DIFUNDA ESTA PÁGINA.

lunes, 15 de abril de 2013

Artículos y editoriales seleccionados de la prensa del fin de semana...



Al cierre demorado de esta edición se dió el resultado de las elecciones 
Presidenciales de Venezuela, dando como ganador a Nicolás Maduro, 
con un 50,66 % de los votos,mientras el opositor Henrique Capriles
 lograba un 49,07% de los sufragios. El resultado nos parece a todas
luces fraudulento. La victoria a lo pirro del socialismo hace muy
dificil la gobernabilidad de ese país.





El cínico y el hipócrita matarán al Ministro,
por Joaquín García Huidobro.



"Algunos Parlamentarios reconocen la inocencia del Ministro Beyer, pero se han sumado a la acusación apoyados en lo que podríamos llamar "el argumento cínico" y el "argumento hipócrita"...


El problema, en el caso Beyer, no son los Parlamentarios que, movidos por la pasión o por una convicción sincera, están dispuestos a removerlo. El problema son los otros, los que albergan dudas o están convencidos de su inocencia, pero que han votado o votarán a favor de la acusación.







Los argumentos que esgrimen estos Parlamentarios para justificar una conducta que a muchos ciudadanos resulta incomprensible son, básicamente, dos. Podríamos llamarlos "el argumento cínico" y "el argumento hipócrita". Aunque los chilenos tendemos a confundirlos, cinismo e hipocresía son vicios opuestos, el primero implica desvergüenza, el segundo supone revestir el mal con el ropaje del bien.







¿Qué dice el argumento cínico? "Querido Harald, sé que eres un buen tipo, que colaboraste con nosotros cuando estábamos en el Gobierno, y que has controlado a las universidades con más celo que tus antecesores. Lamentablemente tengo que votar en contra tuya, porque otra conducta significaría un suicidio político". Algo parecido a lo que decían los de la mafia rival a los hijos de Don Corleone, después de un intento de asesinato: "No es nada personal, sino solo un asunto de negocios".







Para guardar las apariencias, se lo sancionará por "una sola" de las tres irregularidades que le imputan: no dictar los reglamentos necesarios para ejecutar las leyes de educación. Pero el resultado es el mismo: "Si no mato a Beyer", dicen, "me matarán a mí".







Lo curioso es que nadie les pregunta quién va a matarlos. ¿Quizá el electorado? Manifiestamente no. Los votantes no andan desesperados por ver chorrear sangre germana, y difícilmente un Diputado o Senador que representa a una lejana Región del norte o del sur va a perder muchos votos por lo que decida en este asunto. A la gente le preocupa la educación, no la cabeza del Ministro.







Si el suicidio electoral al que se alude nada tiene que ver con una muerte en las urnas, ¿quién mata, entonces? Aquí la que mata es la "nomenklatura" del Partido. Ella no se deja ablandar por lágrimas ni tampoco por los recuerdos de las obras buenas que el Parlamentario haya realizado en el pasado. Ella no tolera desobediencias, como bien lo supo el difunto Zaldívar.







Es grave que la dirección de un partido obligue, de maneras más o menos sutiles, a uno de sus Parlamentarios a realizar algo que en conciencia estima malo. No estamos hablando de la presión que se hace para "alinear" a los Diputados o Senadores en la votación de la Ley de timbres y estampillas. Condenar a quien se considera inocente es una de esas conductas que una persona honrada no puede realizar jamás. Quien realiza lo que reconoce que es gravemente malo no solo lleva a cabo una injusticia que tiene consecuencias en el mundo exterior. Así, quien comete una injusticia se hace a sí mismo injusto, se degrada.







¿Es esto lo que quieren las cúpulas partidistas de sus Parlamentarios? ¿O pretenden tener gente que sea, a la vez, honesta y obsecuente? Esa gente no existe.







El segundo argumento tiene un carácter hipócrita, porque se reviste del celo por la Justicia. Se dice: "Es verdad que Harald Beyer se ha portado mejor que el resto; pero, como es urgente poner fin a los abusos, es necesario castigar ahora, porque de lo contrario estos males no acabarán nunca. Si cae este Ministro, todos los demás habrán aprendido la lección".







Parece un argumento irrefutable, que se reviste de una elevada moralidad, pero tiene, al menos, un punto flaco. Se está suponiendo que la única medida que se puede adoptar es la destitución, lo que manifiestamente es falso. Existen las interpelaciones, las comisiones investigadoras, las sugerencias, los acuerdos, las recomendaciones y una infinidad de medidas que pueden apuntar en la dirección que se estima correcta. Una vez más se recurre al expediente de sancionar todas las faltas con la pena capital, lo que resulta disparatado.







¿Qué podemos esperar nosotros, los ciudadanos? Una posibilidad es que surja un par de héroes, gente que esté dispuesta a perderlo todo antes que rebajarse a realizar actos indignos de un Parlamentario. Sin embargo, no estamos en tiempos heroicos. Por suerte, no es necesario llegar a tales extremos de virtud: basta con que impere el sentido común y un buen grupo de Senadores decida poner fin a esta farsa. Un grupo suficientemente numeroso como para que la "nomenklatura" tenga que dejar su venganza para una próxima oportunidad.



Presidenciables, sueños y petróleo rojo,
por Roberto Ampuero.



"Los políticos no deben ser solo cajas de resonancia de la población. Deben cumplir a su vez una misión que implica coraje civil y conocimiento del país que contribuyen a conducir..."



Una cosa es indudable: El próximo Gobierno, con independencia de su color político, tendrá la fortuna de iniciar su marcha a partir de cifras económicas envidiables a nivel mundial. El PNUD continúa situando a Chile como país líder en el índice de desarrollo humano en la región, y por primera vez superamos en esto a un país europeo occidental, Portugal. La actual Administración tuvo que arrancar con uno de los peores terremotos que han asolado a la humanidad y con índices económicos que exigían cuidadosa cirugía. El próximo Gobierno encontrará a la vez a una ciudadanía empoderada, exigente y que demanda mayor participación en la riqueza y la toma de decisiones de la nación.







El peligro para un país que enfrenta estas circunstancias y ve con escepticismo a la clase política, es que los políticos opten por estructurar programas en torno a las demandas más sonoras, mediáticas y populares que escuchen, desplazando a un plano secundario su viabilidad y conveniencia. Los políticos no deben ser solo cajas de resonancia de la población. Deben cumplir a su vez una misión que implica coraje civil y conocimiento del país que contribuyen a conducir: deben ser capaces de explicar a la población que hay exigencias deseables y factibles, y otras que, aunque deseables, no son factibles. A la larga, los países agradecen una dosis de pedagogía y sinceridad de sus líderes políticos.







Creo que los Presidenciables deben proyectar tanto el país de sus sueños como el tipo de ciudadano que ese país requiere. No me refiero solo a la calidad democrática y profesional de las personas, sino también a la responsabilidad que ellas han de tener en un mundo abierto, competitivo, inestable y con crecientes desafíos. Estamos enfatizando derechos justo cuando se recortan beneficios sociales que se otorgaban en países que han sido nuestros modelos por decenios. ¿Qué hacer ante esto? Urge hablar no solo de derechos, sino también de los deberes del ciudadano en el país con que se sueña, y urge hablar al ciudadano del mundo globalizado y asaz competitivo en que estamos insertos.







Hay otro tema inquietante: ¿Cómo se satisfacen las demandas de equidad social y se evita a la vez que el capital, más veleidoso que nunca antes a causa de la globalización, emigre y opte por invertir y crear puestos de trabajo en otros países? El capital, decía Karl Marx, es el único animal que huye para atacar. ¿Cómo se mantiene la exportación no tradicional de Chile frente a vecinos -como Colombia y Perú- que acortaron y, en ciertos casos, anularon la distancia que los separaba de nosotros hace 25 o 10 años? ¿Solo a través de la eficiencia? Desde 1990 hemos aprovechado la economía abierta y exportadora establecida en el régimen militar, pero no hemos logrado sentar las bases de una nueva economía, capaz de mantener la distancia que existió en el pasado frente a países que hoy nos pisan los talones aplicando las mismas estrategias que Chile empleó hace tres decenios, cuando eran revolucionarias. En este sentido, la democracia está en deuda: aún no logra crear un hito o una cesura semejante en la economía nacional.







Y otro tema que deben abordar los Presidenciables: ¿Nos habremos convertido en un país con petróleo rojo? ¿Qué situación afrontaríamos si el precio del cobre cayera estrepitosamente? Por un cuarto de siglo no hemos avanzado hacia una economía basada en el conocimiento y mayor valor agregado. La monoproducción de materias primas no genera equidad. Son las economías complejas, dicen los expertos, las que la crean. Poco aprendemos de Israel o Corea del Sur, que se propusieron el salto y lo lograron, cambiando su esencia económica, fomentando educación de calidad, sector privado, innovación, emprendimiento, carreras de ingeniería y técnica. Por eso son valiosas iniciativas como Start-up Chile, estimular a innovadores y emprendedores. Los Presidenciables deben proyectar el país con que sueñan, indicar cómo harán viable y posible ese sueño, y decir qué esperan de la ciudadanía. Los políticos no deben solo repetir las demandas sociales ni maquillar los desafíos, sino ordenar todo eso en su visión de país deseable y factible en la globalización. Tendrán la suerte de encontrar una economía sólida, próspera y competitiva, que exige un sueño equitativo, realista y viable para llegar al desarrollo.



La república del copy/paste,
por Joe Black



"Les ruego que seamos un poco menos severos con los Diputados que fueron sorprendidos esta semana haciendo copy/paste . Como dicen los textos bíblicos, el que esté libre de pecado que lance la primera piedra. ¿OK?..."







Quizás a algunos de ustedes les parezca anómalo, pero esta semana voy a usar mi columna para defender a los Diputados que acusaron constitucionalmente al Ministro Harald Beyer utilizando un documento que invocaba tres preceptos legales erróneamente.







Ustedes saben la historia: los Diputados copiaron al pie de la letra la parte esencial de la acusación que se había presentado el año pasado contra el Ministro Rodrigo Hinzpeter. Por eso, a Beyer se le acusó por cuestiones que solo podría hacer un Ministro del Interior y jamás un Ministro de Educación.







Es como si a ustedes los condenaran por conducir en estado de ebriedad cuando en verdad nunca han conducido un vehículo, y además son abstemios.







Pero el escándalo se centró, más que en el tema jurídico, en el copy/paste ("cortar y pegar", en español) que realizaron los honorables Legisladores. Fue eso lo que más indignó a esa jauría de dingos que asuelan las redes sociales, especialmente Twitter.







Acusar y poner al borde de la destitución a un Ministro decente da lo mismo. Pero hacer copy/paste es imperdonable para los tuiteros.







Eso me llama la atención.







Claro, porque nosotros los chilenos tenemos fama de ser buenos para la copia, el pirateo, el plagio, la fotocopia, el mimiógrafo, el DVD trucho, el libro de cuneta, el reloj "Rolecs", el anteojo "Rai Van", el televisor "Zony", el "Aifon" chino.







No estoy seguro, pero creo que somos el país más pirata entre las naciones OCDE.







Y si trasladamos el tema a la política, descubriremos que también en esa actividad somos los reyes del copy/paste . ¿Cuántos son los Senadores, Diputados, Alcaldes y Concejales que hacen copy/paste período tras período y se reeligen dos, tres, cuatro, cinco veces sin ningún pudor?







Figúrense que hasta la candidata que alguna vez dijo que no había que repetirse el plato ahora se lo quiere repetir.







Es que el sistema está hecho para eso. Este año puede ser Michelle Bachelet quien haga copy/paste . En cuatro años más, el que podría volver al poder es Sebastián Piñera. Y así nos podríamos ir infinitamente durante muchos años, hasta que el Señor los llame a su presencia. Y el mecanismo es elegante, democrático y no hace falta torcer a cada rato la Constitución, como se hace en otros países.







Es que parece que nos gusta repetir las fórmulas. Aunque nos creemos liberales e innovadores, en el fondo sentimos que lo pasado, lo probado, lo ya realizado es irse a la segura. Y volvemos a recurrir al copy/paste para todo.







Por todo lo anterior, les ruego que seamos un poco más condescendientes, más comprensivos, menos severos con los Diputados que fueron sorprendidos esta semana haciendo copy/paste . Como dicen los textos bíblicos, el que esté libre de pecado que lance la primera piedra. ¿OK?







Igual, entre ustedes y yo, y que ojalá no salga de esta conversación, fue bien "flaite" lo que les pasó.







Pero ser "flaite" no es una falta grave.







Es ser "flaite". Y punto.



Acusación insanablemente viciada.



El Senado tiene la oportunidad de reponer la vigencia del Estado de Derecho en esta acusación manifiestamente arbitraria y de eminente cariz político. A la vez, su rechazo permitirá reparar la grave injusticia de pedir la destitución de un profesional íntegro...







El descubrimiento por un reputado jurista, revelado por este diario, sobre la incongruencia entre los hechos y el petitorio en la aprobación por la Cámara de Diputados de la acusación Constitucional contra el Ministro de Educación, ha dejado en evidencia la presencia de un vicio insanable en este proceso y el imperativo del Senado de rechazar la acusación.







Los acusadores han pedido la destitución del Ministro Beyer por incumplimiento de obligaciones relacionadas con la "mantención del orden público" y con la "inviolabilidad del hogar y de toda forma de comunicación privada". Tales obligaciones no son imputables al acusado ni son de su competencia, sino de la responsabilidad de su par de Interior. Esta aberración no es asunto meramente formal, que habría precluido por no haberse advertido ni representado durante la discusión de la acusación en la Cámara Baja. Por el contrario, la inconsecuencia y la omisión tienen profundas implicancias jurídicas, que vician una eventual aprobación del libelo por el Senado. Lo que se solicita por la Cámara, concreta y formalmente, es sancionar al acusado por "dejar sin aplicación el artículo 3 letra b) de la Ley 20.502 y haber infringido y abusado de sus facultades legales, los artículos 19 número 1 y número 5 de la Constitución". No se advierte cómo podría acogerse la acusación si ninguna de dichas infracciones se relaciona con las funciones del Ministro de Educación.







En nuestro sistema de solución de conflictos Constitucionales, concentrado y compartido, el Senado actúa como Tribunal en el juzgamiento de las acusaciones Constitucionales. En esa función jurisdiccional, aunque actúe como jurado, apreciando la prueba en conciencia, no puede omitir la congruencia entre los hechos y los fundamentos de derecho de la petición de destitución. Semejante infracción, además de herir profundamente el prestigio del Senado, altera la causa de pedir, transgrede principios fundamentales de derecho, y podría crear un conflicto de competencia -por la destitución viciada- con la atribución Presidencial de nombrar y remover a los Ministros de Estado.







En todo caso, en el espíritu de la Constitución, los Senadores deben resolver según su propia conciencia, en forma imparcial y objetiva, no pudiendo decidir como fruto del acuerdo de directivas o grupos partidistas. Tampoco debe olvidarse que la Constitución asegura a todos los habitantes de la Republica el derecho a una defensa jurídica y a un juicio racional y justo. Es incomprensible que se pretenda sostener que esta acusación, viciada por la incongruencia de su petitorio con los hechos, sea considerada justa y racional.







El Senado tiene la oportunidad de reponer la vigencia del Estado de Derecho en esta acusación manifiestamente arbitraria y de eminente cariz político. A la vez, su rechazo por el Senado permitirá reparar la grave injusticia de pedir la destitución de un profesional íntegro, de calificaciones extraordinarias y que, más que muchos de sus predecesores, incluso de administraciones anteriores, ha impulsado iniciativas y planteado una agenda Legislativa en curso, que apunta concretamente a mejorar la calidad e institucionalidad de la educación preescolar, escolar y superior, que es el desafío nacional compartido por todos los sectores políticos.







Ad portas de un nuevo debate tributario.



 Michelle Bachelet irrumpió en la escena política poniendo sobre el tapete los ejes de su campaña a un segundo período en la Presidencia: reforma educacional, reforma tributaria y una nueva Constitución, todo bajo el paraguas conceptual de combatir la desigualdad. Poco se sabe aún de cómo se abordarán estos cambios. Pero con el país recién saliendo de una reforma tributaria discutida en el Congreso y aprobada en septiembre del año pasado, bien vale revisar lo que han dejado las anteriores discusiones legislativas del tema.



El escenario hoy.
El sistema tributario chileno es sistemáticamente acusado de ser demasiado benevolente con las empresas y las grandes fortunas, fomentando la desigualdad. Se repite que tenemos una carga tributaria muy baja y que hay margen para subirla. Pero muchos olvidan que en Chile se cotiza aparte para financiar las pensiones y la salud, mientras que en la mayoría de los países europeos ello es parte de los impuestos. Y, al comparar con la región, se aprecia que la carga tributaria neta, a nivel del Gobierno central, está entre las más altas, sólo superada por Bolivia y Cuba. Más aún, al comparar a Chile con países desarrollados, no hoy, sino que al momento en que éstos tenían un ingreso per cápita similar al nuestro, se aprecia que la carga tributaria se encontraría dentro de lo esperable, todo lo cual hace cuestionarse el imperativo de subir en 4 o 5 puntos del PIB este indicador, como se ha adelantado apuntaría la reforma de Bachelet.







Un segundo punto de debate es si el sistema tributario no es el adecuado y hay que cambiar sus fundamentos completamente en vez de hacer ajustes al alza o a la baja, o cambiar las exenciones, como se ha hecho desde los ochenta. El punto es que el sistema chileno fue diseñado para incentivar la inversión (al permitir a las empresas pagar menos impuestos si se decide reinvertir en la compañía en vez de sacar los frutos de ella para gasto de los dueños) y ha sido exitoso en ello. El hoy Presidente del Banco Central, Rodrigo Vergara, midió el impacto de la reforma de los ochenta y le atribuye a su efecto un aumento en la inversión privada de más de 3% del PIB. El demonizado FUT -que no es una «bolsa de dinero», como algunos creen, sino una contabilidad que permite hacer operar este sistema de deducciones- ha jugado un rol en ello.







Pero, pese a lo anterior, es un hecho que las reformas que plantean alzas de impuestos a la renta o a las empresas logran importante apoyo público. Ello se explica, en parte, porque más del 80% de quienes trabajan en Chile sólo pagan el IVA, que al no estar especificado en las boletas aparece como "invisible" en las compras. Al momento de pedir alzas, sólo se piensa en los beneficios en términos de políticas sociales y no en los eventuales impactos en el crecimiento, y por ende en empleos y sueldos. Se obvian así, por ejemplo, estudios como el de Romer y Romer, que revisó la evidencia en Estados Unidos entre 1945-2007 y reveló que un aumento de impuestos de 1% del PIB reduce el nivel del producto en casi un 3% en los siguientes 3 años.



El debate que viene.
Una lección que se debe aprender de las reformas tributarias a la luz de lo que ha pasado en los últimos años es que éstas se suceden una y otra vez sin que acceder a ajustes temporales garantice estabilidad impositiva. Hay que recordar que una de las razones que dio el Gobierno de Piñera el año pasado para embarcarse en un ajuste de este tipo fue evitar que el tema se debatiera en el fragor de la campaña Presidencial. A la luz del debate de esta semana, queda claro que ello no se logró.







En cambio, las experiencias de 2010 y de 2012 mostraron que las motivaciones para reformas tributarias poco tienen que ver con la necesidad de más recursos, como se debería suponer, sino que con factores políticos. De hecho, un estudio dado a conocer esta semana por Libertad y Desarrollo reveló que el crecimiento económico aportó US$ 11 mil millones de mayor tributación no minera en los últimos cinco años, cifra equivalente a once veces la recaudación anual que tendrá la reforma de impuestos de Piñera.







Todo esto lleva a concluir que las reformas tributarias, por mucho que se liguen a otros cambios, como en el pasado el Auge o ahora un gran cambio educativo apuntando a aumentar la gratuidad, tienen en su base una motivación política. Así, los ejes de este tipo de debates terminan siendo básicamente de tipo ideológico (redistribución, combate a la desigualdad, necesidad de dar señales sobre el compromiso social de un Gobierno, etc.), y dando pie a extensas y desgastantes discusiones: la del ajuste de 2012, por ejemplo, se prolongó más de cinco meses en medio de un crispado ambiente político.







Habida cuenta de ello, sería positivo, al menos, que eventuales nuevos esfuerzos impositivos como los que se anuncian en esta campaña se impulsen a través de la construcción previa de consensos amplios, en una línea similar a la adoptada a principios de los 90. Con ello, el daño colateral que este tipo de debates genera, en términos de incertidumbre tributaria y señales equívocas a los inversionistas, se limitaría de modo relevante.




Reforma y no "reformita".
No hay detalles aún de la propuesta de Bachelet (en mayo la comisión nombrada debiera entregar sus conclusiones), pero el planteamiento ya formulado por la oposición en el debate de 2012 sugiere un cambio de proporciones. Complejo sería que en estas materias otros postulantes decidan entrar a una suerte de contienda entre «ofertones» tributarios de alto impacto ciudadano pero discutible sustento técnico. Tratándose de un tema de esta importancia, cabe demandar a los candidatos rigor en sus propuestas y racionalidad en los términos del debate.



Efectos de las movilizaciones en un año electoral.



Las autoridades y los sectores políticos deben resistir presiones que benefician intereses sectoriales y recurrir a las instituciones para resolver los problemas.


La serie de movilizaciones, marchas y paros que han tenido lugar en los últimos días da cuenta del ánimo existente en varios actores sociales por presionar en favor de sus demandas, aprovechando que este es un año de definiciones electorales para el país. La Autoridad debe estar preparada para enfrentar este fenómeno, pues busca extraer de ella concesiones que responden a intereses parciales que no tienden al bien común, utilizando la coyuntura por la vía de ejercer una presión difícil de resistir sin costos políticos. Al mismo tiempo, las distintas fuerzas políticas y las diversas candidaturas deben actuar de manera responsable, sin utilizar en su provecho exigencias que, de ser acogidas, pueden terminar haciendo daño a la inmensa mayoría que no está organizada y no desea movilizarse.







Hace unos días, un grupo de agricultores bloqueó la Ruta 5 a la altura de Linares, en protesta por la tardanza de la Comisión Antidistorsiones en tratar el reclamo que han presentado en contra de las importaciones de maíz desde Argentina. El largo período en que la carretera estuvo parcial o totalmente inutilizada para el tránsito vehicular generó enormes molestias y retrasos a los usuarios. Por su parte, los trabajadores de 11 puertos del país paralizaron sus actividades en solidaridad con el reclamo de sus colegas de Mejillones, quienes exigían horario y bono de colación. El paro portuario se extendió por dos semanas y generó enormes pérdidas, al obligar a suspender la cosecha de algunas frutas y a congelar el funcionamiento de fundiciones de cobre. Esta semana, los trabajadores de Codelco detuvieron las faenas de la minera Estatal, en un paro que hacía exigencias políticas cuyo cumplimiento está lejos del alcance de la empresa. Por último, los estudiantes realizaron el jueves una multitudinaria marcha en la que reiteraron sus reclamos en favor de la educación gratuita y sin lucro.







Algunas de estas movilizaciones recurren a mecanismos reñidos con la Ley. No deben resultar aceptables las ocupaciones de carreteras ni los paros ilegales, y sería lamentable que la sociedad se acostumbre a la ocurrencia de este tipo de episodios sin que nadie           -ninguna Autoridad o empresa afectada- se preocupe por reclamar el respeto a la Ley, el resguardo del orden y la protección de quienes se ven afectados por ellos. Es necesario que la sociedad y sus líderes -en la oposición y el Gobierno- estén atentos para condenar y detener  atropellos que no se condicen con las reglas de la convivencia democrática. La experiencia muestra, además, que la ausencia de una reacción decidida frente a medidas de fuerza sólo alimenta la posibilidad de que quienes las impulsan decidan repetirlas y expandirlas hacia otros sectores.







Tampoco corresponde que los sectores políticos busquen congraciarse con movimientos que rechazan el diálogo y pretenden imponer soluciones en la calle, saltándose la institucionalidad. El desprecio de los estudiantes a las propuestas presentadas por todos los candidatos es una evidencia más de que la radicalización que ellos exhiben hace muy difícil considerarlos a la hora de buscar soluciones efectivas y realistas a los problemas de la educación, los que han sido enfrentados por el gobierno a través de proyectos que hoy se tramitan en el Congreso o leyes ya promulgadas.




Mal olor sale del proceso electoral venezolano.



La demora en la entrega de los resultados, casi tres horas más que en las elecciones anteriores, hace pensar que los resultados fueron muy estrechos, que perdió en candidato del oficialismo o que se está maquillando los escrutinios con el objeto de falsear los resultados para dar como ganador al Presidente en funciones de Venezuela,  Nicolás Maduro, postulante del chavismo.





Al cierre de esta edición, pasada la media noche, Consejo Nacional Electoral (CNE) no había entregado ningún resultado, mientras el comando de Maduro había señalado, un par de horas antes, que la oposición quiere "desestabilizar al país", lo que a las claras parecería indicar que se hacían esfuerzos inmensos por torcer la voluntad popular.





Mas sería nos pareció la posición del comando de Capriles, que a la misma hora que el de su contrincante, aseguraba que "no podemos decir que pasó. Esos votos los tiene que contar el Consejo Electoral. Nosotros, sin embargo, sabemos lo que pasó" e instaba a sus partidarios a no provocar enfrentamientos de venezolanos contra venezolanos. Queremos que la voluntad del pueblo sea respetada".







Una curiosidad de la papeleta del voto es que la imagen del candidato del partido socialista unido de Venezuela, Nicolás Maduro, sale 14 veces en la papeleta, mientras la de sus rivales, el más fuerte es el postulante opositor, Henrique Capriles, aparece una sola vez, como lo demuestra la fotografía de  la papeleta de electoral que se utilizó en el proceso de ayer.







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Juzgue usted si Bachelet sabía o no del maremoto... , video gentileza EMOL-

"La desnacionalización del cobre no la hizo Pinochet sino que fue la concertación".

Polémica por video de la Onemi del 27F, Bachelet niega tsunami...Gentileza EMOL.

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Marcha Soldados del 73, con imágenes

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Letra Marcha: Soldados del 73

Letra Marcha Soldados del 73

Autor: Rosabella Liniers
Compositor Gianfranco



Son hermanos los Infantes,
todas las armas y soldados del ayer
Carabineros, Marinos y Aviadores
Combatientes del 73.

Un sólo cuerpo, un sólo corazón,
noble misión, proteger a la Nación,
la frente en alto saliendo del cuartel,
los soldados del 73.

Ya dió la orden mi General,
para vencer tenemos que luchar,
no ha sido arriada jamás nuestra bandera,
orgullo eterno de nuestra libertad.

En el recuento se hace el silencio,
por los heridos, los caídos que no están,
lo lamento mi Capitán,
mi Sargento no le puede contestar.

La Patria es libre, llegó la paz,
en el desierto, el cielo, azul el mar,
ya nuestros hombres cantan victoria
Combatientes del 73

Ya dió la orden mi General,
para vencer tenemos que luchar,
no ha sido arriada jamás nuestra bandera,
orgullo eterno de nuestra libertad.

Piñera anuncia propuesta de reformas educacional y tributaria, gentileza EMOL

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