En su
galopante paranoia Maduro acusa al ex Presidente colombiano Alvaro Uribe
de querer
asesinarlo, dijo tener pruebas e involucró a la derecha venezolana y
sectores acticastristas de Miami. |
Saldo por
desplome de edificio en Bangladesh ya supera los 500 muertos, la utilización
de
maquinaria pesada ha permitido que en las últimas horas se recuperaran decenas
de
cuerpos.
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La inconstancia de la política,
por David Gallagher.
Es un lugar
común decirlo, aunque los analistas una y otra vez lo olviden: la política es
muy cambiante. Por eso no existen en ella carreras corridas. Lo demuestra la
desafortunada caída de Laurence Golborne, tras haber comenzado con un aura de
tener la primaria asegurada y de ser la "mejor opción" contra Michelle
Bachelet. Tuvo razón Andrés Allamand en desafiar los duros pronósticos de los
expertos. Como buen político, conocía la política. Sabía que hasta los
candidatos más encumbrados se pueden desplomar.
¿Le podría
pasar lo mismo a Bachelet? Es improbable. Ella es, a diferencia de Golborne,
una política consumada -aunque prefiera negarlo-, y es por tanto poco propensa
a meterse autogoles. Pero sí es vulnerable a factores fuera de su control.
Sobre todo a las veleidades de la opinión pública. Los chilenos han estado enamorados
de ella. Pero los amores por los personajes públicos no son eternos y tienen
una particularidad endiablada: la identidad de la persona amada termina
confundiéndose con la imagen que la gente tiene de ella. Cuando esta cambia, es
poco lo que la persona real puede hacer. Por otro lado, es difícil que un mero
ser humano pueda satisfacer indefinidamente las expectativas que se tiene de
Bachelet. Con todo, lo probable es que el gran amor por ella dure en algún
grado de intensidad hasta noviembre, pero, por definición, no es seguro.
En este
contexto, sorprende el pronunciado vuelco a la izquierda que ella ha exhibido
desde que llegó a Chile. Después de todo, Frei parece haber perdido las
elecciones justamente por haberse situado demasiado a la izquierda, en un país
de gente que en su mayoría es moderada. A esta izquierdización se le dan dos
explicaciones. Una, que ella cree que la gente que vota en la primaria es la
del voto duro de izquierda: concluida esta, ella se movería entonces al centro.
Otra es que de verdad piensa que un vuelco a la izquierda es bueno y necesario.
Aleonada por su popularidad, se creería invencible, y no vería riesgos en darse
gustos que no se podía permitir en 2005. Además, la "ciudadanía",
representada por los líderes estudiantiles, estaría exigiendo justo las medidas
radicales que ella actualmente esboza.
Mi problema
con esta segunda explicación es que Bachelet siempre demostró ser una mujer muy
sensata, que sabe que el país funciona bien solo cuando se evitan los
populismos y los fundamentalismos, y que la "ciudadanía" que los
dirigentes estudiantiles invocan no es necesariamente mayoritaria. Por otro
lado, no querría ella arriesgar la Gobernabilidad del país creando expectativas
irrealizables. Por tanto, lo probable es que sí quiera moderar su postura
después de la primaria. Pero en el camino podría caer en una trampa. Si en la
primaria arrasa, pueden concluir sus asesores que la izquierdización fue todo
un éxito. La presión por no atenuarla podría volverse irresistible, sobre todo
con un PC respirándole en el cuello. En ese caso la candidata sería llevada
fatalmente a repetir el error de Frei, lo que le daría una oportunidad a la
derecha.
A Bachelet,
paradójicamente, le conviene que a Velasco y Orrego les vaya bien, porque
recién allí su gente entendería la necesidad de un giro al centro, el espacio
en el que en Chile se ganan las elecciones. Desgraciadamente para ella, lo
probable es que en la primaria arrase, y que por eso no le permitan dar ese
giro. La gran oportunidad que allí surgiría para el candidato de derecha
estaría sujeta, claro, a que él fuera percibido como cercano al centro, como lo
fue Piñera. Él tendría que evitar la misma trampa que arriesga Bachelet: la de
ganar la primaria con una postura sectaria, para allí creer que esta vale
también para las Presidenciales.
Las primarias que no fueron y la indefinición de Velasco.
por Pablo Lira Rojas.
El Gobierno
del Presidente Sebastián Piñera impulsó con éxito un proyecto de Ley que
establece elecciones primarias para Presidente, Parlamentarios y Alcaldes, sin
duda un importante paso para fomentar la participación ciudadana en la
designación de los candidatos de los partidos o los pactos políticos, apoyada
por todos los sectores.
Teniendo en
cuenta la baja participación (43%) en las últimas elecciones Municipales con
voto voluntario e inscripción automática, y las duras críticas que hay hacia el
sistema electoral binominal, las primarias aparecían como un buen instrumento
para incentivar las participación ciudadana en la designación de los
candidatos. Agregando una cuota de suspenso a la lógica de la ‘cupocracia’
propia del sistema binominal, donde los pactos o partidos seleccionan a un
candidato potente junto a uno testimonial, y finalmente la elección se
transforma en una simple ratificación de los candidatos designados por las
cúpulas.
Pese a estos
antecedentes, la Concertación+PC decidió en último momento restarse de
primarias Parlamentarias al igual que la UDI, aduciendo falta de un acuerdo
entre los diferentes partidos opositores. Propinando un golpe duro a la
credibilidad del pacto de izquierda, que después del regreso de Michelle
Bachelet a fines de marzo de este año, había anunciado la creación de una
‘nueva mayoría’ donde era fundamental un gran acuerdo político-electoral entre
todos los sectores de la oposición.
Un solo
partido comprendió el mensaje de las elecciones Municipales 2012 –mayor
participación ciudadana-, y se la jugó por las primarias Presidenciales y Parlamentarias:
Renovación Nacional. Colectividad que
utilizará el mecanismo de primarias para definir a diez de sus postulantes a la
Cámara de Diputados, incluido un Parlamentario en ejercicio y candidatos del
movimiento político Evopoli.
Al mismo
tiempo, el fracaso de las primarias Parlamentarias opositoras acrecentaron las
dudas sobre el liderazgo político de Bachelet al interior de ésta, quien para
evitar su responsabilidad en el fracaso de las negociaciones, quien señaló que
‘no es la líder de la Concertación’ . Aumentando el grado de incertidumbre
sobre la capacidad de gobernabilidad y liderazgo de la ex mandataria sobre esta
nueva mayoría, ante la eventualidad de repetirse el plato.
Por otro
lado, Andrés Velasco uno de los cuatro candidatos de la Concertación+PC
manifestó su molestia por el fiasco de las primarias opositoras, catalogándolo
como un triunfo de la mala política.
Encendiendo las alarmas en el pacto de izquierda, al dejar abierta la
puerta al retiro de su candidatura de sus primarias Presidenciales.
El problema
de Velasco es que a pesar de tener una postura crítica hacia lo que él denomina
‘malas prácticas’ en la política, sin embargo, está inscrito en las primarias Presidenciales
del mismo pacto de Guido Girardi, Alejandro Navarro, Camilo Escalona o
Francisco Vidal. Además, si bien ha señalado que en un eventual Gobierno suyo
no tendrán cabida el Partido Comunista y políticos como Girardi, la pregunta
que entonces uno se hace es por qué Velasco participará de las primarias de la
Concertaicón+PC, en vez de haberse jugado sus cartas hasta la primera vuelta Presidencial
de noviembre.
Con todo, la
opción de que Velasco pueda retirarse de las primarias de la Concertación+PC ,
según lo clarificado por el SERVEL , no está en sus manos, sino que ésta
depende de los Presidentes de los partidos de la Concertación y el PC, es
decir, de Osvaldo Andrade, Ignacio Walker, Jaime Quintana, José Antonio Gómez y
Guillermo Teillier, por lo que su salida de la primaria opositora se ve aún más
difícil. Si bien su crítica a la
política y sus malas prácticas han sido su caballito de batalla, Velasco entiende
que sin el apoyo partidario es imposible dar Gobernabilidad al país, por eso
que optó por participar de las primarias del bloque de izquierda, lo que hoy lo
tienen contra la espada y la pared.
Longueira, más que un candidato.
La semana
partió con una crisis en la Alianza (la caída de Laurence Golborne y su
reemplazo por Pablo Longueira) y termina con otra en la oposición: la
incapacidad de sus partidos para acordar la realización de primarias Parlamentarias,
detonante a su vez para la (semi) rebelión del independiente Andrés Velasco y
las quejas de Michelle Bachelet. Se trata de una sucesión de eventos que
parecen empeñarse en desmentir aquello de que la campaña electoral en marcha
sería una de las más predecibles, y por tanto «aburridas», desde el retorno de
la democracia. Aquilatar sus verdaderos alcances será cuestión de tiempo...
Con todo el
poder. Si en algo existe acuerdo entre los analistas es en que el
reemplazo de Golborne por Longueira no significó sólo un cambio de nombres.
Para entender sus implicancias, tal vez convenga partir de una constatación: en
su aterrizaje en la UDI, el ahora ex Ministro ha asumido tareas que van mucho
más allá de las propias de un candidato. En la práctica, es hoy un gran
ordenador, interviniendo toda la plantilla Parlamentaria, ratificando el
compromiso de la colectividad con las primarias Presidenciales (pese a que en
un momento parte de la dirigencia estuvo tentada —como antes él mismo— con ir
directo a la primera vuelta) e imponiendo un tono de campaña identificado con
la continuidad del Gobierno y un discurso unitario. En buenas cuentas, más que
como un candidato Presidencial, Pablo Longueira está actuando como lo que
siempre ha sido: el líder natural de la UDI, un político capaz de dar conducción
al partido más grande de Chile y por esa vía apaciguar (o encender) a la
centroderecha. Revelador es que, si hasta la semana pasada las primarias Parlamentarias
daban pie en el gremialismo a duros enfrentamientos y a todo tipo de ultimátum,
hoy, con tales primarias ya descartadas, los eventuales competidores estén
esperando con relativa resignación las definiciones que él tome. Longueira,
según algunas versiones, se encontraría manejando el tema junto al único
dirigente gremialista que puede competirle en poder interno, Jovino Novoa;
ello, pese a que la propia nominación del pragmático nuevo abanderado es vista
por muchos como una fuerte derrota para Novoa y el sector de los Diputados
jóvenes más doctrinarios.
No es
extraño que el Gobierno mire con alivio las decisiones UDI de proclamar a
Longueira y de resistir la tentación de la primera vuelta. Aparte del daño que
los casos Cencosud e Islas Vírgenes hicieron a la opción de Golborne (y que
llevó a la dirigencia gremialista a estimar inviable su continuidad), el clima
de guerra civil instalado en la derecha a fines de la semana pasada resultaba
letal para el último año de la administración Piñera, una suerte de final
anticipado a su gestión. Al cambiar el escenario, el ex Ministro mejora las
perspectivas de La Moneda para poder cerrar adecuadamente su período, al tiempo
que su involucramiento en la confección de la plantilla Parlamentaria coincide
con la otra gran preocupación Presidencial: el riesgo de una derrota de
proporciones en ese ámbito, que entregue a la actual oposición el control
absoluto del próximo Congreso.
La otra cara. La opción por Longueira, sin embargo, tiene también costos. La
fuerza de su liderazgo dentro de la UDI y el transversal respeto de que goza
entre las dirigencias políticas, son casi directamente proporcionales al
rechazo que acumula en los sondeos de opinión. Porque, aunque nunca ha perdido
una elección Parlamentaria, no es evidente hasta ahora (sino más bien lo
contrario) que en torno a su nombre pueda construirse una mayoría con
posibilidades de ganar una Presidencial. De hecho, si bien su capacidad de
entusiasmar al gremialismo y la poderosa estructura de éste lo hacen una carta
sólida en la primaria aliancista, sus posibilidades frente a Michelle Bachelet
se observan hoy muy disminuidas. Por ello, no es caprichoso el análisis de
quienes, a partir de su nominación, concluyen que el principal partido
oficialista ha privilegiado «salvar los muebles», apostando simplemente a
defender su identidad y su representación en el Congreso, y no a ganar La
Moneda.
Un traspié para
Bachelet. Mucho se ha cuestionado la no
realización de primarias Parlamentarias en la oposición, pero tal vez más
importante que las acusaciones de inconsecuencia (después de todo, las
primarias son una opción y no una obligación para los partidos) es lo que el
episodio revela: la incapacidad de las distintas colectividades para ponerse de
acuerdo en el tema. La situación no debiera dar para dramatismos: el sector aún
tiene hasta agosto para concordar su plantilla de candidatos al Congreso. Sin
embargo, lo ocurrido es un traspié importante para Michelle Bachelet, la más
probable abanderada opositora. Y es que ella —a través de los dos partidos que
la apoyan— había pedido jugarse por lograr ahora un acuerdo que incluyera la
realización de primarias y galvanizara la «nueva mayoría» con que pretende
llegar al poder. Esto no sólo no se logró, sino que el fracaso llevó también a
Revolución Democrática (grupo emblemático por sus vínculos con el movimiento
estudiantil) a anunciar que correrá «por fuera». Pero, además, aun cuando estos
problemas se logren superar vía negociación, el hecho de ser apoyada por una
lista Parlamentaria definida entre cuatro paredes introduce ruido en una
candidatura que se proclama ciudadana y en actitud de «escuchar a la gente». Y,
aparte de críticas cruzadas entre los partidos, hay también un daño que puede
trascender a lo meramente simbólico en el anuncio de Andrés Velasco de, en
rechazo a lo ocurrido, evaluar la viabilidad legal de ir directamente a primera
vuelta.
¿Cesiones de la DC ante el PC?
El que la
oposición no haya logrado acuerdo para realizar primarias Parlamentarias ha
creado un cuadro que aún no decanta, pero al respecto se observan elementos que
-cabe presumir- deberán zanjarse, y probablemente no sin dificultad. Así, ya
antes de ese revés para la "nueva mayoría", la noticia de que la DC
cedería al Partido Comunista sus cupos para competir en los Distritos de La
Florida y Maipú, prácticamente asegurando con eso la elección de Camila Vallejo
y Camilo Ballesteros, había causado revuelo y profundizado el fraccionamiento
dentro de la tienda falangista. La Senador Alvear (DC), que competiría con el
socialista Carlos Montes por Santiago Oriente, manifestó su desacuerdo a la
directiva del partido por la forma en que se están llevando adelante las
negociaciones. Y la misma postura tendría Alberto Undurraga, candidato a Senador
por Santiago Poniente.
Especialmente
crítico fue el candidato Presidencial de esa colectividad, Claudio Orrego,
quien desde Alemania expresó: "No estoy de acuerdo con que cedamos esos
dos Distritos. A mí el Presidente del partido me ha asegurado que al menos en
La Florida eso no ha sucedido, y... de Maipú me enteré por el diario. Entiendo que
en todas las negociaciones haya que ceder, pero uno no cede las principales Comunas".
Yendo más allá de la negociación Parlamentaria, ratificó una vez más que
"hoy no están dadas las condiciones para hacer un pacto con el PC".
Según Orrego, eso en todo caso tendría que verse después de las primarias, pero
teniendo en cuenta que "hay una ambigüedad en el PC respecto de lo que
significa ser parte de un Gobierno y liderar manifestaciones sociales. Uno no
puede tener un pie en el Gobierno y otro pie en la calle; ser capitalista para
las ganancias y socialista para las pérdidas. Uno tiene que estar dispuesto a
ser parte de un Gobierno en las buenas y en las malas, y yo hasta ahora no le
he escuchado nunca al PC una postura en esa línea. No basta con que esta nueva
mayoría que pudiera superar a la Concertación sea más: también tiene que ser
coherente y consistente. El futuro va a requerir grandes acuerdos en nuestro
país y mucha consistencia para canalizar demandas sociales crecientes, y eso,
hoy, simplemente no está bien representado por lo que hace el PC. Uno no hace
los grandes cambios que queremos para adelante simplemente protestando; también
los hace gobernando y llegando a acuerdos".
Estas
declaraciones se dieron en el contexto de la gira del candidato Presidencial a
Alemania, aprovechando la celebración de los 50 años de la Fundación Konrad
Adenauer, y que contempló una reunión con Angela Merkel. Allí, la comitiva
democratacristiana, que incluyó a su Presidente Ignacio Walker, debió responder
a variados emplazamientos por parte de dirigentes de la Unión Demócrata
Cristiana Alemana (CDU), que miran con comprensible recelo la posible
incorporación del Partido Comunista a un futuro Gobierno del bloque
concertacionista. El Vicepresidente de la DC, Fuad Chahín, confirmó la
"inquietud" manifestada por la CDU, frente a lo cual la comitiva
chilena habría descartado la "conformación de un Gobierno con el PC",
haciendo mención a estar solo "avanzando en un pacto electoral" con
miras a las elecciones Parlamentarias. Además, recalcó que Orrego había
enfatizado su compromiso de evitar que el conglomerado concertacionista se
"izquierdice". Cabe recordar que hace algún tiempo la CDU expresó,
por intermedio de la Fundación Adenauer de Santiago, que un "pacto
formal" de Gobierno entre la DC y el PC podría terminar con la expulsión
del partido falangista de la Unión Mundial Demócrata Cristiana (la
Internacional de esa ideología).
Estos dichos
son expresión decidora de las tensiones internas que está provocando el proceso
de izquierdización de la Concertación, frente al cual la DC chilena se muestra
dividida en un grado difícil de calibrar desde fuera.
Sueño a la inversa.
Para Chile,
que tiene vínculos tan profundos con España, resulta especialmente sensible la
crisis económica que la afecta, y que deja víctimas también fuera de sus
fronteras, o más bien las expulsa de ellas. Por más de una década, España fue
la tierra prometida de muchos miles de latinoamericanos en busca de trabajo y
mejores condiciones de vida. Entre 2000 y 2009, el número de extranjeros en
España creció de 920 mil a 5,7 millones de personas, equivalente al 12% de la
población. Un tercio de ellos eran latinoamericanos.
Pero los
datos preliminares del censo al 1 de enero 2013 revelan que 216.125 inmigrantes
extranjeros -en su mayoría ecuatorianos, colombianos, argentinos y bolivianos-
se rindieron finalmente, y decidieron regresar a sus países.
Sus
historias son durísimas: familias que se radicaron en España hace más de una
década y que fueron el soporte de la entonces bullente industria de la
construcción; hoy, tras perder sus empleos y viviendas, desahuciados por los
bancos, regresan a sus lugares de origen, en muchos casos a enfrentar panoramas
similares de desempleo, bajos salarios o, con suerte, trabajos informales.
España se
encamina hacia un quinto año en recesión (en 2011 creció apenas 0,4%). Casi un
tercio de la población española está desempleada, y esa cifra no es mayor
debido en parte al éxodo de los migrantes, que ha reducido la base de la
población activa. Esas cifras duelen tanto más, porque aún está fresca la
imagen de esa España ejemplo de desarrollo y destino de esperanza para miles de
latinoamericanos.
La economía
española tiene áreas de servicio y de exportación ampliamente competitivas y
sanas, que se espera empujarán hacia arriba la recuperación cuando ello sea
posible. Pero los emigrantes latinoamericanos estaban muy concentrados en la
construcción o en ramos de baja capacitación.
España
necesita concentrarse en salvar a los millones de jóvenes y trabajadores,
españoles y extranjeros, que perdieron sus empleos en la construcción, la
limpieza o los servicios sociales. Pero, ¿cómo? Se calcula que hay unos dos
millones de menores de 30 años desempleados, de los cuales el 40% terminó
apenas la educación básica. Hombres y mujeres que dejaron la escuela seducidos
por los altos salarios de la construcción y otras fábricas. En el caso de los
inmigrantes, incluso los que llegaban con un título universitario encontraron
un camino más fácil en la industria del ladrillo o los servicios de limpieza y
asistencia.
En España se
habla de un éxodo de los inmigrantes. Pero, en rigor, el 97% de ellos aún
permanece en el país, y en ese grupo la tasa de desempleo es de 39% -12 puntos
porcentuales más que el promedio-. Son uno de los sectores sociales más
vulnerables ante una recesión.
Chile no
vive el problema del retorno de sus emigrados con igual intensidad que otros
vecinos en el continente y, por el contrario, parece constituirse en un polo de
interés para ciertos emigrantes españoles calificados: el "sueño
español" a la inversa.
Oportunidad para reformar la Cancillería.
En sus
ajustes finales para ser sometido a trámite Legislativo se halla el proyecto
que modifica el actual estatuto del Ministerio de RR.EE., que se arrastra desde
la década de 1970. Concebido en una realidad mundial completamente diferente,
de Guerra Fría y en los inicios de la apertura de la economía nacional a la
competencia internacional, su reforma es una promesa incumplida de diversos Gobiernos.
Hay consenso en la necesidad de cambios organizacionales de la Cancillería,
tales como elevar la Dirección Económica a la categoría de Subsecretaría y
formalizar otras direcciones como la de Seguridad Internacional y la de Países
Limítrofes y Asuntos Regionales. También parece razonable revisar las normas
sobre personal, ampliar la planta, modificar los escalafones y establecer la
exigencia de calificaciones y título universitario para todos los Embajadores.
Pronto se
conocerán los términos de la nueva estructura, lo que permitirá compararla con
la de otras Cancillerías de prestigio, que favorecen la profesionalización de
la Diplomacia mediante severas limitaciones a las intervenciones políticas en
los nombramientos.
Paralelamente
se anuncian nuevos Consulados de alto nivel en EE.UU., India y China, y tres
nuevas misiones en África subsahariana, una en Europa del Este y dos en Asia
Central. Indispensable es restablecer la presencia de Chile en el África subsahariana.
La tuvimos hasta los años 80 y deberíamos tenerla con mayor razón ahora. África
meridional y austral alberga a cerca de 50 países, con el más acelerado
crecimiento económico y demográfico del mundo. Ya se habla de los "leones
africanos", como antes de los "jaguares del Asia". El conjunto
de esas naciones incorpora anualmente millones de personas al consumo de bienes
y servicios importados e influye significativamente en los organismos
internacionales -tres de los 15 Jueces de la Corte de La Haya son africanos-.
Destacan en esa zona Nigeria, importante productor de petróleo y que reúne más
del 10% de la población de ese continente; Ghana por su estabilidad
institucional, elegida por el Presidente Obama para su mensaje al África, y
Etiopía, sede de la Unión Africana y de la Comisión Económica para el África.
Algo semejante aconseja la importancia creciente de Ucrania en Europa del Este
y de las naciones independizadas en Asia Central. Chile está convenientemente
posicionado en América y el Asia Pacífico, tal vez con dotaciones excesivas en
Europa occidental y ausente en las regiones donde se propone abrir Embajadas.
Reorganizar las misiones en el exterior con estructuras más livianas parecería
aconsejable y, asimismo, fortalecer transitoriamente la representación ante
Naciones Unidas, dada nuestra próxima participación por dos años en el Consejo
de Seguridad. También es la ocasión para agilizar procesos internos y Legislaciones
pendientes, como la puesta en vigor de la Convención de Apostilla de La Haya,
de 1961, destinados a facilitar las tramitaciones documentarias en que
intervienen los servicios Consulares para miles de ciudadanos y, obviamente,
los negocios.
Los cambios
legales organizacionales deberían contemplar flexibilidades para contrataciones
de especialistas y para que, a futuro, sean posibles modificaciones operativas
derivadas de las cambiantes realidades internacionales. Las normativas
proyectadas solo serán eficaces con mayores recursos humanos y financieros. El
presupuesto de la Cancillería y el personal Diplomático es insuficiente y se ha
deteriorado en relación con sus responsabilidades, el producto nacional y el
comercio internacional de Chile. Concretar la reforma de la Cancillería es hoy
una oportunidad, por los consensos en una necesidad impostergable, que
permitiría disponer de los medios necesarios para promover mejor los intereses
nacionales en el exterior.
Hostigamiento a oposición venezolana.
En una evidente
muestra de la creciente polarización política que se vive en Venezuela, Parlamentarios
del oficialismo y de oposición se enfrentaron a golpes durante la sesión del la
Asamblea Nacional realizada el martes pasado, resultando 11 Legisladores
lesionados. Este episodio no es nuevo, ya que días después de las elecciones Presidenciales
celebradas el 14 de abril, dos Diputados opositores fueron agredidos por Congresistas
afines al Gobierno.
Aunque la
tensión entre ambos sectores políticos es de larga data, las divisiones se han
profundizado desde que Nicolás Maduro asumió formalmente el poder, pues el
sucesor de Chávez y sus seguidores han sometido a la oposición a un constante
hostigamiento.
Los ataques
del Ejecutivo a la oposición se agudizaron luego que este sector, liderado por
Henrique Capriles, decidiera pedir una revisión exhaustiva del proceso
electoral al Consejo Nacional Electoral primero, y ahora último al Tribunal
Supremo de Justicia. Tratándose de una solicitud legítima y que está
contemplada en la Ley venezolana, la postura del oficialismo de acosar a sus
contendores políticos -al punto de desconocer su investidura e impedir que
ejerzan normalmente sus funciones en la Asamblea Nacional- es un hecho inaceptable, que debe llamar la
atención de la comunidad internacional.
Parece chiste, pero este es el nuevo edifico
del diario del partido comunista chino. Será
para demostrar que se han servido a más de
1200 millones de ciudadanos chinos.