Unos US$ 75 millones en dineros no han sido
reclamados a los bancos, la información detallada
puede ser consultada en el sitio web ClienteBancario.cl,
ya sea por nombre de personas o de
instituciones que perderían el dinero en 2013, |
Asesinan a un hombre en Londres y Gobierno
británico habla de ´ataque terrorista´, según
versiones no confirmadas, el muerto sería un
soldado del ejército británico.
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El voto
degradado,
por Gonzalo Rojas Sánchez.
¿Hemos tenido respeto por el voto a lo largo de
la historia de Chile, o esta es la primera ocasión en que estamos tratando a la
cédula electoral como si fuera papel higiénico?
No cabe duda de que entre 1833 y 1958 el
sufragio padeció males graves. La intervención Presidencial, la violencia
contra los electores de la oposición, el fraude, el cohecho y el acarreo -en
gran parte de esos años, además, en un contexto de sufragio censitario y solo
para varones- están abundantemente documentados y difundidos. Nadie podría
escandalizarse si se afirma que fue un voto generalmente falso, degenerado.
Que esa realidad haya sido funcional a ciertas
estabilidades y a ciertos consensos, es otra cosa. Y por eso, solo
personalidades con extraordinario sentido del bien público, como Manuel José
Yrarrázaval, empeñaron vida y fortuna en cambiar ese panorama.
Después, desde 1958 y hasta 1973, gracias a la
introducción de la cédula única, el voto entraba en su etapa más honrada. Por
eso, aunque sonaran algo ridículas expresiones como "fiesta cívica" o
"rito republicano", esos conceptos llenaban de legítima satisfacción
a los electores.
Pero la UP se encargó, como en casi todo, de estropear
lo avanzado. Las Parlamentarias de marzo del 73 fueron viciadas por entre 200
mil y 300 mil votos fraudulentos. El mismo Carlos Prats había declarado al día
siguiente del escrutinio: "El sistema electoral chileno ya no resiste una
nueva elección".
La Presidencia Pinochet entregó al país un
sistema electoral saneado, con registros confiables y basados en la
responsabilidad personal, con escrutinios veraces, con escasas posibilidades
para la intervención ilegítima de los poderes y de los dineros. Así funcionó la
democracia electoral restaurada por el Gobierno Militar, desde 1988 y hasta el
año pasado.
Pero, y ahora, después de las Municipales del
2012, ¿cómo está el voto? Mal, muy mal.
Estamos cerca de batir todos los récords
nacionales en cuanto a degradación del sufragio, porque nunca se habían dado
juntas cuatro deformaciones que lo deterioran hasta límites casi invalidantes.
Por una parte, la total irresponsabilidad del
ciudadano frente a la papeleta. Ha primado con la inscripción automática y el
sufragio voluntario una doble degradación: no te comprometas, y si nada haces,
nada temerás.
En segundo lugar, la existencia de registros
viciados. Se enojó mucho el encargado electoral del Gobierno cuando en este
espacio se denunció la "presencia" de cientos de personas fallecidas
en unas pocas mesas. Hoy, los muertitos activos están estimados en cerca de 600
mil en todo el sistema, es decir, casi el 5% del cuerpo electoral total.
Se suma la elaboración de complicados sistemas
electorales previos, llamados primarias y que a pocos han interesado, aunque
finalmente parece que será mediante unos bypasses llamados "primarias no
oficiales" que se cumplirá el mismo objetivo.
Pero nada más degradante que el llamado de los
grafiteros electorales a escribir siglas o mensajes en los votos. Acostumbrados
a ensuciar todas las paredes posibles en sus ciudades, proponen ahora que sus
electores procedan a demarcar territorio -así lo hacen algunas especies
animales y ciertas tribus urbanas- para señalar una tendencia que nada tiene
que ver con las opciones impresas. Después comunicarán que sumaron millones y
millones de grafitis y que, por lo tanto, los electos en noviembre no valen nada.
Pobre voto. Hubo unos breves tiempos en que
importaba tanto como el certificado de nacimiento o la escritura de compraventa
de la casa propia o el diploma del título profesional o técnico. Pero si
seguimos así, pesará lo que un boleto de micro en ciudad de Provincia.
Chile avanza
con todos.
por Najel Klein.
En su último mensaje a la nación, el Presidente
Sebastián Piñera ha combinado una cuenta pública con nuevos anuncios. Esto
refleja sin duda su estilo realizador: él no parará porque resten nueve meses
de Gobierno, y así lo hizo sentir en su discurso.
Su balance es alentador en materia de logros.
Bajo la premisa de “Chile avanza con todos”, se establece el concepto de
desarrollo con inclusión social, esa potente fusión que nos permite mirar su
obra y proyectarla al futuro. Esta idea ha sido directriz del Gobierno en todo
momento y está centrada en una sociedad de oportunidades, seguridades y
valores, tal como lo planteó en su campaña.
Como el mismo Presidente señaló, Gobernar no es
tarea fácil. Eso lo saben su equipo de colaboradores y los partidos políticos
que lo han apoyado en estos años, pero ellos también saben de las
satisfacciones de la obra bien hecha, de las metas alcanzadas y de la mejora en
la calidad de vida de miles de compatriotas.
Entre la larga lista de compromisos cumplidos,
están los de retomar la senda del crecimiento —esa que creíamos perdida bajo
una larga siesta—, estando próxima a lograrse la meta de hacerlo a una cifra
cercana al 6%; la creación de empleo, que es el principal mecanismo para
superar la pobreza y que ya es una realidad; la extensión del posnatal para
todas las mujeres; la rebaja del 7% para nuestros jubilados; becas para el 60%
de los jóvenes de este país; una reconstrucción post terremoto ejemplar en el
mundo, y, por mucho que se intente desvirtuar las cifras, la pobreza y la
desigualdad han disminuido. Por cierto, podríamos seguir mencionando muchas
otras obras y acciones concretas que dan cuenta de un Chile mejor.
Este ha sido un Gobierno profundamente
comprometido con ciertos valores esenciales, como la libertad, la vida y la
dignidad de todos los seres humanos, la familia y la justicia social, lo que ha
quedado de manifiesto una vez más en la alocución de ayer.
Sin duda, no da lo mismo quién Gobierne este
país. Queda aún mucho por recorrer para alcanzar el verdadero desarrollo, pero
vamos por la senda correcta. Es el momento de tomar el relevo y continuar el
esfuerzo que el propio Presidente se ha impuesto, como es derrotar la pobreza y
asegurar una vida digna a cada habitante nacido en esta hermosa tierra.
También resulta oportuno tomar la invitación
que nos ha hecho el Mandatario en torno a reflexionar, pensar en lo que estamos
construyendo, asimilar los grandes esfuerzos que esto significa y reconocernos
todos como miembros de este gran país llamado Chile.
Cuenta
pública: no perdamos su sentido
por Cecilia Cifuentes.
Uno de los
temas centrales de la última cuenta pública del Presidente Piñera fue el
proceso de desarrollo chileno que -números más, números menos-, sin duda ha
mostrado una mayor velocidad en los últimos tres años. No obstante, seremos un
país más desarrollado cuando los comentarios posteriores al discurso tengan un
sentido más constructivo.
Esto porque tanto este discurso como otros
buscan mostrar los avances de un Gobierno de la mejor forma posible, y es
difícil pensar que fueran algo distinto a lo que son. Sin embargo, gran parte
de la oposición no pierde la oportunidad de desconocer los avances que existen,
dando pie, de alguna forma, a los incidentes posteriores que parecen tan fuera
de lugar, en el día que se recuerda la gesta heroica de un patriota. Es
positivo también que en un discurso de esta naturaleza, junto con los logros,
se planteen los desafíos, de tal forma de reconocer la agenda que siempre
estará pendiente.
Sinteticemos algunos logros concretos de este Gobierno.
En cuanto a la aspiración al desarrollo, la cuenta mostró en forma correcta que no se trata sólo
de PIB per capita, ya que, inevitablemente, los mayores ingresos están unidos a
mejor calidad de vida; más vacaciones, más cultura, más entretención, más
deporte y más lectura, entre otros. Asimismo, el avance en la reconstrucción,
propio de un país desarrollado, es motivo de legítimo orgullo. Es evidente que
queda mucho por avanzar, y probablemente todos los países del mundo así lo
sientan, pero igualmente claro es el hecho de que Chile está mejor ahora que a
inicios del año 2010, y a la hora de las evaluaciones el Gobierno puede mostrar
un grado satisfactorio de cumplimiento de su programa.
Es también un hecho notable que los principales
logros de este Gobierno se estén dando en materia laboral, no sólo en términos
de creación de puestos de trabajo, sino también respecto a la calidad de ese
empleo, en un contexto de remuneraciones reales que han crecido a un ritmo muy
favorable. Notable porque efectivamente en el campo Legislativo, salvo la
ampliación del pos natal, no se ha realizado ninguna modificación laboral de
importancia, lo que muestra que no existe mejor política laboral que el pleno
empleo, ya que logra empoderar a todos los trabajadores, y no sólo a los
sectores formales y con empleos más protegidos.
Pero aún quedan desafíos importantes;
probablemente lo más destacado sea en el tema de educación preescolar, ya que
sin duda es el camino más efectivo para resolver los problemas de desigualdad,
aunque con resultados que se ven en el mediano plazo. Igualmente parece muy
positivo el anuncio de la modificación de la política de capacitación laboral,
ya que las cifras son elocuentes en mostrar que las brechas de ingreso
dependen, en un grado muy elevado, del capital humano de los trabajadores. Una
política de capacitación laboral mejor focalizada y efectiva es la herramienta
más poderosa para lograr mayor equidad en el corto plazo.
Los déficits también son abordados en el
discurso, siendo el tema energético, probablemente, el más significativo y en
el cual se percibe una cierta falta de liderazgo en el propio Gobierno para
lograr los necesarios avances. Se pretende suplir esta falla, pero,
posiblemente, la falta de un consenso nacional
haga muy difícil la tarea en este campo, no sólo para este Gobierno,
sino también para el que venga.
Última cuenta
del Presidente Piñera.
En su último mensaje a la Nación, el Presidente
Piñera esbozó un balance general de lo que ha sido su administración hasta esta
fecha, cuando faltan poco menos de nueve meses para su término. Con ello, no
solo dio cumplimiento al mandato de rendición de cuenta pública, sino que en
cierto modo cerró conceptualmente el círculo que abrió con su primera intervención
similar ante el Congreso en 2010, cuando, antes de enterarse tres meses desde
el catastrófico terremoto del 27 de febrero de ese año, que lo forzó a
modificar no poco de cuanto había anticipado para su gestión, presentó no
obstante un ambicioso programa de Gobierno, con metas y plazos concretos, y
pidió que los chilenos no lo juzgaran por sus buenas intenciones, sino por los
resultados y logros de su gestión. Y estos últimos son los que quiso
pormenorizar ahora, en su último discurso al Congreso Pleno.
En ese ejercicio, era obviamente ineludible
referirse a la tragedia que golpeó al país pocos días antes de que asumiera el
mando. La pérdida de vidas y la enorme destrucción de infraestructura marcaron
la instalación de su Gobierno. La tarea de reconstrucción -en infraestructura
tendría un 90% de avance y se completaría antes del fin del período, y en
vivienda el 96% de las 222 mil soluciones habitacionales se encuentra entregado
o en plena construcción- será una dimensión muy importante en la evaluación histórica
de su Presidencia. Tal vez el Gobierno no ha sabido hacerla apreciar
adecuadamente por la población, mas no es aventurado prever que el tiempo le
hará justicia. Pero, más allá de eso -que de suyo es mucho-, su gestión aspira
a configurarse como un legado mucho más amplio de logros.
A lo largo de su discurso de más de dos horas,
las principales realizaciones fueron siendo enmarcadas en las definiciones
centrales de su Gobierno, que pueden resumirse en la voluntad de construir una
sociedad de oportunidades, valores y seguridades. Las positivas cifras de
crecimiento, con un promedio de 5,8% durante su mandato -que sitúa a Chile a la
cabeza de los países de la OCDE-, y sus efectos en empleo, salarios y
emprendimiento, con todo lo que eso conlleva, enmarcan también muchas de las
acciones e iniciativas que ha impulsado el Gobierno de la Alianza.
Sectorialmente, se extendió en detalle en los
cambios realizados en educación, en todos sus planos -preescolar, escolar y
superior- y en lo relativo a acceso, calidad y financiamiento. Muestra de ese
esfuerzo es el aumento de los recursos invertidos, de 8.900 millones de dólares
en 2009 a casi 14.000 millones actualmente.
Hizo lo propio en cada uno de los ámbitos
principales de la gestión pública -salud, seguridad ciudadana, modernización
del Estado, regionalización, reformas políticas, infraestructura-, con la
seguridad de exhibir resultados concretos, alcanzados con esfuerzo, eficiencia
y trabajo sistemático, contrastando en lo pertinente sus resultados con la situación
existente al inicio de su mandato. En esa recapitulación destacó positivamente
la ausencia de toda animosidad en la comparación natural con las cifras de
administraciones anteriores, así como la explícita expresión de reconocimientos
a la participación del Congreso cuandoquiera que correspondía hacerlo.
Considerando que los cuatro Gobiernos anteriores fueron de signo opuesto, así
como lo es la mayoría Parlamentaria con la que ha debido Gobernar, y dada la
tensa atmósfera política en los últimos meses, este matiz de elevación al plano
de obra nacional común es especialmente bienvenido.
Piñera no eludió subrayar el sustrato valórico
que inspira muchas de sus medidas más importantes, reafirmando, por ejemplo, su
compromiso con la vida y en contra del aborto, la promoción de la familia, la
libertad de los padres para elegir el tipo de educación de sus hijos, de las
personas para decidir sus prestaciones de salud -materias que parecen amagadas
en las propuestas programáticas fragmentariamente dadas a conocer por los
precandidatos opositores-, y pidió también cobrar oportuna conciencia de los
deberes y obligaciones que corresponden a cada uno, y no solo los derechos que
los asisten -una referencia que ciertamente alude a las exigencias de los
grupos que se manifiestan con más o menos violencia en "la calle",
pero también aplicable a la crisis en que se debate una Europa que desde la II
Guerra Mundial puso el énfasis en el Estado de Bienestar, en desmedro de las
fuentes de iniciativa personal y productividad de las que aquel debe nutrirse
para ser sustentable.
Con todo, fiel a su estilo, Piñera no renunció
a bosquejar los nuevos desafíos que surgen a partir de los pasos ya dados y a
avanzar en algunas propuestas que concentrarán su atención en los próximos meses.
Eso fue planteado con reiterada confianza en las capacidades del país para
lograr el pleno desarrollo a finales de esta década. Horizonte alcanzable y que
ya se expresa en algunos de los problemas y aspiraciones que hoy tienen los
chilenos, y que son propios de países que han alcanzado ese nivel. Así, junto
con celebrar los 800 mil empleos creados en los últimos tres años -que acercan
al país al pleno empleo-, anticipó la necesidad de crear otro millón de empleos
durante la próxima década para lograr una tasa de participación de la mujer
similar a los países desarrollados.
También priorizó lo energético, fijando fecha
al proyecto de Ley que permita la interconexión de los sistemas eléctricos del
norte y centro del país.
Entre otros anuncios específicos, destacaron la
extensión de la universalidad y gratuidad de la educación preescolar, con el
envío de una reforma Constitucional que establezca la obligatoriedad del kínder
y permita alcanzar un ciclo de 13 años de educación garantizada; la creación de
una Subsecretaría de Educación Superior -que habrá de evaluarse con cuidado en
su hora-; la cobertura de Fonasa a prestaciones odontológicas, al apoyo
financiero a los tratamientos básicos de fertilidad y el establecimiento de un
bono de apoyo a la maternidad a partir del tercer hijo, orientando a nuestro
país en la línea de las medidas adoptadas por las naciones europeas que han
enfrentado una brusca baja en la tasa de natalidad.
Consciente de que el desarrollo no se limita a
mediciones económicas generales, citó indicadores no tradicionales que dan
cuenta de los vertiginosos cambios que desde 2009 a esta fecha ha experimentado
la calidad de vida de los chilenos, tales como la asistencia a cines y
restaurantes, viajes al exterior, publicación de libros, conexiones de
televisión digital y de internet, la venta de automóviles, casas,
electrodomésticos y línea blanca. En ese contexto se inserta el aplauso
recibido por la Primera Dama, Cecilia Morel, al referirse el Presidente a su
programa "Elige vivir sano", propio de una sociedad que cambia
paulatinamente la naturaleza de sus necesidades.
En síntesis, un último mensaje no meramente de
cierre, sino abundante en contenido, en un marco apropiado de solemnidad y
respeto republicanos -rasgos destacables, dado el clima crispado antes
referido-, y que precisamente por eso sobresale como un encomiable momento
renovador de la confianza en la capacidad de los chilenos de todos los sectores
democráticos para aportar a un futuro común de progreso y desarrollo,
preservando una unidad básica en los cauces institucionales.
Traspié de
Bolivia en la OEA.
La decisiónA del Gobierno boliviano de excluir
el tema del diferendo marítimo con Chile en la próxima asamblea de la OEA en
Guatemala -hecho que no ocurría desde 1979, cuando invariablemente La Paz había
llevado este tema cada año ante la asamblea regional- constituye un acierto de la Diplomacia chilena y un
signo evidente de que la pretensión de Bolivia por hacer de esta controversia
un asunto multilateral pierde fuerza.
La Paz justificó esta decisión debido a que el
diferendo con Chile está siendo objeto de un pronunciamiento por parte de la
Corte Internacional de Justicia en La Haya, por lo que no correspondería
tratarlo también en la OEA. Pero conviene no pasar por alto que Bolivia tuvo la
pretensión de que el tema también fuese tratado en la asamblea, lo que motivó
una petición de Chile ante el Consejo Permanente del organismo para que éste
resolviera si procedía o no dicha petición. La falta de respaldo que encontró
el requerimiento boliviano entre los países de la región obligó a Bolivia a
retirar su petitorio antes de que se votara. Se trata de un duro revés para La
Paz, que se suma al que ya había experimentado en 2012 durante la reunión de la
OEA en Cochabamba, donde abrumadoramente se consideró que el diferendo era un
tema estrictamente bilateral.
Este nuevo traspié, sumado al débil sustento
jurídico e histórico de la demanda que ha presentado en La Haya, la cual
difícilmente podrá prosperar, debería motivar una profunda reflexión en el Gobierno
de Bolivia para renunciar a la pretensión de una salida al mar soberana y
retomar la agenda de diálogo con Chile, que en todo momento se ha mostrado
dispuesto a la cooperación mutua. Acertadamente el Presidente Sebastián Piñera
reiteró ayer en su cuenta pública que no existen temas limítrofes pendientes con
Bolivia, y que esa ha sido la postura invariable del país.
Algunas
cartas para meditar:
Señor Director:
La paja en el
ojo ajeno.
Los eternos candidatos a su propia reelección,
los que por mantenerse donde están hacen imposible tocar el binominal, los que
preservan a su santa en el limbo de Nueva York durante años y juegan (solos) al
“misterio” de su regreso en gloria y majestad, esos mismos ven con suspicacia
discursos como el del 21 de mayo y conciben pecaminosas ideas de futuras reelecciones.
Cargan con la viga en su ojo, pero les preocupa
la paja que podría caer en el ojo de Piñera… en cuatro años más.
José Luis Hernández Vidal.
Señor Director:
Matrimonio
homosexual y aborto.
Andrés Velasco, candidato Presidencial
independiente, sostiene que el matrimonio homosexual debe ser aprobado en Chile
porque todos somos iguales y gozamos de los mismos derechos; y si un
heterosexual puede contraer matrimonio y gozar de todos los derechos que éste
conlleva, es una discriminación que no se permita a una persona con tendencia
homosexual acceder al mismo derecho.
Sin embargo, Velasco plantea que en Chile ha de
legislarse el aborto, que no es cosa distinta que el ataque directo con la
intención de quitarle la vida al ser humano que se encuentra en el vientre
materno.
A simple vista, se vislumbra una contradicción
en su discurso: si todos tenemos los mismos derechos, ¿por qué hace una
diferencia entre el derecho que todos tienen a la vida (como se sigue
consecuentemente de su afirmación) y el derecho a contraer matrimonio?
Carlos Cornejo A.
La frase del
día y nuestro comentario:
“aunque reconozco avances en varios temas, yo
creo que hubo ausencia de propuestas y pronunciamientos en algunos asuntos
fundamentales que preocupan a los chilenos, como la educación pública, la
defensa de los consumidores, las pensiones, las reformas laborales, energía,
entre otros”.
(Michelle Bachelet,
22 de mayo de 2013)
Parece
que a la Señorita Bachelet se le olvida que fue Presidente durante cuatro años
y que no hizo nada por solucionar los problemas creados por la concertación y
agravados por su ineficiencia Gubernamental. Culpas que ahora pretende achacar
a Piñera.