En La Moneda, el Presidente Sebastián Piñera,
celebró el día del patrimonio nacional
anunciando la promulgación de la nueva Ley de
donaciones culturales. El Mandatario
agradeció al Congreso Nacional, el "apoyo
que prestó para sacar adelante la iniciativa".
Guillermo Teillier, Presidente del partido
comunista, anunció el sábado formalmente
el apoyo de su colectividad a la candidatura
Presidencial de Michelle Bachelet, lo que
en nuestra visión demuestra que esta postulación es nefasta para Chile.
Región Metropolitana en alerta amarilla por
llegada a la zona central de frente de mal
tiempo con fuertes vientos y precipitaciones
de entre 40 y 60 milímetros, las Autoridades
recomiendan no salir de la casa si no fuera
necesario, manejar con precaución y la
limpieza de canaletas y bajadas de agua
Unión Española no aguantó sorpresas, ganó
a Colo Colo, por la cuenta mínima, y
bajó la
séptima estrella de su
historia, la Universidad católica aunque ganó a San Marcos de Arica
quedo en segundo lugar
por diferencia de goles.
La Universidad de Concepción se coronó como
el nuevo campeón de la Primera B del fútbol
chileno tras vencer a la final a Curicó por 1
gol a 0 y logró así el ascenso directo a
la
categoría de honor del balompié nacional.
Los detractores del matrimonio homosexual
volvieron a las calles ayer en París en
manifestación multitudinaria convocada
después de que el Presidente socialista
François Hollande promulgara la ley que los
autoriza a casarse y a adoptar niños.
La Canciller alemana, Angela Merkel, y el Primer
Ministro chino, Li Kequiang, mostraron
ayer su voluntad de mejorar la cooperación
económica entre los dos países y de
superar diferencias, como las relacionadas
con el conflicto comercial entre Pekín y la UE en
torno a los módulos solares chinos.
Siempre hay un "pero" con Sebastián
Piñera,
por Joaquín García
Huidobro.
EL mejor comentario del discurso del 21 de mayo
lo hicieron algunos Parlamentarios opositores. Según ellos, más que rendir
cuentas, Piñera buscaba preparar su reelección para 2018. Traducido al
castellano, esa crítica implica reconocer que la cuenta que ese día presentó al
país fue tan impresionante que podía hacernos pensar en una vuelta suya a La
Moneda.
El mérito mayor del discurso, empero, no está
en los datos ni en el optimismo que trasunta, sino en que, por primera vez en
nuestra historia reciente, un Presidente se atreve a darnos una pésima noticia,
nuestra grave crisis demográfica:
"Si los índices de natalidad que teníamos
a comienzos de los 90 hubieran permanecido constantes, hoy tendríamos un millón
de niños adicionales jugando y alegrándonos nuestras vidas (...) En muy pocos
años más, la población de nuestro país, en lugar de crecer, se va a empezar a
reducir".
Conseguiremos mejorar la educación, controlar
la delincuencia y superar la extrema pobreza, pero ¿cómo podremos traer a ese
millón de niños que deberían estar y no están?
Los críticos del Presidente nos dicen que el
bono por el tercer hijo es insuficiente para evitar que nos transformemos en
una nación de viejos. Tienen razón.
Pero es un mérito de Sebastián Piñera el haber
visto ese problema, más grave que cualquier terremoto. Del 21 de mayo de 2013
en adelante, ningún Presidente podrá Gobernar Chile haciendo como si ese
problema no existiera.
El resto del mensaje es un conjunto de buenas
noticias. Obviamente, el maquillaje juega un papel importante en estos
discursos, pero incluso si le sacamos los adjetivos, el balance sigue siendo
muy bueno.
¿Es solo mérito de su Gobierno? No: los
resultados que pudo exhibir no serían posibles sin el buen trabajo previo que,
en términos generales, hizo la Concertación. Por eso, las constantes
comparaciones entre los datos de 2009 y los de 2013 dejan un sabor un tanto
amargo: es verdad que el país ha progresado, y que en muchos aspectos estamos
significativamente mejor que en 2009, pero el éxito no cae del cielo ni es solo
el fruto de tres años de trabajo duro.
En todo caso, tratándose de la obra de
Sebastián Piñera, los reconocimientos nunca serán entusiastas, y siempre irán
acompañados de un "pero...".
Mucho se ha escrito sobre la personalidad del
Presidente Piñera, pero alguna vez habrá que analizar la forma en que los
chilenos se enfrentan a su figura, es decir, estudiar nuestra propia
psicología, que nos lleva a no reconocerle sus méritos.
Da la impresión de que la sola existencia de
alguien que tiene una inteligencia, cultura y riqueza muy superiores al
político promedio produce en algunos una particular irritación. En ciertos
casos, este fenómeno resulta evitable. De hecho, hay personas descollantes que
desarrollan instintivamente ciertas estrategias para evitar esos sentimientos
indeseables en los demás. El Presidente Piñera no tiene esos recursos, y
provoca reacciones destempladas o reconocimientos muy tibios.
El problema de qué hacer con los individuos
excepcionales es tan antiguo como la democracia. Los griegos recurrían al
ostracismo, y exiliaban por 10 años a ciertos individuos cuya personalidad
excesivamente singular era vista como una amenaza para el normal funcionamiento
de la polis.
Como esas prácticas no son aceptables en
nuestras democracias, la derecha se sacó de encima a Sebastián Piñera
poniéndolo como candidato Presidencial. La prueba de que se trató de un
"ostracismo en La Moneda" está en que pocos se han jugado por él.
Salvo personas aisladas, no ha contado con el mínimo apoyo de los electores que
requiere un Presidente. "Que él se las arregle si es tan inteligente;
nosotros nos dedicaremos a nuestros asuntos privados y a nuestro deporte
favorito: criticar".
No han faltado motivos para la crítica,
particularmente en la primera parte del Gobierno, donde el exceso de
tecnocracia y la falta de política trajeron toda suerte de consecuencias
indeseables. Pero sus colaboradores, a veces demasiado jóvenes y un tanto
arrogantes, fueron madurando a palos y conformaron un equipo que ha salido
airoso. Gane la Alianza o la Concertación, en marzo la mayoría de ellos volverá
a sus empresas y oficinas, pero una parte importante se habrá entusiasmado con
la política. Será una ganancia para el país y un buen legado del Presidente
Piñera.
Alianza: ruido en las Parlamentarias,
por Axel
Buchheister .
Que la centroderecha
arriesga un retroceso en los comicios Parlamentarios, es algo que se comenta en
todas partes. Ciertamente, ello afectaría los equilibrios políticos y las bases
de nuestro desarrollo económico, social e institucional, que causa bastante
envidia en muchas latitudes y tanto malestar acá. Cabría, entonces, esperar el
máximo esmero de los liderazgos partidarios para dar con la mejor plantilla Parlamentaria
posible. Pero lejos de eso, hemos asistido a una semana poco auspiciosa, por
decir lo menos.
Por una parte, está la UDI. Por razones que
pueden ser entendibles, dada una crisis interna derivada de la candidatura Presidencial,
se resolvió no ir a primarias Parlamentarias y operar directamente, para evitar
fricciones y desgastes en un momento difícil. Que se comprenda no significa que
era la mejor opción. Se pudo tomar el riesgo de dejar la decisión en las bases
y, a pesar de los costos, cosechar beneficios desde el punto de vista del
avance renovador que ello habría implicado.
Pero el resultado de las decisiones cupulares
no ha sido del todo bueno. Dos eran los puntos neurálgicos: las Senatoriales de
las circunscripciones Metropolitana Oriente y Los Lagos. En la primera
postulaban Ena von Baer e Iván Moreira. Los aprontes de los pasillos daban
punteando al segundo. Se generó una pugna, que en vez de resolverse por uno de
ellos, terminó en un juego de suma cero: ninguno de los dos. Quedó José Antonio
Kast en ese cupo, quien parte de la nada construyendo su opción, y se mandó a
Von Baer a la Región de Los Ríos, donde tiene oportunidad, dada su ascendencia
alemana, y Moreira a Los Lagos, donde no se ve que tenga mucha. De paso, en
esta última circunscripción se desbancó a Carlos Recondo, candidato natural del
partido en esa zona y con buenas posibilidades, quien no sólo ha quedado
comprensiblemente dolido, sino que junto a sus bases insinúa rebelión.
La pregunta es: ¿no pudo Von Baer partir a Los
Ríos desde un comienzo, donde siempre tuvo más posibilidades que en la
“oriente”? Nadie estuvo dispuesto a ceder y se terminó en un resultado adverso,
en términos de posibilidades. Se dirá que todo esto es problema de la UDI y que
cosechará RN, pero que el sector no perderá un representante en esos lugares.
Parcialmente cierto, porque dentro del sistema binominal, los votos se
consiguen de a dos y que las bases de un partido queden desencantadas causa
daño. Además, hay que considerar que las elecciones Parlamentarias son de Senadores
y Diputados, que deberían potenciarse entre ellas. Esas decisiones pudieran,
entonces, tener efectos en un doblaje en Diputados.
En RN las cosas han ido mejor, porque habrá
primarias donde existen desafiantes. Pero en la semana se bajó “don Carlos”,
también en Los Ríos. Razones personales atendibles, pero ¿no lo pudo decidir
antes? Porque ahora ya no hay espacio para hacer primarias legales en esa
circunscripción y la designación de su sucesor también amenaza incordio.
Además, hay que mencionar que la tienda ha postergado designar a los que harán
dupla Senatorial en otras circunscripciones. Se dirá que son pocos casos y que
pudo ser peor, pero cuando se está en situación delicada no hay margen para
cometer errores.
Celebraciones con milicias populares,
por Joaquín Morales Solá.
Diez años después de un poder casi absoluto, el
kirchnerismo acaba de depositar en manos de La Cámpora (las juventudes del
kirchnerismo) la solución del problema inflacionario (al encargarles hacer
control de precios). Sería una versión irónica de las decisiones Presidenciales
si no fuera una verdad ominosa de la realidad que Gobierna Cristina Kirchner.
Una década de poder termina también encumbrando a Amado Boudou, uno de los
políticos actualmente más devaluados, como probable sucesor de la Presidenta.
Sería un síntoma alarmante de impotencia si no fuera algo más que eso: Boudou
podría convertirse en la última carta de Cristina para jugar en las próximas
elecciones en la provincia de Buenos Aires. La década kirchnerista es una
refutación constante entre el relato y la realidad, un combate en el que el
discurso es siempre derrotado por la tenacidad del contexto.
Ayer, en medio de una deslumbrante movilización
del aparato político-sindical (que no dejó solo al núcleo duro de la militancia
kirchnerista), la Presidenta volvió a apelar a sus retoños camporistas. En un
discurso invertebrado y carente de una estructura, la Presidenta fue clara sólo
cuando convocó al temor, al propio y al ajeno. Llamó a su juventud a
organizarse. ¿Para qué? ¿Por qué? No lo precisó. Sólo repitió la consigna del
jefe camporista Andrés Larroque, que antes también habló de la necesidad de que
la juventud cristinista se organice con miras a una resistencia innominada.
Cristina les advirtió que podrían venir por ellos. ¿Será para sacarles los
sueldos del Estado? No hay otra persecución a la vista.
Cerca de elecciones, Cristina siempre se
acuerda de que el peronismo existe. Habló de Perón y de Eva por primera vez en
mucho tiempo. Sintió seguramente los efectos de ese discurso recurrente y
devastador de sus opositores peronistas: no Gobierna el peronismo, sino un
cristinismo con aderezos propios y excluyentes, dicen éstos. Sólo aludió a
problemas concretos (la inflación, por ejemplo) para echarles la culpa a otros.
La inflación es el problema que ha destruido
los pergaminos reales o falsos del cristinismo. Devaluó el salario, amplió el
núcleo estructural de la pobreza, destruyó el valor de la moneda nacional,
empujó un déficit cada vez más grande de las cuentas públicas y obligó a la
economía argentina a una vetusta autarquía. La Presidenta tiene cinco Ministros
de Economía y ninguno pudo aportarle una solución más eficiente que la creación
de milicias populares para controlar los precios.
Podrá decirse que Cristina Kirchner usará a sus
jóvenes camporistas para agravar la sensación de miedo que ya existe en algunos
sectores sociales. Muchos empresarios no necesitan de La Cámpora para sentir
miedo; con Guillermo Moreno (polémico Secretario de Comercio Interior) les
sobra y les basta. Resulta extraño, por otro lado, que la Presidenta haya
reducido la militancia política, de la que ella se ufana, a la antipática tarea
de atemorizar con violencias simbólicas o prácticas. De todos modos, ¿qué
podrán hacer esos jóvenes cuando se encuentren ante una presunta alteración de
los precios? ¿Qué herramientas del Estado tendrán en sus manos? ¿A qué otra
acción que no sea la delación podrán recurrir? ¿Acaso, la delación podría ser
una gestión militante en una democracia con derechos y garantías?
El régimen venezolano ha copiado del cubano
algunas prácticas similares de control y delación civiles. Cristina Kirchner se
siente tan identificada con el Gobierno venezolano que en la reunión de la
Unasur, en Lima, poco después de las elecciones que Nicolás Maduro habría
ganado por un puñado de votos, denunció un golpe de Estado en Caracas. Lo
argumentó sosteniendo que la oposición al chavismo se atribuía la victoria.
¿Cómo? ¿Perder una elección es ahora un golpe de Estado? La Presidenta
argentina quedó aislada en Lima con su extravagante teoría, sobre todo después
de que la brasileña Dilma Rousseff volcara la balanza hacia una posición más
racional.
En Lima hubo un esbozo del discurso oficial que
se desplegará dentro de la Argentina. Cristina está acorralada por denuncias de
corrupción que ella no responde, pero que la Justicia investiga. Los Fiscales
están tirando anzuelos en la pecera Presidencial: Lázaro Báez (el amigo de
Néstor Kirchner acusado de lavado de dinero) conduce directamente a la
Presidenta.
Las denuncias de corrupción coinciden con una
clara y acelerada declinación de la Presidenta en las encuestas. Perdió unos 10
puntos de aceptación social en apenas un mes, según distintas mediciones de
opinión pública. Su problema es que la corrupción presunta, el autoritarismo y
el golpe a la Justicia son contemporáneos con la decadencia económica.
Chile después de la transición.
Es un hecho muy frecuente que en años
electorales aumenten las tensiones políticas y sociales. En paralelo al
esfuerzo de los candidatos por posicionar sus propuestas y conquistar el favor
de los electores, dirigentes estudiantiles, sindicales o regionales, entre
otros, intentan hacer oír su voz para instalar en la discusión pública sus
aspiraciones y prioridades.
Para algunos es algo propio de la democracia y
del ambiente de campaña, no muy distinto de lo vivido en 2005 y 2009. Para
otros son las señales del fin de un ciclo histórico y el inició de una nueva
era política, post-transición.
Un horizonte lleno de ilusiones o aprensiones,
según el prisma con que se mire.
Con todo, nada de eso exime a las autoridades y
dirigentes de la responsabilidad de preservar un adecuado clima de debate
público.
Las expresiones ofensivas contra el Presidente
de la República por parte de un Diputado comunista en las redes sociales, los
insultos de una Ministro a un Parlamentario opositor en el Congreso, las
denuncias incendiarias de supuestas amenazas de las autoridades a los
ciudadanos interesados en reunirse con una alternativa de oposición,
individualmente considerados, no constituyen hechos demasiado graves, aunque
puedan ser censurables, pero contribuyen a un panorama poco auspicioso de lo
que nos espera para el resto del año, especialmente considerando que estamos en
la fase de primarias y todavía no se inicia la campaña presidencial propiamente
tal.
Más aún, nos encontramos a pocos meses de
cumplir 40 años del derrumbe de la democracia, precipitado por un duro
enfrentamiento de fanatismos que llevaron a Chile a vivir uno de los capítulos
más dramáticos de su historia.
Para unos y para otros.
Hace solo 10 años, en pleno Gobierno del
Presidente Ricardo Lagos, Chile conmemoró los 30 años del 11 de septiembre. Ese
lapso considerable suele utilizarse para marcar el cambio de toda una
generación.
En ese momento, tras el Gobierno militar y dos Gobiernos
de orientación democratacristiana, nuevamente un socialista ocupaba La Moneda.
En la atmósfera y el imaginario colectivo de esos años predominaban los anhelos
de reconciliación. Y algunos veían en la entonces Ministro de Defensa, Michelle
Bachelet, una figura emblemática de ese reencuentro. Su biografía personal, con
un fracturado pasado con las Fuerzas Armadas, unido a una imagen empática, daba
un cariz simbólico a su responsabilidad a cargo de la Defensa Nacional.
Paradójicamente, ella declaraba que no le no acomodaban las palabras perdón o
reconciliación.
¿Cuál es el pulso que hoy late en Chile bajo el
manto de las refriegas electorales y el encastillamiento de algunos sectores y
figuras académicas? ¿Quién encarna verdaderamente ese imaginario colectivo de
mejor manera, y quién puede encauzarlo positivamente?
Solo ímpetus juveniles o pasiones desbordadas
podrían desconocer los avances adicionales de nuestro país en los pasados 10
años, bajo tres distintos Gobiernos. Pero el Chile que emerge día a día frente
a nosotros hace cada vez más incomprensible para las nuevas generaciones aquel
que dejamos atrás. Y eso ha causado la pérdida de un importante factor de
contención de los últimos años. Para unos es señal de la superación de un
trauma. Para otros, la pérdida de una valiosa experiencia de vida.
21 de mayo de 1970.
Otro 21 de mayo, el de 1970, el entonces
Presidente Eduardo Frei Montalva rindió su última cuenta sobre la marcha
política y administrativa de la nación. También él aprovechó esa oportunidad
para hacer un balance general de su gestión. Sin perjuicio de reseñar los
logros de su sexenio, complementó sus palabras alertando sobre los factores que
amenazaban el futuro de Chile, sin presagiar lo que acontecería solo tres años
más tarde.
Entre dichos factores subrayó que "cada
grupo, de acuerdo con su capacidad de presión, pretende exigir del país más de
lo que este puede dar, sin importarle el bien común de toda la nación. Cada uno
pretende obtener ventajas en desmedro de otros que no tienen la misma fuerza
para negociar. Y siempre encuentran quienes apadrinen sus exigencias
sectoriales en detrimento del bien colectivo".
Sobre los excesos partidistas, el Mandatario
alertó que "no existe solidaridad mínima, indispensable para la vida de un
país integrado consigo mismo. La conquista del poder se convierte en el supremo
objetivo, bajo el supuesto de que todo está permitido para lograrlo".
En los próximos meses -y con fuego renovado por
el clima electoral- reviviremos fechas de tensión y desencuentro. Prudente
sería aprovechar esa ocasión para reflexionar sobre las circunstancias que
antecedieron a esas trágicas jornadas, reconocer los caminos sin salida por los
que quiso transitar esa generación de dirigentes políticos y sociales, y, a
modo de homenaje a la memoria de los chilenos del 70, cuidar nuestra
convivencia, la calidad de nuestra política y no repetir sus errores.
Señales de desaceleración en la economía chilena.
Las cifras correspondientes al primer trimestre
de 2013 muestran indicios de desaceleración de la economía. Por el lado de la
demanda, se aprecia una menor tasa de crecimiento de la inversión -incluyendo
un grado significativo de desaceleración de la demanda por construcción-,
mientras el consumo, gracias a las buenas cifras de empleo y el mejoramiento
continuado de remuneraciones, sigue pujante. También se aprecia un decaimiento
en el ritmo de actividad de la producción, explicado por cifras que reflejan
producción inferior a la de un año atrás en sectores presumiblemente afectados
por un menor tipo de cambio, como son agricultura e industria, así como en
servicios de restaurantes y hoteles; cifras en 12 meses positivas -pero más
bajas que las observables un trimestre atrás- en el resto de los sectores, y un
muy buen desempeño de la minería. Si bien estos antecedentes han sido
seriamente considerados por los analistas, dada la volatilidad de las cifras
trimestrales no han modificado aún en forma importante la expectativa de
crecimiento del PIB para 2013, que según las encuestas oficiales más recientes
se sitúa en 5%, que es también el punto medio del rango estimado por el Banco
Central en su último IPoM.
La economía ha experimentado tres años de buen
crecimiento, en parte, por recuperación de la caída de 2009 y también, por los
buenos precios de exportaciones, que han movilizado inversiones e incrementado
la demanda en el mercado laboral. Hay razones, sin embargo, para esperar una
evolución desde esta positiva situación hacia tasas de crecimiento
significativamente bajo 5% anual, y más probablemente bajo 4% anual, en la
medida que no hay evidencia de recuperación en el crecimiento de la
productividad total de factores (PTF), que en nuestra economía se estancó
temprano en los años 90. La experiencia en el mundo es clara a este respecto:
no hay países que puedan mostrar períodos de crecimiento sostenido a tasas de
4% por año, si no es gracias a una contribución de la PTF. La mayor
disponibilidad y calidad de la fuerza de trabajo y la mayor inversión, salvo
casos excepcionales, fortuitos o de corta duración, no permiten crecer a
mejores tasas.
La preocupación en Chile debería ser entonces
cómo recuperar el mejoramiento en PTF, lo que debería asociarse a crear un
ambiente atractivo para la inversión y desarrollo de empresas que incorporen
innovaciones. Un aspecto esencial en ese ambiente es la tributación a las
utilidades de las empresas, que hoy parece elevada en nuestro país, por
comparación con la de la mayoría de los países en América Latina o miembros de
la Ocde. Si bien casi todos esos países definen altas tasas teóricas de
tributación a las empresas, en la práctica y por diversas vías, terminan
aplicando condiciones tributarias menos exigentes que las existentes hoy en
Chile. Ello se expresa en que en esos países la recaudación por concepto de
impuestos a las utilidades de empresas -expresada como porcentaje del PIB- sea
normalmente inferior a la de nuestro país. A pesar de este punto de partida
desfavorable, el país debate propuestas de aumento de tributos a las empresas,
que pueden hacer del bajo crecimiento un fenómeno permanente en Chile.
Educación preescolar: Prioridad que reaparece.
La fuerza del movimiento estudiantil ha logrado
poner los ojos del país en las falencias del sistema educativo chileno, pero ha
centrado las demandas en la educación superior, dejando en un segundo plano
áreas más claves para la movilidad social y el combate a la desigualdad. Los
niños no marchan, dijo el Presidente esta semana en el discurso del 21 de mayo,
al anunciar una reforma Constitucional para transformar al kínder en
obligatorio y extender la subvención a este segmento, poniendo así
correctamente el foco en la educación preescolar, sistemáticamente postergada
en medio de consignas a favor de la gratuidad universitaria y en contra del
lucro en el sistema escolar y universitario.
Las cifras confirman esta postergación: Del
total del gasto presupuestado 2013 atribuible a algún nivel educacional, sólo
el 13% está destinado a la educación preescolar, menos que a educación
superior. Es más, los analistas apuntan a que hoy los recursos están destinados
a asegurar acceso (ya en el Gobierno de Michelle Bachelet se prometieron cupos
gratis para el 60% más vulnerable del país), pero sin poner acento en la
calidad.
Cobertura en aumento, pero con desigualdades. En Chile, la educación
preescolar comprende hasta los 6 años, cuando los niños entran a Primero Básico
y comienzan su camino escolar. Hasta el discurso de este martes, no era
obligatoria como sí lo es a partir de ese nivel. El Gobierno enviará
prontamente un proyecto de reforma Constitucional para incluir el kínder (de 5
a 6 años) dentro del rango de obligatoriedad. La nueva norma actuará más como
señal que como un cambio, ya que la cobertura neta de la educación ha ido en
fuerte aumento y hoy ya hay 700 mil niños entre 0 y 5 años matriculados, un 44%
del total. En el caso de kínder (5 a 6 años), se estima que sólo 20 mil niños
no están aún escolarizados.
¿Por qué su hijo no va al jardín o sala cuna?,
preguntó la CASEN 2011. En torno al 70% de los encuestados respondió que no era
necesario porque lo cuidaban bien en la casa. Esto revela el desafío cultural
que viene por delante, en el sentido de introducir la idea de la necesaria
estimulación temprana.
En los quintiles más bajos, menos niños asisten
a estos cursos preparatorios que en los quintiles más ricos, lo que preocupa,
porque los estudios internacionales han demostrado que los avances cognitivos y
sociales a esta edad son claves para un mejor futuro académico. Por eso
corresponde ahora enfocar el tema como una inversión en capital humano,
recomiendan los expertos.
Proyectos en el Congreso. A la espera del ingreso
de lo prometido el 21 de mayo (reforma Constitucional y ampliación de las
subvenciones a los niveles inferiores) hay en la actualidad dos proyectos
específicamente enfocados en el área preescolar en primer trámite Parlamentario.
Uno busca incrementar las remuneraciones variables para el personal de la Junta
Nacional de Jardines (JUNJI) y otorga bonos. El proyecto es, en líneas
generales, positivo dentro del objetivo de mejorar la calidad de la
estimulación que reciben los niños en edad temprana: mejores profesionales y
más motivados es la clave a la que se apunta.
El segundo texto es más complejo. Apunta a
exigir a todos los centros educacionales que atiendan a niños desde su
nacimiento hasta el ingreso a educación básica (es decir, salas cuna y
jardines) una autorización entregada por el Ministerio de Educación para poder
operar. Si bien es deseable que se exija para una labor tan delicada estándares
de calidad, hay una delgada línea que no se debe franquear, que dice relación
con el respeto a los proyectos alternativos de educación. Es de esperar que
este proyecto, en principio razonable y necesario, no derive durante su
discusión en un intento por uniformar la educación preescolar, que más que
ninguna otra debe responder a las expectativas de cada familia.
Pero además queda por verse el destino y el
contenido de la tan esperada reforma a las disposiciones del Código Laboral
sobre financiamiento de las salas cuna, donde la norma actual opera como un
desincentivo para el trabajo femenino, al cargar los costos en el empleador que
contrate mujeres: después de sucesivos anuncios y fórmulas en discusión, aún no
hay proyecto, pese a ser un compromiso del Gobierno.
Agenda trabada. Es de esperar que el nuevo énfasis en la agenda
preescolar lleve a un avance efectivo en estas iniciativas. Ello, sin embargo,
no es del todo seguro: hay en el Congreso toda una agenda de proyectos en
educación, incluidos algunos claves, como la reforma al sistema de
financiamiento de la enseñanza superior, los que han tenido un lentísimo
avance. Y es que no parece haber entre los Parlamentarios una compartida visión
de Estado en estas materias. El tema preescolar, menos controvertido e
ideologizado que la discusión sobre enseñanza superior y directamente vinculado
con la reducción de desigualdades, puede ser la oportunidad para ir
construyendo entendimientos.
Sanciones por maltrato a policías.
Un intenso debate ha generado la propuesta en
materia de seguridad ciudadana que anunció el Presidente Piñera en su último
discurso del 21 de mayo, que consiste en el pronto envío al Congreso de un
proyecto de Ley para sancionar
-hasta con penas de 60 días de cárcel- a quienes profieran insultos
“graves” contra los funcionarios de los organismos policiales.
Aunque todavía falta que el Ejecutivo entregue
mayores detalles del contenido de esta iniciativa, en principio su formulación
parece ser una respuesta acertada para enfrentar el creciente número de ataques
físicos y verbales del que están siendo objeto tanto efectivos de Carabineros
como de la PDI en el último tiempo, principalmente a manos de encapuchados, que
aprovechan las movilizaciones públicas para agredir al personal de ambas
instituciones.
Este tipo de conductas, propiciadas por grupos
minoritarios, deben ser sancionadas, pues evidencian una manera reprobable de
hacer ver sus puntos de vista y de recurrir a la violencia contra las
instituciones y las autoridades, constituyendo una amenaza para la mantención del
orden público y la convivencia democrática del país. Al impulsar este proyecto,
el gobierno envía señales que son positivas: entrega un respaldo a la compleja
labor que desempeñan las policías para resguardar la seguridad pública, y
demuestra voluntad de no tolerar más este tipo de hechos.
Algunos sectores han criticado un supuesto
carácter antidemocrático de este tipo de medidas, señalando que restringen
derechos ciudadanos. La iniciativa no impide ejercer garantías como la libertad
de expresión o el derecho de reunión, sino que demanda un comportamiento
responsable, respetuoso y civilizado en el ejercicio de las mismas. Por lo
demás, normativas similares a las que pretende impulsar el Ejecutivo se
encuentran en vigencia en numerosos países desarrollados, sin que pueda
sostenerse de manera creíble que allí no existen democracias consolidadas.
Un par de cartas clarificadoras:
Señor Director:
Cifras del INE.
Según medios de prensa, la candidata Bachelet
habría afirmado en el sur junto a los pescadores que "por lo tanto cuando
se dice que en este país vamos a llegar a US$ 20 mil per cápita no sé cómo se
calcula porque no sé cuántos somos los chilenos todavía". Sin duda ella ha
querido sumarse al coro de oposición que trata de convencer a los chilenos de
que no es posible confiar en las cifras del INE.
Es lamentable que una ex Presidenta de la
República se haya sumado a aquellos que, con tal de ganar votos, no les importa
desprestigiar a Chile. Pero más lamentable es que no haya comprendido que al
INE se le acusa de haber censado a más chilenos de los que efectivamente censó
y que eso lleva a calcular un ingreso per cápita menor y no mayor.
Por lo tanto, si efectivamente se demuestra que
el INE sobreestimó las personas censadas, eso disminuyó el ingreso per cápita
del país. ¿Le convenía mostrar eso al Gobierno? Evidentemente que no, lo que
demuestra la mala fe con que han actuado quienes intentan desprestigiar al INE
y a Chile.
Julio Dittborn.
Señor
Director:
Comparaciones políticas.
Una ex Presidente que compite por volver a La Moneda no puede pretender que nadie se refiera a su performance política anterior, sobre todo a su gestión como Mandatario. Por esa razón, resulta inconducente que personeros de su coalición se ofusquen cuando el Presidente Piñera, de forma absolutamente legítima, compara el Chile actual con el que recibió el 11 de marzo de 2010. La pataleta del comando delata una falta de consecuencia inaceptable, pues sabemos que en su última cuenta pública ante el país, Michelle Bachelet hizo exactamente lo mismo, al comparar sus cifras con las heredadas del Gobierno de Ricardo Lagos.
Augusto González M.
Lucía Hiriart fue hospitalizada.
La
señora Lucía Hiriart viuda de Pinochet, de 90 años, fue hospitalizada el sábado por una
descompensación, quedando en observación por 24 o 48 horas, desde esta
publicación deseamos a la ex Primera Dama una pronta mejoría.