Altamirano y Allende,
por Gonzalo Rojas Sánchez.
El PS ha anunciado el calendario de sus actos
conmemorativos de los 40 años del 11 de septiembre. ¿Irá a asistir Carlos
Altamirano? Con sus 90 años cumplidos, quizás sea su edad la que le indique no hacerlo.
¿O podría disuadirlo más bien aquella convicción suya que figura en la portada
de su conocido libro-entrevista?: "Mientras yo sea el gran culpable del
fracaso de Allende, todos los demás pueden dormir tranquilos," afirmó en
1990.
Tres cosas interesantes, a simple vista.
Altamirano asume que existe una culpabilidad; Altamirano reconoce el fracaso de
Allende; Altamirano sabe que todo su partido, el PS, es culpable de un fracaso,
pero que sus miembros logran dormir tranquilos a costa de quien fuera su Secretario
General hace 40 años.
Pero, más al fondo, se adivina un mensaje de
capital importancia: lo que Altamirano afirmó en ese libro puede leerse -sin
forzar para nada su expresión- simplemente así: Allende y yo estábamos
completamente de acuerdo, pero solo yo he sido históricamente condenado;
Allende y yo pensábamos y actuábamos igual, pero solo yo cargo con la
culpabilidad del fracaso; Allende, mi partido y yo, éramos uno solo, pero el PS
ha logrado ensalzar al ex Presidente, mientras permite que a mí se me acuse y
condene, y así el partido se salva.
¿Conclusiones sin fundamento? Por el contrario,
apreciaciones absolutamente fundadas. Basta con hacer un paralelo entre unos
pocos documentos decisivos de los últimos días de la UP.
Del lado de Altamirano, su discurso del 9 de
septiembre en el Estadio Chile y, por parte de Allende, su contestación a la
Cámara de Diputados, del 24 de agosto, y su discurso final, del mismo 11 de
septiembre.
El estado de ánimo de ambos políticos
socialistas es el mismo en esos textos: una idéntica disposición al combate
frontal y una gran seguridad en que esa lucha es contra un enemigo injusto.
Altamirano sostiene que el PS "no se dejará aplastar por una minoría
oligárquica y sediciosa", y Allende declara que se ha multiplicado
"su voluntad de luchar" contra los que quieren "impedir el desarrollo
histórico de nuestra Legalidad democrática".
Sus puntos ideológicos más fuertes son
completamente coincidentes. Altamirano califica al Gobierno como "legítimo
y Constitucional" y defiende la institucionalidad formal con entusiasmo;
Allende insiste en que su Gobierno ha sido "respetuoso de las Leyes".
(Por cierto, en esto, ambos faltan a la verdad). Además, los dos insisten por
igual en la importancia de las transformaciones en que están empeñados desde el
poder; ambos ven a sus contradictores como enemigos. Si en algo hay un matiz,
es en que Allende aún cree posible contar con las FF.AA., mientras que
Altamirano no se contiene: va a haber "un golpe militar sedicioso".
Para los dos, finalmente, el futuro del
conflicto está abierto, pero será victorioso: Allende cree que se logrará
"asegurar la plena realidad de la democracia y las libertades dentro del
proceso revolucionario", para lo cual "el pueblo debe defenderse,
pero no sacrificarse"; Altamirano, por su parte, afirma que la conjura
contra el Gobierno "sólo puede ser aplastada con la fuerza invencible del
pueblo unido a Tropas, Clases, Suboficiales y Oficiales leales", por lo
que "Chile se transformará en un nuevo Vietnam heroico".
¿Duermen efectivamente tranquilos los que saben
que Allende y Altamirano tenían comunidad de ideales y de estrategias?
¿Descansan en paz cada noche los que en estos días han repasado una vez más los
textos que muestran sin ambigüedad la identidad de propósitos entre el PS, su Secretario
General y su compañero Presidente?
Altamirano cree que sí. Lo cree, pero no le
gusta.
La política y lo femenino,
por Ingrid Bachmann.
La elección Presidencial de noviembre de 2013
estará marcada por varios hitos históricos. Será la primera en su tipo con
inscripción automática y voto voluntario. Son nueve los candidatos Presidenciales
inscritos –un récord– y un tercio de ellos son mujeres, una rareza. Más raro
aún es que son también mujeres las candidatas de las dos principales alianzas
electorales. En otras palabras, por primera vez dos mujeres se enfrentan en
candidaturas viables y con probabilidades reales de triunfar.
El hito es aún más significativo si se
considera la escasa presencia de mujeres en cargos de decisión política y otras
brechas de género en el ámbito público chileno, con cifras de participación e
inclusión femenina que ponen al país por debajo de gran parte de América Latina
y de los miembros de la OCDE. Que Michelle Bachelet, la primera Presidente en
la historia del país, sea candidata quizás no sea sorpresa, pero que su más
fuerte contendora sea Evelyn Matthei ciertamente es un escenario lleno de
novedad.
Lo que no es nuevo es la cobertura medial y la
evaluación que reciben estas mujeres. El liderazgo político, muestran múltiples
estudios en Chile y el extranjero, suele ser entendido como una cualidad
masculina. Tanto Bachelet como Matthei han demostrado su capacidad de
liderazgo, pero no han podido escapar a la fijación de los medios con su
personalidad y atributos femeninos, en desmedro de sus habilidades, currículos
o plataformas de campañas. El resultado es una cobertura que enfatiza hasta el
absurdo el género de las candidatas como uno de los principales elementos de su
identidad política.
Concentrarse en que si la candidata usó unos u
otros pares de zapatos, si se viste bien o mal, si se veía gorda o estilosa, si
es una política muy agresiva o una maternal y cercana, puede parecer
inofensivo, irreverente o incluso una humorada, pero da cuenta del poder de las
marcas de género al evaluar y comentar el desempeño de una mujer en el mundo de
la política. Más aún, cuando se insiste que se está ante un liderazgo
“femenino” –como si el desempeño de Bachelet o Matthei respondiera a una forma
natural de ser mujer– reduce sus logros en el manejo de los asuntos públicos a
un simple tema de género y neutraliza el poder de las mujeres como actores de
peso en el ámbito político.
No se puede negar que Bachelet y Matthei son
mujeres y ciertamente como candidatas están sujetas al escrutinio público. Pero
si una mujer alcanza nuevamente el cargo político más importante del país, es
de esperar que sea en un proceso donde su género sea un dato biográfico más y
no el eje de su figura pública.
La antigua tentación del monopolio Estatal,
Julián Obiglio, Diputado argentino.
Gracias a los reiterados ataques que el Gobierno
argentino y sus funcionarios impulsan contra la empresa LAN, se abre nuevamente
un viejo debate sobre el tipo de política aerocomercial que debe aplicar. Si
partimos de la base de que el transporte aerocomercial es un servicio público,
corresponderá al Estado garantizarlo y controlarlo, asegurándose que se brinde
a los usuarios un servicio moderno, eficiente y accesible económicamente, que
comunique la mayor cantidad de puntos del país.
Ahora bien, para que el servicio se desarrolle,
el Estado deberá crear y sostener determinadas condiciones y reglas de
funcionamiento. Aquellos que todavía creen en los programas dirigistas y en un
Estado omnipresente, proponen utilizar todas las herramientas que encuentren a
su alcance para eliminar la competencia. Ellos sueñan con un monopolio Estatal
artificial en el cual Aerolíneas Argentinas logre una recaudación suficiente
para esconder su escandaloso déficit mensual.
Los impulsores de estas políticas olvidan que
los monopolios promovidos por el Estado generan abusos, servicios de pésima
calidad y corrupción. Los usuarios se transforman en rehenes y pierden toda
posibilidad de elegir precios, horarios, tipos de servicios, frecuencias, etc.
Por otro lado, las empresas dispuestas a competir en libertad y bajo una Ley
pareja escapan del país en busca de mercados más confiables. Como ha ocurrido a
lo largo de toda la historia, los más perjudicados por estas disparatadas
medidas son los usuarios.
La política aerocomercial que la Argentina debe
impulsar es exactamente la opuesta a la que algunos trasnochados quieren
imponer. El mercado aerocomercial debe ser libre y competitivo. La única
restricción para la fijación de rutas nacionales e internacionales, número de
aerolíneas, capacidad, frecuencias y tipo de aeronaves, debe ser el control de
calidad y seguridad ejercido por el Estado. Su único interés debe ser que la
mayor cantidad posible de consumidores pueda hacer uso del transporte aéreo con
las mejores alternativas y con los menores costos posibles. El centro de la
política pública aerocomercial deben ser los consumidores, no las aerolíneas.
El modelo del monopolio Estatal ha fracasado en
la historia mundial. Argentina precisa muchas aerolíneas volando por sus cielos
y para ello el Estado debe garantizar la estabilidad del régimen aerocomercial
y la libre competencia.
La previsibilidad es requisito indispensable
para que cualquier persona o empresa invierta las millonarias sumas que son
necesarias para desarrollar esta actividad, cuyo éxito o fracaso no puede
depender de la discrecionalidad Estatal, sino de parámetros objetivos y de
procedimientos transparentes.
Por ello, al momento de debatir las políticas
públicas concretas nunca debemos olvidar que ellas se encuentran basadas en
ideas, y que las ideas fundadas en la libertad, en la responsabilidad y en el
respeto a la Ley tienen efectos positivos sobre la sociedad. En cambio, los
experimentos basados en la tentación monopólica y en el sometimiento del
consumidor son parte de un grupo de ideas completamente anacrónico, cuyo
fracaso está garantizado.
Papel de los Consejeros Regionales.
El 17 de noviembre próximo la ciudadanía elegirá
Presidente de la República y Parlamentarios, y también, por primera vez
mediante sufragio popular directo, Consejeros Regionales, que hasta ahora
emanaban de la votación de los Concejales constituidos para este efecto en Colegio
Electoral. El total de cargos a llenar es de 278 en todo el país, correspondiendo
a cada Región elegir dos Consejeros por Provincia, más un número adicional en
función de la densidad poblacional de las localidades. Los Consejeros asumirán
en marzo próximo, junto con el nuevo Gobierno, y durarán -como hasta ahora-
cuatro años en sus cargos, teniendo por principal misión decidir el destino de
los fondos asignados por el Gobierno central a la ejecución de proyectos de
gestión Ministerial Regional.
Esta nueva modalidad de elección, aprobada por
el Congreso en mayo pasado, busca corregir el perfil excesivamente bajo que han
tenido los Gobiernos Regionales, en un contexto de centralización
administrativa que ha sido largamente criticado. Con esto se espera fortalecer
la participación de la ciudadanía Regional en el enfrentamiento de los
problemas de sus respectivas Regiones, que en los últimos 40 años han venido
cobrando progresivamente una entidad y una identidad inéditas, a la par del
mayor desarrollo del país -de lo cual hay, por lo demás, abundantes precedentes
en la historia comparada-. Se espera, igualmente, que esta fórmula promueva el
surgimiento de nuevos liderazgos que den fuerza, impulso y vitalidad al
desarrollo de las distintas Regiones. Desde la perspectiva de un mejor balance
entre la situación de estas y la de la capital, es un paso bien intencionado,
que busca descomprimir el malestar contra el centralismo excesivo.
Con todo, se trata de un ensayo prudente, pero
tentativo. Parece probable que el funcionamiento de este nuevo sistema de
Gobierno Regional atraviese una etapa abundante en problemas, algunos propios
del aprendizaje inicial tras un cambio considerable, y otros más bien
relacionados con el diseño mismo del sistema. Por de pronto, la Ley Orgánica
que regulará con más precisión las atribuciones de los Consejeros Regionales
aún no es despachada al Congreso, por lo que difícilmente estará vigente cuando
ellos entren en funciones. Y también parece anticipable que emerjan conflictos
entre Consejeros elegidos democráticamente -y que, por tanto, tenderán a mirarse
a sí mismos como una especie de Congreso Regional- y un Intendente designado
por el Presidente de la República -al cual, en caso de discrepancia, algunos
puedan tender a querer imponerse, invocando precisamente su generación
electoral-. En ese roce, el régimen unitario no cuestionado desde el fracaso de
las Leyes federales de 1826 puede enfrentar un reto.
Además, si la dinámica actual de la política
chilena -caracterizada más por el protagonismo individual que por proyectos
colectivos- se replica en el Gobierno Regional, el resultado podría ser el
entrabamiento de muchas iniciativas en largas negociaciones, fundamentalmente
guiadas por el beneficio que ellas reporten para la reelección de los Consejeros,
y en las que los Intendentes tiendan a ser empujados a un rol secundario, dado
el origen de su designación. Si este escenario se diere, los Consejeros no
cumplirían la función de encauzar las demandas ciudadanas por canales
funcionales, sino que podrían plegarse a ellas más por consideraciones
electorales que de beneficio Regional, dificultando los acuerdos.
Cabe anticipar un período de ajustes sucesivos,
probablemente no breve. Baste pensar que -en un nivel mucho más local- nuestro
país aún no logra darse un sistema de Gobierno y administración Municipal
establemente satisfactorio, y periódicamente ensaya nuevas fórmulas de
generación de Alcaldes y Concejales (antes Regidores). La sola elección directa
no resuelve per se los problemas, si no se arriba a una arquitectura
institucional eficaz.
El principal desafío de la educación escolar.
La prueba Inicia evalúa los conocimientos
pedagógicos y disciplinarios y las habilidades de comunicación escrita de los
egresados de los programas de pedagogía. Por cierto, no mide todas las
dimensiones que se requieren para una buena docencia, pero sin resultados
satisfactorios en dicha prueba, la posibilidad de un desempeño efectivo en el
aula es muy reducido. Los resultados de los egresados de 2012 en esta prueba
fueron muy deficientes. Por ejemplo, 60% de los egresados de educación
parvularia, 56% de los egresados de educación básica y un promedio simple de
61% de los futuros profesores de educación media obtuvieron un desempeño
insuficiente en conocimientos disciplinarios. Los resultados son algo mejores
en conocimientos pedagógicos y en habilidades de escritura para los egresados
de pedagogías en educación básica y media, aunque no para los de parvularia.
Se confirma así que el principal desafío de la
educación chilena es atraer, preparar y retener a los mejores docentes
posibles. En esta ocasión, solo 14% de los egresados rindió esta prueba, que es
voluntaria, y por eso se ha puesto en duda su representatividad. Es difícil
saber si esta voluntariedad produce un sesgo en los resultados, y de ser así,
en qué dirección. Sin embargo, los desempeños coinciden con los obtenidos en
mediciones anteriores en la misma prueba. Siendo así, llama la atención la
crítica a esta prueba, en general poco fundada, desde las escuelas de
educación. Sin duda, ella se puede ampliar y mejorar, pero los aspectos que
mide son fundamentales para un profesor eficaz.
Tales críticas parecen más bien querer desviar
la atención de su responsabilidad en la mala formación inicial de nuestros
docentes. En los últimos años se han multiplicado los programas de pedagogía, a
resultas de un sistema de acreditación muy laxo, que el actual Gobierno está
intentando cambiar drásticamente mediante un proyecto de Ley que estudia el
Congreso. Pero aunque hay instituciones y políticas responsables, la gran
mayoría de los programas de educación está lejos de cumplir los estándares que
las propias universidades exigen en otras disciplinas. La emergencia de dichos
programas obedece al interés de muchos jóvenes de bajas habilidades por
estudiar pedagogía (según datos dados a conocer por el Ministerio de Educación,
el 66% de los egresados de pedagogía en 2011 no rindió la PSU o tiene menos de
475 puntos en ella). Esto, a su vez, obedece a que los salarios de los docentes
son relativamente altos para personas de escasas habilidades, y los
requerimientos para ingresar y mantenerse en la profesión no son muy exigentes.
La contrapartida es que esos salarios son bajos para personas de altas
habilidades, quienes, por tanto, priorizan estudios en otras áreas. Por cierto,
hay mucha vocación en muchos profesores, pero eso no basta para mantener un
cuerpo docente de altas habilidades. La beca Vocación de Profesores ha tenido
un efecto relevante, pero insuficiente. Elevar los sueldos resulta, pues,
fundamental para que esas personas se interesen en la profesión docente.
Pero esa política aislada, en ausencia de
exigencias, aumenta aún más el interés de las personas de bajas habilidades por
ingresar a esta profesión. Se requiere, por tanto, aumentar los requisitos de
ingreso a la docencia. De allí el interés de la indicación que ha introducido
el Gobierno al proyecto de carrera docente: mejora las condiciones salariales
para personas que, en principio, son de altas habilidades (no solo definidas
por PSU, sino también por desempeño en los colegios) y eleva las exigencias de
ingreso al estudio de pedagogía y a la docencia. Como en otras profesiones, las
mejores asignaciones salariales no están garantizadas, sino que se revisarán
periódicamente mediante una evaluación. Un defecto de esta propuesta es que no
prevé una participación clara del Director en ese proceso, y tampoco es
evidente cómo se considerará el desempeño en la sala de clases, aspectos que
estaban mejor resueltos en el proyecto original.
Entretanto, el Ejecutivo ha resuelto aplazar la
próxima versión de la prueba Inicia hasta diciembre de 2014, y espera que
entonces será ya obligatoria e incluirá más materias en enseñanza media. Se
estima más importante que todos los alumnos de pedagogía la rindan, y que se
puedan medir todas las materias. Entre otros cambios, a las 6 asignaturas ya
medidas se agregarían otras claves, como el inglés.
"Tacos" en Fiestas Patrias.
La elevada cantidad de vehículos que dejará la
capital durante el próximo feriado de Fiestas Patrias debe obligar a las
autoridades y a las concesionarias de carreteras a adoptar medidas preventivas
que alivien los atochamientos que seguramente se producirán en diversas rutas
interurbanas.
Tal como ocurrió el año pasado, cuando el
masivo éxodo desde la capital hacia el sur provocó el sorpresivo colapso de la
Ruta 5 a la altura del peaje de Angostura generando “tacos” de varios
kilómetros, se espera que la situación más difícil se registre en dicha
carretera. Sin embargo, ahora existe la ventaja de que la experiencia de
entonces permite conocer cuáles son los puntos críticos (el puente sobre el río
Maipo, la confluencia entre la Panamericana y el Acceso Sur a Santiago y la
plaza de peaje mencionada), lo cual hace posible tomar precauciones que ayuden
a mitigar los problemas.
Se espera que unos 290 mil vehículos viajarán
hacia el sur por esa ruta durante las Fiestas Patrias y que una parte
significativa de ellos lo hará el sábado 14 de septiembre, lo que de forma
inevitable provocará atochamientos en una vía que no está diseñada para
soportar un flujo superior a los 2.400 vehículos por hora.
Para reducir las molestias -eliminarlas resulta
imposible-, es necesario que la concesionaria de ésta y otras carreteras que
seguramente enfrentarán un aumento explosivo de demanda -como las rutas 68 y 78
y la 5 Norte- informen oportunamente a los usuarios acerca de los escenarios
que pueden encontrar y que éstos tomen decisiones responsables para que la
situación no se desborde, como ocurrió en 2012. También es importante que,
aunque el retorno casi siempre se produce de manera más espaciada, sea objeto
de una cuidada planificación.
El centro de Santiago y el comercio ambulante.
Cuando en 1996 el entonces Alcalde de Santiago
Jaime Ravinet anunció la erradicación definitiva del comercio ambulante desde
la histórica avenida Libertador Bernardo O'Higgins de la capital, los afectados
por esa medida aseguraron estar de acuerdo con ella, pero dijeron que la
solución no era eliminarlos, sino modificar sus modalidades de operación de
acuerdo con el bien de la comunidad.
Antes y después de ese Alcalde, otros -como
Carlos Bombal y Raúl Alcaíno- emprendieron iniciativas semejantes, con
conciencia de que la recuperación del centro de la capital requiere que no se
siga ejerciendo comercio ambulante en la vía pública, porque además de sus obvias
e indeseables consecuencias estéticas, higiénicas y de competencia desleal con
el comercio establecido -que debe pagar impuestos y someterse a innúmeras
regulaciones de toda índole-, él representa un campo delictivo, desde dos
perspectivas principales: quiénes son los proveedores de los vendedores
ambulantes, y bajo qué circunstancias. Cuando menos, todos aquellos que no
posean patente Municipal para tal expendio caen bajo la sospecha inevitable de
que lo que venden son especies robadas o recibidas irregularmente. Y, en todo
caso, la profusión de vendedores ambulantes constituye un marco ideal para que
con ellos se entremezclen bandas especializadas en robo por sorpresa y otros
tipos penales
Procede, por tanto, como en todas las ciudades
de países avanzados, mejorar las condiciones de Legalidad y seguridad afectadas
por esa actividad que, como se reiteró en 1996, había que extirpar,
"aunque se tenga que usar la fuerza pública".
Se registraron entonces algunos logros
transitorios, pero no tardó en reanudarse el deterioro del centro a este
respecto. Su principal arteria ha perdido su perfil de eje cívico de la ciudad.
Los loables esfuerzos por devolvérselo han sido anulados por el comercio
ambulante, que llegó a copar prácticamente todo el espacio destinado a las
aceras, truncando su diseño original al eliminar el espacio necesario para
grandes árboles.
Con todo, hace 17 años se dio inicio a una
remodelación para recuperar la fisonomía de la Alameda, devolviendo espacios
para los transeúntes. Ahora, lamentablemente, se han perdido los parciales
avances conseguidos. La actual Alcalde, Carolina Tohá, acertadamente no ha
entregado permisos, pero nuevos vendedores ilegales han invadido sus veredas,
lo que en parte se explicaría -pero no puede justificarse- por el
desplazamiento de comerciantes ambulantes desde la calle Bandera, hoy cerrada
por trabajos de una nueva línea del Metro. La Alcalde sostiene que a
Carabineros compete la tarea de despejar las aceras, y que el Municipio dictará
una nueva ordenanza sobre uso de la vía pública para organizar el comercio en
las calles. Por tanto, parece desprenderse que una eventual actuación de la
policía en esta materia cuenta con su aprobación.
No cabe tolerar que se bloqueen las aceras y se
dificulte el tránsito de los peatones, creando un espacio propicio para la
acción de delincuentes. Es urgente que la Municipalidad capitalina adopte
medidas para poner fin a esa situación, que no se aceptaría en la capital de
ningún país desarrollado.
La Alianza del Pacífico avanza.
No es propiamente una novedad, pues desde hace
varias décadas se habla de la creciente importancia del Océano Pacífico en el
porvenir como centro geopolítico y económico, e incluso se describe una
supuesta ruta histórica del Mediterráneo al Atlántico y ahora al Pacífico. Pero
si antes se trataba de especulaciones teóricas, hoy ello se ve como una
realidad que tiene en sus orillas a los países de mayor extensión, población y
recursos, como Estados Unidos, Canadá, Rusia y China. Lo que sí resulta novedoso
es la conciencia que ha tomado América Latina, y concretamente Chile, de su
pertenencia y posición en la cuenca oceánica del futuro. De ser “el último
rincón del mundo”, Chile pasa a mostrar el valioso potencial de su extensa
costa marítima y aparece en forma muy distinta en los mapas que procuran
explicar esta nueva visión geográfica, tal como se aprecia, por ejemplo, en el
reportaje sobre este tema que publicamos el sábado último.
El paso más significativo en esta ruta que
comienza ha sido, según opinión de los expertos reflejada recientemente en
publicaciones de The Economist y The Wall Street Journal, la constitución de la
Alianza del Pacífico sobre la base inicial de Perú, Colombia, México y Chile,
pero a la cual ya se interesan por ingresar otras cuatro naciones de América
(Costa Rica, Guatemala, Panamá y Canadá) y en que llegan a 20 las que
participan como observadoras. Tales juicios consideran a la Alianza como el
nuevo motor de la economía latinoamericana y la señalan como la octava economía
mundial y la séptima en materia de exportaciones. En especial, contrasta este
desarrollo con la inoperancia de varias de las iniciativas regionales
caracterizadas más bien por sus intereses ideológicos.
Acaba de concluir la reunión de los Ministros
de Hacienda del bloque. En ella, aparte del análisis de la situación
internacional y sus efectos, se obtuvieron resultados palpables, como, en
materia bursátil, la pronta incorporación de México al Mercado Integrado
Latinoamericano (MILA), con las correspondientes adecuaciones regulatorias. Se
estudiará la manera de facilitar la inversión cruzada de fondos de pensiones y
mejorar la información financiera para evitar el lavado de dinero y los desvíos
a la actividad terrorista. Se prevén, además, seis meses para un convenio de
intercambio de antecedentes tributarios y se espera llegar a fin de año hasta
una desgravación con arancel cero para más del 90% del comercio.
La Alianza no es el único factor de relevancia
para el Pacífico y sus países ribereños, pero sin duda es el más activo. Aparte
de la resonancia más amplia y oficial de la APEC, que involucra a diversos Gobiernos,
hay a nivel nacional desde hace casi dos décadas una iniciativa empresarial
privada, aunque bien contactada con la Cancillería, la Fundación Chilena del
Pacífico, que contribuye a avanzar en la misma línea, así como en el Consejo de
Cooperación Económica del Pacífico se destaca la posibilidad de una influencia
mayor que la actual en la APEC. El riesgo para la participación de Chile parece
estar en una posible diferencia de criterio si hay un triunfo de la Nueva
Mayoría, dada su tendencia a privilegiar las alianzas políticas con menor
valoración del crecimiento económico, y a dar quizás mayor relieve a Brasil,
hasta ahora distante de esta iniciativa, pese al interés de otras naciones
mucho más alejadas que él del Pacífico. Ojalá, por lo mismo, todos los
candidatos aborden este tema oportunamente y con claridad durante la actual
campaña Presidencial.
Correspondencia destacada.
Señor Director:
Giros en la política.
Como el candidato Manuel José Ossandón percibe
un "tongo" en el encuentro Matthei-Allamand, creo necesario
advertirle que el ejercicio de la política tiene giros insondables.
Fouché, entonces revolucionario, envió a la guillotina
a Luis XVI y tiempo después apoyó la restauración de la Monarquía en Francia y
fue Ministro de su hermano Luis XVIII. Stalin y Hitler firmaron un tratado de
amistad y asistencia mutua, pero luego se declararon la guerra. En 1952, los Senadores
Salvador Allende y Raúl Rettig se enfrentaron en duelo, pero en 1970 el Presidente
Allende nombró a Rettig Embajador en Brasil.
¿Alguien pensó que Longueira y Matthei serían
alguna vez Ministros de Piñera? ¿O que Patricio Aylwin, partidario de la
intervención militar en 1973, recibiría 17 años después el apoyo comunista para
ser Presidente de Chile?
Hay muchos otros ejemplos que Manuel José
Ossandón debiera tener en cuenta antes de optar por la política más dura. Las Alcaldías
permiten grados de misantropía, pero el Senado exige tolerancia y voluntad de
acuerdos.
Alfonso Ríos Larraín.
Señor Director:
Promesas responsables.
Si bien hay desaceleración económica, debemos
estar tranquilos y preparados para los períodos de contracción que vienen.
Chile es un país ordenado Fiscalmente. No caigamos en desórdenes ni promesas
económicas sin destino en este período de ofertones electorales.
Gerardo Ureta C.
Pueblos bien informados
difícilmente son engañados.