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sábado, 30 de noviembre de 2013

Temas para las meditaciones del fin de semana...


















Libertad y literatura,
por Jorge Edwards.

El tema es archicomplejo. Se puede enfocar desde el punto de vista de la forma literaria, de la sociedad, de las ideologías totalizadoras. Si se quiere hacer una conferencia de cincuenta minutos o una crónica, no hay por dónde comenzar. Habría que describir, quizá, un episodio concreto, un momento de lucha, de conflicto, de contradicción. Cuando viajé a Cuba como enviado diplomático, en los comienzos del régimen de Salvador Allende, tuve una impresión inmediata, dura, angustiosa. Llegué a la conclusión, después de tres o cuatro días de estar en la isla, de que si se aplicaba el mismo sistema político en Chile, yo sería uno de los primeros chilenos en salir al exilio. La atmósfera intelectual cubana, que muchos turistas de la revolución celebraban, era simplemente irrespirable, inaguantable. Algunos se demoraron años en darse cuenta, pero tuve una situación privilegiada desde el punto de vista del conocimiento: había tenido contactos anteriores con los escritores, con José Lezama Lima, con Heberto Padilla, con muchos otros, y ellos me informaron en detalle de la situación, en la mañana siguiente a mi llegada, en un mediodía de sábado. Me describieron las censuras discretas, no declaradas, pero eficientes; el funcionamiento de las Unidades Militarizadas de Ayuda a la Producción (UMAP); el de los premios, las golosinas, y los palos, algo que los franceses llaman le bâton y la carotte, esto es, el palo y la zanahoria del burro. Podría decir que tuve dos sectores de información avanzada, extraordinaria: el de los escritores cubanos disidentes, que casi nadie había advertido que eran disidentes; el de algunos diplomáticos de Europa del Este, que tenían la esperanza de que en Chile se instalara un socialismo diferente, un socialismo “de rostro humano”, como se decía en esos años. Todos ellos me hacían una pregunta que se podía resumir en pocas palabras: si Salvador Allende era sectario o no lo era. El embajador del país que entonces se llamaba Yugoeslavia era uno de mis interlocutores más frecuentes. Me contaba los pasos que había dado el Mariscal Tito para frenar la influencia estalinista. Ni siquiera permitía que los barcos soviéticos se detuvieran en puertos yugoeslavos para hacer sus reparaciones. Cuando tuve que salir (aun cuando nadie se dio el trabajo de declararme “persona non grata”, ya que no era necesario hacerlo), el yugoeslavo fue uno de los pocos embajadores que me acompañó al aeropuerto, de madrugada. Tengo un recuerdo suyo notable, y no por detalles protocolares: por sus análisis certeros, implacables, del llamado “socialismo real”. Me pregunto si los socialistas de acá habrán hecho reflexiones parecidas. Si serán capaces de hacerlas. Nos acusan de revisionistas, decía el embajador, pero no se han dado cuenta de que el revisionismo no es más que la revisión del estalinismo.

Ese embajador, antiguo director de una revista de filosofía política, era un maestro. Pero también he tenido algunos maestros clásicos, de ultratumba. Uno de mis maestros de ultratumba ha sido Miguel de Montaigne, que se declaraba autor de ensayos, no de resultados. Y ahora, en su centenario, releo a Albert Camus. Mi generación, salvo notables excepciones, fue más sartriana que camusiana, y hemos rectificado con lentitud, hemos revisado. En Camus hubo una desconfianza frente al Estado totalitario, frente al estalinismo y sus secuelas, que los hechos terminaron por justificar plenamente.

Ahora, en mis vacaciones chilenas, observo un debate curioso. Lucía Santa Cruz hizo un análisis interesante del programa de Michelle Bachelet. He decidido estudiar ese programa a fondo y examinar con la mayor atención, sin prejuicios de ninguna especie, los puntos de vista de Lucía. Cuando aquí se producen escándalos, cuando algunos se desgarran las vestiduras, cuando viene la hora de las descalificaciones, hay que ponerse en guardia. La libertad está amenazada por algún lado. Compruebo con el mayor interés que Lucía Santa Cruz sabe citar con propiedad a Isaiah Berlin, uno de los grandes maestros modernos de la libertad intelectual, económica, política. Citar a un personaje así en un debate sobre la política chilena de estos días, sobre los programas de una de las candidaturas, me parece que es llevar la discusión a niveles superiores. Pero esto no lo agradecemos, no lo sabemos agradecer. Dije en mi conferencia de esta semana, dentro del ciclo del Bicentenario organizado por La Moneda, que a los tres días de estar en Cuba, a fines de 1970, enviado como encargado de negocios con la misión de abrir nuestra embajada en La Habana, sabía que si se instalaba un régimen parecido en Chile, yo sería uno de los primeros exiliados. En general, la audiencia era favorable, además de educada, pero hubo personas que se molestaron conmigo. Pues bien, me parece necesario observar un hecho inevitable: si uno opina, si uno analiza con serenidad y se atreve a sacar conclusiones, uno entra en problemas. Sobre todo entre nosotros. Por lo tanto, celebro la capacidad de análisis de Lucía Santa Cruz, que levanta de nivel nuestros debates internos y los hace más claros. Prometo estudiar el tema. Creo que la libertad intelectual, la libertad frente a la literatura, el pensamiento libre y expresado con libertad, son causas de una completa vigencia entre nosotros. Si levantan censuras chillonas, si los perros ladran, es señal de que cabalgamos con buen rumbo.


Una semana en Madrid,
por David Gallagher.


He tenido la suerte de pasar una semana en Madrid. Suerte por muchas razones. Porque he podido descansar del populismo electoral. Porque Madrid es la capital más agradable del mundo, y su gente, culta, cálida y generosa. Porque en esta época la luz de Madrid es nítida, y la acompaña un frío asoleado que te llena de energía. Porque pude ir al campo, a aquellos campos de Castilla que son tan accesibles desde esta ciudad de dimensiones tan humanas. Campos amplios, de horizontes lejanos, marcados por la sierra de Guadarrama, que en noviembre ya acumula nieve. Campos secos, austeros, poco poblados, en que se yergue la encina, cuyas bellotas alimentan los cerdos que comemos en forma de jamón ibérico.


Es la misma encina que celebraba Antonio Machado en su poesía, la misma literalmente, porque puede llegar a tener cientos de años. Un árbol que conmueve, porque pese al frío preserva porfiado sus hojas en el invierno. Un árbol humilde, según Machado. “Brotas derecha o torcida,/ con esa humildad que cede/ solo a la ley de la vida,/ que es vivir como se puede”, le dice admirado, y después: “Y tú, encinar madrileño,/ bajo Guadarrama frío,/ tan hermoso, tan sombrío,/ con tu adustez castellana corrigiendo/ la vanidad y el atuendo”.


Es cierto que en los últimos años las adustas encinas no se la pudieron con la vanidad y el atuendo que invadieron a la otrora austera Castilla. Hubo una fiesta de exceso de gasto del Estado y de los privados, y los españoles, como si salieran de una larga borrachera, han tenido después años muy duros, años de privación y sacrificio. Pero están mejor de lo que yo pensaba, a pesar del enorme desempleo. En parte, porque un cuarto de la economía es informal: hay mucha actividad que no se registra. Pero también porque las medidas de austeridad empiezan a dar sus frutos. Vienen llegando inversionistas, muchos de ellos latinoamericanos, en busca de gangas; y el PIB vuelve a crecer.


Los españoles se merecen este cambio para mejor. Es su premio por los severos recortes que impuso un Gobierno de derecha que no temió ser impopular, y que condujeron a que España se vea tanto mejor ahora que Francia, donde un Gobierno socialista no se ha atrevido a decirle a la gente la verdad, prefiriendo seducirla con la retórica de los derechos, con la consecuencia de que Francia está a la deriva.


En fin, España se recupera, y en Madrid, la semana pasada, la recuperación no solo vestía colores de otoño; lucía tintes peruanos. En el teatro Matadero, se inauguraba una versión de “Kathie y el hipopótamo”, de Mario Vargas Llosa, con una brillante actuación de Ana Belén, que para expresar la nostalgia que siente Kathie por París desde su casa en San Isidro, prorrumpía de vez en cuando en canciones de Edith Piaf. Dos días después, en el Auditorio Nacional, el tenor peruano Juan Diego Flores daba un memorable recital en homenaje a Vargas Llosa.


El recital era parte de un ciclo de conciertos de Juventudes Musicales. Es una admirable institución madrileña que ya no recibe ayuda Estatal, debido a la crisis. Tampoco le es fácil conseguir aportes privados. Pero sus notables conciertos siguen floreciendo año tras año gracias a la irresistible combinación de simpatía y tesón que despliega su organizadora. Se llama María Isabel Falabella, y es nacida en Chile.


Se equivocan aquellos que piensan que España —o Europa— están en una decadencia terminal. ¡Han estado mucho peor muchas veces, y siempre vuelven! Pero nunca les ha venido mal contar de vez en cuando con un soplo inspirador del Nuevo Mundo, sea de inversionistas, de emprendedoras culturales, o de creadores y artistas. Es lo que pensaba mientras oía a Flores pasearse como si nada por los vertiginosos sobreagudos de Donizetti.


El gran ganador,
por  Lillian Calm.


No puede afirmarse que la ganadora en la primera vuelta de las elecciones Presidenciales sea la autoproclamada Michelle Bachelet. ¡Si ella había declarado, y a cuatro vientos (e incluso lo había ratificado el ex Presidente Ricardo Lagos), que en un solo santiamén regresaría a La Moneda! Sin embargo, la noche del 17 debió girar precipitadamente de discurso y resignarse a fijar la mira en el 15 de diciembre.


Mejor le fue, si de relativizar se trata, a Evelyn Matthei y no sólo porque los bacheletistas pensaran que, al convocar a muchos, su candidata iba a arrasar con más del 50% de los votos, lo que no sucedió, sino porque una centroderecha que casi nada tiene que ver con la de antaño, deprimida, desganada y para más remate flojona (¿será efectivo que hoy son demasiados los que se mueven más por pesos que por principios?), se llegó a sorprender positivamente con el resultado: habrá balotaje. Evelyn tiene mucho de ganadora, pero aún le falta


Menos aún se puede afirmar que le fue bien a la UDI. Más bien le fue fatal, por mucho que se delineen argumentos para enfrentar el Consejo Directivo del 10 y 11 de enero. Sí, porque perder las dos Senaturías de la Región Metropolitana (y más encima aquella que representó Jaime Guzmán) evidencia una muy deficiente estrategia electoral. ¿Habrá quedado, la colectividad, herida en el ala por el juego de las sillas musicales?


La tercera exponente de esas sillas musicales, la candidata Presidencial de la Alianza, Evelyn Matthei, puso todo de su parte para salir airosa, a pesar de no ser una UDI histórica y, también, a pesar de los pesares, pero ya era tarde. ¡Y esa colectividad, no nos olvidemos, perdió también una decena de escaños Parlamentarios!


Renovación Nacional salió mejor parada, ya que a pesar de todas las críticas de que ha sido blanco de parte de moros y cristianos su timonel Carlos Larraín, éste demostró saber de estrategias. Por de pronto conquistó las dos Senaturías de Santiago: Oriente y Poniente. Y aumentó sus Diputados.


La DC perdió a Soledad Alvear, realidad imperdonable. Ella tiene trayectoria, ha sido, además de Senadora, Ministra —del Sernam (Servicio Nacional de la Mujer), Justicia y Relaciones Exteriores—, y ha mostrado una lealtad con su partido, desde los 17 años, que nadie puede discutirle. Es por eso que su colectividad le enrostró a la Nueva Mayoría (a la que la DC se ha sumado por conveniencia, pero donde ideológicamente poco tiene que ver) una preferencia por el socialista Carlos Montes, que contó de escudera incluso a Ángela Jeria, la madre de la candidata Presidencial Bachelet. Esta última ha negado cualquier predilección en beneficio de Montes, pero… negar no cuesta nada.


¿Quién es entonces el gran ganador de la jornada electoral del 17 de noviembre? A mi juicio —y, claro, reconozco que uno puede perder el juicio muchas veces— se llama Jorge Teillier, es el Presidente del disciplinado Partido Comunista y he ahí el dilema hamletiano.


¿Problema? Sí, problema, porque Chile tendría que empezar a retroceder bajo la batuta del señor Teillier, como le ha sucedido a los pocos países que siguen Gobernados por el anacrónico comunismo. Es decir, éste le imprimiría al acelerador una política “marcha atrás”, la que en toda caja de cambios está claramente especificada con la “R” de retro.


¿Dónde está el gran triunfo del Partido Comunista? Duplicó, con tres Diputados más, sus cupos en la Cámara. ¡Y esto en 2013! Para mayor abundamiento, sus huestes han mostrado interés en intervenir ¡en el manejo de las relaciones exteriores del país!, lo que a nivel continental nos acercaría a las Cubas y Venezuelas, y Nicaraguas y Bolivias. Teillier ha urdido una singular estrategia: aún no declara si va a participar o no en un eventual Gobierno de la Nueva Mayoría, como se designaría al de Bachelet. Si de estrategias se trata, sólo es cuestión de lucubrar…


Pero hay más: la trayectoria del Partido Comunista en Chile, como ha sucedido en otros países, está muy lejos de ser prístina. Así, el caballeroso Jorge Teillier, un hombre educado y hasta de apariencia afable, ha tenido incluso un nombre de chapa: Sebastián Larraín, como recordé en una columna anterior. Él mismo lo confirmó en una entrevista al diario “La Tercera”, donde lo presentaron como ex Jefe Militar del Partido Comunista y como quien supervisaba las acciones del Frente Patriótico Manuel Rodríguez.


Dice ese medio periodístico que era “una especie de Ministro de Defensa de una fuerza subversiva que en los años ‘80, entre muchas otras operaciones que pretendían desestabilizar el régimen militar, ejecutó el atentado a Pinochet y la internación de arsenales por Carrizal Bajo”.


Le pregunta el periodista Juan Cristóbal Peña: “¿Autorizó usted el atentado a Pinochet?”. Y Teillier responde: “Sí, por supuesto. Fue una decisión del partido”. El entrevistador explica que el entrevistado, en la clandestinidad (textual) “…a veces usó su verdadera identidad y otras una falsa, suplantada de un simpatizante del partido sin figuración o derechamente inventada. Lo importante era cambiarla con frecuencia. Al comienzo fue José, Roberto y Fernando. Luego, Carlos y, más tarde, Sebastián. Sebastián Larraín”.


Otra pregunta de esa entrevista: “¿Y los asaltos a bancos y financieras también eran aprobados por el partido?”. La respuesta: “Nosotros no hicimos asaltos a bancos, que yo recuerde. A armerías sí, eso era aceptado. Ese tipo de cosas son de cajón que las tenían que hacer. Evidente. También, asaltos a camiones con pollos que se repartían en poblaciones. Ahora, yo le quiero decir que el Frente actuaba con bastante responsabilidad. Lo que pasa es que acciones de este tipo traen consecuencias. Hay pérdidas de vidas, riesgos, los que estaban metidos en eso sabían en lo que estaban”.


Hasta ahí los párrafos citados. Si triunfara Bachelet en el balotaje (lo que aún no está claro), Teillier seguramente sería parte del Gobierno de Chile. Y si nos atenemos a los hechos tendrá una función preponderante. No hay que mirar en menos otra circunstancia: inmediatamente después de las elecciones del domingo 17 de noviembre, Michelle Bachelet asignó un papel activo en su campaña a figuras del partido de Teillier, como son las Diputadas electas Camila Vallejo y Karol Cariola. Esta última no dudó en confirmar que las Juventudes Comunistas ya se han puesto a disposición de Michelle Bachelet para “jugar un rol activo en esta segunda etapa”. Ambas honorables, quizás aún sin entender lo que supone su alta investidura, ya han anunciado que… volverán a la calle.


Energía: actuar sin mitos.


“Botar 1.800 millones de dólares al mar anualmente”. Así ha graficado un directivo del sector eléctrico los costos que el retraso del proyecto HidroAysén significa para el país. Sus palabras se suman a múltiples voces empresariales que claman por acuerdos políticos que permitan destrabar el tema energético, nudo central para nuestras perspectivas de desarrollo.


Dado que este problema no es exclusivo de Chile, observar otras experiencias resulta aleccionador. Así, es decidora la decisión de construir dos nuevas centrales nucleares comunicada hace poco por las autoridades británicas, en lo que hasta ahora constituye el primer anuncio de esta especie por un Gobierno occidental desde marzo de 2011, cuando el maremoto en Japón provocó la inundación, filtración y cierre de la planta nuclear de Fukushima. Luego de eso, Italia suspendió sus planes para impulsar la energía nuclear como eje de su matriz, y Alemania anunció el cierre de todas sus plantas después de 2020.


El temor provocado por la catástrofe japonesa en la opinión pública desató una reacción de condena a una fuente de energía que ha probado eficacia en capacidad y eficiencia en costos. Desde entonces, las energías renovables no convencionales (ERNC) se han vuelto el foco de las nuevas políticas, pero aún se muestran incapaces de atender el aumento de la demanda sin un alza de tarifas, a pesar de millonarias subvenciones.


El tradicional pragmatismo británico ha buscado una vía diferente. Su Gobierno —que en total planea la renovación de 12 plantas nucleares— asegura que, para producir la misma energía, se requerirían 30.000 turbinas eólicas, para lo que se debería disponer de superficie equivalente a un tercio de la Región Metropolitana. Otro problema serían las líneas de transmisión: no solo habría que aumentarlas, sino decidir el lugar de su instalación. Y aunque muchas comunidades apoyan las ERNC, pocas están dispuestas a ser vecinos de plantas eólicas o ver sus terrenos cubiertos por paneles solares y líneas de transmisión.


Por cierto, el anuncio británico no ha estado exento de controversia, al plantearse en el debate la posibilidad de otras opciones, como el gas natural. Pero lo destacable es la decisión de anunciar con crudeza y de implementar una política energética que atienda necesidades inmediatas y de largo plazo. La opinión británica valora esa actitud firme. Y, en definitiva, Inglaterra parece ser solo el primer país en reaccionar: también en Italia, Francia y Alemania, el sector industrial está llamando la atención sobre este tema, y aun las naciones exportadoras asiáticas —pese a Fukushima— apuestan por la energía nuclear para responder a su demanda y reducir sus costos.


Entretanto, en Chile la clase política no logra conciliar posiciones para un plan que atienda las necesidades de la industria y la demanda doméstica. Además, la Judicialización de los proyectos de inversión frena incluso aquellos basados en energías limpias, como la hidroeléctrica. Muchos albergaban la esperanza de que la campaña Presidencial pusiera de relieve la gravedad del problema, pero los programas Presidenciales son más bien vagos o insuficientemente realistas o no osan plantear abiertamente la situación, y hasta ahora el debate no ha tenido la profundidad que este problema exige. Quizá Chile tenga que sufrir primero las duras consecuencias de todo esto —ya se anuncia una estimación de alza de 6% en las cuentas de luz— para solo entonces reaccionar y abrirse a liderazgos que enfrenten este tema más allá de los mitos y prejuicios que hoy prevalecen.


Uso del registro de pedófilos.

        
Un cruce de información realizado por la Superintendencia de Educación, que revisó la base de datos que maneja el Ministerio de Transportes y el registro de condenados por abusos a menores elaborado por el Registro Civil, permitió detectar que 17 personas que han sido sentenciadas por los Tribunales de Justicia, por cometer ese tipo de delitos, continúan trabajando en transporte escolar, manteniendo un riesgoso contacto con niños.


Lo ocurrido demuestra que, a pesar de las labores de fiscalización que adecuadamente están realizando las autoridades del ramo en esta materia -como se pudo observar en esta oportunidad-, es necesario que los establecimientos educacionales y los padres de familia estén siempre atentos y tomen todos los resguardos al contratar servicios de transporte escolar para sus hijos.


Para ello cuentan con una herramienta valiosa, como es el denominado registro de pedófilos, que está disponible desde el año pasado. Este instrumento permite consultar fácilmente si una persona ha sido condenada por abuso de menores. El que la Superintendencia de Educación haya detectado estos casos constituye una señal de alerta, pues pone de manifiesto que en algunos lugares no se están adoptando de manera oportuna las medidas preventivas. Por tratarse de personas que tienen conductas que son difíciles de rehabilitar y por ende, existe un alto riesgo de reincidencia, esos controles deben ser constantes y muy exhaustivos.


Por lo mismo, sería positivo que se perfeccionen los actuales sistemas de datos, ya que por ejemplo, el ente fiscalizador de educación pudo determinar la identidad de los condenados y la Región donde se ubican, pero no cuenta con la información directa de los colegios donde trabajan, ya que estos establecimientos muchas veces no disponen de esos registros. Deficiencia que debe ser corregida a la brevedad, porque impide actuar con la necesaria rapidez que se requiere en estas situaciones.


Ranking de universidades.


El sistema de educación superior chileno es heterogéneo, algo propio de esquemas de enseñanzas de acceso masivo. En todo el mundo la tendencia va en esta dirección. Se requieren una política y una discusión más sofisticadas, que den cuenta de este panorama diverso. Para ello es indispensable un mejor análisis de la realidad de nuestro sistema. A esto contribuye significativamente el ranking de calidad de las universidades chilenas realizado por “El Mercurio” en conjunto con el Grupo de Estudios Avanzados Universitas.


Las universidades se comparan en el aspecto que comparten: la enseñanza de pregrado. Por cierto, los indicadores están influidos por las características de cada una, pero aun así el ejercicio es válido. Respecto de 2012, se observa, en general, estabilidad, aunque hay unos pocos cambios relevantes que sugieren que el ordenamiento puede alterarse en el futuro si las instituciones invierten apropiadamente en académicos, en el proceso formativo y en gestión institucional. El ranking es liderado por las universidades Católica, de Chile y Concepción, a distancia importante del resto. Entre las privadas nuevas, aparece en primer lugar la Adolfo Ibáñez (sexta en el cuadro general), algo separada de las demás.


Quizás el antecedente más interesante es que se confirma que las universidades chilenas se pueden dividir en al menos cuatro grupos. El más pequeño es el conformado por los planteles de investigación y doctorados, el modelo “humboldtiano” que la gran mayoría de las personas asocia a la idea de universidad. Estas suman seis; es decir, algo más del 10 por ciento del total de las universidades chilenas: una proporción no muy distinta de la que se observa en el resto de América Latina, Asia, Estados Unidos e incluso en varios países europeos. Es uno de los resultados más habituales de sistemas de acceso masivo a la educación superior. Obedece a que ni los Estados ni la filantropía pueden aportar suficientes fondos para que todas las universidades sean complejas. Tampoco sería una solución socialmente eficiente.


La categoría más grande es la de las universidades docentes: el grupo que no tiene doctorados y tampoco un número mínimo de publicaciones indizadas. Las otras dos categorías consideran a las universidades docentes con alguna proyección en investigación (quizás, con un umbral demasiado modesto) y aquellas que tienen investigación y doctorados en áreas selectivas.


La política nacional de financiamiento debería hacerse cargo de esta realidad. Por una parte, las categorías son ilustrativas de los bienes públicos que producen las instituciones. Así, en las complejas, el financiamiento Estatal debería ser proporcionalmente más elevado que en las otras, lo cual está pendiente.


Por otra parte, hay universidades que no pertenecen al Consejo de Rectores y que están en el segundo grupo —de investigación y doctorados en áreas selectivas—, las que no reciben aportes del Estado (que no sean los que puedan estar percibiendo sus estudiantes), mientras que hay otras del Consejo de Rectores que son docentes y que sí los reciben. Si se quiere mejorar la efectividad en el uso de los recursos es difícil sostener estas discriminaciones. Por ejemplo, ¿por qué la Universidad Alberto Hurtado no puede acceder a fondos públicos, estando en el segundo grupo, mientras que la Católica del Maule, que está en el tercero y produce menos bienes públicos, sí puede hacerlo? Hay solo razones históricas, las que no son buena guía para las políticas de educación superior.


Una pregunta similar se puede hacer respecto de la Universidad Adolfo Ibáñez, que está en el segundo grupo y por tanto produce bienes públicos, y la de Atacama, en el cuarto, que agrupa a las docentes sin proyección de investigación. En este último caso se podría argumentar que la segunda es Estatal y merece un trato especial. Pero si no produce bienes públicos, ese argumento no es relevante. Si se quiere promover la calidad, esta desigualdad no puede seguir manteniéndose.


Nuevo plan regulador de Santiago.


Las ciudades —y Santiago no es una excepción— constituyen por definición zonas geográficas de alta densidad poblacional, en las que sus habitantes desarrollan gran parte de sus actividades laborales y de esparcimiento, que se traducen en requerimientos de uso del suelo y de movilidad. En su conjunto, toda urbe debe acomodar intereses no siempre coincidentes entre múltiples actores. Con ese fin se elaboran planes reguladores, que fijan reglas generales a las cuales los agentes deben ajustar sus proyectos de desarrollo futuros, que son los que van modificando la estructura y la dinámica de las interacciones en su interior. La calidad de la vida urbana futura de la ciudad dependerá de la capacidad que tengan dichos planes para anticipar los fenómenos —positivos o negativos— que pudieren tener lugar, proveyendo incentivos que minimicen los efectos deletéreos indeseados y facilitando los desarrollos que enriquezcan positivamente a sus habitantes.


No resulta fácil concordar dichos planes, tanto por la dificultad natural de predecir los posibles eventos futuros que sus reglas provoquen como por la variedad de criterios de bondad que es posible tener al momento de diseñarlos, todo lo cual requiere armonizar intereses y posturas diversas (y con frecuencia cambiantes) respecto del desarrollo de la ciudad. Consciente de estos problemas, el Gobierno convocó a un grupo de personas expertas en torno a un Consejo de Desarrollo Urbano, para establecer una Política de Desarrollo Urbano, guía general para los próximos 50 años, que servirá para el futuro establecimiento de planes reguladores Regionales.


En el caso de Santiago, el nuevo Plan Regulador coincide con estas directrices, pues intenta armonizar el crecimiento de la ciudad —algo con lo que no todos concuerdan y que siempre y virtualmente en todos los países constituye fuente de acres debates— con los requerimientos de transporte y conectividad que ese crecimiento impone. Además, debe contemplar igualmente la infraestructura comunitaria de parques, áreas de esparcimiento y similares que supone la calidad de vida a que aspiran los santiaguinos, y que se incrementa a la par del mayor desarrollo del país.


Por ejemplo, el aumento de 10.234 hectáreas de superficie de la ciudad que este plan contempla, prevé 2.559 hectáreas de parques —esto es, una de cada cuatro, muchas de ellas ubicadas sobre la ribera del río Mapocho—, gran cantidad de las cuales deberá ser construida por agentes privados, como parte de los desarrollos inmobiliarios que propongan. Sin embargo, para algunos Alcaldes, que deberán hacerse cargo luego de su mantención, esto les significa costos que no están dispuestos a asumir, y ciertos observadores académicos dudan de la capacidad de la autoridad para velar por que dichos requerimientos sean efectivamente cumplidos por los privados. En contrario, se advierte que estas objeciones no parecen suficientes para cambiar el Plan, porque los nuevos pobladores deberán pagar impuestos territoriales con los que los Municipios podrán afrontar sus mayores gastos, y porque la posible negligencia futura de la autoridad para imponer las normas no puede ser el criterio para diseñarlas.


Asimismo, para conseguir la aprobación de sus proyectos, los desarrolladores inmobiliarios de paños grandes deberán considerar ejes viales estructurantes y servicios públicos básicos como parte de ellos, lo que los obliga a internalizar los costos totales, más allá de las viviendas, oficinas o facilidades industriales que se ofrezcan. A ello se suman los esfuerzos del Metro, el Transantiago y los trenes suburbanos de Ferrocarriles, que dan cuenta del interés por anticipar el desarrollo de una urbe como Santiago, que deberá acomodar a sus actuales y nuevos habitantes a condiciones acordes con el desarrollo económico que el país quiere alcanzar en los próximos 20 años.


Acuerdo para limitar el programa nuclear iraní.


El acuerdo alcanzado hace unos días por Irán y EE.UU. puede llegar a ser de enorme relevancia para la situación del Medio Oriente y, por lo mismo, constituye una oportunidad que no debe ser desaprovechada para llevar estabilidad a una zona del mundo que se ha visto tradicionalmente sacudida por conflictos.


La firma del Plan de Acción Conjunto se dio en el marco de las conversaciones entre Teherán y las seis potencias occidentales del Grupo 5+1 en Ginebra. El acuerdo contempla un período de seis meses, durante el cual Irán se comprometió a limitar su programa nuclear, en especial su capacidad de enriquecer uranio y desarrollar capacidades atómicas con eventuales fines bélicos, a cambio de que se liberen fondos y se relajen sanciones económicas por un monto total aproximado de US$ 6.000 millones. Aunque en el pasado -en la década de los 90- se produjo un acercamiento entre Washington y Teherán, el proceso actual ha llegado mucho más lejos, produciendo un resultado concreto que abre las puertas a la cooperación entre ambos, algo que no se registra desde que en 1978 triunfara la Revolución Islámica en el país asiático y se instalara allí un régimen abiertamente hostil a Estados Unidos.


Han surgido voces que critican el acuerdo. La oposición republicana y algunos demócratas en el Congreso de EE.UU. acusan que éste no considera mecanismos de verificación suficientemente estrictos y que, en consecuencia, abre la puerta para que Irán continúe avanzando en su programa nuclear y sea capaz de dotarse de un arsenal atómico. Israel, por su parte, ha señalado que el acuerdo constituye un “gran error”, que permite a Irán enriquecer uranio y elimina sanciones internacionales a cambio de “concesiones cosméticas”. El Presidente de EE.UU., en cambio, afirma que el arreglo alcanzado es una “importante primera etapa”, punto en el cual coincide con su par iraní, quien ha afirmado que “vamos paso a paso hacia un lugar donde lograremos un acuerdo global con el Grupo 5+1”.


Lo cierto es que las desconfianzas son grandes y de larga data entre ambas partes, por lo que los próximos seis meses servirán para saber si un acercamiento de fondo es posible. Si éste tiene lugar, el acuerdo habrá servido para alterar el tablero geopolítico de la zona, consolidando la influencia de Irán y amenazando la posición de Egipto y, especialmente, Arabia Saudita, generando a la vez tensión entre el radicalismo chiita que promueve Teherán y el fundamentalismo sunita que impera en grupos como la Hermandad Musulmana egipcia o los grupos wahabbitas que predominan en Arabia Saudita. También tendría efectos sobre la posición de Israel, la guerra civil en Siria y la política interna de los palestinos, Líbano e Irak.


Para resultar exitoso, es necesario que ambas partes entiendan el acuerdo de la misma manera, en especial en el tema del enriquecimiento de uranio, donde Washington y Teherán han insinuado interpretaciones que podrían ser diferentes. La necesidad que ambos tienen de que el arreglo funcione, sin embargo, permite abrigar algún grado de esperanza. A Teherán le urge contar con fondos y aliviar el estrangulamiento que suponen las sanciones económicas que pesan en su contra, mientras que Washington busca reafirmar un liderazgo global que parece extraviado y reducir el precio del petróleo, el cual debería caer si se consolida el fin de las sanciones contra Irán y éste se convierte en un proveedor estable de crudo.


Una carta para meditar seriamente.


Señor Director:

El ejemplo de Brasil.


Hace una semana, once importantes miembros, incluyendo al ex Presidente del Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil, ingresaron a la cárcel a cumplir sus condenas por la red de corrupción que se formó durante el primer mandato de Lula. Estando tan agitado el ambiente político en Brasil, unos días en Chile debe haber sido para Lula lo que para un chileno es tomar sol en una playa brasileña.


Otro miembro del PT, la Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, enfrentó con firmeza las protestas de hace un mes, en las cuales enmascarados atacaron brutalmente a un policía en Sao Paulo. Una frase suya debería inspirar a nuestros parlamentarios, tanto a los que promueven como a los que rechazan el proyecto de ley que endurece penas a los encapuchados: “Agredir y depredar no forma parte del derecho de manifestación. Al contrario, son barbarismos antidemocráticos”.


José Luis Hernández Vidal.

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Imagenes de un recuerdo siniestro

Marcha Soldados del 73, con imágenes

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Letra Marcha: Soldados del 73

Letra Marcha Soldados del 73

Autor: Rosabella Liniers
Compositor Gianfranco



Son hermanos los Infantes,
todas las armas y soldados del ayer
Carabineros, Marinos y Aviadores
Combatientes del 73.

Un sólo cuerpo, un sólo corazón,
noble misión, proteger a la Nación,
la frente en alto saliendo del cuartel,
los soldados del 73.

Ya dió la orden mi General,
para vencer tenemos que luchar,
no ha sido arriada jamás nuestra bandera,
orgullo eterno de nuestra libertad.

En el recuento se hace el silencio,
por los heridos, los caídos que no están,
lo lamento mi Capitán,
mi Sargento no le puede contestar.

La Patria es libre, llegó la paz,
en el desierto, el cielo, azul el mar,
ya nuestros hombres cantan victoria
Combatientes del 73

Ya dió la orden mi General,
para vencer tenemos que luchar,
no ha sido arriada jamás nuestra bandera,
orgullo eterno de nuestra libertad.

Piñera anuncia propuesta de reformas educacional y tributaria, gentileza EMOL

Padre nuestro que estás.....

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