Decisión ineludible,
por Rolf Lüders.
A pesar de la
recesión en Europa y el relativamente bajo crecimiento en EE.UU. y Japón
-fenómenos que van a perdurar por años-, Chile está creciendo a tasas
relativamente elevadas y lo continuará haciendo hasta el fin de esta Administración.
Hay buenas razones para ello: el manejo macroeconómico y, sobre todo, los altos
precios del cobre.
No obstante, el país
enfrenta a mediano plazo un importante reto de política económica, que se
deriva de nuestra sino-dependencia. Cómo se enfrente este reto definirá los
resultados y el carácter -exportador de materias primas o exportador de una
gama diversificada de bienes y servicios- de nuestra economía en las próximas
décadas. Los candidatos Presidenciales no podrán sino pronunciarse sobre el
tema.
No se trata de un
asunto de derechas o izquierdas, de más libertad o más igualdad. A pesar del
llamado a una revolución social de personas como Camila Vallejo, la inmensa
mayoría de los chilenos están contentos con sus vidas y no desean cambios
drásticos en un sistema económico-social que les ha dado prosperidad.
La amenaza económica
que enfrentamos a mediano plazo es de origen externo y se llama China. Según The Economist, Chile tiene la economía
más sino-dependiente del mundo. Este es un hecho y tiene implicancias muy
importantes. Si China crece a mediano plazo a tasas elevadas -como la mayoría
de los agentes económicos espera- nuestra economía tenderá a especializarse en
no transables y en exportaciones minerales. De hecho, los catastros de
inversiones para los próximos años muestran que el 80% de ellas se estaría
realizando en minería y energía; en este último sector, en buena medida para
satisfacer los requerimientos del primero. Además, la agricultura y la
industria ya muestran signos del mencionado proceso de cambio estructural.
Alternativamente, si
China deja de crecer en unos años más a esas tasas elevadas, el precio del
cobre caería significativamente y Chile -que a esas alturas ya habrá
reorientado su estructura productiva- vería su crecimiento limitado por la
restricción externa.
Apostar a que China
siga creciendo a tasas elevadas -por ejemplo, superiores al 7,5% anual- o a
que, si se desacelera, India tome la posta, es arriesgado. China ha evitado en
gran parte que la reciente crisis la contagie, porque ha desviado la demanda
desde exportaciones a inversión interna. Esta representa ahora, según datos del
Banco Mundial, el 48,4% del PIB; en cambio, el consumo privado tan sólo alcanza
el 34,4%. Estas proporciones son insostenibles a mediano plazo -si sólo por motivos
políticos- y cambiarlas, sin afectar la tasa de crecimiento, es un gran desafío
institucional.
Los candidatos Presidenciales
deben pronunciarse sobre la forma en que pretenden enfrentar el problema
causado por nuestra sino-dependencia. Ella, en el mejor de los casos,
generará un cambio
mayor en nuestra estructura
productiva -con las consecuencias que ese proceso conlleva- y en el peor
de los casos -si no se toman las medidas adecuadas- a una baja significativa y
prolongada de nuestra tasa de crecimiento económico.
La derecha, ¿una lección
francesa?
por Gonzalo Bustamante.
LA centroderacha
francesa es históricamente una de las más importantes. Ha dominado las
elecciones presidenciales y de primeros ministros de la Quinta República.
Su principal grupo
actual, Union pour un Mouvement Populaire
(UMP), ha realizado una inédita elección, incluyendo debates públicos,
para escoger su próximo Presidente. Se enfrentaron Francois Fillon y
Jean-Francois Copé. Fue una votación cerrada, sólo para militantes.
Todas las encuestas
daban una gran ventaja sobre 20 puntos a Fillon. No fue así. El resultado
preliminar dio ganador a Copé por una diferencia mínima. El bando fillonista la
ha impugnado.
¿Qué lecciones deja a
la centroderecha chilena?
Primero: evitar el
caos. La competencia genera una dinámica enriquecedora, pero es de suma
importancia evitar desenlaces con “escándalo”. Le pasó al UMP ahora; antes al
PS. Debe existir un mecanismo que impida finales de “teleserie” en casos de
llegadas muy estrechas.
Segundo: se gana con
votos, no encuestas. En una elección con voto voluntario no hay encuesta que
asegure ganador.
Tercero: electorado
amplio. Se necesita una base pluralista. La derecha francesa se ha organizado
siempre a modo de paraguas: distintas corrientes internas que compiten entre
sí. Cuando han perdido elecciones ha sido por incapacidad de manejar esa pluralidad.
En el caso de la Alianza, las primarias Parlamentarias pueden ser la forma de
canalizar distintas sensibilidades que disputen los cupos. Inclusive, podría
invitar a ellas a sectores que no militan en RN-UDI.
Cuarto: diversidad
democrática. La variedad del sector excede la UMP. Los centristas
neogiscardianos se agrupan en la recién formada UDI, partido fuertemente
liberal y laico. Lo que permite la convergencia UMP-UDI, con todas sus
diversidades internas, no son definiciones de
“impuestos más, impuestos menos”, sino una forma de entender el Estado,
la nación y los valores republicanos de una comunidad política. Quien pone en
duda esos principios democráticos queda excluido de la familia.
Quinto: la
experiencia paga. Partidos fuertes generan su propia clase dirigente y eso
requiere ganar experiencia en el tiempo, no a la rápida. Tanto Copé como Fillon
son animales políticos que poseen experiencia de más de 20 años, han ganado y
perdido elecciones. El posible mediador, Juppé, es uno de los políticos europeos
de más trayectoria.
Sexto: quien no gana
debates, no es competitivo. Los políticos capaces de dar vuelta elecciones o de
asegurar victorias son los que pueden vencer en debates. En situación de
desventaja es clave. Copé es un polemista temible; Fillon, un hombre con aplomo
y seguridad. Las palabras son las armas en una democracia; quien no sabe
ocuparlas da una gran ventaja.
La Alianza debe
aprovechar la oportunidad de una primaria con incógnita en su resultado, cosa
que no queda claro que la Concertación pueda replicar.
La experiencia
comparada muestra que la competitividad de un candidato se prueba en
condiciones de confrontación de carácter e ideas. La única prueba que vale es
el día de la elección, lo demás es retórica.
Vasos comunicantes,
por Jorge Edwards.
En Puebla, a unas dos
horas por tierra del Distrito Federal, la Nueva España de hoy, la República de
México, se ve bulliciosa, pujante, un tanto descascarada en sus bellos y
antiguos monumentos Virreinales. Me instalo en un banco de la Plaza de la
Catedral y pruebo un mole poblano, regional, y sorbo a gotas un tequila
reposado con sangrita. Se me instala un guitarrista local a la altura del oído.
Cuando ve que sólo tengo dinero plástico en las faltriqueras, se aleja más que
ligero, cruza la calle, se saca algunos de sus arreos y come una tortilla. No
son tierras de pan sino de tortilla de maíz, y compruebo que el hábito del vino
es más bien reciente. José Vasconcelos, en los años de la llegada a México de
Gabriela Mistral, invitada por él a participar en su reforma educativa,
sostenía que los pueblos de alcoholes fuertes tienden a ser violentos. Que las
civilizaciones avanzadas, como la de Grecia o la de Francia, se construyen en
torno al vino, bebida de conversación amable y de reflexión más tranquila.
Vaya uno a saber.
Nosotros, vinosos y viñateros, solemos perder la calma sin necesidad de licores
fuertes. Lo he observado en el Chile discutidor, cascarrabias, a menudo
intolerante, de estos días, y me ha dejado preocupado.
Entender el México de
ahora no es fácil, sobre todo desde la Provincia. En mi hotel, que tiene todas
las estrellas de este mundo, me miran un poco extrañados cuando pido que me
conecten el teléfono con urgencia. Cuando muestro el enchufe de mi computador y
pido algo que lo adapte, me miran con una ligera conmiseración. Quizá, me digo,
tienen razón ellos. Soy una persona condenada a vivir en la aceleración, en la
ansiedad, en los ritmos trepidantes de las grandes capitales. Mirar cielos
cambiantes por encima de cúpulas barrocas, dormidas en su pasado, podría
implicar una sabiduría superior.
No soy demasiado
aficionado a ferias, pero las ferias de libros, que han proliferado en todas
partes en años recientes, sirven para conocerse, para acordarse de cosas, para
tener algunos descubrimientos y algunos reencuentros. Me preguntan por mis
autores mexicanos y hago memoria. Vasconcelos, desde luego, con su notable
autobiografía, Ulises criollo. Después, hay un poeta que conocíamos en el Chile
de los años treinta y cuarenta y que ahora se nos ha olvidado: Ramón López
Velarde. Era un poeta de después de la revolución, de las plazas de Provincia,
de la añoranza. En uno de sus poemas habla de “la mutilación de la metralla” en
los muros antes intocados y de su “íntima tristeza reaccionaria”. Me pregunto si
nuestro olvido actual no se deberá a que su pensamiento no era del todo
correcto en política. Fue revolucionario en un momento de su juventud, pero
después sintió dolor ante la destrucción general. Lo extraordinario es que las
iglesias de Puebla sobrevivieron y que parejas maduras entran, en una mañana de
trabajo, a recogerse y quizá reconciliarse.
Otra voz literaria de
México ha sido para mí Octavio, a quien frecuenté en sus años finales. Me lo
encontré por accidente en los senderos de un hotel del Distrito Federal,
acompañado por un enfermero vestido de blanco. Nos sentamos en un banco
cualquiera y charlamos largamente. A pesar de la animada conversación, fue un
encuentro triste, una despedida.
Hago un recuerdo
final: José Luis Martínez. Lo hago a conciencia de que todo recuerdo es
arbitrario, de que en la esencia de todo memorialismo se encuentra un elemento
de arbitrariedad. José Luis, Diplomático, historiador, ensayista, escribió un
magnífico, memorable, Hernán Cortés. Era un hombre discreto, inteligente, de
buen humor, que no buscaba las luces ni los devaneos de la farándula. Tenía una
elegancia de espíritu singular. Vivía en una casa que era una biblioteca, como
en años anteriores su maestro Alfonso Reyes. La de José Luis era una casa
cóncava, en semicírculo. Desde el jardín sólo se divisaban tres pisos de libros
detrás de las ventanas. En la planta baja tenía un gran estudio rectangular,
dominado por una mesa frailera llena de gruesos volúmenes. Cuando era director
del Fondo de Cultura Económica, me encargó una antología personal de la
literatura chilena: mis páginas preferidas, en verso y en prosa, y mis
comentarios personales sobre ellas. Hice algunos apuntes, conversamos del tema
muchas veces, y José Luis Martínez se apartó después de sus tareas de editor y
se encerró en sus libracos.
Tengo otros recuerdos
de escritores de México, pero quizá me debería quedar en estas breves líneas.
Después entraré en los torbellinos feriales y trataré de sobrevivir. La fama es
una plebeyez, declaró Fernando Pessoa, el portugués, uno de los grandes poetas
del siglo XX. Y la condición de vendedor de libros al por mayor es poco
interesante. Carlos Fuentes, en cambio, de quien se habla mucho en el México de
estos días, era un hombre de letras en un sentido elevado, superior. Escribía
novelas provocativas, que desafiaban la paciencia del lector ordinario, y tenía
un pensamiento, una capacidad de análisis de lo literario, que abrían camino.
Como José Luis Martínez, tuvo una relación con lo chileno constante y apasionada.
José Luis, por sus numerosos viajes. Carlos, por sus años de adolescencia en
Santiago, por sus amistades chilenas de todas las generaciones, por su paso
final entre nosotros. Son los misterios, los vasos comunicantes de la
literatura.
La imagen de Chile y el
fallo de La Haya,
por Blas Tomic,
Presidente Fundación Imagen de Chile.
Entre el 3 y el 14 de
diciembre se desarrollará en La Haya, ante la Corte Internacional de Justicia,
la fase oral de la controversia entre Chile y Perú en torno al límite marítimo
que une (o separa) a ambos países. ¿Impactará este proceso y su desenlace la
imagen internacional de Chile?; ¿importa algo nuestra imagen internacional
cuando lo que está en juego es la soberanía territorial? Dimensionar el impacto
en imagen internacional de este proceso es complejo y, por eso, resulta
interesante mirar algunos hallazgos obtenidos por la Fundación Imagen de Chile.
Diariamente,
monitoreamos lo que se publica sobre nuestro país en los 77 medios de
comunicación más relevantes de 15 países que son para Chile de alta prioridad,
tanto por razones políticas como económicas. A partir de esa base, revisamos por
lectura directa el contenido de alrededor de 7.500 artículos cada 3 meses y
presentamos las conclusiones en un informe que llamamos Chile Monitor.
Por primera vez en
este año, en el trimestre julio-septiembre, la cobertura al litigio en La Haya
se ubica entre los 10 temas con mayor presencia sobre Chile, con 75
publicaciones. Casi todas éstas (88%) son de medios peruanos, el 5% de Bolivia,
otro 5% de España y un 2% de Estados Unidos. Lo anterior denota que el alcance
comunicacional de la controversia está básicamente restringido al vecindario.
Como es de esperar de un buen trabajo periodístico, el 98% de las publicaciones
son meramente informativas y sólo el 2% contiene menciones negativas hacia
Chile. Esto incluye las publicaciones peruanas, lo que demuestra que a ambos
lados de la frontera se hacen esfuerzos por darle a este tema un cauce
ecuánime.
También es posible
identificar a los voceros nacionales más citados: el primer lugar lo ocupa
naturalmente el Presidente Sebastián Piñera, con un 32% de las menciones.
Además del ministro de Relaciones Exteriores, Alfredo Moreno, el escritor Jorge
Edwards tuvo en este trimestre una figuración destacada, producto del llamado a
la concordia que hiciera conjuntamente con el Nobel Mario Vargas Llosa.
¿Qué se puede
concluir a partir de estos datos?; ¿acaso que no es necesario ponerle atención
a nada que no sea la argumentación jurídica que nos toca esgrimir ante los
jueces que luego deberán dirimir la controversia?; ¿o, tal vez, que al final de
cuentas este asunto es sólo un diferendo bilateral con Perú?
Por supuesto que no.
Indudablemente, la cobertura internacional aumentará tan pronto se inicien los
alegatos orales. Y, probablemente, alcanzará un máximo cuando se comunique el
fallo y se conozcan las reacciones de ambos países, de sus gobernantes, de sus
líderes de opinión y de su población en general.
En Chile sabemos que,
sea cual sea el fallo de los jueces, nuestro país lo respetará. Pero el mundo,
y más importante aún, América Latina, observa con atención para confirmar o
modificar su impresión sobre quiénes somos y cuáles son nuestros valores. Nada
hay más determinante para la imagen de un país que la percepción que se tenga
sobre el aporte que ese país hace a que el mundo sea un mejor lugar para todos.
Chile se ha ganado un
merecido prestigio en el ámbito internacional. Se nos distingue como un país
que ha sabido enfrentar con madurez los desafíos internos y externos del
progreso económico, político y social. Incluso en el mismo Perú, donde la
Fundación Imagen de Chile llevó recientemente a cabo un amplio estudio, nos ven
como un país que ha seguido un camino al desarrollo y que tiene aprendizajes
que compartir.
La relación bilateral
muestra más intereses comunes que diferencias. La divergencia terminará el día
que salga el fallo e inmediatamente seguiremos adelante con la intensa relación
que ya existe. Por eso, al margen del desenlace que tenga la controversia,
avanzar en la construcción conjunta de oportunidades de mutuo beneficio será
nueva evidencia de que Chile merece su buena imagen internacional. Cuidarla es
un patrimonio y una responsabilidad de todos los chilenos.
Debate y pirotecnia.
Si existía alguna
expectativa de que el tsunami Municipal y el nuevo
ciclo político, a un año de las Presidenciales, trajeran otros aires al debate,
la semana deja un sabor agridulce. La discusión presupuestaria transcurre
dentro de los mismos estridentes cánones de los últimos años, con maniobras
vistosas, sonados rechazos para así presionar por otras demandas, iracundas
reacciones y escasez de análisis serios... como si el 28 de octubre nada
hubiera pasado o como si entonces las prácticas de filibusterismo político
hubieran recibido fervorosa aclamación ciudadana, en lugar de masiva
indiferencia.
Sin embargo, junto a
esas formas artificiosas de debate, también se han empezado a esbozar otras
que, con miras a las decisiones electorales de 2013, obligan a la clarificación
de posiciones, a explicitar diferencias y a constatar puntos de acuerdo. Los
próximos meses mostrarán si se impone esa capacidad de llevar la discusión más
allá del mero ejercicio pirotécnico o si a la larga este último terminará
prevaleciendo.
No
acaparó portadas ni cámaras, pero el foro que reunió el miércoles
en la UCV a algunos Presidenciables opositores tuvo elementos llamativos, en
particular por la presencia de tres de las cartas de la Concertación que buscan
competir con Michelle Bachelet: los DC Ximena Rincón y Claudio Orrego, y el
independiente Andrés Velasco. Estos hicieron notar sus diferencias en temas
valóricos, pero además Orrego y Velasco se enfrentaron —nada menos— por las
responsabilidades de los Gobiernos de la Concertación en la problemática
educacional; más específicamente, por el sistema de créditos con aval del
Estado diseñado en la era Lagos y aplicado por Bachelet, donde el ex Alcalde
hizo un emplazamiento directo al ex Ministro de Hacienda, que éste respondió.
El intercambio tuvo elementos interesantes, tanto por lo que implica de
discusión respecto de la obra concertacionista —incluida la gestión de la ex
Mandatario—, como porque pudiera estar adelantando que el tono de los debates
en la anunciada primaria opositora no será tan aséptico como algunos desearían.
¿De
qué va? En ese sentido, también ofrece luces la
ofensiva de relanzamiento del mismo Velasco, con un sorprendente —por los
contenidos y los recursos involucrados— despliegue publicitario. Si a alguien
le quedaban dudas, el ex Ministro terminó de sellar su distanciamiento de
Bachelet, pasando, en un año, del «voy, si ella no viene» al «voy, aunque
vuelva». Esto se suma a críticas más o menos explícitas a la estrategia de
silencio de la ex Mandatario, que han generado molestia entre concertacionistas
alguna vez cercanos a Velasco (¿cómo entender, si no, el público
cuestionamiento de Camilo Escalona hacia quienes pretenden “horadar el
liderazgo de la ex Presidenta”?). Y si la voluntad de quemar naves hubiera
requerido un hecho simbólico, éste vino a darlo la decisión de su esposa
—conocida mujer ancla de TVN— de salir de pantalla
para dedicarse a apoyarlo. La pregunta de cuál es realmente la apuesta —aparte
de lograr una buena figuración en la encuesta CEP de diciembre, cuyo trabajo de
campo ya se estaría desarrollando— se ha vuelto recurrente en el mundo
político, así como las especulaciones sobre el respaldo empresarial que estaría
recibiendo. Transformarse en el «second best» de la Concertación, una suerte de
«ME-O neoliberal» que contrapese la izquierdización del bloque, o simplemente
iniciar un trabajo cuyo objetivo no es el próximo año, sino 2017, son algunas
de las hipótesis. Lo claro es que su sola presencia en la «parrilla»
concertacionista, enfatizando que él sí es consecuente con eso de «no repetirse
el plato», ha de resultar, a lo menos, algo incómoda para su ex Jefa.
Menos
vistoso es otro debate en pleno desarrollo en la
oposición: el de cuánto corresponde avanzar en la elaboración de un programa
común. Frente al entusiasmo PPD y la demanda PC y radical en esa línea, el PS y
buena parte del establishment opositor se juegan
por la tesis de no adelantarse y de que sea el ganador de las primarias (léase
Bachelet) quien defina sus prioridades, en lugar de pretender encorsetarla en
una plataforma prediseñada. Si tal análisis (así como las advertencias de
quienes restan importancia a los programas de Gobierno en la política moderna)
contiene elementos razonables, resulta imposible no ver allí también un intento
por escamotear o al menos postergar la discusión sobre los muchos elementos que
hoy dividen al mundo opositor y que cada tanto se manifiestan, por ejemplo, en
debates como el de la Ley de Pesca. En éste, las reacciones al acuerdo
DC-Gobierno, al margen de revelar fuertes diferencias, están haciendo aflorar
desconfianzas profundas, justo cuando el bloque parecía haber asumido el
imperativo de la unidad como gran lección de la municipal.
(Discreto)
triunfo liberal. En la Alianza continúan las alusiones
mutuas entre sus dos Presidenciables, en una semana en que el tema valórico
pasó al primer plano. Por una parte, si bien Laurence Golborne expresó rechazo
a los distintos tipos de aborto, incluido el terapéutico, su apertura en un
caso específico (inviabilidad fetal) llevó a Andrés Allamand a declarar su
oposición total a esa práctica. Luego, gestiones de la vocera Cecilia Pérez con
activistas del movimiento homosexual para reactivar el proyecto sobre Acuerdo
de Vida en Pareja (AVP) indignaron a una parte de la UDI, que lo cuestiona y
vio allí un guiño a Allamand, impulsor de la iniciativa... Molestia que, tras
la proclamación de Golborne (partidario también del AVP) por el gremialismo,
resulta algo contradictoria.
Son discusiones que
dejan patente un par de cosas. Una, que los Presidenciables entre los que
optará la derecha pertenecen ambos, finalmente, a su ala liberal. Y dos, que la
muy larga campaña de primarias será campo fértil para la mutua suspicacia
respecto del adversario y también del Gobierno. En ese contexto, aunque los
llamados Presidenciales a evitar desbordes son de muy incierto destino, el
encuentro de hoy ante los dirigentes y centros de estudio de la Alianza podría
mostrar los límites y las ventajas de un estilo de competencia equilibrado.
Positivo desempeño de la
economía chilena.
La actualización de
las cuentas nacionales presentadas por el Banco Central mostró una economía
sorprendentemente fuerte. El BC estimó en 5,7% el crecimiento en 12 meses en el
tercer trimestre, lo que denota que no se ha estado dando la desaceleración
comúnmente esperada en el país. Mirando el gasto en la economía, durante 2012
la inversión en construcción mantenía un fuerte ritmo, mientras la
correspondiente a maquinarias y equipos había reducido drásticamente su
crecimiento desde 19,5% a fines de 2011 hasta 3,4% y 7,5%, respectivamente, en
los dos primeros trimestres de este año. Las cifras correspondientes al tercer
trimestre, sin embargo, fueron sorprendentes, en cuanto mostraron que la tasa
de crecimiento de la inversión en maquinarias y equipos volvía a elevarse hasta
19,9% en 12 meses. Asimismo, las cifras mostraron que mientras la construcción
y el consumo de bienes durables siguen a un ritmo muy fuerte, aunque
suavizándose, habría también un repunte del consumo en bienes no durables.
Luego de estos números,
el año 2012 podría concluir con un crecimiento cercano a 5,5% respecto de 2011,
cifra muy satisfactoria y que, sumada al 6,1% de crecimiento observado en 2010
y el 6,0% en 2011, representa un gran cambio respecto de la década previa,
marcada por un desempeño económico
magro. Este repunte de la actividad ha generado un fuerte aumento en empleo, en
un contexto de remuneraciones crecientes, con el consiguiente beneficio para
las familias.
Hay importantes
aspectos a cuidar, dada la pujanza de la economía. Desde luego, las políticas
macroeconómicas deben orientarse a evitar presiones de gasto adicionales, lo
que define límites para la política monetaria y la necesidad de ajustar el
gasto público. Una evolución continuada según las actuales tendencias arriesga
presiones inflacionarias o una profundización del deterioro cambiario, que
afecta la competitividad de muchos sectores productivos y expone a ajustes
severos ante un deterioro en las condiciones externas.
La fortaleza
económica durante 2012, constatada por el Banco Central, no cambia el
diagnóstico sobre las dificultades para sostener el crecimiento en el mediano
plazo. La productividad de la economía (su capacidad para reducir costos)
creció rápidamente hasta 1998, para luego estancarse. De permanecer esta
situación significa que el crecimiento económico futuro dependerá únicamente de
los incrementos en empleo e inversión. El empleo está limitado al aumento de la
fuerza de trabajo, una cifra modesta. Las oportunidades de inversión, sin
crecimiento en productividad, serán también limitadas, salvo por oportunidades
específicas derivadas de factores externos.
La dirigencia
política del país debe considerar que no serán permanentes la bonanza externa y
holguras laborales que se conjugaron para permitir este repunte económico, a
pesar del estancamiento de la productividad. Y que es crucial abocarse de lleno
a enfrentar los grandes desafíos para recuperar una productividad creciente,
como son el energético, la baja participación de la población en la fuerza de
trabajo y el fortalecimiento de un ambiente propicio para la innovación e
inversión por parte de empresas hoy enfrentadas a una incertidumbre
regulatoria, ambiental y tributaria.
Comisión Presidencial
para ciencia y tecnología.
El Ministro de
Economía, Pablo Longueira, anunció la creación de una comisión a la que el
Presidente de la República ha encomendado estudiar y proponer una nueva
institucionalidad para la ciencia, tecnología e innovación -a las que, sin
duda, debería agregarse el emprendimiento-. Sería presidida por Bruno Philippi,
con vasta experiencia en estos temas, y para ratificar la importancia de la
misma, su Secretaría Ejecutiva recaería en el Vicepresidente ejecutivo de
Corfo, Hernán Cheyre.
Esto viene a dar
conducción y cauce a la discusión durante este Gobierno sobre la
institucionalidad de nuestro país en estas materias, en la que en distintos
momentos ha surgido la idea de traspasar Conicyt al Ministerio de Economía -lo
cual sería sólo una de las facetas de este tema-, planteamiento que no fue
precedido de una explicación más clara de sus motivaciones y alcances, ni
tampoco de un debate más acabado de las mejores opciones disponibles.
La ciencia y la
tecnología, operando de manera articulada con la innovación y el
emprendimiento, son claves para el desarrollo económico de los países,
especialmente a medida que la sofisticación de su economía hace indispensable
avanzar en esos ámbitos para mantener el ritmo de crecimiento y creación de
riqueza, y mejorar con ello las condiciones de vida de sus habitantes. Por eso,
es fundamental repensar con detenimiento la institucionalidad que al respecto
el país necesita, y las modificaciones que requiere para lograrlo. Como esta
materia es por su naturaleza menos ideológica que otras, es esperable alcanzar
coincidencias entre las distintas sensibilidades políticas con más facilidad
que en otros ámbitos.
Sin embargo, esa
menor presencia de factores ideológicos no excluye la existencia de intereses
específicos de los actores involucrados, lo cual sesga las opciones e introduce
distorsiones a las propuestas. De ahí la decisiva importancia de que tal
comisión esté constituida por personas de reconocido prestigio, que no sean
convocadas como representantes "gremiales" de los distintos sectores,
y de que en esta etapa no se invite a personeros políticos, pues a éstos
compete resolver, con posterioridad, sobre la propuesta en el Congreso. Intentar
consensuarla en el marco de esta comisión con la participación de políticos
impediría que surjan las ideas más "puras" y de largo plazo, y que se
llegue con el mejor planteamiento, desprovisto de intereses específicos, al
debate de las sensibilidades en la instancia Parlamentaria.
En lo sustancial, es
necesario establecer nítida distinción entre el diseño de las políticas y la
implementación de las mismas. Las primeras son materias cuyo impulso cada Gobierno
elige como prioridades, pero, cualesquiera que ellas sean, su implementación
debe estar a cargo de profesionales competentes y especializados. En ese
sentido, se puede pensar en Corfo e Innova como agencias autónomas,
implementadoras de políticas definidas a nivel Ministerial o Presidencial.
Por otra parte, la
oposición entre ciencia pura y aplicaciones industriales, latente en el
reciente debate en los medios a este respecto, es un falso dilema que debería
ser descartado para siempre si realmente se tiene fe y se quiere tener éxito en
estas materias. Ciencia y aplicaciones se retroalimentan y, a su vez,
interactúan con la innovación y el emprendimiento, para generar beneficios a
los actores de cada nivel, y al país como un todo. Es de esperar que ésa sea la
perspectiva con que esta comisión aborde su tarea, que dista de ser meramente
simbólica o decorativa, pues tiene, en los hechos, decisiva importancia para el
futuro nacional.
Jóvenes en Europa,
amarga advertencia.
Los líderes europeos
continúan batallando contra la crisis Fiscal y recesión, pero mientras los
esfuerzos siguen comprensiblemente enfocados en ajustar las cuentas públicas y
financiar a los bancos, recientes cifras revelan una realidad amarga y en
extremo preocupante: la tasa de desempleo juvenil sigue creciendo. En
septiembre alcanzó a 22,8%, más del doble de la desocupación total (10,8%). Ese
porcentaje significa 5,5 millones de jóvenes en edad y con deseos de trabajar,
pero que no logran ingresar al mercado laboral o han perdido sus puestos a
consecuencia de la crisis. Un tercio de ellos son cesantes -esto es, tienen más
de un año desempleados-. A ellos se suman otros 8,5 millones de jóvenes,
también entre 15 y 29 años, que no sólo se mantienen fuera de la fuerza de
trabajo, sino también del sistema educacional.
En total, en Europa
hay unos 14 millones de jóvenes que no trabajan, no estudian, ni participan en
ningún programa de capacitación. En la mayoría de los casos dependen de los
subsidios estatales y la ayuda familiar. Según estudios de la misma Unión
Europea, se exponen a una vida laboral irregular, con salarios menores que los
de sus padres y, más tarde, bajas pensiones.
Las cifras de jóvenes
desocupados no eran tan alarmantemente altas antes de la crisis, pero ésta no
es la única causa de su aumento. La recesión no ha hecho sino revelar las
deficiencias -antes disimuladas por la bonanza- de mercados laborales rígidos,
en los que el costo de contratar es demasiado alto para las pequeñas empresas.
Asimismo, y no menos
grave, pone en evidencia a un sistema educacional que no responde a las
necesidades del sector privado ni a las aspiraciones de los jóvenes. Un ejemplo
claro es España, donde las Autoridades reconocen que la burbuja inmobiliaria
absorbió a miles de jóvenes que ni siquiera habían terminado la educación
secundaria. Al igual que en otros países, los atractivos salarios de las épocas
de prosperidad empujaron a muchos españoles a abandonar las aulas y
concentrarse en empleos sin proyección profesional. Se calcula que apenas el
30% de los jóvenes desempleados españoles está capacitado para reincorporarse
al mercado laboral.
Estos datos deberían
ser considerados en Chile. Las fuertes cifras de crecimiento y el bajo
desempleo total (6,5%) hacen fácil olvidar que la tasa de desempleo juvenil en
Chile es de 16%. Es ésta una realidad que los múltiples programas de sucesivos
Gobiernos no han logrado solucionar. Chile podría aprovechar los actuales
momentos de bonanza para realizar reformas ampliamente debatidas -y
postergadas- para que el sistema educacional y de capacitación se vincule más
cercanamente con las necesidades de las empresas, de modo que el mercado
laboral pueda responder mejor en momentos de crisis, que cíclicamente se
presentan.
Europa arriesga
décadas de alto desempleo y baja productividad. Chile está a tiempo de evitar
un camino similar.
Fatca: una sigla con
impacto en Chile.
Una nueva sigla
empieza a repetirse en los círculos económicos y jurídicos chilenos: Fatca, que
corresponde a Foreign Accounts Tax Compliance Act , esto es, la nueva
legislación tributaria antievasión que EE.UU. está empeñado en implementar a lo
ancho y largo del mundo. Se trata de una Ley con fuerte vocación
extraterritorial, que si bien apunta sólo a ciudadanos de ese país y personas
obligadas a pagar impuestos bajo las leyes estadounidenses, impone a los bancos
extranjeros obligaciones muy gravosas. Chile no está exento de este impacto.
Con miras a combatir
la evasión e, indirectamente, el financiamiento del narcotráfico y la
delincuencia, el objetivo central del Fatca es recabar información desde los
bancos e instituciones financieras que operan en el mundo, para identificar a
los estadounidenses que no declaran ni pagan sus impuestos. Para esto, se
obliga a esas entidades a revelar directamente a la Autoridad tributaria de
Estados Unidos (el Internal Revenue Service ) datos sobre los dineros en las
cuentas de esas personas. Se fijan diversos plazos en la ley en el período
entre 2013 y 2017, durante el que deben verificarse. Se busca mover a los
bancos a celebrar convenios individuales con el IRS, a iniciar los reportes de
información, a retener dineros de los clientes que se nieguen a autorizar los
reportes y, finalmente -lo más severo-, a retener dineros de aquellos clientes
calificados como "recalcitrantes". El categórico incentivo que fija
la ley a los bancos a cumplir consiste en que, de marginarse de toda esta
operatoria, serán retenidos sus dineros en Estados Unidos, en 30%.
El sector bancario
chileno enfrenta numerosas complejidades operativas y legales para cumplir el
Fatca. En lo operativo, lo más complejo es identificar a las personas sujetas a
las leyes tributarias de EE.UU. No sólo interesará precisar la nacionalidad de
la persona, sino otros "indicios", como su residencia, domicilios o
propiedades en ese país, o, simplemente, el haber residido en él temporalmente.
La implementación de un sistema informático eficiente que permita ordenar estos
"indicios" y obtener conclusiones representa ya un desafío
tecnológico y financiero enorme para los bancos nacionales.
Además, es innegable
que la Ley Fatca no puede cumplirse en Chile con las normas actualmente
vigentes. Sería necesario reformar la normativa sobre secreto bancario, que ya
sufrió algún ajuste en 2009, cuando Chile ingresó a la OCDE. Es un delito
revelar información bancaria bajo las normas actuales, salvo autorización del cliente
o subsidiariamente del Juez, en circunstancias muy precisas. Otras leyes
refuerzan la privacidad de los datos personales, como la Ley N° 19.628, de
protección de la vida privada, transformándose por ahora en una barrera para
hacer realidad esta Ley estadounidense.
Por otra parte, es
evidente que un banco no puede rechazar servicios financieros ni cerrar cuentas
sin una autorización legal o administrativa que lo respalde, ni menos retener
dineros de un cliente sin una causal contemplada en nuestras normas.
Todos estos
obstáculos ponen a Chile en un problema con un socio estratégico -Estados
Unidos es su segunda contraparte comercial- con el que se ha construido una
excelente relación bilateral. Y mal podría el sistema financiero chileno estar
aislado del estadounidense: debe considerarse que los activos de los bancos
chilenos en ese país ascienden a cerca de 8 billones de dólares, que quedarían
sometidos a grave riesgo. Ante esto, la opción lógica es la seguida por muchos
países líderes en el mundo -como el Reino Unido, Alemania, Francia, Italia,
España, Dinamarca y otros-, que se abocaron a la negociación de convenios
intergubernamentales, naturalmente en términos de razonable equilibrio. Ellos
responden a un criterio de reciprocidad entre países y relajan las obligaciones
más duras del Fatca, en una técnica que, precisamente, Estados Unidos está
favoreciendo con países cercanos, como Chile.
Cese el fuego en Medio
Oriente.
Luego de ocho días de
bombardeos israelíes sobre la Franja de Gaza en represalia a ataques con
misiles desde territorio palestino, que dejaron un saldo de 154 muertos en Gaza
y cinco en Israel, las partes han alcanzado un cese el fuego. El acuerdo fue
logrado gracias a la intervención mediadora de Egipto y Estados Unidos, y
establece que el primero será garante de las condiciones, que contemplan el fin
de las hostilidades y flexibilizan el bloqueo israelí sobre la Franja de Gaza.
Aunque ambas partes
se han declarado ganadoras tras el conflicto, lo cierto es que el cese al fuego
no elimina la posibilidad de que los ataques se reanuden en cualquier momento.
Israel resiente la amenaza que suponen los continuos ataques contra su
territorio con misiles lanzados desde
Gaza, cuyo Gobierno se encuentra en manos del grupo fundamentalista Hamas, que
niega la existencia del Estado israelí. Por su parte, Hamas reclama por el
bloqueo que ejerce Israel contra su territorio y que sigue en pie. De esta
forma, las razones inmediatas que explican el conflicto continúan existiendo,
lo que hace posible que se registren nuevos episodios como el producido en los
últimos días.
Junto a Estados
Unidos -cuyo Gobierno envió a la Secretario de Estado a la zona-, Egipto ha
desempeñado un papel muy importante en la resolución de la crisis. Las nuevas Autoridades
de ese país, vinculadas al partido islamista de los Hermanos Musulmanes,
muestran una cercanía ideológica con Hamas que les permite negociar y dar
garantías a este grupo como no podían hacerlo sus predecesoras. A diferencia de
lo que ocurrió en 2009 durante un episodio relativamente similar, que incluyó
una invasión militar israelí que dejó más de mil muertos entre los palestinos,
la manera relativamente rápida en que se consiguió desactivar esta crisis
parece tener mucha relación con la forma en que ha actuado Egipto ante el
conflicto.
La frase del día:
"A mí me rebela pensar en que el Presidente Piñera le
traspase la banda presidencial a alguien de la Concertación y el PC. No quiero
que el trabajo de estos centros de estudio no tenga continuidad, no da lo mismo
quien gobierna, tampoco da lo mismo quien legisla. No da lo mismo la libertad
de enseñanza, no da lo mismo una legalización del aborto cuando nuestro deber
es defender la vida".
Laurence Golborne,
precandidato Presidencial independiente apoyado por la UDI, en el Hotel Hyatt,
donde, junto a Allamand, se reunió con los centros de pensamiento de la
centroderecha.
Sin comentarios:
(Caricatura tomada de
Diario La Tercera)