Millones
de estadounidenses votaron
ayer para
elegir Presidente, la mitad
del Senado
y completamente la
Cámara de
Representantes. Los
demócratas
se asegurarían el Senado
y los republicanos la Cámara baja.
Recuentos y proyecciones en elecciones de EE.UU.
Al cierre de esta edición la lucha entre Romney
y Obama se perfilaba bastante estrecho,
sin que nadie se atreva a dar un resultado definitivo ni asegurar quien será el
ocupante de la Casa Blanca por los
próximos cuatro años.
En el momento que se escribía esta nota el
Presidente Barack Hussein Obama se había asegurado 157 votos electorales, el
desafiante Willard Mitt Romney había obtenido a esa hora 162 grandes electores.
En lo que parece más definitivo las
proyecciones dan una leve ventaja a los demócratas e la elección de Senadores y
se proyecta que los republicanos se quedarían con el control de la Cámara de
Representantes.
Recontarán votos en 90 mesas de Ñuñoa.
Aún no se ha definido quien ganó la Alcaldía de
Ñuñoa, los resultados preliminares dan una leve ventaja a la socialista Maya Fernández,
el Tribunal Electoral, tras los reclamos de renovación nacional, decretó que se
contarán nuevamente los votos de 90 mesas de la Comuna, en audiencia pública y
posiblemente el resultado se conocerá el viernes.
Un buen cambio,
por Gonzalo Müller.
Esperado hace semanas, anunciado y teorizado
hasta el límite, el cambio de Gabinete, más allá de las expectativas, nos dejó
varias señales de qué podemos esperar de estos últimos 16 meses del Gobierno
del Presidente Piñera.
Nunca es tarde. Desde el inicio del Gobierno se
fueron acumulando críticas a la falta de conducción política, las que, si bien
se iniciaron en la UDI, finalmente fueron compartidas también por Renovación
Nacional. Por lo mismo, incluso en la oposición se ve con buenos ojos la
llegada de Andrés Chadwick al Ministerio del Interior. Su aporte desde la
vocería al equipo político y su creciente influencia en Palacio hicieron
inevitable el cambio. Las expectativas por su desempeño son altas y su
experiencia política será puesta a prueba por un Gobierno que aún debe
implementar una parte importante de su agenda, para lo cual necesita iniciar un
estrecho diálogo con la oposición y alcanzar acuerdos que destraben proyectos
emblemáticos, como los cambios en educación. Al mismo tiempo, deberá enfrentar
las elecciones Parlamentarias y Presidenciales, donde se espera que se note su
capacidad de controlar y marcar los tiempos políticos.
La salida masiva de Ministros hacia el
Parlamento es algo que no ocurrió. Ello habla de que los Secretarios de Estado
de ambos partidos —y sobre todo de la UDI, que es quien tiene más figuras
emblemáticas en el Gabinete— apostaron por el éxito del Gobierno. No es
casualidad la pertenencia generacional del Presidente Piñera y de gran parte de
su Gabinete: en muchos de ellos pesó el que la suerte del proyecto político de
la centroderecha está asociada ineludiblemente a que este Gobierno termine bien
y pueda concretar el sello de lo que significa para el país cuando Gobierna
este sector. Sin duda, muchos podrían haber optado legítima y probablemente de
forma exitosa por acceder al Senado, pero pesó más una mirada de largo plazo;
es decir, que para pensar en futuros Gobiernos era clave marcar el sello en
cómo termina éste, el primer Gobierno de la Coalición en 50 años.
Finalmente el postergar la decisión del cambio
de Gabinete para después de las elecciones Municipales terminó siendo un
acierto del Presidente Piñera. Al realizarlo en este momento, cambió
dramáticamente la agenda de discusión pública, instalando la competencia entre
los dos ex Ministros y ahora candidatos Presidenciales, y dejando atrás los
efectos del mal resultado obtenido por la Coalición en Comunas emblemáticas.
Más allá de las obvias críticas de la oposición, habla bien del Gobierno que
ambas figuras que buscan proyectar su obra provengan del Gabinete.
Queda abierta la cancha para que los candidatos
del Gobierno se concentren en recorrer y escuchar a Chile entero, para con su
discurso y propuestas invitarlos a participar en la concreción del programa y
finalmente de las primarias. Si alguna lección debe aprender el oficialismo es
que, tanto en las primarias como en las elecciones de voto voluntario, la clave
es la intensidad de la preferencia. Esto es, que sus candidatos deben no sólo
convencer, sino conmover al electorado de centroderecha; movilizarlo y
activarlo es un requisito esencial para enfrentar no sólo la primaria, sino,
más importante aún, ser competitivos para la elección Presidencial.
Con este cambio de Gabinete y la decisión de
iniciar el proceso de primarias, el oficialismo le pone presión a esa larga
lista de precandidatos de la oposición y sus partidos, para iniciar sus propios
procesos de selección y validación, y casi impide lo pretendido por sectores de
la Democracia Cristiana y el socialismo de evitarle a Michelle Bachelet el
someterse a primarias competitivas. Esto hoy sería imposible sin afectar la
presentación ciudadana de su candidatura.
Movilidad social en Chile.
por Rodrigo Castro.
La última Encuesta Nacional Bicentenario
UC-Adimark entregó interesantes resultados respecto de la percepción que tenemos los chilenos de la movilidad
social. El panorama tiene de dulce y agraz. Por un lado, casi dos tercios creen
que su situación actual es mejor que la de sus padres; sin embargo, menos
chilenos ven posibilidades de avanzar socialmente.
Es innegable que esta fotografía social no debe
llevar a inmovilismo en términos de políticas públicas. La movilidad está hoy
relacionada con el crecimiento económico, y un retroceso en este ámbito se
puede traducir en estratificaciones mucho más rígidas. Asimismo, cabe
preguntarse, a la luz de los resultados de la encuesta, si el aumento en
capital educacional ya se amortizó en términos de movilidad social durante los
últimos años.
Para evitar una eventual amortización hay un acuerdo
transversal en la necesidad de avanzar en la calidad del sistema educacional en
los próximos años.
En las últimas tres décadas Chile ha vivido
transformaciones estructurales que han modificado profundamente nuestro tejido
social. Por un lado, el crecimiento económico ha permitido un aumento
significativo de los niveles materiales de vida y cambios en los patrones de
consumo y estilos de vida. Por otro, hemos enfrentado cambios en la estructura
social a través de un aumento en el capital cultural y educacional. Al mismo
tiempo, se aprecia un debilitamiento de las instituciones del Estado como
principal mecanismo de ascenso social y económico. Además, cambian los
criterios de jerarquización social, dando mayor prioridad al mérito.
Ahora bien, estudios sobre movilidad social han
puesto en discusión el hecho de que nuestra sociedad sería clasista, no
meritocrática y rígida en su estructura social; es decir, quien nace pobre,
muere pobre, y quien nace rico, muere rico. A la luz de la demanda y malestar de
los movimientos sociales, cabe preguntarse si Chile es una sociedad rígida en
su estructura socioeconómica. La respuesta a esta pregunta no sólo es
importante por el actual contexto, sino porque el tema de la movilidad es,
desde el punto de vista del bienestar, más importante que el porcentaje de
pobres y la mala distribución del ingreso. En efecto, sociedades con mayores
niveles de movilidad tienen mayor crecimiento económico, son percibidas como
más justas, y garantizan mayor estabilidad social y política.
La encuesta también entrega una señal
preocupante. La mayoría de las personas estima que es muy baja la probabilidad
de que un pobre salga de su condición o que un joven de escasos recursos
ingrese a la universidad. Un mayor acceso y calidad en todos los niveles de
educación, pero en particular en el nivel preescolar, sigue siendo la principal
política pública para lograr una mejor distribución de oportunidades. Aunque
tenemos un acceso relativamente parejo a la educación básica y media, aún
persiste una brecha significativa en el nivel preescolar y universitario, y en
los resultados educacionales según el ingreso familiar.
Se ha avanzado, pero estamos aún lejos de
acercar las oportunidades según origen. Con todo, nuestra alta desigualdad de
ingresos le impone límites a la igualación de oportunidades.
Primeras lecciones del voto voluntario,
por Álvaro Fischer Abeliuk.
La gran abstención habida en estas elecciones Municipales
ha permitido apreciar, con más nitidez que si hubiese habido una gran
participación, los beneficios que, en términos de competencia, el voto
voluntario trae a la actividad política del país. Antes de fundamentar esa
afirmación, resulta pertinente examinar las razones que llevaron a cambiar el
antiguo sistema.
Desde el retorno a la democracia, el padrón
electoral comenzó a estancarse, pues las nuevas generaciones decidían no
inscribirse en los registros electorales, no por la complejidad del trámite de
inscripción o un desinterés permanente con la política -sin perjuicio de que en
algunos casos así haya sido-, sino porque inscribirse las obligaba a concurrir
a votar en todas las elecciones siguientes.
Las nuevas generaciones querían tener libertad
para ejercer su derecho a voto cuando quisieran y en las circunstancias que
quisieran. La inscripción automática y el voto voluntario procuraban satisfacer
esas demandas. Se amplió el universo potencial de electores, pero no se aseguró
una mayor participación.
Por otra parte, la progresiva desafección de la
ciudadanía con la política tiene su origen en la baja competencia a que la
actividad ha estado sometida.
En efecto, el sistema binominal casi asegura la
elección de un Parlamentario por conglomerado, lo que traslada la elección,
desde los ciudadanos, a la decisión de candidatos por las cúpulas partidarias,
y el voto obligatorio permitía, especialmente a los Alcaldes y a los Parlamentarios,
contar con la concurrencia obligada a las urnas de electores a quienes ellos
conocían con un detalle mucho mayor que sus desafiantes. Eso les facilitaba la
reelección, y además podían ejercer el cargo de una manera relativamente
desvinculada de la ciudadanía, sin que constituyera una amenaza para
mantenerlo.
Así, para los políticos disminuyó la
competencia y bajaron los incentivos para mejorar sus prácticas. Esa menor
necesidad de accountability redujo la calidad general de la política.
De ahí los beneficios del voto voluntario:
transforma en incierto el anteriormente conocido universo de votantes; no se
sabe cuántos votarán ni quiénes compondrán el grupo que finalmente lo haga. Eso
obliga a los candidatos a seducirlos para que concurran a sufragar, a mejorar
el contenido de sus campañas para lograrlo y a ejercer su cargo utilizando las
mejores prácticas disponibles, procurando cumplir sus promesas y exhibir de
paso compromiso y responsabilidad en su labor frente a la siguiente elección.
Ello aumenta de manera natural la competencia
entre los políticos, tanto en las campañas como durante el ejercicio de sus
cargos, y permite abrigar esperanzas de una mejor calidad futura de la
actividad y una mejor percepción de ésta por parte de la ciudadanía.
La oposición entendió mejor esa situación.
Procuró entusiasmar a los electores con campañas épicas en ciertas Comunas
emblemáticas, o con primarias en muchas otras. Incluso, hubo primarias en las
que aceptó triunfos de candidatos que no eran del agrado de las cúpulas, aun
cuando luego éstos perdieran la elección principal, como sucedió en el caso de
Valparaíso. El oficialismo, en cambio, no reaccionó y mantuvo el tono general
de la campaña; además, renunció a las primarias, y perdió Recoleta y La Reina.
La reacción de los políticos no debe
confundirnos. El voto voluntario era malo para la oposición antes de las
elecciones, mientras temía un resultado adverso, y se transformó en malo para
el oficialismo, cuando se enteró del resultado. El interés de corto plazo de
los partidos políticos es ganar elecciones, y eso no siempre está alineado con
los intereses de largo plazo del país.
Éste requiere que la política mejore de nivel,
introduciendo más competencia. Ella favorecerá una mayor participación ciudadana,
y, como resultado de ello, el país estará mejor gobernado y la población podrá
volver a apreciar la política como la tarea noble y fundamental que realmente
es. El voto voluntario apunta en esa dirección, pues incentiva a los candidatos
a seducir al votante, aumentando la competencia, y, una vez electos, a ejercer
el cargo con responsabilidad, para que los votantes quieran concurrir a
reelegirlo.
¿O alguien cree que los problemas de la
política chilena se resolverán obligando nuevamente a los ciudadanos a votar,
para luego celebrar una anticipable "alta" participación?
Nota de la Redacción:
Estamos casi de acuerdo con el articulista,
aunque debemos dejar constancia, una vez más, que en Providencia se dio la
situación de una primaria y de una trampa, por demás ilegal, el acarreo de
votantes de otras Comunas, lo que dio paso a un resultado que no representa el
pensamiento ni los deseos de los electores de la Comuna.
Cambio de Gabinete para última etapa del Gobierno.
El Presidente Sebastián Piñera anunció ayer (El
lunes) los cambios a su Gabinete de Ministros, anticipándose a la fecha en que
se proyectaba, con el evidente propósito de retomar la agenda política, luego
de la última elección Municipal. En el cambio destaca la salida de los Ministros
Golborne y Allamand, quienes asumirán a partir de ahora plenamente su
precandidatura Presidencial.
El principal desafío que deberá enfrentar el
Mandatario y su equipo de Ministros es evitar que en este último tercio de su
período se transmita la imagen de un Gobierno sin el impulso suficiente para
llevar adelante los proyectos aún pendientes de su programa, evitando lo que se
conoce como el síndrome del “pato cojo”, así como recuperar el apoyo ciudadano
de cara a las elecciones Parlamentarias y Presidenciales del próximo año. Para
lograrlo, requerirá una agenda clara y sensata, y de una coordinación que hasta
ahora no ha logrado plenamente con los partidos de la Alianza, lo que además se
verá naturalmente dificultado por las asperezas propias de la carrera Presidencial
que comienza.
El cambio más relevante es el traslado de
Andrés Chadwick a la cartera de Interior, asumiendo así la plena conducción
política del gobierno, luego de un proceso en que había ganado creciente
espacio e influencia gracias a la sustancial mejora que había introducido al
orden y disciplina comunicacional desde la Secretaría General de Gobierno. El
hecho de que no forme parte del partido político del Presidente es una
demostración de que ha optado por formar el equipo que estima más idóneo antes
que mantener una cierta representación partidaria.
El paso del ministro Hinzpeter desde Interior a
Defensa representa el reconocimiento de las debilidades que exhibía su
conducción política, y su permanencia en el gabinete está probablemente
asociada al propósito de mantenerlo en el equipo cercano al Primer Mandatario.
Sin embargo, esto representa un duro golpe para RN en la medida que pierde un
cargo de gran relevancia para el período que se avecina, aunque la llegada de
Cecilia Pérez a la Segegob le abre un nuevo espacio a uno de los liderazgos de
recambio en ese partido. Es llamativo, además, que sólo la ministra Catalina
Parot haya dejado su cargo para optar a una candidatura parlamentaria, quedando
en el camino el interés de otros ministros por esta alternativa.
La oportuna salida de los ahora dos
precandidatos presidenciales de la Alianza alivia la presión que se había
generado para el gobierno con su doble rol y con las críticas que provenían de
la oposición por este motivo. Sin embargo, es esperable que esto traslade parte
importante de la atención pública hacia la competencia que se inicia entre
ambos, lo que puede dejar a La Moneda en un difícil segundo plano de la agenda
pública. Los partidos oficialistas deberán aquí desarrollar una inédita
capacidad de mantener su cohesión y trabajo conjunto con el gobierno, mientras
al mismo tiempo sus respectivos abanderados compitan por una candidatura
presidencial.
El Presidente ha optado así por no introducir
mayores cambios en su equipo cercano, pero ha dejado a un nuevo ministro del
Interior la difícil tarea de recuperar en su última etapa el apoyo perdido a su
gestión.
Positiva reforma al sistema registral.
Inicia su tramitación en el Congreso un
proyecto de ley impulsado por el Gobierno para reformar el sistema registral y
el archivo judicial. Hace mucho tiempo que se evidenciaba la necesidad de
cambios profundos, especialmente en materia de nombramientos y de
responsabilidad. Los primeros se caracterizan actualmente por su falta de
transparencia, y la efectiva responsabilidad de los funcionarios depende por
completo del ejercicio de las facultades disciplinarias de las Cortes, que
hasta ahora no ha sido particularmente enérgico. Por eso mismo, se trata de un
proyecto que ha despertado grandes expectativas, especialmente entre los usuarios,
y al que -según se ha informado- seguiría un segundo en enero próximo.
En esta primera etapa se aborda el sistema de
nombramientos, en lo que destaca la exigencia de un examen de habilitación que
los interesados en ser notarios, conservadores o archiveros deberían rendir
previamente ante la Academia Judicial. Los nombramientos estarían a cargo de la
Corporación Administrativa del Poder Judicial, que elegiría al candidato que
obtuviera mejores calificaciones en ese examen. También se contempla la división
del territorio jurisdiccional del Conservador de Bienes Raíces de Santiago.
Habría controles periódicos y una exigencia similar para quienes opten a cargos
de mayor categoría. Con esto se busca asegurar que todas las personas elegibles
posean un mínimo de cualificación para el desempeño de sus cargos. Además, el
proyecto establece el uso del folio real en el registro de los bienes raíces
-sistema que los mismos conservadores ya han venido aplicando en el
otorgamiento de certificados-; confiere competencia a los notarios para
realizar sin necesidad de orden judicial ciertas diligencias como las
informaciones para perpetua memoria o autorizaciones para el cobro de pensiones
asistenciales, y considera otras regulaciones específicas para la función notarial,
entre ellas una serie de inhabilidades comunes o análogas a las que afectan a
otros cargos públicos.
El próximo proyecto contemplaría, a su vez,
medidas para incorporar masivamente diversos mejoramientos tecnológicos, aunque
muchos oficios notariales y conservadores de bienes raíces ya utilizan las
ventajas, por ejemplo, del uso de la firma electrónica avanzada. Este segundo
proyecto es tan necesario como el primero, pues algunas prestaciones que hoy se
consideran mínimas, como la interconexión de los oficios y sus registros, y la
existencia de un repositorio digital que contenga la totalidad de los datos, al
parecer sólo pueden implementarse en la medida en que exista obligación legal
de hacerlo.
Lo más relevante será, sin embargo, conocer la
forma en que se piensa fiscalizar el trabajo de los notarios y la manera en que
-manteniendo su autonomía y la relevancia de su función en el sistema jurídico
chileno- se consiga establecer un régimen de responsabilidades efectivo y
eficaz, lo suficientemente ágil como para asegurar un estándar mínimo en el
trabajo de cualquier notario, conservador o archivero del país. La función que
desempeñan es muy relevante, y vale la pena mantenerla, pero debería mejorar el
nivel de garantías que actualmente ofrece.
La presentación de este proyecto será también
buena oportunidad para que los incumbentes den a conocer el trabajo que han
realizado y contribuyan desde su experiencia al mejoramiento de las propuestas,
en beneficio de los usuarios y de la fiabilidad y funcionalidad del sistema en
su conjunto. Es de esperar que la misma expectación que ha generado el Gobierno
en torno a este proyecto, en lo que parece ser un esfuerzo bien pensado, logre
impulsar tanto su estudio en el Congreso como el escrutinio público necesario para
que así ocurra.
La reventa delictiva.
Estadísticas oficiales han mostrado recientes
bajas apreciables en delitos de alta connotación, y algunas voces han
cuestionado su efectividad. Puesto que la percepción de inseguridad no está
dada sólo por los delitos mayores, sino también por los de comparativa menor
envergadura, conviene examinar qué se está haciendo también en esta última
materia.
Por ejemplo, Carabineros ha alertado sobre un
aumento de 9% en los robos de motocicletas en lo que va de 2012 en comparación
con 2011, alcanzando un total de alrededor de 1.300 casos, equivalente al 2%
del total de estos vehículos (aproximadamente 63 mil). El robo de motocicletas
es poco frecuente en comparación con los 650 mil delitos de mayor connotación
registrados por las policías, pero ilustra las estrategias que deben
desplegarse contra delitos como estos, clasificables como "de
oportunidad", y que como categoría sí son con mucho los más frecuentes en
Chile.
Como lo observó Carabineros, el aumento de
ventas de este bien está influyendo en su mayor presencia en el espacio público
y, por tanto, en la cantidad que se roba. Sin embargo, reducir este ilícito
requiere no sólo medidas de prevención situacional por sus dueños (como las
promovidas por la policía al dar a conocer estas cifras), sino también acciones
de esa institución y el desbaratamiento de los mercados de reventa de
motocicletas robadas y de sus partes.
Sin duda, los dueños de estos vehículos
deberían instalar elementos de seguridad (como cortacorrientes y GPS) o
preferir marcas y modelos que los incorporen. Pero la publicación periódica por
Carabineros no sólo de cuántas son las motocicletas más robadas, sino también
de cuáles son más vulnerables (al igual que para el caso de los automóviles,
cuyos robos, según Carabineros, bajaron en 4,6% entre marzo y septiembre de
este año), sería un aliciente para que las empresas también se preocupen de
este aspecto, y empiecen a comprender que el aumento de los robos es una
"externalidad negativa" de su negocio.
Y es obvio que los dueños deben velar por
estacionar su motocicleta en lugares en que haya vigilancia formal o natural
(la ejercida por personas comunes y corrientes durante sus actividades y
desplazamientos).
Otra arista muy importante no suele ser
considerada por los órganos de persecución penal: Chile tiene vastos mercados
de reventa de bienes robados de toda especie -ganado, equipos electrónicos,
joyas, vehículos-, que son distribuidos por sofisticadas cadenas de
comercialización. La reventa de bienes robados se concentra en una muy pequeña
proporción de establecimientos comerciales, y es función de policías y Fiscalías
identificarlos y desarrollar estrategias de persecución penal que desbaraten
ese negocio a sus dueños. Urge actuar frente al hecho de que, en nuestro país,
el combate a la compraventa de objetos robados está lejos de alcanzar niveles
aceptables en países desarrollados.
Fallida tregua en Siria.
La tregua de cuatro días acordada entre el Gobierno
de Basher Assad y los opositores al régimen, que se inició la semana pasada
para celebrar la fiesta musulmana del sacrificio, no fue respetada por el
régimen y habría terminado con un lamentable saldo de 400 muertos entre
civiles, rebeldes y miembros del Ejército regular, según reportó el
Observatorio Sirio de DDHH.
Estos violentos hechos reafirman que la guerra
civil que sacude a ese país desde hace casi 20 meses se ha agudizado y está
lejos de terminar. Según cifras de Naciones Unidas, desde que se inició el
conflicto interno, han fallecido más de 30 mil personas. Esta no es la primera
vez que se plantea un alto al fuego, ya que la propia ONU y la Liga Árabe
impulsaron hace algunos meses tratativas que terminaron en fracaso y que
llevaron al enviado especial de ambos organismos, Kofi Annan, a renunciar a su
rol de intermediario.
Estas treguas, más que lograr un acercamiento
entre las partes, han sido utilizadas por el Gobierno de Damasco para ganar
tiempo y profundizar las ofensivas militares contra los opositores. Todo esto
se ha visto acrecentado por la incapacidad de la comunidad internacional de
adoptar una acción conjunta y decidida en contra del régimen de Assad,
situación que se debe, en gran medida, al veto impuesto por Rusia -aliado de
Siria- en el Consejo de Seguridad de la ONU. Esta falta de acuerdos ha impedido
que se materialice la propuesta planteada en Ginebra que establecía la creación
de un gobierno de transición.
La magnitud de la crisis en Siria requiere
redoblar los esfuerzos por terminar con las hostilidades. Mientras eso no
ocurra, será difícil acercar posiciones y lograr acuerdos que permitan
solucionar el conflicto y evitar que se prolonguen sus graves consecuencias en
términos de pérdida de vidas humanas y destrucción.
Una carta para el análisis.
Señor Director:
Cambio de Gabinete.
No obstante las expectativas y especulaciones,
bastante “fome” resultó el “adelantado” cambio de Gabinete, madurado en Isla de
Pascua por el Presidente Piñera. A éste, según el Congresista Jorge Pizarro
(DC), los Ministros Allamand (RN) y Golborne (Ind.) lo habían dejado “en
ridículo” al lanzar sus candidaturas con bombos y platillos (?) a través de la
prensa el fin de semana pasado. Hubo otros comentarios previos: “El Presidente
cometió un gravísimo error al instalar la lucha Presidencial en el seno de su Gabinete”,
dijo Camilo Escalona (PS), mientras que, pintorescamente, Francisco Vidal (PPD)
aseguró que “Golborne y Allamand ahora tienen siete meses para sacarse la
cresta”.
Al final, sólo salieron tres Ministros, más
algunos enroques. Pero, dilucidado el cuadro pre-Presidencial del oficialismo,
las miradas se dirigen a la oposición, en donde no faltan algunos precandidatos
que desde ya están haciendo “el ridículo” ante la incertidumbre del regreso o
no de Bachelet, a quien ¿tratarían con guante blanco en primarias? ¿No las
habría? ¿O se sacarían “la cresta” entre sí, tras la nominación oficial?
Jorge Saavedra Moena.