Bachelet: una cita con la demagogia
por Gonzalo Rojas.
Por la educación pasamos todos. Ni la vivienda
o el vestuario, ni la salud o el transporte, tienen la importancia que le
adjudicamos los ricos y los pobres, los nobles y los villanos.
Porque desde la escuela y el liceo, desde el
instituto y la universidad, parece que se nos abre la vida, que se nos muestra
el horizonte. Y así es. Por eso, cuando la candidata concertacionista-comunista
formula sus proyectos sobre la materia, el alma de millones de chilenos queda
en vilo.
Importan ciertamente sus miradas sobre la
educación básica y media, pero como esos infantes no votan, Bachelet ha
centrado su discurso en la enseñanza superior. Poco antes de salir del país por
motivos personales, bajó a terreno de modo concreto. En realidad, de modo
bastante ramplón.
Centrada en la cuestión que más interés atrae,
la gratuidad -era que no: ¿a quién no le gusta recibir beneficios sin
esfuerzo?-, afirmó que "la gratuidad es para los estudiantes... Para que
las universidades reciban recursos van a tener que firmar un convenio con el Ministerio,
que va a fijar un arancel fijo y no variable como ahora. Deben ser
universidades acreditadas, sin fines de lucro -como establece la Ley-, y eso
tiene que asegurarse: van a tener que firmar un convenio en el cual se
garantiza el mismo arancel para todos si se quiere recibir dinero del Estado
para que los estudiantes puedan estudiar gratis".
¿No se entiende nada, o es ella la que no
entiende nada?
Porque si hay gratuidad para todos, los
aranceles no tienen ningún valor, importan cero. Y si los aranceles son
iguales, las mismas carreras de distintas universidades, aunque tengan muy
diferente calidad, recibirán aportes idénticos, generando una grave inequidad.
Y si el arancel es fijo, ninguna facultad buscará mejorar, porque tendrá
asegurado su ingreso.
¿Qué gurú le habrá hecho esta minuta a la
candidata? ¿Qué comunicador la habrá convencido de que es bueno hablar así,
justamente porque los chilenos no entienden lo que leen?
En todo caso, la candidata siguió las
instrucciones con total fidelidad, porque agregó: "Una universidad podría
decidir no entrar en el convenio, pero el Estado no le va a pasar un
peso".
Una vez oí que los dineros de Codelco eran de
todos los chilenos, aunque no los podemos reclamar. Ahora resulta que los
dineros de todos los chilenos son del Estado. Por eso, si una universidad
quiere ser autónoma, oh, sí, autónoma, vaya pecado, será proscrita: ni un peso
"del Estado" le llegará. ¿Qué diferencia esa afirmación bacheletista
del totalitarismo más burdo? Nada.
Pero ya sabemos por qué ella bascula entre la
izquierda y la extrema izquierda. Lo tiene que hacer porque a uno de sus
costados aparecen quienes afirman: "La gratuidad es clave, pero tampoco es
en sí misma condición suficiente para la plena realización de la educación como
un derecho; no puede concebirse la gratuidad de manera separada a la
construcción de un Proyecto Nacional de Educación, hegemónicamente público en
su composición, su orientación, y su función hacia los estudiantes y hacia la
sociedad". Así habla el Presidente de la FECh.
Da lo mismo si es la nueva ENU o la vieja ENU.
Es lo que es: un proyecto hegemónico en que desaparecen la libertad de
educación y la libertad de enseñanza. Programas, profesores, vacantes, mallas
curriculares, todo, todo controlado por quienes hablan en nombre de los
estudiantes y de la sociedad.
Por eso ella, que no quiere quedarse sin el
apoyo de esos imaginarios, acude presurosa a la cita con la demagogia.
En este escenario, ¿van a quedarse de brazos
cruzados los que educan, mientras arriesgan su prestigio, su patrimonio y, a
corto plazo, su libertad y su dignidad?
La otra utopía,
por Daniel Mansuy.
Si acaso es cierto que los movimientos sociales
del 2011 marcaron un cambio de ciclo político, entonces es innegable que
tenemos la tarea urgente de darle a ese fenómeno una articulación, capaz de dar
cuenta del malestar ciudadano que se dejó ver en aquellas protestas. Tal es
precisamente la ambición de El otro modelo, libro firmado por Atria, Benavente,
Couso, Joignant y Larraín. Ellos ofrecen una narrativa del nuevo Chile, algo
así como las bases para un auténtico programa político de izquierda.
El diagnóstico que orienta el trabajo es el
siguiente: la hegemonía neoliberal que ha dominado durante los últimos decenios
nos ha hecho ciegos al fenómeno de “lo público”. Sólo seríamos capaces de ver
la dimensión privada de los problemas y de las soluciones. En esa lógica, el
malestar de Chile se explicaría por un grave déficit de lo público, inducido
por un liberalismo económico exacerbado. Aunque el diagnóstico tiene bastante de
caricatura, no es completamente errado. Hay una lógica economicista que,
llevada al extremo, puede corroer las bases de nuestra convivencia. Los
problemas vienen luego, cuando los autores proponen cómo querrían hacer emerger
lo público.
La tesis central, me parece, es que entre el
régimen de lo público y el régimen neoliberal no habría ruptura, sino
continuidad. En ese sentido, el libro aplica una estricta lógica marxista: no
se trata de negar el neoliberalismo, sino de asumirlo para superarlo. Es la
ilusión progresista de todos los hijos de Hegel. Con todo, la trampa hegeliana
es mortal, y los autores quedan cazados en ella porque piensan todos nuestros
problemas en términos exclusivamente institucionales. Tanto es así, que niegan
sistemáticamente la presencia de cualquier componente moral, al punto de que
uno puede preguntarse si las leyes son un instrumento suficiente para provocar
un cambio como el sugerido en el libro.
En efecto, el problema de los autores es que
pierden de vista las motivaciones humanas (que siempre tienen una dimensión
moral). Suponer que basta con resideñar únicamente desde arriba, para generar
motivos de acción que respondan al paradigma de lo público, es una ilusión un
poco vana. Sólo una ilusión así puede pretender crear lo público a partir de un
constructivismo a lo menos extraño (cuya ilustración más delirante es la
propuesta de virtuales campos de reeducación política dirigidos por monitores,
p. 106).
Así, olvidan que su propuesta carece de
cualquier factibilidad en ausencia de lazos humanos reales. Los autores no lo
ven, porque les fascina el carácter liberador del mercado, en cuanto rompe las
tradiciones y los vínculos no consentidos. Para intentar salvar la dificultad,
el libro se refugia en la lógica de los derechos sociales, como si lo jurídico
pudiera recrear artificialmente esos lazos que la radicalización del mercado,
que ellos propugnan, tiende a eliminar. El mundo de El otro modelo es un mundo
frío e impersonal, porque es incapaz de pensar lo público desde una perspectiva
auténticamente política, prefiriendo siempre la lógica jurídica. En esa lógica,
el régimen de lo público terminará inevitablemente siendo el régimen del
Estado. ¿Algo así como una nueva utopía?
Europa y Nicks: Acelerador o freno, ¿y Chile?,
por Rafael Aldunate.
Aires más halagüeños, sin embargo, no dan más
que para una suave brisa en Europa… Como que el desempleo en España disminuye
por primera vez post 7 trimestres y economías como la de UK repuntan con los
mismos titubeos. Europa se encamina a domesticar la recesión después de dos
años, tras una genuina recuperación de las empresas, turbinas del crecimiento.
(Tomen nota los que demandan un alza tributaria agravado por la rigidez laboral
y energética en Chile, lo evidencio testimonialmente… como director de cinco
empresas.)
Recogiendo la opinión de 5.000 gravitantes
compañías del continente, en julio alcanzó su nivel más alto en 18 meses,
pasando de terreno negativo a positivo! Analistas proyectan que el PIB de la
Zona Euro crecería pálidamente entre un 0,1% y 0,2% a mitad de año, saliendo
del “signo menos” antes de lo previsto. Ello explica el alza mayoritaria de las
bolsas europeas, siendo un excelente predictor. (Por ello que, en Chile, está
marcadamente negativa, afectando la mayoría de los fondos de las AFP, explicado
en parte relevante por los anuncios programáticos de la denominada Nueva
Mayoría, coalición más a la izquierda de la Concertación.)
Berlín, de la mano de Angela Merkel, pierde
aliados ante su receta de austeridad, por cuanto ante estas restricciones, la
carga de la deuda pública se incrementa, que es la fragilidad de fondo de la
UE, por su deficitaria y generosa como irresponsable sociedad del bienestar, no
ha podido recaudar más impuestos ante el nulo crecimiento económico, principal
factor de recaudación de todo Fisco. La deuda de Grecia, Italia, Portugal e
Irlanda supera por largo a su propio PIB, que es el indicador de mayor magnitud
de un país… Lo que encarece sus deudas y roba espacios y oportunidades del
sector privado, sector que genera las riquezas y que el Estado es siempre socio
a través de su carga o participación impositiva.
Un creciente número de investigaciones sugiere
que se ha subestimado el efecto negativo de la excesiva restricción Fiscal
sobre el crecimiento, particularmente en momentos de crisis. En el caso de
Grecia y otros es más justificable la restricción. Para garantizar los enormes
nuevos préstamos, tenían que demostrar dosis de mayor responsabilidad como de
austeridad.
Es toda una ciencia decidir cuándo estimular,
como el caso de EE.UU., que primero recortó impuestos y aumentó el gasto de Gobierno
y con una tasa de interés neutra, incrementando su deuda, pero ante los
primeros efectivos signos de recuperación subió los impuestos y permitió que se
activaran los recortes automáticos. Alemania exigió el camino contrario, que
aumentaran los impuestos y recortaron los gastos Fiscales, lo que exacerbó
declives de actividad que de por sí eran severos. Prioritariamente conscientes,
que la asfixia financiera era lo primero de afrontar y así se realizó y se
aminoró el riesgo de expulsión de la U. Europea a países como Grecia.
Los Nicks, llámense China, India, Brasil y
Rusia, se han pasado de exceso de velocidad, particularmente China, creciendo
por encima del 10% todo este siglo, velocidad que les sobrecalentó. A China su
modelo de exportación se les coartó con el nulo crecimiento del mundo
industrial. Sus excesos de inversiones físicas sin mayor evaluación de
rentabilidad están presionando a sus bancos regionales. Es momento, de aplicar
frenos. A buena hora tiene enormes reservas de monedas extranjeras y un consumo
interno a potenciar. Los problemas de Rusia y Brasil son distintos y más de
estructura del poder social emergente. India, realizando sus reformas
pendientes, podría ser una buena posta de relevo con China. En lo concreto,
estos países emergentes, denominados Bricks, están creciendo a la mitad de la
última década y nos puede afectar al precio del cobre, salitre y hierro de
largo plazo, por cuanto están creciendo como promedio al 5% y que arrastra al
mundo a crecer a un pálido, pero aun positivo 3%.
Pese a la reducción del crecimiento mundial
según el FMI, Chile se mantendrá entre los 6 países más dinámicos del mundo. Y
como se inició el concurso por el cetro de la Primera Magistratura, y la
izquierda la lleva, con el fácil expediente de la desigualdad y los abusos,
desconociendo el salto adelante del país, particularmente de la extensa clase
media, que tiene activos inmobiliarios que resguardar e hijos en estudios
superiores, que se pueden proyectar con un futuro más promisorio.
Ello
esencialmente lo han generado el sector privado, empresarios de distinto tamaño
que aportan bienes, en feroz competencia con las importaciones y el competidor
local. Distribuyendo sus utilidades, más que mayoritariamente en Chile: entre
nuevas reinversiones (70%) e impuestos. Y todos olvidan que estos empresarios,
cualquiera sea su magnitud, tienen que lidiar en como cumplir con sus ratios de
deudas respecto a su actual depreciado capital, por la actual incertidumbre.
Como ciertamente, también, lo hacen los más
desposeídos, así son las reglas de la vida, no del modelo económico. Por cuanto
todos aspiramos a más, con nuestro ingenio, esfuerzos como riesgo personal,
para un mayor bienestar, llámenlo como quieran, material o espiritual. Es parte
de nuestra naturaleza, más allá del modelo económico… vivir sencillamente
mejor, y ojalá que nuestro destino dependa más de nosotros mismos que de un
Estado, mal empresario y deficiente administrador, representados por personas
que operan con ventaja y discrecionalmente, gestionando nuestro Fisco
Votos marcados, marcas no escrutadas.
Ningún cuerpo de reglas está blindado frente a
su utilización abusiva por parte de quienes quieren subvertir su sentido. Así,
por ejemplo, si las leyes de algunos países establecen ciertas inhabilidades
para el desempeño simultáneo o sucesivo de cargos específicos, en algunos se ha
encontrado la forma de sortearlas mediante subterfugios formales. Y si la
Constitución no contempla el referéndum como mecanismo ordinario para la toma
de decisiones, pero sí como herramienta excepcional para determinados casos, se
busca algún modo de burlar el sentido de las normas para expandir el ámbito de
aplicación de la consulta. Es un rasgo característico de las dictaduras
populistas la instrumentalización de los espacios e intersticios que
necesariamente dejan sin regulación expresa las reglas dictadas para el buen
funcionamiento de la democracia.
El actual artículo 71 de la Ley sobre
Votaciones y Escrutinios establece que "se considerarán como marcadas y
podrán ser objetadas por vocales y apoderados, las cédulas en que se ha marcado
claramente una preferencia, aunque no necesariamente en la forma
correcta", y también las que contengan, además de la preferencia,
"leyendas, otras marcas o señas gráficas que se hayan producido en forma
accidental o voluntaria". Según la Ley, estas cédulas deben escrutarse a
favor del candidato que indique la preferencia, "pero deberá quedar
constancia de sus marcas o accidentes en las actas respectivas con indicación
de la preferencia que contienen".
En un punto menor, la redacción del texto modificado
por la Ley N° 20.568, de 2012, es deficiente -¿qué significa, por ejemplo, que
una preferencia "no necesariamente" se haya marcado en la forma
correcta?-, pero en caso alguno podría interpretarse en el sentido de que el
acta de escrutinio debe dejar constancia del "significado" de las
marcas, las cuales pueden haberse provocado accidentalmente o consistir en
dobleces erróneos del voto. Sería absurdo suponer que la Ley obliga a los
vocales de mesa a interpretar el significado de las marcas con el fin de
identificar una preferencia distinta de lo que la cédula pregunta, o una
manifestación adicional y ajena al voto, para luego consignar un recuento de
tales expresiones en el acta de escrutinio.
Este punto menor pudo haber dado pie para que
una carta del Presidente del Consejo Directivo del Servicio Electoral dirigida
al llamado "Movimiento Ciudadano Marca tu voto"-que propicia marcar
las papeletas con las letras AC, esto es, "Asamblea constituyente"-
pudiere entenderse en el sentido de que los vocales de mesa deberían proceder a
escrutar tales marcas.
Afortunadamente, de inmediato el Servel, aplicando
correctamente las normas legales, ha aclarado que no se requerirá a los vocales
la transcripción en las actas del detalle de marcas que eventualmente contemplen
algunos votos emitidos. Ellos deben dejar constancia en el acta de la
existencia de marcas o accidentes en el voto, pero eso no supone, en caso
alguno, realizar un escrutinio o transcripción de tales marcas, leyendas o
señas, "toda vez que la Ley no contempla esta posibilidad".
Esta interpretación es, además, la única
compatible con el buen funcionamiento de la democracia. Si -en un ejercicio
virtualmente imposible- el escrutinio de los votos tuviera que contabilizar
cualquier consigna o eslogan que se proponga por los diversos grupos políticos
o de interés, cada elección se convertiría en una consulta heterogénea y
masiva, pero no democrática, pues estaría digitada precisamente por quienes no
cuentan con el respaldo ciudadano para utilizar los cauces que ofrece la
democracia representativa.
Primarias de la oposición.
Los partidos del pacto Nueva Mayoría realizaron
primarias voluntarias entre 33 postulantes en 11 Distritos, logrando una
convocatoria en torno a 50 mil personas, más baja que las estimaciones previas
de sus dirigentes y muy por debajo de los votantes del sector en la primaria Presidencial.
Estos comicios constituyen un ejercicio
democrático importante, que amplía los canales de participación y otorga a los
partidos políticos -hoy cuestionados en su función de representatividad e
intermediación- una herramienta más de conexión con sus bases y con los
votantes afines. Pese a impugnaciones por presuntas irregularidades en ciertas
localidades, y a la falta de información e improvisación que algunas voces
critican, este proceso permitió seleccionar precandidatos de manera
competitiva, si bien en un universo electoral aún muy limitado.
Sus resultados dejan algunas lecciones. Al
igual que en las Presidenciales, disponer de una estructura partidista sólida,
disciplinada y con capacidad de movilizar a sus adherentes parece necesario
para convocar a las urnas tanto a sus militantes como a aquellos cercanos al ideario
del candidato, pues todo sugiere que en esta clase de votaciones -especialmente
respecto de precandidaturas Parlamentarias- votan principalmente aquellos con
una muy definida opinión política.
Determinante en el triunfo de los postulantes
parece ser el contar con redes locales eficaces y organizadas. De allí que ex Alcaldes
y Concejales hayan conseguido imponerse frente a otros candidatos, como ocurrió
en el distrito 30 (San Bernardo, Buin, Calera de Tango y Paine), donde Enrique
Accorsi, el único Diputado en ejercicio que se sometió a primarias en un
intento por cambiar de distrito, fue derrotado por su calidad de
"afuerino", según algunos electores. Igual suerte corrió el dirigente
socialista Francisco Díaz. El triunfo de los dos postulantes del Partido
Comunista así lo confirma, pues ellos contaron con el respaldo decisivo del Alcalde
en el caso de Recoleta -lo que irritó a sus contendores- y de los sindicatos
del sector minero, en Calama.
En países con larga tradición en este tipo de
comicios, la primaria como medio de selección de candidatos ha probado ser un
aceptado método para determinar liderazgos, reforzar el rol de los partidos,
perfeccionar sus estructuras y su capacidad de movilización. Y, por sobre todo,
abre vías de participación de la ciudadanía, que ha dado mayoritarias muestras
de favorecer la expresión de sus preferencias en los espacios legítimos que
ofrece un sistema democrático, y no mediante la fuerza callejera.
En Chile, este sistema es una novedad aún en
perfeccionamiento. Necesita consolidarse, y en el nuevo escenario de voto
voluntario exigirá a los partidos liderazgos activos de dirigencias legitimadas
ante sus bases, capaces de ofrecer al electorado candidaturas que gocen de
credibilidad y sean capaces de movilizar en torno a ideas programáticas
sostenibles. La antigua designación cupular puede encontrar aquí un contrapeso
que agrega valor al proceso democrático, lo que, al parecer, comienza a ser
reconocido por actores políticos y electores.
Consejo de Seguridad, una puerta al mundo.
En octubre, la Asamblea General debería aprobar
la incorporación de Chile, por dos años, a la más alta instancia de ONU, el
Consejo de Seguridad. Los votos están asegurados, ya que el Grupo de América
Latina y el Caribe dio su respaldo unánime a la postulación chilena hace unos
meses, objetivo en pos del cual la Cancillería venía trabajando desde 2008. En
su reciente gira a Nueva York, el Canciller Moreno sostuvo reuniones con
representantes de los países miembros para tener una visión actualizada de los
temas más relevantes que se están llevando en el Consejo, frente a los que
Chile deberá fijar una postura y formar sus equipos: la preparación de la
agenda es fundamental. Para una nación pequeña o mediana es una gran ventaja
integrarlo, pues allí se analiza lo más relevante del temario mundial y se
adoptan decisiones que afectan a millones en distintos continentes. La
información con que cuentan sus miembros es mucho mayor y, además, hay una
oportunidad de llevar a esa instancia temas prioritarios de nuestra política
exterior.
Participar como miembro no permanente de este
Consejo conlleva no pocas responsabilidades. Su labor principal es la
mantención de la paz y la seguridad internacional, para lo cual cuenta con
instrumentos que le permiten adoptar resoluciones vinculantes para los países
de ONU. Chile ya lo ha experimentado en cuatro oportunidades. La última
(2002-2003) le significó tensiones al Gobierno del entonces Presidente Lagos,
quien debió tomar una difícil decisión: apoyar o no a EE.UU. en la resolución
(luego retirada) que autorizaba el uso de la fuerza en Irak. En plena
negociación del TLC, era inoportuno cualquier roce con Washington.
Hay quienes consideran una pérdida de tiempo y
recursos bregar por estar entre las cinco grandes potencias con poder de veto y
los 10 miembros (sin veto) que permanecen por dos años. No pocos diagnostican
una pérdida de peso e importancia de este Consejo, otrora instancia de
confrontaciones y decisiones que efectivamente incidían en el curso de los
acontecimientos mundiales, y para representarlos en la cual las potencias y
superpotencias designaban a sus mejores cartas Diplomáticas. Hoy, ese cuadro
aparece sustancialmente más opaco, y determinantes situaciones se desenvuelven
un tanto (o del todo) al margen del Consejo. Si en 1982 este podía ser tan
incidente para las partes como lo fue con ocasión de la guerra de las Malvinas,
o en el citado caso de Irak, hoy, por ejemplo, su actuación en la terrible
crisis siria no parece tener alcances decisivos, ni tampoco incide mayormente
en el programa nuclear del régimen de los ayatolás, pese a que este amenaza
explícitamente a otro Estado miembro -Israel- con "borrarlo de la faz de
la tierra", ni en los tanteos prebélicos de Norcorea.
Los críticos atribuyen este empalidecimiento
del Consejo a que su composición, propia de la segunda posguerra mundial, ya no
refleja la realidad contemporánea. Los actuales cinco miembros permanentes
-EE.UU., Rusia, China, Gran Bretaña y Francia- tienen membresía comprensible,
pero la exclusión de Alemania, Japón, India, Brasil no resulta ya realista, y
la necesidad de una reforma de este órgano es evidentemente indispensable.
Con todo, incluso con su estructura actual, si
se hace con profesionalismo y mirada de largo plazo, estar en el Consejo
aumenta el prestigio del país y le da una presencia mundial. Para Chile ha sido
importante el tratamiento del caso de Haití, y también otros de mayor alcance
geopolítico, como los del Medio Oriente -Israel y Palestina, Siria, Egipto,
Irak, Libia-. Una buena labor en él, en constantes diálogos con los países
latinoamericanos, así como con algunos europeos y asiáticos que no estén
representados, es una buena oportunidad de despliegue de las capacidades Diplomáticas
chilenas, en beneficio de nuestra política exterior. Y en palabras del Canciller
Moreno ayer, en ese Consejo Chile "quiere contribuir a buscar respuestas
realistas a los desafíos de la comprensiva y multidimensional agenda de la paz
y seguridad internacionales desde nuestra perspectiva nacional y regional, tal
como lo hicimos cuando asumimos esta responsabilidad en el pasado".
Alerta por amenaza terrorista.
El Gobierno de Estados Unidos activó el viernes
una alerta internacional para todos sus funcionarios Diplomáticos y para los
ciudadanos que se encuentran actualmente en la zona de la Península Arábiga,
Medio Oriente y norte de Africa, por el eventual riesgo de que el grupo Al
Qaeda lleve adelante un ataque terrorista contra objetivos norteamericanos. El anuncio
lo hizo la Casa Blanca tras recibir informes de inteligencia que califican ésta
como una amenaza real, situación que motivó el cierre de 20 sedes -al menos
hasta el próximo sábado- y solicitar a los ciudadanos estadounidenses salir de
Yemen por el mismo motivo. A estas medidas se plegaron Reino Unido, Francia y
Alemania, entre otros.
Aunque
hasta ahora se trata sólo de una alerta, el hecho ha despertado natural
inquietud en las potencias de Occidente, pues constituye una evidencia de que,
a pesar de los esfuerzos que se han realizado en los últimos años para
desarticular a las organizaciones dedicadas a
perpetrar acciones de terrorismo en distintas partes del mundo, éstas
continúan plenamente vigentes, operativas y en permanente coordinación para llevar
adelante sus objetivos. Lo ocurrido explica que los países que están más
expuestos a recibir ataques de esta naturaleza, refuercen continuamente las
labores de inteligencia y las medidas de seguridad que les permitan
desarticular logística y económicamente a estas agrupaciones.
La convulsión que se registra en varios países
del Medio Oriente y norte de Africa y la consiguiente fragilidad institucional
que experimentan, como es el caso de Siria y Egipto, supone un cuadro político
y social complejo, que podría agravarse si es que las amenazas terroristas
detectadas se llegasen a concretar. Por ello resulta muy importante adoptar
todos los resguardos para detectar a tiempo los riesgos y así prevenir posibles
ataques que complicarían la situación.
Correspondencia para deliberar.
Señor Director:
El valor de la vida de un Carabinero.
En el Congreso, algunos Parlamentarios han
acusado al Ministro del Interior de "demagogia penal", por vincular
el proyecto de Ley que entrega más atribuciones a Carabineros para enfrentar a
los encapuchados con el reciente asesinato del Subteniente Silva, ya que no
tendría nada que ver esta norma con el repudiable crimen que el Ministro
Chadwick invoca para demandar su aprobación.
Al contrario, tiene todo que ver. La política
no es más que una permanente priorización de recursos en función de cierta
jerarquía de valores. Una sociedad en que un encapuchado puede intentar quemar
con bombas molotov a sus policías, a plena luz del día y de manera cotidiana, y
en que los Parlamentarios se niegan a entregarles a esos policías todos los
medios legítimos posibles para defenderse y sancionar a los agresores, es una
sociedad en que la vida de un Carabinero y el principio de autoridad que él
encarna no valen mucho.
Lo que el Congreso está implícitamente
resolviendo al aprobar o rechazar la llamada "Ley Hinzpeter" es el
valor que le damos a la vida y la integridad de los Carabineros frente a la
agresión injusta, ya sea de un manifestante en la calle, de un asaltante o de
un conductor insolente. Obviamente para cada caso habrá una legislación
específica y diferente, pero detrás de cada norma está la definición acerca del
respeto que se debe a la ley y a quienes les corresponde la ingrata, y muchas
veces heroica, misión de hacerla cumplir.
Esto no es demagogia penal, es simplemente
hacerse cargo de las opciones políticas de cada uno.
Gonzalo Cordero M.
Señor Director:
El golpe blanco.
En una interesante columna, don Leónidas Montes
(6 de agosto), con mucha razón, plantea que “respecto del golpe militar, hemos
sido más proclives a estudios sesgados y subjetivos”. Por ejemplo, se han
olvidado las aprensiones que producía la ascensión al poder de Salvador
Allende, en el contexto del ardor de los 60, cuando ya el Congreso Socialista
de 1967 había aprobado la vía armada como método válido de acción política.
Sería interesante que alguno de los seminarios que se anuncian para septiembre
considere el olvidado período que abarca desde la elección de Allende hasta el
11 de septiembre de 1973. “Olvidar el pasado es el peor enemigo de la historia;
pero ignorarlo por conveniencia puede ser peor”.
Miguel A. Vergara Villalobos.
¿Sabía usted que?
De acuerdo a la información de la Dirección de
Presupuesto de nuestro país, en el primer semestre del 2013 se han recaudado
592.668 millones de pesos gracias al impuesto específico de las bencinas, cifra
que supera en cerca de 40 mil millones al monto obtenido el año pasado en la misma
fecha, esto producto de las constantes alzas que ha experimentado el
combustible en nuestro país.
Pueblos bien informados
difícilmente son engañados.