El Papa de la misericordia cumple un año,
por Maite Armendáriz.
Al asumir como Jefe de la Iglesia el 7 de marzo de
2013, Jorge Bergoglio les solicitó a los fieles agolpados bajo el balcón
central de la Basílica de San Pedro que pidieran a Dios que lo bendijera en
este nuevo camino, “que debe ser de amor y hermandad”.
El mensaje que el Santo Padre se ha empeñado en transmitir durante este primer año de su Pontificado recuerda que el hombre de hoy tiene un Dios padre que lo quiere con toda el alma, que busca su bien con bondad infinita y, por tanto, la Iglesia, por ese mismo Dios fundada, está llamada a convocar, a acoger a todos, sin distinción: matrimonios, solteros, jóvenes, viejos, niños no nacidos; también a los gay, los separados o vueltos a casar. Francisco irrumpe con la gran noticia fundada en que la misericordia de Dios alcanza para todos.
El Papa conmueve y rompe fronteras. Usa las redes sociales como el más avezado de los opinólogos. Así como pide el fin de las armas químicas, llama a “no balconear la vida”, a jugársela por los ideales y apoyarse en la oración. “Hace que la Palabra de Dios tenga que ver con la vida cotidiana”, resumió Federico Lombardi, portavoz de la Santa Sede.
Este Pontífice, que en dos ocasiones ha ocupado la portada de la revista Time, una de ellas tras nombrarle Hombre del Año, y que acaba de salir en la portada de la Rolling Stone junto al título “Los tiempos están cambiando”, no teme intervenir como Jefe de Estado, enviándole una carta al mismísimo Putin, donde le pide actuar para evitar nuevos sufrimientos al pueblo sirio. Ahora implora el cese de la violencia en Venezuela. Una y otra vez comprueba que las relaciones internacionales le importan y las encara; por ello elige como Secretario de Estado al experimentado Diplomático Pietro Parolin, recién investido Cardenal. El mismo que le ayuda en la reforma a la curia romana para agilizar el Gobierno central de la Iglesia. Por de pronto, ya logró un Ministerio de Economía para dar credibilidad y transparencia a las cuentas y posesiones vaticanas, pues también desea invertir mejor las finanzas entre los pobres y marginados.
“Internet ama al Papa”, titulaba este diario hace pocos días, cuando informaba de los estudios de una prestigiosa empresa que daban cuenta de los líderes que entre marzo y diciembre de 2013 fueron los más buscados en Google. La popularidad de Francisco está sobre Barack Obama y Lionel Messi.
“La comunión es esencial”, subrayó el Santo Padre a un grupo de familias misioneras reunidas recientemente en Roma. Instó a construir y conservar la comunión dentro de las iglesias particulares. “A veces puede ser mejor renunciar a vivir con todo detalle lo que exigiría vuestro itinerario, para garantizar la unidad entre los hermanos que forman una única comunidad eclesial”. La recomendación vale para tantos miembros de parroquias y movimientos que forman hoy parte de la Iglesia. Cada cual con su carisma y formas de piedad, pero a los que Francisco llama con fuerza a la hermandad.
Una isla en el Pacífico,
por Guzmán, Eugenio.
La reciente noticia de que a partir de mayo próximo
los chilenos podrán viajar por turismo y negocios sin visa a los Estados Unidos
es tal vez una de las más relevantes en lo que respecta a movilidad
internacional de personas de las últimas décadas para el país. Si bien no
necesariamente se corresponde con una ampliación de las políticas de
inmigración norteamericanas, claramente es un avance, toda vez que es un
reconocimiento, una forma de flexibilización del fenómeno.
En relación con esto último, cabe preguntarse si
existen en Chile políticas destinadas a flexibilizar la inmigración. Si bien se
dirá que la Legislación lo permite, en la práctica, las dificultades reales que
enfrentan quienes quieren inmigrar no son menores. A modo de ejemplo, el plazo
estimado para el otorgamiento o rechazo de una visa de residencia temporal es
de aproximadamente tres meses, lo que puede demorar aún más dependiendo de las
facilidades para clarificar a los postulantes la secuencia de trámites.
En este sentido, cabe la hipótesis de que no se
cuenta con la capacidad de recabar de manera eficiente y oportuna información
sobre los postulantes en el país de procedencia, pero también, en el caso de la
postulación que se hace en Chile, es altamente probable que nuestros propios
sistemas de información presenten ciertas falencias.
Pero existe otra dimensión, que podríamos llamar
“ideológica”. Sí, ideológica, en el sentido de que existiría una visión sobre
la migración que distorsiona la realidad y sobre la cual creamos y aplicamos
leyes y actitudes refractarias a ella. En efecto, cuando abordamos el tema de
la inmigración se disparan un conjunto de alertas sobre los riesgos de
flexibilizar las normas actuales, las que van desde quienes sostienen que
ayudaría a la llegada de individuos de dudosa reputación (delincuentes), hasta
quienes postulan que ello significaría mano de obra barata con efectos locales
negativos en materia de empleo y salarios, además de fomentar el abuso a los
extranjeros. La verdad es que lo primero puede suceder, pero también de manera
ilegal con la actual Legislación.
Respecto de los efectos económicos sobre los
empleos y salarios nacionales, no es para nada claro que la inmigración tenga
un efecto negativo. Existe evidencia contraria de que en realidad tiene un
efecto positivo en la expansión de las economías locales (Borjas 2006; Card
2001, 2007, 2009; Card and Lewis 2007; Peri 2009, y Peri and Sparber 2009). Si
bien se pueden esperar efectos de corto plazo, ellos son más que compensados en
el mediano y largo plazo.
Tal vez lo que da origen a esta ideología es una
suerte de síndrome de “isla”, que por mucho tiempo, como un mito, ha
estructurado nuestra visión de la realidad y del mundo. Obviamente, no es
exclusiva nuestra, pero es más densa de lo que creemos. De hecho, nos hace
olvidarnos de la extraordinaria influencia y aporte de los inmigrantes en
Chile, a pesar de ser un país de bajos flujos migratorios. El mayor porcentaje
de residentes extranjeros en Chile tuvo lugar en 1885, llegando a un 4,5% de la
población, en 2002 llegaba a 1,2%, y actualmente se estima en 2,2% (de hecho,
la más alta en 70 años). En Estados Unidos, en 1880 alcanzaba al 13,3% y en
2010 a un 12,9%.
Aunque debemos hacer todas las salvedades del caso,
uno de los impulsos más notables del desarrollo tiene que ver con los flujos
migratorios, con el aporte de miles de personas a través de su trabajo,
esfuerzo e inventiva. Los inmigrantes tienen una característica que no se
sopesa con claridad, a saber, la fuerza y el empuje nada más ni nada menos que
para migrar, para buscar nuevas oportunidades.
Venezuela se desangra con el chavismo inmaduro,
por Sergio Melnick.
Ya van varias semanas en las que finalmente el
mundo ha tomado conciencia de lo que es el marxismo autoconfeso Gobernando un
país latinoamericano. Un país que sigue los lineamientos de la revolución
cubana al pie de la letra. Un país que, de hecho, financia a Cuba con su
petróleo y otros recursos. La defensa de que Venezuela es democrática hoy no es
realmente determinante, ya que ser elegido por votación no significa
necesariamente ser democrático. Hitler también fue elegido. En la democracia
real se respeta al adversario y, en especial, el Estado de Derecho, lo que no
parece ocurrir en Venezuela (menos en Cuba).
Por mucho que le moleste a una buena parte de
la izquierda chilena, Venezuela ha cometido exactamente los mismos errores que
el Chile de la UP. Gobiernan formalmente sólo para su sector, no para el país
(como lo declaró Allende públicamente); son absolutamente incompetentes en el
manejo de la economía y culpan de los problemas a sus adversarios; atacan o
cierran a los medios de comunicación opositores; fomentan sistemáticamente el
odio, predican la lucha de clases y
denuestan a sus adversarios con grueso lenguaje; buscan todos los resquicios
legales posibles para abusar del poder Ejecutivo, etc.
Es casi impensable que un país petrolero, con
el barril a US$ 100 o más, esté literalmente quebrado, tal como ocurrió en
Chile usando exactamente las mismas políticas económicas. La inflación en
Venezuela está desatada, no hay divisas, hay escasez de alimentos y otros
productos básicos, no hay crecimiento, la deuda es casi impagable, etc. Por
cierto, el Gobierno de Nicolás Maduro culpa a la derecha acaparadora y a la CIA
de un complot, lo mismo que hizo la UP.
Es absurdo y ridículo el expediente majadero de
acusar a todos sus opositores, incluyendo a los estudiantes, de ser fascistas
empleados de la CIA (algo típico del lenguaje castrista). Es simplemente
ridículo, pero es el mismo discurso que utilizan el PC chileno y una buena
parte de la izquierda. De hecho, el PC apoya hoy formalmente las atrocidades de
Maduro e insiste en la desfachatez de que Cuba es plenamente democrática. Igual
ocurrió con Alemania Oriental y la URSS, países que la izquierda siempre apoyó.
La FECh ha dado un triste espectáculo apoyando la represión de Maduro y no a
los estudiantes que protestan. Para qué hablar de la ACES, que aún son niños
que opinan sobre estos temas como si entendieran algo.
En la Nueva Mayoría, la mayor parte de la DC ha
sido categórica en condenar lo que ocurre hoy en Venezuela (y Cuba, por
cierto), lo que genera un grave conflicto al interior de esa coalición. Por
cierto, Bachelet no ha hecho pronunciamiento alguno en la materia. Quizás no
corresponda aún, pero tampoco lo ha hecho acerca de la tremenda falta de
prolijidad en sus nombramientos.
Respecto de Venezuela, es importante reiterar
que no se Gobierna con sólo buenas intenciones, sino con seriedad y calidad de
políticas públicas. No es lo mismo querer mejorar el transporte público, que
implementar un Transantiago. Es fácil hablar de la pobreza, difícil disminuirla
(es más, aumentó en el primer período de Bachelet).
Seriedad y calidad de políticas públicas es lo
que no tiene Venezuela, que va en rumbo de colisión evidente. El país está con
hambre, con alta inflación, paralizado, desabastecido y polarizado. En mi
opinión, se viene alguna forma de
autogolpe del chavismo, que ya controla a las FF.AA. Será interesante ver
cómo reaccionará el Gobierno de la Nueva Mayoría frente a un escenario de esa
naturaleza o un agravamiento del actual. Será difícil pasar “piola”, como
lastimosamente lo ha hecho la OEA dirigida por Insulza hasta ahora.
Dirigencia gratuita, inclusiva y de calidad,
por Gonzalo Rojas.
La línea que distingue a un dirigente
estudiantil de un activista ideologizado está quedando cada día más clara.
Ha sido la directiva de la FECh la que nos ha
recordado en qué consiste esa distinción: los activistas que hoy ocupan cargos
en la inmensa mayoría de las federaciones tienen un marco mental dependiente de
una determinada matriz ideológica (autónomos gramscianos, anarquistas,
leninistas, nietzscheanos, etc.); las elecciones en que participaron mostraron
una paupérrima participación y, en más del 90% de los casos, los votos
obtenidos por los ganadores correspondieron a menos del 20% del electorado
potencial; no ocupan los cargos para servir efectivamente a sus compañeros,
sino para influir, con acciones simbólicas o efectivas, en la calle, en los
medios de comunicación o en otros grupos sociales de similar conformación; su
horizonte es el país, no la universidad, la que les queda chica dentro de tan
calculado mesianismo.
Así son, así se muestran, no pretenden
ocultarlo. Cuando dentro de unos días cientos de miles de universitarios
retomen sus estudios, ahí estarán aquellos supuestos dirigentes marcando la
pauta, con total desfachatez.
El problema es que la inmensa mayoría de los
alumnos universitarios quizás no se han informado durante este periodo en que
han hipergozado de sus extensas y desproporcionadas vacaciones de verano: tres
meses, para quienes ya a fines de noviembre comenzaron a eximirse de sus
exámenes. Qué difícil es entonces que el
primer lunes de marzo esas mayorías dejen de ser insustanciales y les pasen la
cuenta a los activistas, emplazándolos abiertamente. No será tema ni de
conversación ni de acción.
Solo aquellas selectas personalidades juveniles
que existen en cada facultad podrían emprender la difícil tarea de enfrentar un
escenario muy favorable para la purificación del ambiente estudiantil, porque
el mal olor, en muchos sitios, se va haciendo insoportable.
Lo que necesitan los dirigentes verdaderos es
simplemente formular las tradicionales bases del gremialismo en sus claves
contemporáneas: han de postular y encarnar una dirigencia estudiantil gratuita,
inclusiva y de calidad.
Gratuita, porque deben exigir que los
candidatos a dirigir centros de alumnos y federaciones a fines de 2014 hagan
previa declaración de no recibir dinero alguno de entidades políticas para sus
campañas y sus gestiones. Con sueldos del partido, con viáticos permanentes,
con fondos asegurados para propaganda y viajes, no hay dirigentes, sino
funcionarios.
Inclusiva, porque deben dedicar buena parte de
sus energías e imaginación a incentivar la participación de esas amebas
individualistas en que se están convirtiendo gran parte de sus compañeros.
De calidad, porque son decenas los problemas de
currículo, profesores, instalaciones, financiamiento, relaciones humanas y
formación que afectan a los universitarios, y están hoy dejados por completo de
lado por parte de los activistas, ya que abordarlos implica pensar en serio,
solucionarlos da mucho trabajo y, por lo tanto, se pierde mucho tiempo dedicado
a hacer la revolución... mientras se prepara la próxima Diputación.
Algunos han dicho, con pretensiones de
originalidad, que el ideario de Jaime Guzmán para los cuerpos intermedios está
hoy fuera de foco, desfasado, que era para tiempos de guerra fría.
Si con buena voluntad lo vuelven a leer,
podrían rectificar y ayudar ellos también a desplegar una doctrina y una
mística que en los dramáticos años 1967 a 1973 demostraron ser muy eficientes
para derrotar a los activistas y devolverle la representación estudiantil a una
verdadera dirigencia.
El chavismo invulnerable,
por Joaquín García Huidobro.
No es verdad que un Gobierno con altísimos
niveles de inflación, nulo crecimiento económico, los niveles más elevados de
criminalidad en el continente, corrupción generalizada y escasez de los
productos más básicos tenga sus días contados. Tampoco es suficiente que se
multipliquen las protestas ciudadanas y que la prensa internacional destaque
las severas limitaciones a la libertad de información. Si así fuera, Maduro
debería haber caído hace tiempo, especialmente después de las manifestaciones
del último mes. Eso podrá pasar en Ucrania, pero el caso venezolano es muy
distinto. Veamos por qué.
Nosotros nos quedamos con detalles anecdóticos,
como la increíble elocuencia de Chávez o el hecho de que Maduro pretenda que su
amado líder se le presente como un pajarito. Pero esos rasgos extravagantes nos
impiden ver que el sistema chavista es genial, aunque perverso, y que hay
factores que explican que aún tenga un amplio apoyo popular, que si no es
mayoritario, al menos le permite sobrevivir y ganar tiempo.
Chávez
descubrió que los golpes de Estado tradicionales son bastante ineficientes. De
hecho, él mismo fracasó en alguno. Hay que conseguir el apoyo del Ejército y,
lo que es más difícil, mantener su lealtad. Además, es necesario encarcelar o
eliminar a los enemigos, y todo esto es ingrato, políticamente costoso y
difícil de realizar.
El método chavista es el de las termitas, que
van corroyendo el sistema de a poco, sin que duela ni se note. Con mucha plata
y los nombramientos precisos, dejó contento al Ejército. Con sistemas
similares, fue controlando a la Judicatura, la policía y otros organismos públicos.
Ahogó la libertad de prensa, que es una típica libertad burguesa que no
interesa demasiado a las masas, mientras se siga hablando de deporte y
farándula.
En suma, Chávez se valió de infinitos
resquicios Legales y de la torpeza de la oposición (que en un momento decidió
no presentarse a las elecciones en protesta por las trampas electorales) para
dictar las Leyes que más le convenían, entre ellas una que distribuyó las
circunscripciones electorales de un modo muy favorable al chavismo.
Si a esto se agrega que los democratacristianos
y los socialdemócratas estaban desprestigiados por su ineficiencia y corrupción
(por supuesto, bastante menores que las actuales), tenemos un panorama muy
propicio para experimentos populistas y antipolíticos, como los representados
por Chávez y Maduro.
Todo esto es genial y maligno. Le ha permitido
al chavismo deshacer intentos golpistas y mantener a raya a una oposición que
apenas logra unirse, y no logra articular un discurso que le haga el peso a la
magia retórica Gobiernista.
Pero la pervivencia del sistema no se explica
solo por la perversa habilidad de quienes lo montaron. Es cierto que las
últimas elecciones Presidenciales fueron muy dudosas (por algo no se permitió
el ingreso de observadores extranjeros), pero sería ingenuo negar que Maduro
aún goza de un apoyo considerable. ¿De dónde sale este apoyo? De la historia y
del presente.
La historia les recuerda a muchos venezolanos
un tiempo, en la década del setenta, cuando Venezuela nadaba en las riquezas
del petróleo, pero ellos no tocaron casi nada. Había magníficas casas,
autopistas y recursos para la investigación científica, pero la educación para
las grandes masas era mala y el acceso a la salud no estaba a la altura del
nivel económico del país. Más allá de las declaraciones retóricas de los
partidos de izquierda, lo cierto es que la clase política entera era percibida
como lejana y carente de interés por los problemas diarios de esas masas que
habitaban los barrios marginales de Caracas. Venezuela estaba muy bien, pero
para los otros.
En ese contexto, llega Chávez, un hombre
cercano, que les habla en su idioma y es uno de ellos. Por primera vez sienten
una verdadera identificación con el que está arriba. Maduro, en verdad, no es
Chávez, pero mantiene el mismo discurso contra los poderosos, contra los ricos,
contra el imperio, a quienes se culpa de todos los males. En este contexto, las
protestas de los universitarios y demás miembros de la clase media todavía le
parecen a esas masas desposeídas muy alejadas de su diaria realidad. Y la
propaganda chavista ha logrado convencer a esa parte de la población que se
trata de grupos que simplemente están tratando de recuperar los privilegios de
antaño.
También hay razones muy actuales que justifican
el apoyo del que aún goza Maduro. Como
Cristina Fernández y otros populistas, el chavismo sabe que mientras haya
subsidios y otras formas de paternalismo, podrá gozar de sustento popular.
O al menos será difícil que esas miles de personas se sumen a unas protestas
que buscan unos cambios inciertos y menos palpables que el bono o la ayuda de
que disponen hoy y ahora. Se trata de un tipo de proletariado muy conservador,
que no está dispuesto a sumarse a aventuras impredecibles, más propias de
jóvenes acomodados.
No es fácil, entonces, el panorama para la
oposición. Pero tiene una importante ventaja de su parte. Maduro y su gente no
pueden hablar sin insultar, sin atribuir los más oscuros motivos a quienes
piensan distinto. La mayoría de los líderes opositores habla, en cambio, otro
lenguaje. Quizá sean políticamente torpes y no consigan la necesaria unidad
para enfrentar a un enemigo tan poderoso. Pero su mensaje no transmite odio ni
recurren a la mentira como arma política. Eso no es todo, quizá no sea mucho.
Pero es un comienzo.
Larga prolongación del "caso tsunami".
La causa penal relativa al 27-F cumple cuatro
años de investigación y suma 95 tomos, más de 900 declaraciones de testigos,
sobre 60 peritajes, 24 audiencias en Tribunales de garantía, dos en la Justicia
naval y una en la Corte de Apelaciones de Santiago. A este material debería
sumarse ahora una cuota importante de diligencias promovidas por las defensas
de los imputados. Ceteris paribus , la enorme masa de antecedentes acumulados
dará lugar a un genuino "megajuicio" oral, que probablemente se
prolongue durante todo 2015 y quizás parte de 2016. Es natural que la inusitada
duración de la investigación, la cantidad de recursos destinados a ella y la
perspectiva de contar con una sentencia recién en dos años más, lleven a
cuestionarse la necesidad o conveniencia de todo el proceso.
A favor de su acabada realización parece
encontrarse la situación de las víctimas. Según la Fiscalía, el maremoto dejó
156 personas fallecidas y otras 25 desaparecidas. La pregunta que se trata de
dilucidar es si la pérdida de estas vidas se debió solo a las fuerzas de la
naturaleza, o si también influyó la conducta negligente de quienes tenían la
responsabilidad de protegerlas. La Corte Suprema ya se pronunció en este último
sentido respecto de la muerte de una persona en Talcahuano, condenando al
Estado a pagar la correspondiente indemnización civil. Por otro lado, en
algunos días más uno de los imputados en el proceso penal -el Jefe de turno de
la Onemi- reconocerá su responsabilidad en 77 de las muertes, como consecuencia
de lo cual, muy probablemente, será condenado. Si tanto a la Justicia civil
como a este imputado les bastó con los antecedentes recopilados a la fecha,
¿qué ocurre con la Fiscalía? En otras palabras, si de las víctimas dependiera,
el proceso debería tender a ser breve y no extenso.
Un proceso civil y uno penal no son del todo
comparables -por ejemplo, los estándares de convicción para condenar son menos
exigentes en lo civil-, pero la extraordinaria duración de una causa que a la
vez concita en forma tan intensa el interés de la opinión pública hace pensar
que para la mayor parte de los actores no es prioritario contar en forma pronta
con un dictamen final y definitivo. Esto puede deberse a la cantidad y
complejidad de las dimensiones políticas del proceso, que lo asimilan en esto a
los grandes Juicios políticos o incluso a algunos relacionados con violaciones
de los derechos humanos. Aunque también haya responsabilidades penales que
deben ser declaradas, el proceso se usa como una forma de trabajar y superar un
acontecimiento doloroso del pasado, de modo que la acusación y defensa, condena
o absolución de imputados singulares pasa a un segundo plano. Las penas que
arriesgan los imputados de la causa -todas para ser cumplidas en libertad- y la
especial dificultad para deslindar en este caso las responsabilidades políticas
de las penales parecen confirmarlo. Por lo tanto, todo indica que la causa solo
terminará una vez que el proceso político al cual sirve de instrumento haya
alcanzado la suficiente madurez.
Sentencia Judicial en el caso Luchsinger Mackay.
El Tribunal Oral en lo Penal de Temuco dio a
conocer la sentencia que condena a 18 años de presidio a Celestino Córdova
Tránsito, como autor del delito de incendio con resultado de muerte del
matrimonio Luchsinger Mackay, pero que desestimó el carácter de delito
terrorista, y lo absolvió del ataque a la familia Seco Fourcade, que sí
configuró como terrorista, por no haberse acreditado su participación. Dicha
condena se adoptó por mayoría, ya que uno de los tres Jueces estuvo por aplicar
la Ley que castiga las conductas terroristas.
Es
positivo que un crimen tan condenable, cuyas víctimas perecieron carbonizadas
como consecuencia de un ataque incendiario nocturno a su vivienda, carente de
toda provocación, y que se inscribe en un clima de violencia que azota a un
sector de La Araucanía, haya culminado en una condena efectiva a presidio,
cuando la mayoría de los delitos que se han sucedido en la zona siguen impunes.
Sin embargo, cabe lamentar que se haya desestimado el carácter de terrorista y
aplicar la penalidad consiguiente, a un hecho que manifiestamente buscaba
causar temor e inseguridad en parte de la población, funcional a los fines
reivindicativos de un reducido grupo de miembros de la etnia mapuche.
Más aún, pudiendo el Tribunal por el delito que
configuró imponer hasta la pena de presidio perpetuo, que obliga a cumplir 20
años, prefirió una cercana al mínimo previsto (15 años). Con la sanción
impuesta, el condenado podrá optar a salir en libertad en sólo nueve años. Así,
el Tribunal no parece haber reflejado en el castigo la gravedad del hecho por
sus circunstancias y el contexto de violencia que agita a un sector de la IX
Región.
Llama la
atención que se haya aseverado el carácter terrorista para el atentado a la
familia Seco Fourcade, que no terminó en una condena, dada la debilidad de los
indicios incriminatorios en contra del acusado, pero no así en el otro -más
grave- de idénticas características en su ejecución. De acuerdo con el
razonamiento del Tribunal, en el primero fue posible porque -a diferencia del
segundo- había evidencias de expresiones proferidas durante el ataque, según el
relato de las víctimas, en orden a reivindicar la causa mapuche, que actuaron
conforme a un plan premeditado y lanzaron panfletos alusivos a esa causa, lo
que acreditaría el propósito de provocar temor en una parte de la población de
sufrir delitos semejantes, que es lo que tipifica la conducta terrorista.
Empero, que no existieren todos esos testimonios porque las víctimas
sucumbieron (sí se lanzaron panfletos), no impedía tener por acreditado que
manifiestamente se perseguía causar dicho temor, mediante una presunción Judicial,
que es un razonamiento Judicial que lleva a una conclusión inequívoca. En este
caso, el contexto y antecedentes no podían ser más concluyentes.
En ese
sentido, resulta valiosa la argumentación del voto de prevención, que con un
detallado recuento de las pruebas acredita el temor que se siente en la zona -que
manifestaban desde antes las propias víctimas- y el impacto que tuvo el hecho,
agregando que no es posible ponerse una venda ante tales circunstancias y que
el sentenciador no puede cerrar los ojos ante la realidad social que enfrenta a
diario. El Ministerio Público y el Gobierno como querellante, debieran estudiar
con profundidad el fallo y el voto de prevención, para considerar la
interposición de un recurso de nulidad que busque la calificación Jurídica y el
castigo apropiados para muertes que acontecieron en un contexto de violencia
inusitada en el país.
La caída de “El Chapo” Guzmán.
La caída de “El Chapo” —por quien Estados Unidos
llegó a ofrecer una recompensa de 5 millones de dólares y México poco menos de
2,5 millones— demuestra que la muchas veces criticada cooperación entre ambos
países en el combate al narcotráfico sí puede funcionar. Al momento de su
captura por efectivos de la Secretaría de Marina mexicana, la DEA y el Servicio
Federal de Agentes brindaron un apoyo decisivo.
EE.UU. es el principal consumidor de drogas a
nivel mundial y por eso México, como su “frontera sur”, es un actor clave para
el control del narcotráfico. A lo largo de los años, la cooperación entre ambos
ha atravesado por altos y bajos, tensiones y acercamientos. Hoy la estrategia
demuestra un enfoque estructurado en torno al trabajo de inteligencia,
destinado a recabar y compartir información.
El lugar donde será finalmente Juzgado Guzmán
es tema de debate, pues ya hay versiones de que EE.UU. querría pedir su
extradición para que enfrente a la Justicia en Chicago. No obstante, lo
fundamental es que ese eventual escenario no entorpezca la actual cooperación.
La captura de “El Chapo” también define un hito
dentro del sexenio en curso de Peña Nieto, que le dará réditos políticos dentro
y fuera de México a un Mandatario embarcado en inéditas reformas al Estado.
Pero a pesar de este significativo golpe al
narcotráfico, las perspectivas de acabar con este flagelo son bajas. Todo
indica que su mano derecha, Ismael “El Mayo” Zambada, asumirá ahora el control
del cartel de Sinaloa, lo que puede dar pie a diferentes escenarios: una ola de
violencia destinada a vengar la captura de su Jefe máximo; la aparición de uno
o más sectores disidentes dentro del mismo cartel que desconozcan el liderazgo
de Zambada e inicien una guerra interna, y que otros grupos rivales —como Los
Zetas o los Caballeros Templarios— lancen una ofensiva con el objeto de
sacarlos del mercado y controlar sus territorios.
Con todo, la captura de Guzmán ya les demostró
al resto de los líderes narcos que no son intocables.
Japón y la exportación de armas.
La idea de relajar las actuales restricciones
para exportar armas es —probablemente— una de las iniciativas más
significativas dentro del giro que el Primer Ministro Shinzo Abe quiere darle a
su país. Diferentes medios japoneses y extranjeros tuvieron acceso al borrador
de un proyecto que busca reformular las limitaciones de 1967, cuando Japón
prohibió la exportación de armas a países comunistas, que se encontraran bajo
algún embargo de equipo militar impuesto por la ONU o que estuvieran implicados
en conflictos abiertos. En 1976, dichas restricciones aumentaron, al punto que
se estableció una prohibición total para la venta de armas. Ahora Abe busca
obtener la aprobación para modificar esta condición durante marzo, dejando
vigente solo el punto relativo a los embargos de la ONU.
Esta iniciativa está en directa sintonía con
los objetivos del Gobierno conservador liderado por Shinzo Abe, quien desea
recuperar el derecho a la autodefensa colectiva, lo que permitiría a Tokio
participar en conflictos junto a aliados como EE.UU., incluso si no fuese
atacado directamente. Pero este alejamiento de su perfil pacifista implica
modificar la Constitución, proceso complejo.
Actualmente Japón fabrica municiones, rifles de
asalto, tanques, el cazabombardero F-2 (una versión japonesa del F-16
estadounidense), el hidroavión de largo alcance US-2 (capaz de desplegar tropas
rápidamente) y —en el ámbito naval— el año pasado mostró el primero de los dos
nuevos portahelicópteros clase “Izumo”, los buques de guerra más grandes construidos
por el país desde la Segunda Guerra Mundial. Debe estar operativo en 2015.
¿Por qué Tokio quiere abandonar su pacifismo de
décadas, modificando su política de seguridad y elevando sus Fuerzas de
Autodefensa a un estatus militar semejante al de otros países? Básicamente,
porque en los últimos veinte años ha comenzado a percibir a China y a Norcorea
como amenazas reales a su seguridad.
Beijing ha ido demostrando su interés por
consolidarse como una potencia naval en la región. Dotarse de un portaaviones
como el “Liaoning” y establecer unilateralmente zonas de exclusión aérea en
torno a islas en disputa como las Senkaku/Diaoyu han sido gestos que han calado
hondo en los japoneses. Asimismo, el programa nuclear de Pyongyang, sumado al
desarrollo de proyectiles de largo alcance, es visto como un peligro para la
seguridad del país.
Algunas naciones, sobre todo aquellas que
fueron invadidas por el Imperio Japonés entre fines del siglo XIX y el término
de la Segunda Guerra Mundial, ven con preocupación el giro que impulsa Abe,
temiendo que Tokio resurja como una moderna maquinaria militar. Para Japón, se
trata solo de recuperar su condición plena como Estado Nación, que le permita
dejar de ser solo un espectador de los grandes procesos de toma de decisiones
en política internacional. Y para EE.UU., cuyo “giro hacia el Pacífico” es un
hecho concreto, implicaría ganar un aliado ya no solo en términos Diplomáticos,
sino defensivos.
Lo importante es que si finalmente se concretan
estas reformas, Japón continúe siendo un actor comprometido y respetuoso con el
Estado de Derecho y los tratados internacionales, tal como lo ha demostrado
desde fines de la década de 1940.
Incertidumbre al alza en la economía argentina.
El Gobierno argentino ha recurrido al
intervencionismo extremo para evitar una devaluación oficial, pero ello no ha
detenido la caída de las reservas internacionales, desde 43 mil 300 millones de
dólares en diciembre de 2012, hasta 30 mil 600 millones de dólares en diciembre
de 2013. El tipo de cambio es de cinco pesos, cuando se trata de los dólares
generados por un exportador de soya; más de nueve pesos, si es un dólar para
depósitos; más de 10 pesos por un dólar para turismo, y más de 11,5 pesos por
el dólar “blue”, en el mercado paralelo. El dólar oficial, con mayor incidencia
sobre los precios domésticos, ha ido subiendo hasta los ocho pesos, lo que ha
alimentado una inflación -no reconocida por el Gobierno- que se estima sobre
25% en 2013.
El fondo del problema es una política de
financiamiento inflacionario, proporcionado por el Banco Central al Fisco, para
mantener un nivel de gasto público insostenible, pero que no puede ser
controlado sin costos políticos. Así, en una economía financieramente cerrada,
con una base monetaria elevada, se ha abusado del impuesto inflación, y el
financiamiento del Banco Central al Fisco subió hasta el equivalente al 4,7%
del PIB en 2013 y se encamina a exceder el 5% del PIB en 2014, lo que llevará
la inflación sobre 30%.
El gasto público exacerbado ha producido la
subordinación de la política monetaria a la Fiscal, junto a una profusión de
impuestos para capturar excedentes en sectores y productos específicos. A pesar
de múltiples fijaciones de precios, la consecuencia ha sido inflación alta y al
alza. Con un mínimo crecimiento esperado para 2014 y 2015, desabastecimiento
energético, salidas de capital, cuellos de botella en infraestructura,
expectativas de inflación creciente y pérdida de reservas, la atención se va concentrando
en la real capacidad del Gobierno de ajustar, al menos parcialmente, sus
políticas Fiscal y monetaria. La alternativa, un ajuste impuesto por el
mercado, puede ser muy costosa: retiro
de depósitos en dólares del sistema, depreciación drástica del peso, inflación
sobre 40% y, finalmente, la estrechez financiera y el costo real de una aguda
crisis de confianza.
Recientemente, Argentina insinúa estar
recapacitando para evitar la crisis. Pero por ahora, no está enfrentando su
desequilibrio macroeconómico con decisión, ajustando tasas de interés,
corrigiendo los precios de los servicios públicos y reduciendo subsidios, lo
que permitiría contener la presión sobre el Fisco y, en último término,
recuperar independencia para su política monetaria. Con algo de mayor
devaluación oficial en enero, un nuevo IPC en febrero y el compromiso de
renovar su metodología de medición del PIB hacia marzo, busca acercarse al FMI
y al Club de París, cuando los litigios en Estados Unidos -donde intenta seguir
postergando los pagos a acreedores que no renegociaron- añaden incertidumbre.
Pero
estos son solo pasos simbólicos, como lo demuestra la multiplicidad de tipos de
cambio que subsiste. Sin posibilidad de reformas para intentar otra reelección
de Cristina Fernández, el Gobierno se va a seguir debatiendo entre su interés
en postergar ajustes más significativos y la necesidad de impedir que el
control de la economía escape de sus manos.
Pueblos bien informados
difícilmente son engañados.