Inaugurando
un liceo de excelencia en
Maipú, el Presidente Piñera ratificó que
aumento en
la carga impositiva de las
empresas ayudaría a mejorar la educación
chilena. |
Invierno
boliviano arrasó con agricultura
de Arica, el Intendente, José Durana,
aseguró que
hacer cultivable nuevamente cada
hectárea cuesta 8
millones de pesos. |
Ministro Matthei
admitió que la Onemi
tuvo
responsabilidad en inundaciones de
Punta
Arenas, recordó que en 1990 se
anunció
reposición de estructuras dañadas,
lo que no se hizo. |
España tuvo
23,3% de cesantía en Enero,
mientras la tasa de desempleo del bloque
de la Organización para la Cooperación y
el Desarrollo Económico, OCDE, fue de 8,2%. |
El Frente
Nacional obtuvo las firmas
necesarias
para presentar a Marine
Le Pen como
candidata a la Presidencia
de Francia.
|
La decisión de la DC,
por Gonzalo Müller
Estas
semanas de marzo, la Democracia Cristiana pasó de no tener candidato
Presidencial a tener tres declarados: Orrego, Pizarro y Rincón, y uno
encubierto, Ignacio Walker. Qué explica este cambio en tan corto tiempo es
motivo de más de un análisis.
Se debe
empezar por reconocer que lo que motiva esta dinámica es la decisión de Claudio
Orrego de abandonar su reducto Municipal y atreverse a liderar un esfuerzo
mayor, como lo es competir por representar a su partido y a la Concertación en
la próxima elección Presidencial. Haberse atrevido a tomar esta decisión fue lo
que provocó la seguidilla de proclamaciones; algunas competitivas, como la de
Ximena Rincón, u otra más como un intento de bloquear o relativizar el valor de
esa determinación, como la del Senador Jorge Pizarro.
Así, lo
que muchos alentaban como un esfuerzo de renovación de los liderazgos y
esperanza de cambio en la vieja Concertación, tenía una fría recepción de
aquellos camaradas que ven en esa misma renovación una amenaza a sus intereses,
ya sea por los efectos en la correlación de fuerzas al interior del partido o
porque ellos ya han decidido que en materia Presidencial su única candidata es
Bachelet.
Es duro
el desafío que el ahora candidato Orrego ha comenzado, porque reta al poder
y el statu quo no sólo en su partido, sino también en la Concertación. Lo
extraño es que esa decisión que a tantos incomoda o molesta va en estrecha
relación a un diagnóstico de lo que en el país y en la ciudadanía está
ocurriendo. Y es que la demanda por cambios y por una nueva forma de expresión
política va acompañada necesariamente de nuevos liderazgos.
Orrego
se juega mucho en esta decisión. En los hechos, rompe su alianza con Ignacio
Walker y el frágil control que los príncipes de la DC tienen sobre el partido. Así,
debe explicar muy bien cómo su promesa de renovación partidaria se proyecta y
no se incumple ahora que prioriza la carrera Presidencial antes de haber
trabajado o tenido resultados concretos que validaran su liderazgo al interior
de la DC.
Es muy
difícil que, sin el apoyo decidido de su partido, Orrego o cualquiera de los
otros precandidatos logre despegar y ser creíble como alternativa. Por lo
mismo, las elecciones Municipales y sus resultados pueden terminar siendo
decisivos en las pretensiones de que exista un candidato del humanismo
cristiano en las primarias de la Concertación.
Pero no
son pocos los que en la propia DC no lo ven como alternativa, sino como un
problema que impide e incomoda el regreso de la candidata Bachelet. Son los
mismos que miran con desconfianza la renovación y los cambios, en cuanto
desafían sus cuotas de poder; los que prefieren poner a disposición de otros
los votos del partido, previo asegurar compensaciones, y no competir y levantar
un candidato propio. Y es que la larga estancia en el poder genera en
las colectividades un adormecimiento, una desconexión con la ciudadanía y que
se priorice en exceso el permanecer en ese poder como un fin en sí mismo, más
allá de los sacrificios que ello implique.
Así,
Claudio Orrego y su campaña van a terminar siendo un verdadero ejemplo o
termómetro del futuro de la renovación política y de los liderazgos en la
Concertación. Es el primero de su generación que se lanza y busca su espacio
por la vía institucional: es decir, primero al interior de su partido y, luego,
bajo los mecanismos que decida su coalición, en contraste con la campaña de
Marco Enríquez-Ominami, que rompió con todo eso en la medida en que le fueron
cerrando esas puertas, y basó su campaña directamente en la ciudadanía,
alcanzando un amplio apoyo.
Esa es
la decisión que los militantes de la DC deben tener en mente: si toman la
oportunidad y riesgos de jugarse con un candidato propio o si prefieren la
comodidad de un buen arreglo que estire su permanencia en el poder pero los
mantenga en la irrelevancia.
Ahora Orrego,
con su conducta, ha desafiado las palabras de Francisco Vidal, quien hace más
de un año caracterizó a esta generación como «liderazgos yogurts», ya que
tenían fecha de vencimiento y ese momento sería a fines de este año, cuando la
candidata Bachelet despeje las pocas dudas que hay sobre su intención de
competir.
Los Presidenciables de la
Concertación,
por Eugenio Guzmán.
Nunca
en 20 años ha habido tantos candidatos -o más bien precandidatos- Presidenciales
como en esta oportunidad. Si bien después del plebiscito de 1988 fuimos
testigos de igual proliferación, lo cierto es que las razones y contexto son
completamente distintos.
En lo
concreto, hoy contamos con 12 precandidatos declarados o al menos propuestos o
insinuados tanto por dirigentes de sus partidos o por ellos mismos: Allamand,
Bachelet, Enríquez-Ominami, Golborne, Gómez, Jocelyn-Holt, Lagos Weber,
Longueira, Orrego, Pizarro, Rincón y Velasco.
Si
bien, a juzgar por las encuestas, no todos parecen tener posibilidades reales
de llegar ni siquiera a una elección primaria, lo relevante es lo que se
desprende de este proceso. En efecto, en el caso de la Concertación, la
existencia de tantos precandidatos responde, por una parte, a la fisonomía del
conglomerado (se trata de 4 partidos y un asociado, el PC) y, por otra, más
determinante aún, a que las posibilidades electorales de cada uno de los
competidores aún se encuentran bastante abiertas. Si bien en la encuesta La
Segunda-UDD de diciembre de 2011 la ventaja de Bachelet respecto del resto de
los candidatos era enorme en una posible primaria, ello no significa que no
exista espacio para crecer para algunos de ellos, particularmente dado el desgaste
de la ex Presidenta.
Ahora
bien, con independencia del peso que aún tiene dentro del electorado la ex
Mandataria, la presencia de diversos precandidatos es un seguro ante la
posibilidad de que ella no repostule. Pero también, dependiendo del desempeño
en los próximos meses, pueden constituirse en alternativa real frente a ella.
En esta lógica aparecen Lagos Weber, Orrego y Velasco, siendo un aspecto que
los favorece el que se alinean en un eje generacional algo más fresco que
Bachelet, aunque no totalmente respecto de los otros candidatos (Gómez y ME-O).
Cada
uno de ellos enfrenta sus propios desafíos. En el caso de Orrego, su
estrategia debiera ser más agresiva, dada su trayectoria, la que se ha
caracterizado por ser más moderada y disciplinada en relación con los viejos
estándares de su partido, la DC. Por su parte, Velasco intenta moverse como
independiente en un conglomerado que por lo general no se ciñe a esta lógica,
más común en la Alianza. Y en el caso de Lagos Weber, su desempeño hasta ahora
ha sido algo disperso en relación con el tema, por más que ya se lo proclame.
Por
otra parte, una dificultad adicional radica en las primarias. Primero,
porque éstas no se pueden obviar, como en 2005: el 46% de los encuestados en
diciembre de 2011 señalaba que participaría en ellas. Tampoco se puede realizar
una primaria a medias, como en 2009. Sería un escándalo: la mayoría de las
personas tienen el recuerdo del Senador Escalona hablándole al oído palabras no
precisamente amistosas al Senador Gómez. Hay que tener en consideración que la
realización de una primaria, más allá de la ley que sea aprobada, es un
imperativo para la Concertación, y ello demanda ajustes políticos, técnicos y
logísticos significativos. A esto debemos agregar que el alcance de la
primaria, es decir, cuán amplia sea, es otro factor relevante: no es lo mismo
una primaria de inscritos en los registros electorales que una de inscritos en
los partidos. Adicionalmente, otro problema es la forma en que será incorporado
Velasco y cómo la DC dirimirá los casos de Orrego, Pizarro y Rincón, o si
simplemente se les dejará participar.
Finalmente,
candidatos como ME-O y Jocelyn-Holt hoy aparecen más bien como fuera de un
escenario de competencia al interior de la Concertación. No obstante, tendrán
un rol mediático en algún momento, lo que obliga a fijar alguna atención en
ellos con miras a la Presidencial.
En
general, la existencia de muchos candidatos puede ser vista como un síntoma
saludable de competencia. Sin embargo, aún pueden surgir nuevos nombres,
conforme se asienten los temas y estrategias.
Modelos de Gobierno universitario
Ignacio Sánchez D.,
Rector de la Pontificia Universidad
Católica de Chile
Una
universidad se construye con algunos pilares fundamentales: una misión e
identidad definida, una alta concentración de talento académico (profesores y
estudiantes), un compromiso y aporte a la sociedad definidos, adecuados
recursos para asegurar tanto un aprendizaje de excelencia como desarrollar
investigación avanzada, y un Gobierno universitario que fomente una visión
estratégica, la innovación y la flexibilidad para tomar decisiones. Así, la
forma de Gobierno de una universidad se transforma en un atributo de gran
importancia para alcanzar la excelencia de una institución.
En este
contexto de desafíos educacionales, las formas que este Gobierno universitario
adopte han sido materia de estudio a nivel mundial, que han conducido a que
diferentes países hayan renovado sus estructuras tradicionales. Ejemplo de esto
es Finlandia, en donde, junto con una mayor responsabilidad de los rectores,
se ha entregado mayor poder a juntas directivas, con importante presencia de
miembros externos.
Esos
estudios han establecido diferentes modelos de Gobierno universitario,
correspondientes a la misión e identidad de la institución. Se organizan en
instituciones estatales, de iglesia, corporaciones, fundaciones, todas ellas
instituciones jerárquicas en que el conocimiento es el elemento ordenador. Así,
están entre otros el modelo colegiado, el político, el burocrático, y el de
mercado.
En el
modelo colegiado, las instituciones se consideran colectividades de expertos y,
por ende, es la comunidad académica que se autogobierna con una toma de
decisiones participativa. Aquí los líderes universitarios son facilitadores,
recogen el juicio experto de sus pares, persuaden y acuerdan.
El
modelo político, por su parte, establece que las instituciones están formadas
por grupos con diferentes intereses y valores que compiten para controlar procesos
y resultados. En él, los líderes universitarios son mediadores entre bloques de
poder, y las decisiones son producto de la negociación y la construcción de
coaliciones.
Las
instituciones que optan por el modelo burocrático cuentan con jerarquías y
líneas de autoridad establecidas y metas definidas. En ellas, los líderes
funcionan como facilitadores de un proceso continuo. Por último, el modelo de
mercado se basa en la autonomía y emprendimiento de las universidades en
materia de procedimientos y procesos, los que responden al deseo de sus dueños.
Dentro
de estas formas de conducción universitaria es muy importante destacar que la
participación estudiantil, así como de la totalidad de la comunidad
universitaria, requiere ser fomentada en las diversas instancias de la toma de
decisiones. La participación estudiantil tiene que estar resguardada y
asegurada, pues contribuye a la adecuada formación de los estudiantes e
incorpora su opinión en el fortalecimiento de las instituciones. Los
estudiantes, al estar de paso en la universidad, tienen márgenes mayores de
libertad para participar y proponer cambios; sin embargo, su mirada puede
carecer de valorar factores del largo plazo que requiere una institución.
Así, esa participación debiera privilegiar los ámbitos de sus competencias, lo
que no impide la expresión de una visión más global respecto del rol
institucional. Del mismo modo, la participación del personal administrativo,
funcionarios y profesionales es de gran relevancia, mediante instancias específicas,
acorde a la naturaleza de cada Gobierno universitario, como a través de los
sindicatos organizados u otras instancias, que representan los intereses y
preocupaciones del personal.
Esta
participación no debe confundirse con apuntar hacia un cogobierno o a la
triestamentalidad en el manejo y conducción de las universidades. Considerar
como una forma de "democratizar" la universidad el someter a votación
de los diferentes estamentos aspectos clave de su desarrollo (como la
contratación y ascenso de profesores, el desarrollo de proyectos académicos,
infraestructura, inversiones) no ha probado ser en la experiencia
internacional, a lo largo de la historia, el camino apropiado para lograr una
mayor calidad de las instituciones. La incorporación de estudiantes y
funcionarios a la toma de decisiones en áreas estratégicas conlleva el riesgo
de priorizar sus respectivos intereses corporativos, eventualmente conducir a
la captura de estos espacios y, por ende, dificultar el desarrollo.
Los
diferentes modelos de Gobierno universitario requieren respetar la misión,
identidad y valores fundamentales de cada institución. La participación activa
de la comunidad, en las formas y con los márgenes apropiados, colabora de
manera muy significativa a poder realizar con éxito y responsabilidad la
conducción de cada institución, y lograr así su máxima contribución al
desarrollo del país. Aumentar la calidad de este aporte debe ser nuestra tarea
primordial.
Oportunidades y riesgos del
escenario económico,
por Rodrigo Castro, economista.
Las autoridades deben
estar atentas ante la incertidumbre externa, el crecimiento más alto que lo
esperado, el dinamismo en la creación de empleo y la inflación.
La
publicación del Imacec de enero fue recibida con beneplácito por agentes
privados y autoridades, pues la
actividad local se habría expandido 5,3% durante los últimos 12 meses. El
guarismo corresponde a casi un punto porcentual más que lo proyectado por el
consenso de mercado, lo cual confirma que la economía mantiene un ritmo de
crecimiento tendencial en torno al 5%. En este buen desempeño económico de
inicios de año sorprende la aún robusta contribución de sectores no transables
como la construcción, el comercio o los servicios. Debido a condiciones de
crédito algo más restrictivas, documentadas en la última encuesta de crédito
bancario del Banco Central, se anticipaba que dichos sectores mostrarían
desaceleración a partir de los primeros meses de 2012, lo que no se condice con
los indicadores de enero. Por otra parte, sectores asociados a lo externo, como
la industria o la minería, continúan mostrando una anémica expansión. No
obstante, en el caso de esta última, el estancamiento en los volúmenes de
producción esconde una importante contribución de este sector al alto dinamismo
de la actividad en otros rubros de la actividad económica: Grandes proyectos de
infraestructura en el Norte Grande son consecuencia directa de una creciente
demanda asociada a nuevos desarrollos mineros.
El buen
desempeño de indicadores sectoriales va acompañado de un escenario de
importante expansión laboral. Con el empleo productivo creciendo a un ritmo
anual cercano al 3%, la tasa de desempleo se estabiliza ya en torno al 6,5%,
nivel mínimo desde el último cambio metodológico en la encuesta de empleo del
INE. Se afirma que el desempleo sería
considerablemente mayor si se descontaran los empleos con apoyo fiscal; sin
embargo, incluso al corregir por dicho factor el empleo privado viene
expandiéndose a tasas dinámicas. Asimismo, tanto salarios como costos de la
mano de obra se aceleraron visiblemente en enero, con expansiones interanuales
de 6,7% y 7,7%, respectivamente.
De lo
anterior fluye un escenario de posible estrechez laboral y menores brechas de
capacidad productiva, que abre espacio a temores inflacionarios. La inflación
de febrero (0,4%, cerca del doble de lo esperado) es un nuevo elemento, si bien
puntual, que reafirma esta preocupación. Este diagnóstico, sin embargo, exhibe
atenuantes relevantes. Una parte importante de la mayor inflación reciente se
encuentra asociada a efectos inesperados y transitorios, como los altos precios
internacionales de la energía y las alzas en alimentos, asociados a la sequía. Por su parte, la productividad media del
empleo aumentó de manera considerable en 2011, limitando los posibles traspasos
de salarios a inflación. Con todo, los nuevos escenarios de riesgo refuerzan la
percepción de que existe menor espacio para que el Banco Central reduzca su
tasa de política monetaria.
El
instituto emisor debe responder al nuevo escenario macro con un diagnóstico
claro. Si su percepción es que se incuban presiones de costos, entonces deberá
reducir el impulso monetario. Si estima que podríamos estar ante un crecimiento
potencial más elevado que lo anteriormente estimado, deberá mostrarse cauto en modificar el sesgo
expansivo de su política monetaria actual. Lo anterior es particularmente
relevante en un panorama global aún lleno de interrogantes.
Un par de cartas
para meditar:
Señor
Director:
Temor y temores.
El
"temor a Dios", que recuerda -entre otros- el autor de los
Proverbios, no tiene nada de servil. Lo practicaron desde Salomón hasta
nuestros días infinidad de hombres, que, ejerciendo las más altas responsabilidades
públicas, distinguieron con clarividencia, sinceridad interior y espíritu libre
lo que está arriba de lo que está abajo. Se le identificó por eso con "el
comienzo de la sabiduría".
Cuando
en el espíritu de esos mismos hombres, dicho temor se reemplazó por el
"temor a los hombres" -la dictadura de la imagen, por ejemplo,
idolatría de nuestro tiempo-, se dio curso indefectiblemente "al comienzo
de la locura".
Jaime
Antúnez Aldunate.
*****
Señor
Director:
Pedrada en carretera.
Para
por lo menos disminuir la repetición de acciones criminales como la ocurrida,
debiera ser obligatorio para las concesionarias de las autopistas que toda
pasarela peatonal o todo paso vehicular elevado que cruce la autopista tenga de
noche iluminación abundante (fuera de tener las rejillas metálicas altas que
sólo algunos lo tienen). Esa buena iluminación, por un lado, prevendría que
esos criminales se amparen en la oscuridad y, por otro, permitiría a los
automovilistas detectar de lejos la presencia, en esas vías, de peatones que
pudieran ser sospechosos y, eventualmente, bajar la velocidad para disminuir un
posible impacto en sentido horizontal.
Miguel Jeannerret Raab.
Una pequeña meditación:
Aunque
no nos gusta Piñera es preciso reconocer que en sus dos años de Gobierno ha
hecho más que la concertación en 20 años, con el agravante que a diferencia de sus adversarios ha ido
cumpliendo, a pesar del terremoto, con sus promesas de campaña.
Lo
anterior parece estar justificando el encono con que es atacado por una
concertación, que ha ejercido una oposición obstruccionista, que ha dejado de
mirar el país para privilegiar sus afanes de volver al poder.
Porque
consideramos que Chile y el bienestar de los chilenos están por sobre las
ambiciones personales o grupales de poder nos oponemos a la sediciosa forma en
que la oposición intenta tumbar al Gobierno elegido por la mayoría.
Nota de la Redacción:
Estamos
de vuelta, aunque no con nuestro equipo funcionando al 100%, diariamente
actualizaremos nuestra edición con una selección de comentarios, para, a contar
del martes 19 retomar nuestras publicaciones noticiosas.
Pueblos bien informados
dificilmente son engañados.