ejecutivos de deuda que obligaban al cliente, y que ellos pudieran traspasarse sin su consentimiento. Por su parte, la nueva Ley del Consumidor dispone que si se cambian las condiciones al cliente, el proveedor que presta el servicio financiero debe avisarle, y el cliente pronunciarse. Si este no lo acepta, tiene derecho a poner término al contrato.


En línea con lo anterior, el nuevo reglamento establece que en caso de que el cliente no responda al proveedor, este podrá terminar el contrato. La versión originalmente propuesta contemplaba que cuando se pusiere término a un contrato, de inmediato el banco podría congelar la línea de crédito. El texto final —acertadamente— establece que habrá un plazo de 60 días, en los cuales no debe cambiar ninguna condición, manteniéndosele al cliente la línea de crédito por dicho plazo.


Por su parte, la nueva normativa se hace cargo de las nuevas tecnologías para dar un consentimiento expreso en la celebración de contratos, pudiendo hacerse —además de mediante un documento firmado— por distintos medios tecnológicos: páginas o sitios web de los proveedores, correos electrónicos, comunicaciones telefónicas con grabación, mensajes de texto, dispositivos de autentificación biométrica, cajeros automáticos y terminales de venta electrónicos.


En síntesis, con el nuevo reglamento se llega a una solución razonable para modificar los contratos de adhesión cuando las circunstancias lo requieran, sin representar un alto costo para las empresas ni para las personas.


Reparación del Teatro Municipal.


Los considerables daños que sufrió el Teatro Municipal de Santiago, a raíz del incendio que destruyó una parte significativa de su infraestructura en noviembre, significaron  pérdidas por a lo menos   $ 2.650 millones, lo que implicará un considerable esfuerzo humano y financiero para lograr su plena reconstrucción.


Ha sido valioso comprobar el interés de empresas y personas individuales por hacer llegar donaciones al Teatro, lo que supone un compromiso con esta institución y un reconocimiento al enorme valor artístico y cultural que ella representa para el país. Es destacable, asimismo, que la administración del teatro haya tenido una ágil y eficiente respuesta para mantener en pie la programación, para lo cual se han contratado escenarios alternativos.


Si bien se ha informado que hay seguros comprometidos, éstos cubrirán sólo una parte de los daños y los aportes privados tampoco resultarán suficientes para cubrir la diferencia, caso en que la Municipalidad de Santiago, como responsable de esta institución, debería asumir el resto de los costos, para asegurar la continuidad de los espectáculos y de sus cuerpos estables. El incendio dejó al descubierto en el teatro graves falencias en materia de seguridad -como no contar con rociadores y poseer sistemas anticuados para la detección de humo-, lo que hace ineludible que se asuman las cuotas propias de responsabilidad y se corrijan estas deficiencias.


La importancia que el Teatro tiene para el país hace aconsejable que se estudien nuevos mecanismos de financiamiento por parte de la Municipalidad, que complementen las donaciones y auspicios privados, pues los recursos de que dispone el Teatro son insuficientes, al punto que aún no ha sido posible saldar la reconstrucción tras el terremoto de 2010, de modo de no poner en riesgo su excelencia y prestigio internacional.


Tarifas de saturación en autopistas urbanas.


Algunas autopistas urbanas desean comenzar a cobrar la tarifa de saturación en las horas punta, debido a la congestión. Durante estas, los respectivos contratos las autorizan para cobrar varias veces el valor base en algunos tramos. Aunque hasta ahora el Gobierno —mostrando prudencia ante la reacción de la población potencialmente afectada— no ha dado la autorización necesaria, las concesionarias, además de recordar que se trata de una fórmula contemplada en sus contratos, argumentan que se estarían dando las condiciones para su uso, y que eso serviría como mecanismo para reducir la congestión, lo cual, ciertamente, no debería ser un factor para sus mayores utilidades.


La menor congestión podría conseguirse con una tarificación bien diseñada, pero el sistema establecido en los contratos de las autopistas urbanas no es el mejor. De acuerdo con las bases de licitación, la concesionaria debe medir en el semestre anterior la velocidad de los vehículos en los períodos de punta. Si ella cae por debajo de los 50 km en bloques de media hora, durante un período de cuatro semanas, la empresa puede ser autorizada a cobrar la tarifa de saturación.


Este esquema adolece de ciertas deficiencias. Desde luego, las mediciones las realiza la misma empresa que se beneficia al detectar bajas velocidades de desplazamiento, y aunque sus datos sean correctos, al no existir un mecanismo independiente, da pie a suspicacias. Además, las tarifas de saturación están determinadas por la congestión verificada en meses anteriores a su aplicación. Esto significa que un conductor podría tener que pagarlas por transitar en las autopistas durante febrero o en semanas como la del 18 de septiembre, cuando el tráfico es mínimo. Asimismo, las tarifas de saturación aumentan los ingresos del concesionario —que ya son altos—, por lo que crean incentivos a no adoptar medidas que mejoren los flujos de tráfico. Desde el punto de vista de la imagen del sistema de concesiones, habría sido deseable que los ingresos por este concepto se compartieran con el Estado, o que se usara un mecanismo como el valor presente de los ingresos, que habría acortado el plazo de concesión y permitido adelantar nuevas inversiones.


Ello no excluye el hecho de que siempre existirán viajes que se podrían realizar a horas que no sean de punta, o personas que se cambien de modo de transporte al subir el precio. Así, aunque la mayoría no modifique sus hábitos, el efecto sobre la congestión puede ser significativo, porque cuando se llega a un estado cercano a la hipercongestión, la velocidad de desplazamiento cambia bruscamente ante variaciones en la demanda. Por cierto, el crecimiento del parque automovilístico podría eliminar en corto tiempo los beneficios iniciales de la mayor tarifa, pero habría un respiro transitorio, si bien hay que preguntarse a qué precio.


En el esquema actual, y pese a que los concesionarios están en su derecho al querer cobrar una tarifa de saturación prevista en sus contratos, puede ser poco prudente implementarla. Ya existe molestia en la ciudadanía por tener que enfrentar alzas anuales superiores al IPC por el uso de las autopistas, así como una percepción de que el servicio ha empeorado, a resultas precisamente de la congestión. Esto, a su vez, despierta reacciones populistas: ya hay quienes en el Congreso plantean modificar los contratos de concesión, tal como se hizo con el Transantiago. Este es un riesgo que, presumiblemente, la Asociación de Concesionarios ha analizado con sus asociados. En todo caso, el Ministerio de Obras Públicas deberá considerar estos problemas al diseñar futuros contratos de concesión.


Correspondencia para la meditación.


Señor Director:


Bloqueo Legislativo.


Qué lástima la actitud de algunos Parlamentarios. Con el bloqueo Legislativo que pretende imponer la oposición queda más que en evidencia que para algunos políticos prima la visión de Gobierno por sobre la de Estado.


María Sofía Silva Baeza.


Señor Director:


Cierre de empresas.


Hace unos días nos enteramos del cierre de la filial Madeco Mills, empresa dedicada a la fabricación y venta de tubos de cobre. Durante 2013 otras dos empresas socias de Asimet debieron cerrar filiales de sus negocios, y las razones son exactamente las mismas: pérdida de competitividad —debido al aumento de precio de costos de producción, principalmente energía eléctrica—; ausencia de economías de escala y cambios producidos en el mercado, en el que se perdieron ventajas comparativas frente a productos sustitutos (importados) de menor valor.


Como Asimet no podemos sino expresar nuestra más profunda preocupación frente a esta situación, que, lamentablemente, no representa casos aislados dentro de la industria. Nuestro gremio ha sido enfático en señalar la falta de políticas públicas que fomenten el desarrollo y competitividad de la industria manufacturera nacional, en el convencimiento de que sin ella será muy difícil que Chile alcance el estatus de nación desarrollada al que tanto aspiramos.


Esperamos que las nuevas autoridades que asumen en marzo estén atentas a estas señales, y puedan profundizar los esfuerzos tendientes a generar una política industrial moderna que apoye el desarrollo industrial de Chile.


Gastón Lewin G., Presidente Asociación de Industrias Metalúrgicas y Metalmecánicas (Asimet).


Señor Director:


Voto voluntario y abstención.


Es verdad que todo  cambia. Nuestras abuelas lucharon  por ir a sufragar y ahora no lo hacen. Quizás, el cambio debiera ser votar a través de Internet.


Leyla Sammur Atala.


Pueblos bien informados
difícilmente son engañados.

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Polémica por video de la Onemi del 27F, Bachelet niega tsunami...Gentileza EMOL.

Bachalet niega tsunami a las 8:59am del 27F
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Letra Marcha: Soldados del 73

Letra Marcha Soldados del 73

Autor: Rosabella Liniers
Compositor Gianfranco



Son hermanos los Infantes,
todas las armas y soldados del ayer
Carabineros, Marinos y Aviadores
Combatientes del 73.

Un sólo cuerpo, un sólo corazón,
noble misión, proteger a la Nación,
la frente en alto saliendo del cuartel,
los soldados del 73.

Ya dió la orden mi General,
para vencer tenemos que luchar,
no ha sido arriada jamás nuestra bandera,
orgullo eterno de nuestra libertad.

En el recuento se hace el silencio,
por los heridos, los caídos que no están,
lo lamento mi Capitán,
mi Sargento no le puede contestar.

La Patria es libre, llegó la paz,
en el desierto, el cielo, azul el mar,
ya nuestros hombres cantan victoria
Combatientes del 73

Ya dió la orden mi General,
para vencer tenemos que luchar,
no ha sido arriada jamás nuestra bandera,
orgullo eterno de nuestra libertad.

Piñera anuncia propuesta de reformas educacional y tributaria, gentileza EMOL

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