Edición rescate.

Sale de las entrañas de la mina San José el
primer minero rescatado, Florencio Avalos.

Manuel González, rescatista experto de Codelco fue
el primero en bajar en la capsula al fondo de la mina.

Rescatado el primer minero.

Al cerrar esta edición, bastante monotemática, ya había bajado el primer rescatista, Manuel González, de Codelco, comenzaba el izamiento de Florencio Avalos y cerramos en el momento en que este chileno llega a la superficie sacado de las entrañas de la tierra por el amor de su familia, el esfuerzo de técnicos y profesionales mineros y la enorme voluntad del Gobierno de Chile...

Solo queda esperar que el resto de las maniobras de rescate se completen sin contratiempos y que en las próximas horas los mineros puedan recibir el amor de sus familias, la admiración de sus compatriotas y el cariño de 17 millones de chilenos que les han tenido durante estos 69 días en sus oraciones.

VIVA CHILE MIERDA.....

Unas lecciones inmensas....

Desde hace mucho tiempo pensábamos que la descripción de nuestro pueblo que hace Alonso de Ercilla en La Araucana, ese pueblo que se conmovió con el “aún tenemos Patria ciudadanos, o el que se desprende de las palabras del Capitán Arturo Prat, indicando que nuestra enseña Patria jamás ha sido arriada, ya no existía.

También durante muchos años hemos visto como la clase política ha subordinado los intereses particulares a los colectivos y hemos constatado con horror la pérdida de la honorabilidad en los negocios públicos, con la desesperanza de un amargo sentimiento que nos indicaba que nada nos haría reaccionar ante estas adversidades.

Los 33 mineros, 32 chilenos y un boliviano, nos han devuelta la fe, nos dieron un ejemplo de la reciedumbre de nuestro pueblo, de la firmeza y determinación con que somos capaces de solucionar los problemas que nos afectan, el valor para soportar las dificultades, la unidad que se necesita para salir de los aprietos que nos incomodan.

Las familias de estos verdaderos héroes del Bicentenario nos mostraron el camino de la fe colectiva que mueve montañas cuándo es necesario, la fortaleza y capacidad de lucha de nuestra sin par mujer chilena, el optimismo, que nos hace tanta falta, que logra movilizar al mundo para salvar a sus seres queridos.

El Gobierno, también nos dio un ejemplo de voluntad para llegar al objetivo, nos enseñó que buscando a los más capaces se puede llegar a las metas propuestas, superar las dificultades y ganársela a lo que pudo ser una desgracia inmensa, nos señalo, también, que es necesaria la voluntad para superar las tragedias.

En nuestra mente se agiganta la bonhomía de un Golborne, que además nos mostró un temple fuera de lo común y un tesón que le convierte en un ser humano de excepción, su cercanía con la gente nos dio un ejemplo palpable de lo que es ser eficiente y a la vez humano, Mañalich nos enseñó a planificar para superar la deficiencia de los equipamientos.

Piñera, del que como hemos dicho muchas veces no es santo de nuestra devoción, nos señaló, con sus acciones más que con sus palabras, que se puede ser partidario de las sociedades de consumo y a la vez tener un sentido de humanidad, con el que se empeñaron todos los recursos del Estado en aras a rescatar a nuestros 33 héroes.

Esos miles de titanes que lucharon anónimamente, y en muchos casos como voluntarios, para ganársela a foso en que nuestros mineros se encontraban atrapados a casi 700 metros de profundidad, no pueden sino devolvernos la visión de un país y un pueblo solidario, al que, por muchas dificultades que le ponga la naturaleza, se levanta una y otra vez.

Aunque han sido vilipendiadas la religiones, la fe de la gente en la oración para lograr que Dios nos ayude en momentos álgidos, sin duda es otra lección para nuestro mundo materialista que ha reemplazado los valores espirituales por un consumismo deshumanizante y vacio, que en los momentos difíciles nos deja huérfanos en el universo.

Esa gente humilde que hizo llegar sus donaciones para levantar el ánimo de las familias de los mineros, sean los pescadores de distintas caletas, sean aquellos payasos que hicieron reír a los hijos de esta desgracia, esos profesores que montaron una escuela en la nada, nos señalaron que la grandeza sigue en el alma nacional.

Este incidente nos ha devuelto el respeto a nuestra gente, entre la que por cierto nos incluimos, y nos ha demostrado que como país estamos en condiciones de aceptar y ganar los retos que se nos impone, como el de llegar al desarrollo con justicia, con el solo requisito que todos los chilenos rememos para el mismo lado.

Consideramos que una vez elegido un Gobierno, aunque pueda no gustarnos, todos debemos estar detrás de este para incentivarlo a cumplir sus promesas electorales, y como un solo hombre y mujer, tirar del carro de nuestro trabajo para lograr entregar a las futuras generaciones un país con oportunidades iguales para todos.

La tragedia de Atacama se convirtió en una de las noticias más importantes del mundo, no porque sea poco habitual la ocurrencia de desastres de este tipo, sino porque se resalta el valor y la fuerza de los atrapados y la determinación de sus familias y compatriotas de realizar todos los esfuerzos posibles por sacarles con vida de las entrañas de la tierra.

Es una tragedia con un final feliz, así lo ve el mundo, lo que pasaron nuestros endurecidos mineros no es algo fácil de emular, pero sin duda alguna nos da un ejemplo clarísimo que lo que hace la unidad de un pueblo y a los lugares en que se puede llegar cuándo existe la determinación de superar los escollos y de llegar a la meta propuesta.

No podemos terminar estas líneas sin agradecer a cada uno de los 33, a sus familias, a los miles e involucrados en este salvamento, que se encuentran en todos los ámbitos de la sociedad, por el magnífico ejemplo que nos han dado y por la enorme tarea de unir a nuestros compatriotas que nos han dejado como corolario de esta desgracia.