A tres semanas de la primera sorpresa,
por Sergio Melnick.
Ha empezado la penúltima cuadra de la primera
pata de la carrera Presidencial, Parlamentaria y de Cores. La última será en
diciembre. La confusión es enorme para los votantes, quizás hasta para los
mismos candidatos. Se nota muy poco entusiasmo masivo en la campaña. A Bachelet
se la ve agobiada, arrancando del debate y evadiendo responder el cómo se
podrían implementar sus propuestas, siempre rodeada de escoltas para no hablar
y tratar de cometer pocos errores. Cuando ella habla sin hacer las tareas, es
decir, improvisa, se equivoca, como fue la última opinión sobre los colegios de
excelencia, en que debió retractarse, como lo ha hecho ya en muchas ocasiones,
especialmente en el tema educación, Constitución y reforma tributaria. Da la
impresión de que no entiende bien los temas más allá de los titulares y que no
se acuerda que ya Gobernó e hizo demasiadas promesas que no cumplió. Su
programa 2006-10 debe leerse para ver lo poco que hizo.
Matthei, a su vez, no parece encontrar aun su
propia veta y se ha perdido en una campaña tradicional más o menos típica de la
derecha con pocas ideas novedosas, trascendentes e interesantes. Yo creo que
ella debe salirse del traje en que la han vestido y ser ella misma, que es muy
potente. Debe contar su sueño de país y transmitir desde el corazón por qué
quiere ser Presidente. Parisi la toreó públicamente una y otra vez, hasta que
la encontró, y ahora sufre de sus propias debilidades. La política es sin
llorar, dijo Allamand alguna vez. Parisi también ha hecho una descalificación
absoluta de la política nacional, precisamente en la que él mismo está ahora,
sosteniendo paradójicamente que no es político, sino sólo un profesor, que
ahora incluso reniega de sus diversos negocios familiares, por cierto
legítimos, y que para mí debieran ser más bien motivo de orgullo. Podemos decir
lo que queramos de nuestros políticos, que igual es un deporte nacional, pero
no es menos cierto que ya tenemos 30 años de gran progreso en Chile, y eso se
lo debemos a ellos. La OCDE nos señala como ejemplo mundial y nos distinguimos
sobremanera en América Latina. Tan mala no puede ser una clase dirigente que ha
logrado todo lo que tenemos. Chile nunca estuvo mejor que ahora en toda su
historia y eso no es menor. No significa que no tengamos problemas, pero no
estamos para revolución.
A ME-O le ha costado mover sus ideas y con
Parisi compiten mano a mano por el tercer lugar con la ilusión de ir a la
segunda vuelta. Una ilusión que por esta ocasión no ocurrirá. En conjunto,
estos dos candidatos podrían tener unos 20 puntos porcentuales, que es
esencialmente lo que gatilla la segunda vuelta. Claude y Roxana ya no son tan
jóvenes y aún juegan a la revolución de los ’60, con una irresponsabilidad que
es difícil de entender. Israel y Sfeir son dos personajes muy interesantes,
serenos, respetuosos, intelectualmente destacados, cada uno focalizado en sus
temas. Sfeir es el medio ambiente y la espiritualidad, e Israel es Regionalización,
descentralización y empoderamiento local, pero lamentablemente no llegarán muy
lejos esta vez. Jocelyn-Holt es un testimonio poco claro aún, pero que recuerda
la pasión e idealismo de la antigua falange de la DC, una energía que mucha
falta le hace a ese conglomerado y a mi juicio a nuestro país.
En otro carril, la famosa franja electoral
parece que está totalmente obsoleta, no genera demasiado interés y francamente
es difícil que genere algún impacto significativo en los electores, pero ahí
seguimos pegados sin capacidad de reaccionar y cambiar cosas esenciales.
Por su lado, las encuestas brillan por su
ausencia, pocos se atreven a publicarlas, habiendo un par y que dan resultados
bastante disímiles, todas difíciles de creer, frente a un padrón electoral que
es un enorme misterio y que hace toda la diferencia en la calidad de las
encuestas. Los votantes probables de las encuestas están en el entorno del 50%
y eso debilita enormemente las muestras. Es probable que los candidatos más
pequeños estén subrepresentados y que el comportamiento final de los votantes
sea casi impredecible. Estamos, entonces, manejando de noche y casi sin luces.
Con todo, creo que habrá segunda vuelta y que
esta abrirá un escenario político nuevo en que se confrontarán Matthei y
Bachelet. Esta vez, Bachelet no se podrá esconder entre los 9 candidatos, la
cobertura de los medios estará focalizada en ellas, y deberá enfrentar a su
contendora cara a cara, al menos en un debate. También tengo la impresión de
que la votación de ambas en la primera vuelta será bastante similar, e incluso
Matthei podría tener un par más de puntos. Creo que ME-O será tercero y Parisi
el cuarto. Los dos siguientes para mí serán Israel y Claude, luego Sfeir y
finalmente Jocelyn-Holt y Roxana.
Aun así también creo que habrá sorpresas
inesperadas en la votación y también creo que aún quedan un par de eventos que
podrán cambiar el escenario electoral en cualquiera de los lados. En suma, ha
sido una campaña un poco decepcionante por la falta de ideas y propuestas
interesantes y factibles. Mucho ofertón, mucho slogan, poco debate, mucha
parafernalia. Todo esto nos habla de una sociedad poco madura.
Sin defensa,
por Juan Ignacio Brito.
Guste o no, resulta indudable que Jaime Guzmán
es el padre de la derecha moderna en Chile. Su estatura intelectual le permitió
fusionar elementos tradicionales del conservadurismo con las doctrinas
económicas del libre mercado, creando la verdadera nueva derecha chilena.
Además, fue un protagonista en procesos claves de la historia nacional en la
última parte del siglo XX: fundó el movimiento gremial en la UC para enfrentar
la aguda politización de las universidades durante el Gobierno de Frei
Montalva; fue un activo opositor a Salvador Allende; tras el Golpe de 1973,
tuvo un rol central en el diseño institucional creado durante el régimen
militar; se enfrentó al poderoso Manuel Contreras; fundó y fue el primer Presidente
de la UDI, un partido con vocación popular, toda una novedad para la derecha
chilena; en 1989 resultó electo Senador por Santiago Poniente, una
circunscripción donde el triunfo parecía imposible; como Senador, se opuso al
indulto a los condenados por delitos terroristas propuesto por el Gobierno de
Aylwin; finalmente, murió asesinado tras impartir clases de derecho en la
Universidad Católica.
La importancia de Guzmán lo ha convertido en
blanco de ataques de parte de quienes entienden que la desacreditación del
régimen militar pasa por detraer la figura política del civil que más influyó
en él. Cuando se pretendió que el monumento que lo recuerda quedara ubicado en
la Plaza Baquedano, hubo sectores que se opusieron e incluso hubo amenazas.
Como resultado, el memorial al Senador por Santiago Poniente quedó firmemente
emplazado en el corazón de… Santiago Oriente.
Ahora Guzmán sufre un nuevo ataque, esta vez
personal. El no está aquí para defenderse de las “revelaciones” que hace la
película El tío. Uno supondría que un personaje del calado que él tuvo, que
formó tantos discípulos y llevó tanta gente a la vida pública, tendría
incontables defensores que alzarían su voz para dar testimonio de cómo y quién
fue realmente Jaime Guzmán. Pero no. Es cierto que ha habido declaraciones
públicas y una que otra entrevista, pero también es indesmentible que son
muchos más los que han callado que los que han hablado.
Es muy posible que haya mucho de cálculo
político tras esta actitud, pero lo más probable es que la ausencia de una
defensa robusta y articulada de Jaime Guzmán obedezca a esa debilidad
estructural de la derecha chilena: su proverbial incapacidad para entender que
el verdadero campo de batalla de la política es la cultura. Esto lo sabe muy
bien la izquierda, que no dudaría en armar un escándalo si una película
desacreditara a uno de sus próceres. Mientras más ignore la derecha esta
dimensión clave, más difícil le será defender como legítimos sus postulados y
su pasado. La consecuencia directa de este descuido imperdonable es que la
tribu derechista se va quedando sin tótemes: hoy es Guzmán; ayer fueron los
“cómplices pasivos de la dictadura”; antes, el modelo económico. Así, no es
raro ver a Gobiernos y candidatos que se dicen de derecha presentar propuestas
que no están en el recetario del sector, lo cual ha llevado a Hernán Büchi a
sostener que, “independiente de quién gane la contienda presidencial, Chile ya
perdió”.
Avances significativos en el proceso de
reconstrucción.
Con la presencia de dos de los nueve candidatos
Presidenciales, el Gobierno inauguró el miércoles, en Concepción, el memorial
que recuerda a las víctimas del terremoto y posterior maremoto del 27 de
febrero de 2010. En la oportunidad, el Mandatario señaló que el avance de
reconstrucción en materia de vivienda alcanza el 98%, mientras que la oposición
ha cuestionado esas cifras y ha criticado el proceso.
Más allá de estas diferencias existentes sobre
el exacto avance de las obras, es un hecho objetivo que el programa de
reconstrucción que impulsó el Ejecutivo luego de la catástrofe natural ha sido
exitoso. Al hacer un análisis es importante considerar la magnitud de la
devastación que dejó el terremoto de 8,8 grados en la escala de Richter (el
segundo de mayor magnitud registrado en Chile luego del ocurrido en Valdivia en
1960) y posterior tsunami. Este afectó a cinco Regiones del centro sur del
país, dejando centenares de muertos, provocando graves perjuicios a las
personas, dañando severamente la infraestructura pública y privada, y generando
un impacto negativo en la economía. Que ante la dimensión de la emergencia
vivida, el Gobierno en casi cuatro años haya podido avanzar de manera
sustancial en la reconstrucción de las zonas damnificadas, supone un logro que
debe ser destacado, sobre todo considerando que en un principio los expertos
estimaron que el proceso podía demorar hasta 10 años en llevarse a cabo, debido
a que un número importante de rutas, hospitales, escuelas, edificios y miles de
viviendas debían ser levantadas de nuevo o refaccionadas.
Para una administración que debió enfrentar la
emergencia sin tener el tiempo suficiente para instalarse adecuadamente,
levantar el país significó un doble desafío, ya que apenas asumió sus funciones
tuvo que movilizar un contingente significativo de personal y destinarlo a las
labores de reconstrucción, a la vez que debió asignar ingentes recursos del
erario a financiar el proceso. Esto implicó un enorme trabajo de coordinación
entre los distintos estamentos del Estado para llevar adelante esas tareas, que
a la luz de los avances alcanzados, se han cumplido satisfactoriamente en los
plazos que se impuso el propio Ejecutivo, y que en su momento fueron
considerados ambiciosos y difíciles de alcanzar.
Si bien todavía hay desafíos pendientes, como
dar una solución habitacional definitiva a las familias que aún se encuentran
en campamentos o viviendo bajo un programa de subsidios de arriendo, el Gobierno
tiene el derecho a resaltar sus logros y de exhibirlos a la ciudadanía, como lo
hizo ayer el Mandatario al informar que de las 222 mil viviendas comprometidas,
219 mil ya han sido entregadas o están en construcción. Como también es
positivo que se adoptara la decisión de levantar un memorial en homenaje a las
525 víctimas fatales y 25 desaparecidos de esta tragedia. Sin embargo, el
momento elegido para inaugurarlo no fue el más propicio, dado que el país está
a poco más de tres semanas de celebrar una elección Presidencial y Parlamentaria.
Esto llevó a que la actividad fuese interpretada por la mayoría de los
candidatos a La Moneda como un acto de campaña del oficialismo, ante lo cual
optaron por no asistir. Esto es lamentable, pues aun cuando el proceso de
reconstrucción ha sido liderado por el Gobierno, se trata de un loable esfuerzo
en el que han participado transversalmente los distintos sectores de la
sociedad y del cual todos deben sentirse parte.
Mercado laboral de mujeres y jóvenes.
La OCDE, en su informe de la economía chilena
entregado ayer, reconoce un buen desempeño de las políticas públicas al
alcanzarse la tasa de desempleo más baja en 15 años, con salarios reales en
alza, aunque volátiles. Así, un sólido crecimiento del país ha impulsado la
creación de más de 2 millones de empleos desde el año 2000 y la mitad de éstos
en los últimos tres años. Asimismo, el 82% de dichos empleos ha sido a jornada
completa y en el sector formal. Y cuando la tasa de cesantía se elevó por sobre
el 10%, durante la crisis financiera global, la política Fiscal basada en
subsidios al empleo joven, extensión de la educación temprana, mayores
licencias de maternidad y bonos a las mujeres de menores ingresos, contribuyó a
fomentar el empleo femenino.
Con todo, los esfuerzos aplicados aún son
insuficientes para incluir satisfactoriamente a las mujeres y jóvenes en el
mercado laboral. A menudo, las mujeres se emplean en el sector informal de
bajos salarios, y en igualdad de cargos y funciones reciben menor retribución
que los hombres, como lo reafirma hoy la encuesta de empleo del Gran Santiago
de la Universidad de Chile. En cuanto a los jóvenes, a causa de la debilidad en
los sistemas de capacitación, éstos enfrentan grandes dificultades para acceder
a mejores trabajos y mejorar sus ingresos.
Incluir estos dos grupos marginados,
contribuiría a impulsar el crecimiento a través de un aumento en la oferta de
trabajo y el bienestar con un descenso en la pobreza. Chile ha logrado grandes
progresos en la reducción de la pobreza, sin embargo, es el país de mayor
desigualdad en la OCDE. Aunque la participación de la mujer en la fuerza de
trabajo ha crecido considerablemente desde mediados de los años 90, aún
permanece baja, sobre todo en las mujeres jóvenes, respecto de los estándares
internacionales. A modo de ejemplo, entre los 30 y los 49 años los hombres
chilenos se benefician de una tasa de participación igual al promedio de la
OCDE; en cambio, el mismo tramo etario en las mujeres registra una diferencia
en torno a 15 puntos porcentuales. En el mercado informal, las mujeres están
sobrerrepresentadas con un 40% de empleos sin contrato en el quintil de menores
ingresos, en comparación a un 22% en el caso de los hombres.
El desempleo de los jóvenes se mantiene en el
nivel más bajo de los últimos 13 años y, en particular, el desempleo de los
hombres jóvenes es menor que el promedio de la OCDE. Sin embargo, en el caso
del desempleo de las mujeres jóvenes, existen significativas y desfavorables
diferencias. Un 24% de jóvenes (15-29 años) carece de educación, empleo o
capacitación suficiente, en comparación al 16% en igual condición en la OCDE.
Esta cifra, que remarca el informe referido, se ha mantenido sorprendentemente
estable en los últimos 5 años.
Aumentar la tasa de participación femenina en
la fuerza de trabajo conlleva levantar las barreras económicas de bajos
salarios que no compensan los costos del cuidado de los hijos y de las barreras
culturales que desalientan a muchas mujeres a trabajar en empleos remunerados.
La información de la OCDE indica que políticas empáticas con las familias, como
acceso a servicios de calidad en el cuidado de los niños, licencias paternales
(no sólo maternales), oportunidades de empleos part-time y flexibilidad
respecto al lugar de trabajo, contribuirían a rebajar las barreras y fomentar
el empleo femenino.
La experiencia de la OCDE sugiere, además, que
los bonos de incentivo al empleo femenino vulnerable y el subsidio al empleo de
los jóvenes usualmente tienen una baja incidencia en el nivel de contratación,
por lo que no deberían reemplazar a reformas más profundas en el mercado
laboral y a una mejor educación y capacitación de la fuerza de trabajo, con
especial atención en los sectores marginados.
Mayor escrutinio a los candidatos.
A pocas semanas de la elección Presidencial y
pese al esfuerzo de los postulantes a la Presidencia, al Congreso y a los
Consejos Regionales, cuya elección directa se realiza por primera vez, la
población parece seguir estos acontecimientos con muy poco interés. A ello
contribuye la marcada despolitización de nuestros ciudadanos: casi 60% no se
identifica con ningún conglomerado o corriente políticos. También influye la
reducida confianza que despiertan la política y las instituciones de la
democracia, como el Senado o la Cámara de Diputados. Muchos ven en esta
realidad una crisis de la política y creen que la situación se puede revertir
con cambios en el sistema electoral y en algunas otras instituciones de la
política. Pero también son importantes las prácticas. Los partidos son poco
porosos a la ciudadanía, y las posturas a que adscriben rara vez son el fruto
de un intercambio fluido con sus bases. Pero el escaso interés en las campañas
quizás no tenga mucha relación con esa supuesta crisis y sea propia de una
democracia consolidada. En alguna oportunidad el escritor Mario Vargas Llosa
sostuvo que las democracias maduras son algo aburridas.
Posiblemente el escenario de esta campaña
electoral tenga algo de ambos fenómenos. Sin perjuicio de cambios
institucionales que puedan fortalecer la política, hay prácticas largamente
establecidas en otros países que en el nuestro no están muy presentes. Por
ejemplo, nuestros candidatos a cargos de elección popular, a pesar de que a
veces se crea lo contrario, desarrollan sus campañas sometidos a muy bajo
escrutinio público. Ocasionalmente se levantan cuestionamientos a sus
actuaciones en el campo privado o público. Es difícil establecer los límites
que no deberían ser traspasados en ese proceso, pero las personas que aspiran a
representar a la ciudadanía deben estar abiertos a una revisión amplia de sus
actuaciones, decisiones y opiniones.
Esa desconfianza en los partidos y líderes
políticos lleva a veces a argumentar en contra de altos niveles de escrutinio,
temiendo que ellos lleven a mayores niveles de desprestigio de esa actividad.
Pero, inevitablemente, en un episodio cuya denuncia ha comprometido a varios de
los candidatos Presidenciales, un postulante a la Primera Magistratura se ha
comprometido a explicar hechos eventualmente inhabilitantes para tal
aspiración. Esto no debería causar mayor alarma, pues es frecuente también en
democracias más avanzadas -las campañas estadounidenses, por ejemplo, ofrecen
no pocos ejemplos de episodios similares-. El riesgo de desprestigio de la
política, de existir, se manifestaría solo en el cortísimo plazo. Como
contrapartida, una democracia cuyos actores se sientan observados por la
opinión pública tendrá políticos con mejor comportamiento y, tal vez, como consecuencia,
más valorados por la ciudadanía. Por cierto, quienes no puedan superar ese
escrutinio tendrán que dar un paso al costado. Un escenario semejante solo
puede contribuir a fortalecer la política y a elevar los niveles de confianza
en ella. La falta de escrutinio provoca naturalmente que la política se
desarrolle en un nivel de opacidad indeseable, que alimenta inevitables
desconfianzas.
Por las positivas externalidades que crea, en
democracias más avanzadas es habitual que en este escrutinio haya diversos
interesados. Desde luego, para ello están siempre los adversarios políticos,
pero quienes lo realizan sin buenos fundamentos son, en general, castigados por
los votantes, porque una democracia acostumbrada a una mayor transparencia
espera seriedad en ese escrutinio. El mayor profesionalismo en esta materia lo
aporta la prensa que se apoya en investigaciones propias o, a menudo, en
organizaciones no Gubernamentales que recogen desde el historial de votaciones
de los candidatos hasta sus declaraciones de interés, pasando por sus
actuaciones durante su trayectoria profesional o laboral. En nuestro diario, la
sección dominical "El polígrafo" recoge las incoherencias entre los
dichos y la realidad de los políticos. En Chile esto está aún poco desarrollado,
pero seguramente irá creciendo con el tiempo.
Mayor competencia en concesiones.
Resulta auspicioso, aunque tardío, que el
Ministerio de Obras Públicas haya resuelto introducir cambios en los procesos
de renegociación de obras en licitaciones de infraestructura. Especialmente positivo
es el hecho de que las concesionarias deberán llamar a licitaciones en caso de
que sea necesario realizar obras adicionales a las contempladas en el contrato
original, lo que debiera desincentivar la práctica de las renegociaciones
bilaterales entre el MOP y las concesionarias, un proceso que siendo ajustado a
la Legislación vigente, abre espacio para que se pierdan los incentivos
innegables que ofrecen los procesos competitivos.
El sistema de concesiones en el desarrollo de
infraestructura ha traído innegables beneficios para el país. Ello ha sido
especialmente visible en la construcción de nuevas carreteras, que con el
tiempo se ha ampliado a otros rubros, como aeropuertos, cárceles y embalses. Es
inevitable que en proyectos cuyo desarrollo puede tomar varios años aparezcan
imprevistos que obliguen a modificar las obras originalmente previstas. La
evidencia muestra, sin embargo, que en promedio las concesiones se han
renegociado tres veces -algo especialmente evidente en el caso de las autopistas
urbanas-, lo que sugiere que se ha vuelto una práctica frecuente y justifica
someter a licitaciones estas nuevas obras.
Sin embargo, resulta inexplicable que esta
medida no se haya tomado antes, pues la discusión en torno al tema se prolonga
por años y la propuesta no representa una novedad. Sea por la rotativa de Ministros
a cargo de la cartera o por problemas a la hora de afinar los procesos, el MOP
muestra una alarmante falta de resultados en torno al tema de las concesiones,
lo cual, sin duda, representará un retraso en la ejecución de obras de
infraestructura que el país necesita.
Suicidios y prevención.
Tres escolares de Antofagasta se quitaron la
vida (y un cuarto joven lo intentó), aparentemente incitados por adultos que
los habrían forzado a cumplir rituales de ciertas sectas.
Esta tragedia pone en evidencia una vez más el
preocupante índice de suicidios en Chile, que exhibe una de las tasas más
altas, especialmente de jóvenes, entre los miembros de la OCDE. Según estudios
del Ministerio de Salud, la proyección para 2020 es que ella podría subir a 12
víctimas por cada 100 mil habitantes en ese grupo etario, por el surgimiento de
una serie de factores riesgosos durante la adolescencia, período de mayor
vulnerabilidad, debido a cambios en la personalidad, y en el cual adquieren
especial relevancia la influencia de los pares y la búsqueda de certezas. La incapacidad
de enfrentar la exigencia académica, el alcohol, las drogas, problemas
familiares, el bullying de compañeros, entre otras causas, pueden poner a los
jóvenes en situaciones de riesgo. En una investigación realizada por la U.
Católica, se determinó que el 24% de los niños entre 10 y 14 años enfrenta una
alteración del ánimo y casi el 20% padece de problemas psicológicos. En este
cuadro, la prevención cobra especial relevancia.
El programa de salud integral de adolescentes
impulsado por el Ministerio de Salud en conjunto con el Instituto Nacional de
la Juventud, cuyo objetivo es realizar un seguimiento de los jóvenes mediante
un "control de joven sano" periódico, en centros especialmente
habilitados para ello, es un paso positivo en la identificación temprana de
síntomas de riesgo. También es valioso el apoyo a establecimientos
educacionales para desarrollar capacidades de detección y acompañamiento, pues
es en el período escolar, e incluso durante la educación superior, cuando el
temor al fracaso, las presiones del entorno y las dificultades de relación
pueden afectar la estabilidad emocional y la salud mental de muchos jóvenes.
Según la experiencia internacional, las medidas
preventivas son fundamentales para disminuir estas situaciones, cuyo efecto de
imitación entre la juventud es de alto impacto. Corea, que presenta la tasa más
alta de suicidios dentro de la OCDE, ha comenzado a revertir esta tendencia
mediante una campaña apoyada por un comité público-privado que incluso ha
pedido la colaboración de los medios de comunicación, para abordar este tema
con responsabilidad y prudencia.
La complejidad del fenómeno advierte que no
basta con políticas públicas adecuadas. También se requiere una labor conjunta
de la autoridad, expertos, actores sociales, grupos religiosos y,
especialmente, la familia, cuyo acompañamiento en el desarrollo del niño y del
joven es fundamental para detectar situaciones de vulnerabilidad agravadas por
influencias negativas, trastornos psiquiátricos, relaciones conflictuadas u
otras circunstancias riesgosas.
Visión del agro.
Importa la agricultura no solo por su potencial
económico, sino porque sus actividades cubren todo el territorio nacional, dan
empleo directo e indirecto a miles de chilenos y sustento a la vida rural del
país. Con ocasión del encuentro anual del rubro -Enagro, patrocinado por la
Sociedad Nacional de Agricultura- fue posible apreciar los puntos de vista de
autoridades, dirigentes gremiales y expertos sobre los temas más candentes para
el sector. Faltaron, sin embargo, los y las candidatas Presidenciales, quienes se
excusaron por problemas de agenda. Los comandos de Matthei, Parisi y
Enríquez-Ominami enviaron a sus representantes. En lo que podría interpretarse
como una desconsideración por la cuestión agrícola, la campaña de Bachelet
prefirió ausentarse.
Es cierto que, en general, la agricultura no ha
sido fuente de problemas políticos en los últimos años. Durante el actual Gobierno
ha mantenido un saludable crecimiento promedio cercano al 4% anual. Sus
exportaciones se han incrementado incluso algo más rápido en volumen físico y
disfrutado de un aumento acumulado de más de 30% en dólares en sus precios
internacionales. Algo semejante han vivido los granos y varios rubros
pecuarios, cuyos precios internos han seguido las alzas del exterior, en buena
parte estimuladas por la expansión de la demanda china. Esto ha permitido
acompasar los efectos de la debilidad del tipo de cambio, el encarecimiento de
la energía y el incremento de los salarios.
El buen desempeño del sector es también
consecuencia de las políticas del Gobierno. Por ejemplo, la apertura de nuevos
mercados de exportación en el Asia, la mayor eficiencia en los procedimientos
del SAG y la tramitación de comercio exterior, el apoyo de Indap a los pequeños
agricultores, la oportuna intervención de Cotrisa en la comercialización del
trigo, la acción de la Fiscalía Nacional Económica a favor de la competencia.
Muchos de estos cambios obedecen a demandas largamente propiciadas por los
representantes del agro, que en buena medida la presente administración ha hecho
realidad.
Sin embargo, es aún mucho lo que queda por
avanzar para hacer de Chile una potencia agroalimentaria, como ha sido tantas
veces planteado. A las duras inclemencias climáticas -una sequía que se
extiende por cuatro años y las heladas más severas de los últimos 40 años- se
suman los desafíos que imponen la escasez de mano de obra, la falta de
capacitación, la insuficiencia de las obras de regadío e infraestructura de
transporte, la burocracia y los costos de los servicios públicos y, desde
luego, el amenazante panorama energético. El Gobierno actual ha dejado algunas
iniciativas en camino -como, por ejemplo, el estatuto especial para el
trabajador agrícola y otras medidas contempladas en la Agenda de Impulso
Competitivo-, pero los avances concretos son escasos.
Habría sido muy útil conocer la visión que
sobre estas materias tienen los principales postulantes a la Primera Magistratura.
De nada sirve sembrar la ilusión del crédito barato o el dólar caro. El camino
es el de la productividad, apoyada por políticas apropiadas. Tiene razón el Presidente
de la SNA, Patricio Crespo, cuando rechaza "las ambigüedades" y
"los ofertones baratos" que suelen anunciar los candidatos, así como
"los discursos refundacionales que llaman a emprender grandes reformas,
desde tributarias hasta Estatizar los derechos de agua, que solo generan
incertidumbre". Para el desarrollo agrícola y el progreso de la gente del
campo se requieren derechos de propiedad bien cautelados, estabilidad en las
reglas del juego, inversión en infraestructura y capital humano, ambiente
favorable al emprendimiento y la innovación.
Una carta para pensar.
Señor Director:
Transparencia.
Esta campaña Presidencial
ha sido diferente a todas las conocidas, comenzando por tener nueve candidatos
y, en estos, días por la aparición de candidatos con antecedentes financieros
pendientes. De partida, el escudo protector que tenía la política se acabó. La
gente desde hace un tiempo está informada de todo. Para decirlo de alguna
forma, perdieron ese aire de intocables. ¿Es bueno lo ocurrido? Absolutamente
sí. Esto trae como consecuencia que tengan las mismas exigencias que todos,
porque no es posible que un chileno no pueda acceder a un trabajo por tener
Dicom y otro chileno llegue a ser Presidente estando en el popular “Peneca
financiero”. Eso se llama transparencia. No cabe la menor duda de que siempre
debieron existir filtros exigentes para los que quieren llegar a gobernar desde
La Moneda.
Luis Enrique Soler M.
¿Nuevo requisito para postular al sillón de
O´Higgins?
Pareciera que tener líos económicos, sobre todo
si están judicializados, se ha convertido en requisito indispensable para postular a la Presidencia
de la Republica. Ya son al menos tres los postulantes “indagados” o procesados
por delitos de “cuello y corbata”: Bachelet, Parisi y Claude.
Condolencias.
Hacemos llegar a la familia del Teniente Coronel ® de Carabineros
Don Luis Gajardo Arenas Q.E.P.D. que falleció en la madrugada de ayer, en la Prisión de Punta Peuco, a causa
de fallas multisistémicas provocadas por severas enfermedades crónicas que le
afectaban.
El Comandante Gajardo es uno de los tantos prisioneros
políticos que sufren la odiosa venganza de las izquierdas, sistemáticamente la
Corte de Apelaciones de Santiago le negó a este Oficial los derechos a la “libertad
condicional”, a pesar de cumplir con los requisitos legales.
Pueblos bien informados
difícilmente son engañados.